BENITO PÉREZ GALDÓS - I : NOVELAS DE TESIS



 El año de 1873 marca un cambio en la vida del autor canario, afincado en Madrid. pues es el momento en que abandona casi por completo su actividad periodística, relega su actividad teatral y espacia las tertulias a las que es asiduo. Su tiempo, creativo, se entiende, lo dedica a pasear por la urbe que se va extendiendo ocupando los antaño campos de labor, antes, casi al alba, se levantaba y escribía, a lápiz, al parecer la pluma no le gustaba, y luego, salía a espiar Madrid: sus calles, sus gentes, el habla, el movimiento... que le fascinaba.
 Casi una década antes había llegado a la capital del Reino para cursas Derecho, desde Las Palmas, pero la curiosidad de la vida misma y ciertas coordenadas de Francisco Giner De Los Ríos que le encomienda que escriba, le lleva por los derroteros literarios, lo cual ayudó a que como corresponsal en París de la Exposición Universal en 1867 viajase al extranjero.
 Como la obra de Pérez Galdós es magnánima, extensa, y teniendo en cuenta tal y como comienzo, en 1873, parece que encuentra su misión en la vida, y no sólo literaria, pues pues este año publica sus primeros 4 libros sobre Los Episodios Nacionales, en un intento, creo que cumplido, de trazar el curso inmediato de la  historia de España, y tal vez hallar, encontrar, ciertas soluciones a por qué nos suceden algunas cuestiones no menores, que un siglo y medio después no logramos arreglar, y apenas encauzar. Un análisis profundo de los males presentes que afligían al país. 
 Pero esta parte, sólo tratará de las llamadas obras ideológicas, o novelas de tesis, publicadas en la década de los 70 ( Siglo XIX ), donde el eje común a todas ellas es la intolerancia, una sociedad cerrada en ideas religiosas ancladas en el medievo y la fuerza del clero; frente a un cierto aperturismo que viene de la mano de las reformas y un curioso aire liberal para la época.
 Son 7 novelas, que van desde La Fontana De Oro - 1870 a La Familia De León Roch - 1878.
 Hay que dejar claro, tal vez para neófitos o no consumidores de la literatura de Galdós, que este autor es muy preciso en detalles, meticuloso a la hora de exponer situaciones y escenas que son cotidianas: objetos que a simple vista carecen de valor en la obra, descripciones precisas como el bisturí de un cirujano, cuidador del huerto de las palabras y excelso en discursos de personas, cosas y lugares concretos.



 En la Fontana es preciso demarcar dos recintos, dos hemisferios: el  correspondiente  al café y el de la política.


LA FONTANA DE ORO.- 1870.- 

 Un café madrileño, cercano a la Puerta del Sol,  La Fontana De Oro, es un lugar de reunión, a veces normal, en otras ocasiones clandestinas donde hallan acomodo jóvenes y no tanto, algo vehementes en sus proclamas contra el rey Fernando VII. Nuestra historia no pasa más acá de 1821, con una reciente democracia nacida en los trastornos de la revolución y el alzamiento nacional fundaba el moderno criterio político, que a lo largo de medio siglo se fue elaborando, difícilmente.
 La acción transcurre en Madrid durante los años del Trienio Constitucional : 1820 - 1823. El rey Fernanado VII ha regresado de Francia, donde estuvo hasta 1814 y esto provoca altercados más o menos encubiertos a favor de su persona y en contra.
 Un grupo de exaltados se reúnen en el café de La Fontana De Oro, gente denominada El Club de origen aragonés con ideas democráticas y de avance de las mismas en 1820. También hay espías y conspiradores, dentro de un grupo y otro.


 Una de las cuestiones que más preocupaban al dueño fue la manera de armonizar lo mejor posible el patriotismo y el negocio, las sesiones del club y las visitas de los parroquianos.


 Entre las distintas contiendas, varios personajes que coloca Galdós a modo de la representación de la España de la época. Las Porreño y Elías, unas venidas a menos de un status oligárquico y conservador, de lo más rancio y su antiguo criado, hoy al servicio del rey felón Fernando VII; y la imagen pulcra y sincera de los jóvenes Clara y Lázaro.


 Yo, ciudadano de esta nación, tengo derecho a hacer las leyes que han de regirme; tengo derecho a reunirme con mis hermanos para elegir legislador.
  

  Las proclamas están a la orden del día, la exaltación es máxima, siempre a punto de ebullición de la olla. Las calles se atrincheran de diversos personajes en busca de rencillas, hablaba con mucha elocuencia Alfonso Nuñez ante más de 200 jóvenes exaltados, llenos de espíritu de pasión expresiva y le aplaudían con entusiasmo, masa de juventud inocente y soñadora, cuando 4 infames, a penas a dos pasos de allí, preparaban un sangriento desenlace.


Otras obras.- En los 2 años siguientes publicaría Galdós La Sombra - 1870, una novela breve y de ciertos aspectos fantásticos con otros de tintes filosóficos sobre la vida y aventuras de un doctor, Anselmo, al cual le atormentan los celos más que otra cosa.
 A partir del Romanticismo, tan en boga durante gran parte del siglo XIX, La Sombra escrita originariamente en 1867, Galdós se decide a publicarla en 1870 y entra dentro del este grupo denominado De Tesis. Mientras preparaba la creación de la 1ª y 2ª serie de Los Episodios Nacionales.
 Un año más tarde, sale El Audaz - 1871, Galdós nos presenta a Martín Muriel, un joven de escasos recursos y plebeyo orientado hacia el pensamiento de la Revolución Francesa y ambientada en el año 1804. Obras en las que el autor penetra en la historia de España a comienzos del siglo XIX con cierta intención, todo hay que decirlo, sobre la confusión política, llena de esperanzas y desengaños.
 Pero estas 2 obras a las que me refiero, no serán el caldo de cultivo, y sobre todo, la esencia sobre la que Galdós se halle más inspirado.
 Los hechos grandiosos, el tejido de la vida socio-económica-política de España, Galdós lo cuaja mejor en las textos como, La Fontana De Oro o Doña Perfecta.





 Pepe Rey no gustaba de entablar vanas disputas, ni era pedante, ni alardeaba de erudito, mucho menos ante mujeres y en reuniones de confianza; pero la importuna verbosidad agresiva del canónigo necesitaba, según él, un correctivo.


DOÑA PERFECTA.- 1876.-  
 Galdós se inventa una ciudad pero no su entorno, claramente reconocible en muchas poblaciones españolas del final de la década de los 70, de la centuria del XIX. Orbajosa, para ser más exactos, y desarrollará, lo que a juicio del escritor, padecía España, uno de sus grandes males: la intolerancia, la actitud agresiva y sin argumentos al que piensa diferente, expone distintas ideas y concepciones mundanas nuevas.
 Orbajosa es una villa medieval, donde la vida gira en torno a las cosechas pero mantiene una escasa economía, tertulias en el Casino donde se habla de nimiedades y casi nunca sucede nada de importancia. Viven aislados del resto y la verdad, a medida que avanzan las páginas, no parece que sus vecinos tengan mucha intención de interesarse más allá de lo que pasa en sus pastos, para lo demás, ya está Dios.
 Y eso hace maledicencia que erroneamente, se piensa que lo mejor lo tienen quienes deambulan por sus calles y prados, posedores de una verdad, curiosa.


 Eran aquellos varones insignes lo más granado de la ilustre ciudad; propietarios ricos los unos, pobrísimos los otros, pero libres de altas aspiraciones todos.


  Pepe Rey llegará desde Madrid a instancias de su padre, a Orbajosa, a casa de su tía Perfecta, con la vista puesta en poder casarse con su prima Rosario, ahora ya, adultos ambos, no cuando se conocieron que eran niños.
 Claro que el Peninteciario vigila la casa de Doña Perfecta y la Santa Catedral, y tiene un ojo puesto en su sobrino, Jacinto, licenciado en Leyes, con la esperanza de casar a Rosario con el muchacho y , así, emparentar con lo más granado de la ciudad.
 Galdós expone enseguida la dicotomía de España: la conservadora y clerical, donde los demonios aparecen en todo momento y lugar; y la liberal, de la mano de Pepe Rey, ingeniero y más pragmático, en la búsqueda de avances en una sociedad rural, muy anclada en el pasado.


 Reparamos todo lo que hacen los vecinos, y con tal sistema de vigilancia, la moral pública se sostiene a conveniente altura...


 Galdós aprieta y deja encajonados a sus personajes, en sus corazas, sobre todo a Doña Perfecta, Don Inocencio  el sacerdote, la joven Rosario y demás adláteres que giran en torna a la casa de la protagonista, personas que se creen cristianas y bien educadas, frete a un Pepe Rey que sólo encuentra aliados con la llegada de un destacamento del Ejército que llega a Orbajosa. A fin de cuentas él es un hombre de talento prudente que que poco a poco va sintiendo los ardores de un fuerte fuerza interior que acabará por explotar.
 Pero Galdós deja muy claro y sin resquicios, que Doña Perfecta era maestra en dominar, y nadie la igualó en el arte de hablar el lenguaje que mejor cuadraba a cada oreja.


 Confirmación.-  El mismo año que se publica Doña Perfecta, sale en dos partes Gloria - 1876/77, de temática muy semejante a su anterior obra, si bien aquí Orbajosa es cambiada por una ciudad pequeña marinera de Cantabria. De ambiente opresivo, Galdós insiste en una temática que domina y al parecer en estos momentos de su obra le interesa. Una vez más, las diferencias religiosas separana 2 seres que se aman.
 Resultado de su liberalismo anticlerical, son estas novelas de tesis y ahondando en éstas 2 en particular, la realidad que nos presenta queda ingenuamente esquematizada, más incluso en su posteriores textos: donde modernidad y avances técnicos de la ciencia, descalabran en los deseos de seres inocentes que sólo pìerden con el progreso.
 Más interesante me parece su obra posterior, Marianela, texto escaso para una novela donde Galdós toma partido por la oprimida muchacha, una especie de niña-mujer perdida en sus sueños y dejada, nunca mejor dicho, de la mano de dios, no sé sabe cual de ellos, pero perdida a su suerte, que como suele acontecer en los textos del autor canario, nada bueno le espera en su escaso porvenir.



Alguien la definía mujer mirada con vidrio de disminución


MARIANELA.- 1878.-
 Galdós alaba más la ciudad que la aldea, con lo que eso conlleva en un lugar y otro. De composición sencilla, pero estructura compleja en el sentido de la contradicción que podemos hallar entre el progreso y sus consecuencias, a veces, no dan los resultados apetecidos por todos. Tal vez, el vivir en tinieblas nos deja desamparados, pero al no ver, corazones que no sienten.
 La ceguera y su posible curación, una situación socio-económica desigual, cierta sátira de la filantropía, no siempre bien interpretada y una, digamos, curiosa relación sentimental, que hace ver los desajustes no sólo en las mentes de sus 2 protagonistas, sino en el entorno familiar y social, que hacen imposible de alcanzar las metas de cada cual.
 Marianela nos cuenta la vida trágica de la niña Nela, que es fea y deforme de apenas 16 años. Desde siempre se encuentra enamorada del ciego Pablo, hijo de un hacendado, Francisco Penáguilas, que habitan los pueblos de Socartes, de aroma marinero, y Aldeacorba, de ambiente agrícola
 Las almas de los 2 muchachos se encuentra muy encadenada, hasta que que aparece la ciencia, el progreso, los avances vanguardistas de la mano del oftalmólogo Teodoro Golfín, quien en inestimable colaboración dará de nuevo luz a los ojos de Pablo, lo cual desencaderá su desengaño en la fantasiosa idea que el muchacho tenía de su lazarillo, Nela.


 La religiosidad de María Sudre era la religiosidad de la turbamulta, del pueblo bajo, entendiéndose aquí por bajeza la triste condición del pensar, de no saber vivir, de vivir con esas vida puramente mecánica, nerviosa, circulatoria y digestiva que es el verdadero, el único materialismo de todas las edades.



 De como la religión condiciona y cambia las existencias.-  Quizás, a mi juicio, sea La Familia de León Roch la que mejor encaje  en esta 1ª época de las denominadas novelas de tesis, Benito Pérez Galdós ahonda en la cúspide del desenfreno amoroso roto por los ideales, aquí no de cambios de régimen o sociales, sino más personales, espirituales, aquellos que hacen referencias a las religiones y a esas imposiciones, muchas veces familiares, pero también en el orden social, de imponer unos criterios que se dan como establecidos, justos, moralmente equitativos, y quien los coloca en duda, atesora reformas o coloca en su justa medida preguntas, se ve desplazado.
 La intolerancia como modelo de vida, como ya sucedió en Gloria pero aquí llevada por Galdós a extremos que dañan a todos, sin que nadie salga claramente vencedor si es que tenía que haber alguien que venciera.. Fanáticos, intransigentes, chocan con quienes no comulgan, nunca mejor expuesto, con amplios ideales y colocan en duda semejantes hechos que al parecer se dan como certeros, una excesiva verdad absoluta que obnubila el pensamiento y el desarrollo de la personalidad en su plena exigencia de libertad.





 También él parecía llevar encima el peso de su inmensa fortuna, amasada en 20 años, de esa prosperidad fulminante que la sociedad contemplaba pasmada y temerosa.



LA FAMILIA DE LEÓN ROCH.- 1878.- 
  León Roch es un tipo culto, validado en sus teorías por una fortuna que ha ido creciendo con el paso de las décadas. Se podía augurar que es un ser pragmático, que es conocedor del país en el que vive, pero que practica el laicismo y es un investigador de las ciencias, de las vanguardias europeas.
 Hallóse, al fin, como quien sale de un letargo. Vio su espíritu como grande y hermoso país que ha estado largo tiempo ocupado por una larga inundación; pero ya las aguas bajaban, dejando ver primero los picachos más altos; después, las lomas; al cabo, las llanuras. Esa era más o menos lo que tenía León Roch de sí mismo y de eso que se dominaba España. Hasta que conoce a María Egipciaca, de gallarda estatura y acabada gentileza en su talle y cuerpo, cuyas partes aparecían entre sí y con tan buena proporción hechas, que ningún escultor puede soñar. Eso sí, ella ejemplifica el conservadurismo más atroz de la España negra, de mantilla, misa diaria y demonios por doquier.



 Defectos que, según dicen, no son otra cosa que exageraciones de las virtudes.


 El matrimonio de León Roch y María Egipciaca  era como esas estrellas que a la vista están juntas y en realidad, con el paso del tiempo, a muchos millones  de leguas una de otra. En resumen: eran dos seres divorciados por la idea en la esfera de los sentimientos puros y unidos por la hermosura en el campo turbulento de la fisiología.
 El deterioro de sus vidas se va acrecentado con la familia de María Egipciaca, bastantes manirrotos en el tema crematatísco, más viviendo de apariencias que de ciencias ciertas, a lo que León Roch tiene mano izquierda y salvándoles de algún desastre, pero aquel enjambre social, viviendo en el pecado propio y en la eterna crítica de lo ajeno no le inspiraba temor alguno, sino desprecio; lo cual irá minando su vida marital.


 Es muy exacta tu observación de que así como la plebe tiene su aristocracia, la nobleza tiene su populacho.


  A fin de cuentas, todos los seres, por diminutos que sean, tratan de morder o picar cuando se sienten aplastados.



OBRAS SELECCIONADAS DE LAS NOVELAS DE TESIS









LA FONTANA DE ORO .- 1870

DOÑA PERFECTA .- 1876

MARIANELA.- 1878

LA FAMILIA DE LEÓN ROCH .- 1878






Benito Pérez Galdós: 10 de Mayo de 1843 - Las Palmas - España .- 4 de Enero de 1920 .- Madrid - España.-

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