TRILOGÍA DEL BAZTÁN: DOLORES REDONDO




 


   La vista multicolor de los prados, bosques, montañas, pueblos y caseríos dispersos por el valle del Baztán cambia según la hora y la época del año. Y a veces las hojas de los árboles no te permiten ver todo el esplendor que hay metros más allá. Porque a veces el subconsciente y la niñez te marcan lo suficiente para no dejarte observar con cierta perspectiva, tú yo más íntimo. También ayuda el poder pasar sino unos días o semanas por dicho lugar navarro, estar horas por estos parajes en distintas épocas del año, porque ya digo, a veces según la hora, el tiempo y la estación del año, te permiten observar cosas que antes te pasaron desapercibidas, algo que le ocurre a la inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral, Amaia Salazar.

 No había leído nada de Dolores Redondo, y menos el thriler que forman La Trilogía Del Baztán, 3 novelas con el nexo de unión de dicho lugar: sus costumbres, voces, olores, cadencias de vida.

 El bosque en el Baztán es hechizante, con una belleza serena y ancestral que evoca sin buscarlo su parte más humana, etérea e infantil.


 EL GUARDIÁN INVISIBLE.- 2012.- 


 ¿ Qué se necesita para resurgir un monstruo que estaba escondido en el interior de una persona, qué le hace saltar a demonio rampante y malhumorado ? Luego se envuelve el asunto en mitos, un tupido bosque, gentes calladas y a lo suyo, un basajuan que cada vez parece menos etéreo y más carnal; sorgiñas que deambulan por las orillas de los ríos y rivaliza con belagiles, algunas con aspecto de ninfas, niñas por desarrollar todavía que con aniquiladas.

 Thomas Harris se marcó a comienzos de los 80 del siglo XX otra trilogía, aquel donde un monstruo con condiciones congnitivas sublimes y superiores, un tal Hannibal Lecter, disfrutaba cargándose y comiéndose... gente. Y una inspectora de policía llevaba, o intentaba comprender y que la ayudase en sus investigaciones, a cambio de benefcios penitenciarios.  Quid pro quo. Necesitaba atrapar a un desconcertante asesino en serie. La joven polícía, arrastraba traumas desde la infancia, que el hábil y cruel psiquiatra, percibe y juega con ella.

 Algo semejante le pasa a Amaia Salazar. Una infancia dura y complicada por la histeria y el desequilibrio de su madre, un hecho puntual a los 9 años la deja paralizada, y cuando cree que ya en su madurez personal lo tiene solventado... aparecen todas las brujas y espectros del valle que dejó atrás.


 Sabía lo que tenía que decir, intuía lo que debía callar.


  Nadie llega a inspectora de la Policía Foral y está en Pamplona, sino posee méritos suficientes. Lo que no contaba Amaia Salazar es que tuviese que regresar al lugar donde todavía se cree en belagiles, en dorgiñas y sobre todo, en basajuan. No desea tener que desplazarse a Elizondo, donde no sólo nació y se crió, 2 hermanas siguen viendo ahí... pero debe de investigar unos asesinatos de niñas; primero una, luego otra, aparece una 3ª sin conexión aparente con las otras 2...Hay semanas, meses entre medias. Y la investigación de este curioso thriler en los bosques del Baztán, parece que no va a ninguna parte. 



 Dolores Redondo no sólo busca a través de la inspectora Salazar el quién, el cómo. Si no el envoltorio de las costumbres, los infiernos interiores y la frustración de la niñez que tanto atormentaron a Clarice Staling ,entonces una joven detective del FBI, ahora se centran en el entorno íntimo de Amaia, su familia, Elizondo, el bosque. Ella también cursó estudios en Quiantico- USA -, y también tiene su confidente y ayuda en Aloisius Dupree, su jefe entonces y ahora retirado en Nueva Orleans. Es quien le aclara el cerebro a Amaia Salazar cuando se encuentra atascada en la investigación de los crímenes del valle del Baztán. Y en esos dolores que no han sido llorados y expiados en su momento, que regresan una y otra vez a nuestras vidas como restos de un naufragio, que van llegando a la playa para recordarnos que hay toda una flota fantasma hundida bajo las aguas que jamás nos olvida, y que irá regresando poco a poco para esclavizarnos de por vida, ahí hallará Amaia Salazar la solución, y el bosque y el valle volverán a dejarla ver la hermosura del Baztán.


  Porque somos esclavos de nuestrto carácter.



 Dolores Redondo deja un punto y aparte. Retoma la historia de la inspectora Amaia Salzar y nos deja Legado De Huesos. Apenas unos meses más tarde del final de El Guardián Invisible, se atreve a seguir, no debe de ser fácil ni sé si lo tenía planeado. Pero como a Pérez Galdós que los personajes de sus obras se entrecruzan entre novela y novela, Dolores Redondo prosigue en su empeño de tenernos entretenidos, curiosos, y sobre todo, asequible con su narrativa miunuciosa en los términos técnicos de cualquier investigación, pero envueltos en los sueños que envuelven los valles y praderas navarros.

 Encuentro algunas cosas curiosas. Como que la suegra de Salazar, se llame Clarice...pero Amaia sigue con el miedo como un viejo vampiro que se cierne sobre la cama mientras duermes, oculto en las sombras y que llena horribles presencias en sueños.


 Amaia caminó tranquilamente mientras pensaba en la fuerza del silencio que imperaba en la noche baztanesa, un silencio sólo posible allí y que resutaba a la vez plácido y ensordecedor.



LEGADO EN LOS HUESOS.- 2013.- 

 Tarttalo es una figura de la mitología vasco navarra, un cílcope de un sólo ojo y gran envegadura, extraordinariamente fuerte y agresivo, que se alimenta de ovejas, doncellas y pastores.

 Una serie de profanaciones se han venido sucediendo en la iglesia de Arizcun, todo tiene una relación que por ahora Amaia Salazar y su equipo de investigación de la Policia Foral no llegan a ver hilo conductor. Y todo cuando se encuentra en el último tramo del nacimiento de su hijo, Ibai.

 Dolores Redondo prosigue con el norte de Navarra como escenario de las diversas leyendas que se concretan en unos asesinatos de jóvenes a las que se les amputa una parte de su brazo, una vez ya han sido despojadas de la vida. Ayuda a entender el asunto tener claro El Guardián Invisible, no imprescindible pero sí aconsejable. Y de paso comprender porqué después de resolver ciertos misterios y crímenes acontecidos un año antes en el valle del Baztán, Amaia Salazar posee el miedo del que conoce el dolor, el olor y el sabor del que lo ha probado, ese que un día conocimos y permacece inmóvil, respirando con un jadeo húmedo en algún lugar de nuestra mente.

  Y aparece otra vez, ahora con la vida de su pequeño Ibai, que juega sin él saberlo. El misterio, la situación local dónde se desarrolla el texto, una novela de corte matriarcal donde 3 crímenes aparentemente inconexos llevados a cabo por otros 3 torpes criminales, en lugares distintos, y en todos se produce una amputación idéntica, en todos el miembro amputado post mórtem desapareció de la escena y 3 asesinos que se suicidan en prisión o bajo custodia y ambos dejan el mismo mensaje: Tarttalo. Luego la magia, la leyenda... donde los niños muertos sin bautizar en Baztán no se enterraban junto a los cruceros, ni al muro del cementerio, tenían un lugar propio destinado, y ese era el itxuria, un espacio del suelo que delimitaba el tejado de la casa donde goteaba el alero, definiendo una línea entre lo de dentro y lo de fuera, era un corredor de almas.

 El entorno familiar de Amaia Salazar está presente siempre, hasta el punto de ir conectando el pasado de su madre con el presente más obvío de las investigaciones que parecen inconexas. Tener una progenitora que nunca te a querido, incluso que intentó asesinarte a los 9 años, ahora recluida en un psquiatrico, pero con la mente lucida de quererla aniquilar... hallar que nacieste gemela y que tú hijo de apenas unos meses se convierte en la obsesión de su abuela, no ayuda a llevar sosegadamente la vida, por más que el valle sea hermoso e inspire leyendas y mitos. Claro que ahora pasa más tiempo en Elizondo, de donde siempre quiso huir, que en Pamplona, con James, su marido y su hijo, Ibai.

 Dolores Redondo deja abierta varias puertas tras Legado En Los Huesos y como es habitual, más tratándose de una trilogía, preguntas que quedan en el aire cuyas respuestas se encuentran como jirones en la niebla, difusas, como si en el camino surgieran criaturas etéreas

  Ofrenda A La Tormenta - 2014 cerrará el círculo y la autora vasca echará mano a través de su alterego, Amaia Salazar, de circunstancias especiales y curiosas que suceden en el valle del Baztán. Siempre tendrá algún interlocultor válido, como el agente Aloisius Dupre, ahora con problemas y escondido; su tía Engrasi, y como en su momento a Clarice Staling, tendremos un egocentríco psquiatra: Berasategui, que lejos de desenredar la madeja, la enreda más como la lana en los corderos. Tampoco su vida familiar y personal marchan bien, el apego y ciertas obsesiones que no se van de su cerebro, le hacen quedar mal con su marido, James, y desproteger en demasía a Ibai, su pequeño recién nacido, ahora objeto del deseo de criaturas enigmáticas

A veces entender las cosas no era suficiente para aceptarlas.



OFRENDA A LA TORMENTA.- 2014.-


 Pero ¿ qué puedo hacer ? Las anomalías siguen produciéndose en el valle como un clamor, no puedo sustrarme a ellas. No son sólo las niñas del río, ni los restos de la cueva de Arri Zahar, ni siquiera los huesos de los mairus ardiendo en el altar de la Iglesia... Los bebés y la muerte súbita aparecen oscuramente enredados con un tenebroso ser de nuestra mitología.

 Mal asunto cuando los niños, lactantes, mueren de forma súbita mientras duermen; bebés que suspirn en sueños y que les llevan el aire para dejarlos en deceso inmediato.


 Regresamos a las antiguas fórmulas cuando todas las demás fallan.

 Y todo tiene una relación desde el comienzo, no sólo se desparramn por las páginas mitos y leyendas, Inguma, como en otras latitudes del Planeta con distinto nombre, el fin es el mismo, alguien acaba por expropiar el aliento y te deja en la nada, y Amai Salazar casi pierde a su hijo Ibai, quizás le salvó que es varón, pero a cambio desapareció Rosario, su abuela, y a la inspectora se le acumulan los decesos, las huidas y de todos los derechos que tiene el hombre, quizás uno de los más importantes radique en equivocarse, a ser consciente de ello y colocarlo en su justo valor para que no sea una condena de por vida, que es algo que Amaia lleva todavia cosido a su piel.

 Mientras tanto, todo se rompe alrededor de la inspectora Amaia Salazar, incluída su vida personal y explota en un millón de pedazos proyectados hacía el vacío helado del universo. Parecía que el cielo se resqiebrajaba, se caía sobre la ciudad, y ella cada vez que creía avanzar, se encontraba en una tela de araña superior, que la superaba, Pero la vida es un azar; siempre hay un instante, un hecho, un gesto, una llamada, una palabra... que lo cambia todo y como el puzzle al que no encontramos las piezas, de pronto aparecen en nuestra mirada.

 Siguen a su lado Iriarte, Zabalza y sobre todo Johan Etxaide, su confidente y apoyo en la comisaria y fuera de ella, hasta que las cosas siguen enredándose de tal manera y la mano negra del inductor doctor Berasategui, un tipo peculiar y fascinante, sofisticado hasta en su muerte. Todo es despiste, caminos que se pierden en los senderos que llevan a ver más maleza, pero la claridad no aparece hasta que el lector avizor se da cuenta de que la manera en que el juez Markina enamora a Salazar empalaga... y debe de sospechar.

 El assesinato en el domicilio de Johan Etxaide echa por tierra cuantos procedimientos se habían desarrollado. Consigue Dolores Redondo hiptonizarnos en sus páginas, pero ya digo, lector avizor sabe o intuye, no el quién està detrás de ciertos mitos, sino el por qué. Las víctimas de los casos Basajuan y Tarttalo siguen ahí, pese a aparentes casos cerrados, pero ahora, en la Trilogía del Baztán, sabremos a que atenernos. Siempre y ésto es un máximo, el que está más cerca, como le sugiere Aloisius Dupre, es el canalizador del recuento de decesos.



 


EL GUARDIÁN INVISIBLE ,. 2012


LEGADO DE HUESOS .- 2013


OFRENDA A LA TORMENTA .- 2014



Dolores Redondo : 1 de Febrero de 1969 - San Sebastián - España.-




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