CRISTINA # 4



                           La gente no vive grandes vidas y profundas. La gente, por desgracia, o por suerte ; vivimos vidas baratas. 


CRISTINA .- 

 Tiene mucha clase y estilo. En los primeros de los sesenta, en esa España en blanco y negro, triste, agonizante del más gris franquismo, Cristina era una luz al final del túnel, su piso familiar se convirtió en una esperanza para muchos de los que no podían opinar y allí se explayaban sobre ese nuevo país que estaba a punto de abrirse como una flor a la alegría de vivir.
 Cristina ya hemos dicho tiene mucha clase, pero también talento y ¡ ay ... mucho dinero ! Vamos que nunca necesitó un marido para mantenerla ni darle posición y abolengo, en todo caso la que daría lustre a la pareja sería ella.
 Educada en colegios de pago, de familia militar liberal, terminado sus estudios medios marchó a Londres donde vivió de primera mano todos los movimientos culturales que se daban en la capital británica en aquella época, poco a poco fue desmarcándose de la clase media y alta española: pacata y paleta que se le quedaba muy corta en sus estancias en el país que la vio nacer; de hecho el último curso de económicas que cursó en Londres, una vez terminado, apenas pasó dos semanas de julio con sus padres y hermanos en Madrid, se instaló en Londres y allí estuvo hasta finales de los 70 trabajando en la Barclays Bank. Sólo cuando observó atónita  que Franco murió, a su padre le ascendieron a General de División, España fue capaz de hacer una nueva Constitución, dos elecciones generales y alguna municipal, se atrevió a regresar de manera absoluta a Madrid.
 Como era adinerada y siguió trabajando de secretaria de dirección, su inglés no es  que fuera bueno, era perfecto, ganó lo que quería, eligió marido que la satisfaciera y no la controlara, heredó fortuna familiar y compró un ático maravilloso en la Dehesa de la Villa donde empezaron a caer por allí todos aquellos intelectuales que poco a poco, le propusieran que abriera cada semana, a modo de presentación el " Club Siglo XXI ". Y así lo hizo.
 Bien vestida, de vez en cuando una escapatita a Londres, elegante donde las haya, cuida voz y piel, es nuestra estrella del barrio. Es difícil ver a Cristina andar por la calle, casi siempre va en coche y sólo algunos que las conocemos, las vemos en el parque de la Dehesa de la  Villa paseando a uno de sus múltiples perros. Pese a ser casi octogenaria, en cada uno de sus poros y en  su andar, tiene más clase y estilo que todos los programas denominados del corazón que con tanto ímpetu nos muestra nuestra inútil caja tonta.
 Algo decepcionada con la actualidad, no se deja arrastrar por el pesimismo, de vez en cuando viaja, a veces sola o en compañía de su hija menor, y piensa que con algo de dinero y cerebro, la vida se lleva mejor.
 Cristina nos rompe los esquemas de vidas baratas, pero es que a veces en los barrios de clase media también hay flores que crecen en la basura, más que nada, para confirmar que las excepciones confirman la regla.
 Fuera de todo tipo de foco mediático, vive en su ático de la Dehesa de la Villa sola con sus perros y una asistenta que  viene todas las mañanas y de paso le hace la compra. Puesta en Internet, rodeada de miles de libros y de música pop que le trae muy buenos recuerdos de sus época joven, Cristina no es que sea feliz de a poquitos, es que es simplemente feliz.

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