QUE DE LEJOS PARECEN MOSCAS.- ( Kike Ferrari )
QUE DE LEJOS PARECEN MOSCAS.- 2011 .- ( Kike Ferrari ).-
De vez en cuando salen rosas o plantas interesantes de en medio de un barrizal, me gustan las que crecen en la basura asomando como pidiendo una nueva oportunidad. Seres fotosintéticos sin capacidad locomotora, algo que sucede a menudo en la Literatura pero que no siempre eres capaz de captar, de conseguir un ejemplar de un texto que a la postre te hará pasar muy buenos ratos.
Algo de eso sucede con Que De Lejos Parecen Moscas del escritor argentino Kike Ferrari, un alma en pena nacido en el gris otoño de Buenos Aires en 1972 donde con el paso del tiempo hará cualquier cosa, legal se entiende, o no... con tal de perseguir ese sueño loco que es escribir como una necesidad vital para el alma, pero el alimento del cerebro y del resto de las células se las tendrá que buscar por otros avatares, como esas plantas a las que aludía, que casi por dejadez, acaban en un estercolero, pero se niegan a que su destino final sea tan pobre, buscarán la luz y unas gotas de agua de lluvia para sobrevivir, no se sabe muy por qué, pero en eso determinan su espacio.
La única forma de no pensar en la moneda, es tenerla.
Un tipo arrogante, Machi, fanfarrón amoral que hizo gran parte de su fortuna, y donde se fraguo todo su prestigio, labrado en los oscuros años de la dictadura militar argentina. Y que ahora, pasados unos años, en lo que puede o parece ser una democracia, el sujeto mantiene su nivel de vida y se acomoda en su BMW de cuyo maletero, una noche descubre, tras un pinchazo inoportuno (siempre lo son), al ir a coger las herramientas descubre un cadáver en el mismo.
Machi, que lleva una vida divina, rodeado de adláteres que le dicen a todo que sí, que se siente más que jefe dueño de la vida de cuantos le rodean, sean mujeres, esposa... y que cierra el círulo con unas "rayitas " de coca de vez en cuando, algún licor exquisito, etc. Bien, pues empieza a sentir el miedo claustrofóbico de que es un error, pero pronto hará memoria de cuantos cadáveres ha ido dejando en su entorno hasta escalar a dónde se encuentra ahora mismo, sin pararse a pensar en sus daños colaterales.
Saldrán a relucir personajes turbios que conoce y quizás algunos de ellos sería capaz de semejante tropelía a su persona, desde maridos despechados, corredores de apuestas del boxeo, púgiles tirados a la basura... pero en su paranoia de encontrar sitio dónde dejar el cadáver, en cualquier descampado desierto, hará recuento y unos por imposible, y otros por cobardes, llega a la conclusión de que todo ha sido un error tremendo y de que a Machi no hay quien le toque.
Ameno, Ferrari escribe una novela soberbia, corta, salvaje, directa, con un lenguaje en ocasiones barriobajero pero entendible, coloquial, no exento de ramalazos de humor negro. Él, que conoce el submundo como nadie, trabaja de operario de la limpieza en el metro de Buenos Aires por las noches, mientras por el día intenta dormir, escribir a ratos y cuidar de su familia, porque por ahora, la literatura no le da para dejar su empleo " serio" .
Que De Lejos Parecen Moscas no deja de ser una obra de culto, más allá de ganar el Premio de Novela Criminal en la Semana Negra de Gijón. Ferrari, oyente de rock, deportado de Estados Unidos donde intentó la aventura de la vida, se centra en el submundo de las finanzas con el magnate Machi, y de paso nos deja un caleidoscopio de la naturaleza humana y de la bonaerense en particular, con signos tan universales que lo misma daba cambiar país o ciudad para sentirnos identificados con todo lo que sucede alrededor de este texto breve, pero con dosis de genialidad a raudales.
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