IMELDA MAY: AL VIEJO ESTILO
What Am I Gonna Do Curtida en los clubs de burlesque, esa especie de cabaret erótico de la década de los 50, llega a mis oídos a través de la ondas de sus discos de rockabily con matices, con esa voz que ha ido modulando a través del tiempo y de los muchos conciertos que daba mientras ella y las chicas hacían su espectáculo y todo salía de manera natural. Años de actuar en garitos con más o menos gente que prestase atención a lo que hacías y vestida como una chica de los cincuenta, una imagen que defiende con soltura y dignidad, nada de impostada, ni siquiera el famoso caracol teñido de rubio que luce sobre su cabello. Imelda May rezuma autenticidad en todo lo que hace, y eso fue lo que me atrapó de su música: su aptitud y traducir lo viejo que es hermoso y puede tener cabida, al menos en la primera década del siglo XXI. Esta dublinesa empieza a los 16 años un largo camino que la llevara a publicar su primer disco en 2003: No Turning Back con que que quedar atrapado de su mezcla