JOHN LEE HOOKER: BLUES DE BELLOTA ( Segunda Parte ) 1973 - 1995
Rock Steady
Recogiendo.- De manera artesanal, pero cualificadamente, John Lee Hooker se ha hecho un hueco en el espacio de la música, y todo lo que acontecerá a partir de la década de los 70 en adelante le llevará a las puertas del nuevo siglo con su nivel casi intacto, si acaso añadir con nuevos adictos al asunto.
Su carrera discograficamente seguirá ampliándose mucho, pero siempre destacan varios discos, por su filosofía bluesera, los músicos que acompañan a Hooker y una comercialidad que va en aumento, sobre todo en los últimos años. Quizás recogiendo esa madurez y sapiencia que da réditos económicos sustanciales. Se aprovecha todo, como en el cerdo ibérico, no hace falta esperar a que llegue el día de San Martín, para saber si se tiene que pagar alguna culpa, la carne es buena y los embutidos exquisitos, así pues tenemos a un tipo que ejerce de bluesman correcaminos, quizás junto a Muddy Waters y B.B. King, los más conocidos y reconocidos al margen del circuito, pero todos con carisma propio y obra a sus espaldas, suficiente para respaldar su carrera.
Hooker convierte sus sueños en realidad, da el paso adelante que lleva desde los tiempos aciagos de los 50 en una América racista, y no se queja ni despilfarra energía, salvo en textos, a veces de manera sutil, otras explícita, tiene un plan que va ejecutando y saliendo de las catacumbas y clubs pequeños para hacerse un poco más mayoritarios, pero ¡ ay! sin perder la esencia, básica cuando hablamos de blues.
THE CREAM.- Marzo de 1978.-
Es un directo, pero no molesta, a fin de cuentas la banda despacha varios R&B sin despeinarse, como si estuviese en el local de ensayo, así caen entre otras, joyas como: You Know It Ain´t Right, She´s Gone.
Disco, por supuesto, nada despreciable.
Hooker convierte sus sueños en realidad, da el paso adelante que lleva desde los tiempos aciagos de los 50 en una América racista, y no se queja ni despilfarra energía, salvo en textos, a veces de manera sutil, otras explícita, tiene un plan que va ejecutando y saliendo de las catacumbas y clubs pequeños para hacerse un poco más mayoritarios, pero ¡ ay! sin perder la esencia, básica cuando hablamos de blues.
You Know It Ain´t Right
THE CREAM.- Marzo de 1978.-
Poco maquillaje ni envoltorio superfluo, Hooker va a lo va, es decir, a la esencia misma del tuétano, a roer el hueso una vez degustado la carne que le envolvía y nos deja 11 temas grabados en California, Palo Alto, rodeado de varios músicos y en ocasiones de 2 guitarras que le secundan, la de Ron Thompson y John García, amén de apariciones puntuales de Charlie Musselwhite en la armónica o Pete Karnes.
Un repaso a algunas de las canciones que ya hemos escuchado, pero tocadas con la cadencia y sutileza nuevas. Así, desde el directo y con la susurrante voz de Hooker y los rasgueos típicos de su guitarra eléctrica, salen las notas de Hey Hey, Rock Steady; recupera canciones añejas de verdad, como Tupelo, que la lleva por encima de los 6 minutos, o Sugar Mama; y todo con elegancia. Es un directo, pero no molesta, a fin de cuentas la banda despacha varios R&B sin despeinarse, como si estuviese en el local de ensayo, así caen entre otras, joyas como: You Know It Ain´t Right, She´s Gone.
Disco, por supuesto, nada despreciable.
Go Back To School
Tours.- A Estas alturas de casi finales de siglo, sólo nos quedan en la cúspide John Lee Hooker, Muddy Waters y B.B. King, si hablamos de blues, y un fenómeno como Buddy Guy al que le quedan grandes discos sin Junior Wells.
El de Mississippi sigue a lo suyo, y de vez en cuando nos deja rastros de su esencia en buenos Lps, sean algunos en directo, esos " lives " que son como grabados en estudio, pues apenas el personal habla, grita o corea, más bien sentencia arte y silencio, y luego, si acaso, aplaude al final para no molestar.
Característico en Hooker empieza a ser ir bien vestido, con traje y corbata, gafas oscuras sempiternas, su voz y la guitarra, y todavía, cuando quiere, saca el taconeo sin moverse apenas de su silla o de pie, cuando le da la gana.
Texas siempre ha sido una tierra árida, pero muy agraciada con los músicos de talento, y más si son guitarristas. No hace nada más nombrar a Stevie Ray Vaughan, con eso está dicho todo. Bien, pues Hooker graba en Houston un Lp en vivo, quizás porque en parte andaba un poco escaso en cuanto a creación de nuevas canciones, cuela 7 y las alarga más que en el original, sean Never Get Out Of These Blues Alive o la que cierra el disco de 1979, Dead Wagon Blues. Mantiene, casi él solo, varios cortes notables, sea el inicial Go Back To School o Jesse James Blues y como siempre, rescata alguna canción de tiempos muy pasados,aquí cae Boogie Children.
Faltaba poco para que John Lee Hooker pasase a vivir en la soleada California de manera definitiva. El hijo del aparcero había conseguido algo que en su género era casi único, casi al mismo nivel que la saga de los King, que sin parentesco consanguíneo ninguno, sean Albert, Freddy o B.B.King, él estaba ahí, frecuentado y agasajado por lo mejor de sus discípulos.
No hace grandes obras como antaño y espacia mucho más sus entregas, quizás sabedor de los años y las exigencias ahora son menores que al comienzo, pero va por la 5ª década en activo y si uno se ha tomado la molestia de conseguir varios de sus Lps desde finales de los 50, observará como hacia los 80, Hooker entra en las listas comerciales al margen de las calificaciones de bluesman, o sea, que su música y obra, revisada permanentemente, halla en estos momentos de escasa creación, un beneplácito del que carecía antaño.
Va a ser cierto el presagio de Camilo José Cela, el cual afirmaba que si uno insiste hasta el agotamiento, al final te toman en cuenta y te nombran hijo predilecto, te colocan el nombre de una calle o Avenida, y el reconocimiento es amplio, sea a lo que sea que te hayas dedicado en tu vida.
En el caso de John Lee Hooker, a fabricar excelentes canciones.
Por si fuera poco, el maestro aparece en el film de John Landis Granujas A Todo Ritmo - 1980, eso sí, a su aire, tocando en un mercadillo y como si no estuviese, su música sonaba por allí en un tema mientras las gentes caminaban por las calles.
Cuttin´Out
THE HEALER.- Septiembre de 1989.-
Ya pasaba de la 7ª década de vida John Lee Hooker cuando se mete a grabar un nuevo Lp. En esta oportunidad, " El Curandero", algunos temas recogidos en distintos estudios, sean en San Francisco o Los Ángeles, debido al numero amplio de colaboradores que tocan en el vinilo.
Salvo The Healer que despacha con Carlos Santana y lleva el deja vu del chicano,y autoría de ambos, el resto de los 9 temas, son característicos del sonido y apreciación de Hooker. No es un disco cualquiera, parece mentira, pero los honores y ventas múltiples del álbum, le acabarán de solucionar la vida al bluesman, que todavía a estas alturas andaba dando bolos y tours como un principiante.
Maravillas tales como I´m In The Mood con Bonnie Raitt, medios tempos con Robert Cray: Baby Lee. Claro que alcanzamos algunas cimas cuando el maestro da muestras de su enorme talento y saca ese R&B tan suyo, y se junta con Canned Heat, para soltarnos el Cuttin´Out. Imposible hacer una mala canción cuando alguien se junta con los fronterizos de Los Lobos, cerrar la cara A con Think Twice Before You Go, es una gozada que apenas llega a los 3 minutos.
Todo el personal que ayuda a Hooker en este gran disco, se amolda a sus características, pero él sabe ser un miembro más de las bandas con las que graba, ahí su generosidad y su sapiencia hecha a base de muchos años de grabaciones y actuaciones. ¡Viejo zorro!
La cara B es más íntima, en el sentido de que cuenta con la participación de George Thorogood en Sally Mae y el gran armonicista y amigo de Hooker, Charlie Mussehvhite, en That´s Alright. Blues en esencia más pura, aunque cuente con Fito De La Parra en la batería y Larry Taylor en el bajo, ( Canned Heat ), en el tema My Dream. Luego se despacha solito: Rockin´Chair y No Substitute, para un disco que tuvo un Grammy en el tema que toca junto a Bonnie Raitt y ya digo, numerosas ventas, llegando a los puestos altos del Billboard, algo inédito en un trabajo de blues.
Ya pasaba de la 7ª década de vida John Lee Hooker cuando se mete a grabar un nuevo Lp. En esta oportunidad, " El Curandero", algunos temas recogidos en distintos estudios, sean en San Francisco o Los Ángeles, debido al numero amplio de colaboradores que tocan en el vinilo.
Salvo The Healer que despacha con Carlos Santana y lleva el deja vu del chicano,y autoría de ambos, el resto de los 9 temas, son característicos del sonido y apreciación de Hooker. No es un disco cualquiera, parece mentira, pero los honores y ventas múltiples del álbum, le acabarán de solucionar la vida al bluesman, que todavía a estas alturas andaba dando bolos y tours como un principiante.
Maravillas tales como I´m In The Mood con Bonnie Raitt, medios tempos con Robert Cray: Baby Lee. Claro que alcanzamos algunas cimas cuando el maestro da muestras de su enorme talento y saca ese R&B tan suyo, y se junta con Canned Heat, para soltarnos el Cuttin´Out. Imposible hacer una mala canción cuando alguien se junta con los fronterizos de Los Lobos, cerrar la cara A con Think Twice Before You Go, es una gozada que apenas llega a los 3 minutos.
Todo el personal que ayuda a Hooker en este gran disco, se amolda a sus características, pero él sabe ser un miembro más de las bandas con las que graba, ahí su generosidad y su sapiencia hecha a base de muchos años de grabaciones y actuaciones. ¡Viejo zorro!
La cara B es más íntima, en el sentido de que cuenta con la participación de George Thorogood en Sally Mae y el gran armonicista y amigo de Hooker, Charlie Mussehvhite, en That´s Alright. Blues en esencia más pura, aunque cuente con Fito De La Parra en la batería y Larry Taylor en el bajo, ( Canned Heat ), en el tema My Dream. Luego se despacha solito: Rockin´Chair y No Substitute, para un disco que tuvo un Grammy en el tema que toca junto a Bonnie Raitt y ya digo, numerosas ventas, llegando a los puestos altos del Billboard, algo inédito en un trabajo de blues.
My Dream
Diferente.- En su estilo musical, en su voz, en su toque de guitarra, en su firme propósito de llevar el ritmo con sus tacones, en lo bien que se acomodó entre el público blanco, nada más hay que echarle una ojeada a cuantos músicos pálidos han engrandecido su discografía, requerido sus servicios y como una correa transmisora, Hooker les pedía algún tema para sus nuevos discos, sobre todo a partir de The Healer, viendo cómo iba la cosecha en ventas del Lp.
Diferente en el cuidado exquisito de su ropa y cuanta mujer le acompañaba, más allá de las oficiales, el bluesman más atípico que ha dado el género se involucraba en ideas de otros músicos que a veces estaban muy alejados de sus convicciones y vivencias. Ha sabido sacar partido, ahora en la década de los 80, está recogiendo la buena cosecha que sembró durante años.
Diferente en cuanto que su blues primitivo, boogie, se transmutó en un rock - blues curioso, y se inmiscuyo en colaboraciones múltiples. Miles Davis, Taj Mahal, Clapton, Jimmy Vaughan y, los ya reseñados de su último disco.
I Want To Hug You
MR LUCKY.- Mayo de 1991.-
I Want To Hug You
MR LUCKY.- Mayo de 1991.-
Con toda la parafernalia de su anterior Lp, y aún si cabe un poco más, este álbum viene a corroborar la buena sintonía que campa,, en estos tiempos inciertos en la música y el buen hacer de John Lee Hooker, para seguir conectando con nuevas huestes.
Rodeado de un gran equipo de colaboradores, en casa, San Francisco, se marca unos cuantos temitas de aúpa. El piano de Johnnie johnson para abrir boca en el magnífico I Want To Hug You. Siempre con la voz cantante de Hooker, su guitarra y sobre todo, su estilo, pero dejando espacio para los demás, así Robert Cray se nota en Mr Lucky, precisamente el tema que da título al Lp.
No disimula, desde la portada, sobre el capó delantero de un coche, con su Gibson, Hooker posa como un profeta o jefe de tribu, y razones no le faltan. Se marca, una vez más, un espléndido disco, y rodeado de figuras de la talla de Albert Collins se deja acariciar con sección de vientos, en Backstabbers. Parece que hay espacio para la nómina de invitados que participan en dicho evento. Ry Cooder y Nick Lowe acumulan méritos ante el maestro en el blues rastrero de This Is Hip y de nuevo, el viejo león de Belfast, se deja acariciar el lomo en I Cover The Waterfront, canción que se va por encima de los minutos, uno de los momentos claves del Lp.
Damos la vuelta al Lp y sólo con una formación muy básica, de bajo, batería + 2 guitarras, la suya y la slide, colaboración de John Hammond, se marca el blues lento Highway 13, esos tempos que también ha dominado desde siempre Hooker. No puede faltar a la cita otro histórico en los últimos tiempos, Carlos Santana, claro que el comienzo de Stripped Me Naked en las cuerdas del bajista Benny Rietveld, es muy consistente. Parece que la tranquilidad domina este espacio del disco; pero se rompe en Susie, aquí el invitado es el albino Johnny Winter. Poco más que decir para un estupendo R&B. Curiosamente, la canción más negra, más John Lee Hooker si se me permite el disco, es el tempo medio que emplea en Crawlin Kingsnake, donde las otras estrellas que brillan son Keith Richards y Larry Taylor. Cierra el invento con otro estupendo tema, el trotón Father Was A Jockey, donde de nuevo interviene el la guitarra y armónica John Hammond.
Esta es la esencia última de un genio del blues, de la música en general, con un toque tan particular y esencial en al final del siglo XX, que Mr Lucky, merece todos los honores.
Same Old Blues Again
BOOM BOOM .- Mayo de 1992.-
Al rico sol.- Ya estaba casi todo grabado, la obra hecha, y más que masticada, un tipo que nació a comienzos de la 2ª década del siglo XX, poco más se le podía pedir. Tocaba en su club de vez en cuando, llamado Boom Boom, claro, el single que le puso en órbita allá por el lejano 1962, y desde entonces ha mantenido íntegro su prestigio, bien secundado por directos correctos y los discos que atestiguan su calidad.
Ahora vive en San Francisco, toca, y de vez en cuando se anima a grabar. Y cada rato sale una compilación de sus temas, unos añejos, otros más modernos, pero está claro que le cuesta cada grabar novedades, pero se anima, y a mediados de los 90 deja su último gran disco.
Poco más queda de decir de este enorme músico, al cual en los últimos tiempos se le acercaron varios artistas de gran calidad, pero que siguió siendo fiel a muchos de aquellos que grabaron The Healer - 1989, ya sean Santana o Morrison, para su finiquito final de su obra.
We´ll Meet Again
CHILL OUT.- Febrero de 1995.-
Inequívocamente de vez en cuando Hooker se muestra influenciado, es humano, y cuando Carlos Santana coloca su guitarra en Chill Out ( Things Gonna Change ), pocos estudiosos en el arte del rock dudan de la autoría de las notas que se desprenden de semejante tema, que abre el Lp. Timbales y congas dejan un rastro indeleble del sonido del chicano sobre el blues rastrero del americano.
No hay problema, el disco es esencialmente bluesístico y el tema inicial no desencadena ningún terremoto, es una buena canción. Aunque también tenemos al Hooker básico, guitarra y voz: Deep Blue Sea, Tupelo, Woman And My Mind, Annie Mae. Al eléctrico de toda la vida, deja unos cuantos temas estupendos, One Bourbon, One Scotch, One Beer o We´ll Meet Again.
Juguetón y ecléctico en cuanto es capaz de llevar al terreno del swing el viejo tema de Clyde Otis: Kiddio. Se permite un juego a dúo con Van Morrison, con el cual parece entenderse muy bien, en un medley de 2 temas, que como era de esperar lo alargan por encima de los 6 minutos, allá van Serves Me Right To Suffer/Syndicator.
Chill Out es una despedida. Mantiene el pulso entre el blues primitivo, rural, aquel del que John Lee Hooker salió, para subir un poco más al norte y electrificado. Un recorrido por su pasado y actualidad, quizás ya no daba más de sí y quiso darse un homenaje a sí mismo, con el último canto del cisne. No es mal cierre para una carrera tan longeva y productiva.
Hasta es capaz de producir unos temas con sonido a club, a esos sitios donde ha pasado tantas horas tocando. Huele a blues, a polvo en los escalones, a humo, a bourbon, a gente.
Damos la vuelta al Lp y sólo con una formación muy básica, de bajo, batería + 2 guitarras, la suya y la slide, colaboración de John Hammond, se marca el blues lento Highway 13, esos tempos que también ha dominado desde siempre Hooker. No puede faltar a la cita otro histórico en los últimos tiempos, Carlos Santana, claro que el comienzo de Stripped Me Naked en las cuerdas del bajista Benny Rietveld, es muy consistente. Parece que la tranquilidad domina este espacio del disco; pero se rompe en Susie, aquí el invitado es el albino Johnny Winter. Poco más que decir para un estupendo R&B. Curiosamente, la canción más negra, más John Lee Hooker si se me permite el disco, es el tempo medio que emplea en Crawlin Kingsnake, donde las otras estrellas que brillan son Keith Richards y Larry Taylor. Cierra el invento con otro estupendo tema, el trotón Father Was A Jockey, donde de nuevo interviene el la guitarra y armónica John Hammond.
Esta es la esencia última de un genio del blues, de la música en general, con un toque tan particular y esencial en al final del siglo XX, que Mr Lucky, merece todos los honores.
Crawlin Kingsnake
La ostra de la almeja.- Para que el molusco marino pueda producir una ostra, debe adherirse a alguna roca o son enterradas al fondo del mar. Claro que también pueden navegar al son de las olas que las traen y llevan de un sitio a otro. Y al igual que el buen blues, deben dejarse anclar en las raíces si desean permanecer, y sobre todo, un grano de arena, minúsculo, debe introducirse en su hermética concha que con el paso de los meses se convierte en bolita, la codiciada ostra. Muy pocas lo consiguen.
Hooker era el grano de arena introducida en vena, en el Delta del Mississippi hecho blues.
A la sombra y a la luz de Elmore Jones, Big Mama Thornton o el admirado Hound Dog Taylor, con el sendero de San House, ha labrado una serie de discos, una obra descomunal, ahora recogida en los frutos de sus muchos años de trabajo, en los excelsos 2 Lps últimos, más por el relumbrón de colaboradores y ventas que otra cosa. Pero eficaces en su empeño de elevar a John Lee Hooker a un sitio, que creo honesta y humildemente, que este músico merece.
Ni el cine, ni la literatura, ni por su puesto la música, pueden cambiar al mundo, pero si pueden incendiarlo, o al menos, descoser un poco a cada individuo que vea, lea o escuche. No dejarán de aparecer reseñas de álbumes grabados en tiempos pretéritos, como Tupelo - 1992, artefacto con 18 temas donde se recoge una parte de la magna discografía del americano, no faltan la canción que da título al disco, la omnipresente Boogie Chillun, Dimples, Boom Boom, Baby Lee... una compilación recomendable para aquellos que no tengan semejantes temas o desparramados por distintos Lps.
Pero Hooker, que es un viejo zorro, no se deja arrastrar a las huestes fáciles, sino que sigue su camino y se despacha, todavía, un gran disco, quizás todavía quedan 2, y uno de ellos es un equilibrio entre los viejos seguidores y los nuevos.
Hooker era el grano de arena introducida en vena, en el Delta del Mississippi hecho blues.
A la sombra y a la luz de Elmore Jones, Big Mama Thornton o el admirado Hound Dog Taylor, con el sendero de San House, ha labrado una serie de discos, una obra descomunal, ahora recogida en los frutos de sus muchos años de trabajo, en los excelsos 2 Lps últimos, más por el relumbrón de colaboradores y ventas que otra cosa. Pero eficaces en su empeño de elevar a John Lee Hooker a un sitio, que creo honesta y humildemente, que este músico merece.
Ni el cine, ni la literatura, ni por su puesto la música, pueden cambiar al mundo, pero si pueden incendiarlo, o al menos, descoser un poco a cada individuo que vea, lea o escuche. No dejarán de aparecer reseñas de álbumes grabados en tiempos pretéritos, como Tupelo - 1992, artefacto con 18 temas donde se recoge una parte de la magna discografía del americano, no faltan la canción que da título al disco, la omnipresente Boogie Chillun, Dimples, Boom Boom, Baby Lee... una compilación recomendable para aquellos que no tengan semejantes temas o desparramados por distintos Lps.
Pero Hooker, que es un viejo zorro, no se deja arrastrar a las huestes fáciles, sino que sigue su camino y se despacha, todavía, un gran disco, quizás todavía quedan 2, y uno de ellos es un equilibrio entre los viejos seguidores y los nuevos.
Same Old Blues Again
BOOM BOOM .- Mayo de 1992.-
Con producción de Roy Rogers, no pierde encanto en repasar viejos temas y actualizalos, a veces con personal de relumbrón, como viene siendo tónica habitual en los últimos años. Así, el archiconocido Boom Boom de 1962, su primer gran éxito, echa chispas en esta adaptación del maestro con Jimmie Vaughan en la otra guitarra.
Profesional, sonido limpio, directo.
Temas afilados como el referido, pero añade aristas: Same Old Blues Again, Trick Bag ( Shopping´For My Tombstone ), Boogie At Russian Hill.
Y luego tenemos el susurro tan típico, él solito se marca con su voz, guitarra y taconeo el fantástico I´m Bad Like Jesse James, Sugar Mama o Hittin´The Bottle Again.
Claro que aparecen estrellas, ya invitadas en anteriores Lps, sean Albert Collins, Robert Cray o Charlie Musselwhite, pero el toque lo coloca siempre Hooker, dejando claro que vienen a añadir y sumar, jamás a realizar postureo.
Boom Boom es una vuelta de tuerca a temas añejos, puestos al día, con añadidos nuevos, blues sonoros y rotundos, eléctricos; y dulces, aterciopelados otros, susurros del Delta, iconografía americana.
Annie Mae
Ahora vive en San Francisco, toca, y de vez en cuando se anima a grabar. Y cada rato sale una compilación de sus temas, unos añejos, otros más modernos, pero está claro que le cuesta cada grabar novedades, pero se anima, y a mediados de los 90 deja su último gran disco.
Poco más queda de decir de este enorme músico, al cual en los últimos tiempos se le acercaron varios artistas de gran calidad, pero que siguió siendo fiel a muchos de aquellos que grabaron The Healer - 1989, ya sean Santana o Morrison, para su finiquito final de su obra.
We´ll Meet Again
CHILL OUT.- Febrero de 1995.-
Inequívocamente de vez en cuando Hooker se muestra influenciado, es humano, y cuando Carlos Santana coloca su guitarra en Chill Out ( Things Gonna Change ), pocos estudiosos en el arte del rock dudan de la autoría de las notas que se desprenden de semejante tema, que abre el Lp. Timbales y congas dejan un rastro indeleble del sonido del chicano sobre el blues rastrero del americano.
No hay problema, el disco es esencialmente bluesístico y el tema inicial no desencadena ningún terremoto, es una buena canción. Aunque también tenemos al Hooker básico, guitarra y voz: Deep Blue Sea, Tupelo, Woman And My Mind, Annie Mae. Al eléctrico de toda la vida, deja unos cuantos temas estupendos, One Bourbon, One Scotch, One Beer o We´ll Meet Again.
Juguetón y ecléctico en cuanto es capaz de llevar al terreno del swing el viejo tema de Clyde Otis: Kiddio. Se permite un juego a dúo con Van Morrison, con el cual parece entenderse muy bien, en un medley de 2 temas, que como era de esperar lo alargan por encima de los 6 minutos, allá van Serves Me Right To Suffer/Syndicator.
Chill Out es una despedida. Mantiene el pulso entre el blues primitivo, rural, aquel del que John Lee Hooker salió, para subir un poco más al norte y electrificado. Un recorrido por su pasado y actualidad, quizás ya no daba más de sí y quiso darse un homenaje a sí mismo, con el último canto del cisne. No es mal cierre para una carrera tan longeva y productiva.
Hasta es capaz de producir unos temas con sonido a club, a esos sitios donde ha pasado tantas horas tocando. Huele a blues, a polvo en los escalones, a humo, a bourbon, a gente.
Chill Out, salvo escasas excepciones, nos deja un Hooker íntimo y sosegado para echar el cierre al asunto. ¡Las raíces que florecen al dulce sol de California!
DISCOGRAFÍA SELECCIONADA
THE CREAM .- 1978
THE REAL BLUES.- 1979
THE HEALER.- 1989
MR. LUCKY.- 1991
BOOM BOOM ( Directo ) .- 1992
CHILL OUT.- 1995
John Lee Hooker Ramsey: 22 de Agosto de 1912 - Clarksdale - USA - 21 de Junio de 2001 - Los Altos, California - USA.-
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