JOHN LEE HOOKER: BLUES DE BELLOTA ( Primera Parte ) 1948 - 1972
Walkin The Boogie
La calle está llena de mujeres que buscan aventuras, pero, si no tienes dinero, estáte seguro de que no tendrás ninguna oportunidad de vivirla junto a ellas.
No conviene engañarse ni siquiera desde que uno da sus primeros pasos. Más aún si eres negro y correteas tras las faldas de una madre que ya ha traído al mundo a otros hermanos, tú apenas eres el retoño de una manada numerosa. Si deseas crecer debes espabilarte y como los cerdos de las dehesas extremeñas, para alcanzar buena "pata negra", debes adquirir la tonalidad del entorno, campos fríos en otoño con las gotas del rocío sobre los campos, husmear los suelos con las hojas que caen de las encinas y comer bellotas, muchas, para que los músculos se tensen y dejen ese sabor único a jamón ibérico. Como el blues.
Si cuando eres joven aprendes a tocar la guitarra de la mano de tu padrastro, porque tu progenitor era aparcero y no tenía ni tiempo ni ganas de enseñar nada a nadie, y menos a tocar, si acaso a cantar, y poco. Como los padres se separan, en 1928, el pequeño John se queda con la madre y ésta pasado un tiempo, no sé si mucho o poco, se casa con un músico que toca blues, William Moore, no sabía lo que hacía, metió el demonio en casa porque ahora el pequeño se encaprichó de querer aprender a tocar la guitarra y gracias el nuevo protector conoció a gente de la calaña de Charlie Patton o Blind Lemon.
Pese a todo, el futuro era nada en el viejo Mississippi y más si te quedabas en la granja, así pues a viajar.
Cuando me hice vagabundo por primera vez, tomé por amigo a un tren de mercancías.
El blues rural y ácido que trae en las yemas de sus dedos y que extrae notas de su guitarra acústica, las notas del Delta, se deberán transformar cuando llega siendo un crío a la gran ciudad, Memphis no era la meta, pero sí un primer paso para ganarse unos dólares tocando en las esquinas de las calles, en algunos cines y una tía suya, le dejaba un sitio donde dormir y que no diera la lata.
Toda la década de los 30 fue un aprendizaje para John Lee Hooker. También descubre que la gran ciudad deja rastros de sangre más amplios que los campos de algodón sureños, van al centro del alma. Cincinnati le ve limpiar botas y agasajar con su mejor sonrisa a las damas que les da asiento en los teatros donde también se gana unos dólares de acomodador. mientras sigue tocando donde y cuando puede, principalmente gospel, que es lo que menos le cuesta a Hooker, lo lleva en sus venas y lo ha vivido desde siempre. Ahora no sólo en solitario, sino que toca en grupos. Buen aprendizaje que se verá truncado por un periodo amplio en el ejército durante la II Guerra Mundial, pero que le valió un puesto en la industria automovilística en Detroit. Eso sí, sigue en su empeño de tocar en clubs con su guitarra y su voz carnosa canciones del viejo sur.
Boogie Chillen
El gemido de la voz.- Gutural, rasgada, es cultivada con una vida repleta de racismo, crisis económica tras una guerra mundial, depresión económica todavía no superada con el crack del 29. Debía de costarle mucho a Hooker cantar, siempre a medio murmullo con un rastreo de voz, pies en el suelo golpeando cada estrofa. ¿Pero qué es el blues? la repetición constante de una estructura de 12 compases con patrón repetitivo, es decir John Lee Hooker, quien mejor encarna el asunto.
Porque es esencia la música no es otra cosa que esas 12 notas y una octava que se repite. Así pues el pequeño Hooker consigue grabar, singles, muchos, pero no será hasta finales de la década de los 40 donde alcance cierto éxito con Boogie Chillen. Habrá muchos más temas, sobre todo en el periodo de 1951/52, parte de esas canciones se recogerían ya en forma de Lp, cuando a finales de los 50 el formato comparte privilegio con el single, siempre más inmediato, certero, para saber a cuánta gente se llega, sí se llega.
Los mejores discos de John Lee Hooker se producirán con los años y décadas posteriores, sobre todo con el aluvión de poder editar su álbumes en Europa y su posterior conocimiento a sus paisanos de manera, un poquito, más expansiva.
Ponerse a descubrir la discografía de John Lee Hooker es tarea imposible. Tiene cerca de un centenar o poco más de singles, recopilaciones y eps. Pero en Lps supera la cincuentena, aunque muchos contengan canciones grabadas en distintas épocas de su dilatada carrera, especie de éxitos y grabaciones en directo.
Habrá que dar un salto de esas primeras actuaciones en solitario entre 1938 - 1942, iniciado en el campo del gospel como apunté y a los temas de índole religioso, para empezar a grabar una serie de canciones que van más allá de 1944 donde ya la estética del blues inunda su cancionero. No necesita gran cosa, su guitarra, ahora electrificada y el acompañamiento de su pie derecho golpeando el suelo para marcar el tiempo. John lee Hooker es el blues en esencia pura, ese poder de galvanización tan denso le lleva a varias canciones: Boogie Chillen, Let´s Make It, Boom Boom, Motor City Is Burning... teje un sonido único, particular. S
Su llegada a Chicago le supone sus primeros contactos para lanzar Lps, algo poco usual en la década de los 50, y es a finales de dicho periodo donde hallamos al Hooker juguetón y de voz profunda al exponente que sería más adelante.
HOUSE AT THE BLUES.- Abril de 1959.-
Acompañado en algunos temas del pianista Bob Thurman, sobre todo en los primeros años de los lps de los 50, Hooker se vale de su guitarra eléctrica y sus pies, para narrarnos historias que ha vivido, escuchado o visto en otros personajes, y luego hechas canciones.
La voz gutural y rasgada araña las entrañas. Walkin´The Boogie, Love Blues, Union Station Blues...
Los 12 temas que componen el disco llevan la autoría de Hooker, la mayoría recogidos entre los años 1951-52 y algunos de 1954. Algunas curiosidades como It´s My Own Fault que años después grabaría el gran B B King, y donde nos damos cuenta de la simpleza de urbanizar el blues sin demasiados recursos técnicos, por ejemplo Leave My Wife Alone. Sabe ser profundo e incisivo: Ramblin´By Myself, Sugar Mama. Junta 2 guitarras, la suya y la de Eddie Kirkland en Louise y no deja escapar la falta de dinero y su tiranía en el cierre: Woman And Money.
Tenemos al Hooker más estricto y espartano, pero hallamos el blues en mayúsculas.
Trotamundos.- Como debe de ser en un tipo que tiene el alma siempre en peligro y sus enseres son unos zapatos y una guitarra, el resto, según caiga la noche y se cruce el día. Con un contrato con la casa de discos Riverside, aunque Hooker grabó con muchos sellos, de ahí el desparrame discográfico de su obra, parte de la cual se registran en singles, sobre todo en el periodo de 1948 -1954, quedan perlas como Crawling Kingsnake, Burning Hell o I´m In The Mood, algunas canciones incluso no las firmaba e iban con seudónimos. No sería hasta entrada la década de los 50 donde varios de sus temas eran radiados en las emisoras de blues donde haya cierto nombre, así temas como Mambo Chillen, Dimples o I´m So Excited le dan un puesto y un nombre.
Anduvo una temporada a comienzos de 1960 por Nueva York, donde prosperaba a base de actuaciones en el circuito de clubs del Greenwich Village, y el salto casi definitivo cuando es invitado a tocar en el festival de Newport. Luego llegaría su éxito masivo: Boom Boom - 1962, porque en sí es una canción floja, marca un ritmo trepidante y pegadizo, pero tuvo la virtud de caer en los oídos apropiados de jóvenes blancos en busca de referencias negras.
Por el camino publica una nueva referencia de House Of The Blues Lp doble, con una cara A/B con los mismos temas que el disco reseñado y las C/D, aunque hay alguna repetición, son temas nuevos. También singles aparecidos en épocas anteriores, sobre todo de la década de los 50, que aquí encuentran acomodo. Stella Mae, Peace Lovin´Man, Let´s Go Out Tonight, piezas muy tradicionales: I Put My Trust In You o I´ll Never Trust Your Love Again. Tiene una excepción en cuanto a autoría, en esta ocasión la excepción es la magnífica adaptación que realiza del pianista de R&B, Amos Milburn, el tema en cuestión es One Bourbon, One Scotch, One Beer; como siempre Hooker desparrama blues y buen hacer con mucha simpleza, piezas como la maravillosa In The Mood es un buen ejemplo de un excelente disco, y por si había alguna duda, cierra con el susurro característico, The Waterfront, sólo necesita su voz y apenas unos rasgueos de su guitarra eléctrica.
John Lee Hooker está a punto de caramelo de ser descubierto por las hordas británicas, y todo lo que eso conllevaría en la próspera década de los 60.
Habrá que dar un salto de esas primeras actuaciones en solitario entre 1938 - 1942, iniciado en el campo del gospel como apunté y a los temas de índole religioso, para empezar a grabar una serie de canciones que van más allá de 1944 donde ya la estética del blues inunda su cancionero. No necesita gran cosa, su guitarra, ahora electrificada y el acompañamiento de su pie derecho golpeando el suelo para marcar el tiempo. John lee Hooker es el blues en esencia pura, ese poder de galvanización tan denso le lleva a varias canciones: Boogie Chillen, Let´s Make It, Boom Boom, Motor City Is Burning... teje un sonido único, particular. S
Su llegada a Chicago le supone sus primeros contactos para lanzar Lps, algo poco usual en la década de los 50, y es a finales de dicho periodo donde hallamos al Hooker juguetón y de voz profunda al exponente que sería más adelante.
Leave My Wife Alone
HOUSE AT THE BLUES.- Abril de 1959.-
Acompañado en algunos temas del pianista Bob Thurman, sobre todo en los primeros años de los lps de los 50, Hooker se vale de su guitarra eléctrica y sus pies, para narrarnos historias que ha vivido, escuchado o visto en otros personajes, y luego hechas canciones.
La voz gutural y rasgada araña las entrañas. Walkin´The Boogie, Love Blues, Union Station Blues...
Los 12 temas que componen el disco llevan la autoría de Hooker, la mayoría recogidos entre los años 1951-52 y algunos de 1954. Algunas curiosidades como It´s My Own Fault que años después grabaría el gran B B King, y donde nos damos cuenta de la simpleza de urbanizar el blues sin demasiados recursos técnicos, por ejemplo Leave My Wife Alone. Sabe ser profundo e incisivo: Ramblin´By Myself, Sugar Mama. Junta 2 guitarras, la suya y la de Eddie Kirkland en Louise y no deja escapar la falta de dinero y su tiranía en el cierre: Woman And Money.
Tenemos al Hooker más estricto y espartano, pero hallamos el blues en mayúsculas.
Women And Money
Trotamundos.- Como debe de ser en un tipo que tiene el alma siempre en peligro y sus enseres son unos zapatos y una guitarra, el resto, según caiga la noche y se cruce el día. Con un contrato con la casa de discos Riverside, aunque Hooker grabó con muchos sellos, de ahí el desparrame discográfico de su obra, parte de la cual se registran en singles, sobre todo en el periodo de 1948 -1954, quedan perlas como Crawling Kingsnake, Burning Hell o I´m In The Mood, algunas canciones incluso no las firmaba e iban con seudónimos. No sería hasta entrada la década de los 50 donde varios de sus temas eran radiados en las emisoras de blues donde haya cierto nombre, así temas como Mambo Chillen, Dimples o I´m So Excited le dan un puesto y un nombre.
Anduvo una temporada a comienzos de 1960 por Nueva York, donde prosperaba a base de actuaciones en el circuito de clubs del Greenwich Village, y el salto casi definitivo cuando es invitado a tocar en el festival de Newport. Luego llegaría su éxito masivo: Boom Boom - 1962, porque en sí es una canción floja, marca un ritmo trepidante y pegadizo, pero tuvo la virtud de caer en los oídos apropiados de jóvenes blancos en busca de referencias negras.
Por el camino publica una nueva referencia de House Of The Blues Lp doble, con una cara A/B con los mismos temas que el disco reseñado y las C/D, aunque hay alguna repetición, son temas nuevos. También singles aparecidos en épocas anteriores, sobre todo de la década de los 50, que aquí encuentran acomodo. Stella Mae, Peace Lovin´Man, Let´s Go Out Tonight, piezas muy tradicionales: I Put My Trust In You o I´ll Never Trust Your Love Again. Tiene una excepción en cuanto a autoría, en esta ocasión la excepción es la magnífica adaptación que realiza del pianista de R&B, Amos Milburn, el tema en cuestión es One Bourbon, One Scotch, One Beer; como siempre Hooker desparrama blues y buen hacer con mucha simpleza, piezas como la maravillosa In The Mood es un buen ejemplo de un excelente disco, y por si había alguna duda, cierra con el susurro característico, The Waterfront, sólo necesita su voz y apenas unos rasgueos de su guitarra eléctrica.
John Lee Hooker está a punto de caramelo de ser descubierto por las hordas británicas, y todo lo que eso conllevaría en la próspera década de los 60.
In The Mood
MOANIN´THE BLUES.- Abril de 1960.-
Cada vez más convencido de lo que hace, creando sus propias canciones sobre temas que le pasan a él directamente o conoce de primera vista, Hooker se encomienda al diablo y nos deja muestras de su enorme talento en un elenco de temas excepcionales.
Blues rastreros donde tras la voz susurrante, apenas toca con las yemas de los dedos las cuerdas de su guitarra eléctrica. Ahí va con reguero impresionante de canciones sobre el talante caprichoso de eso que llamamos vida. Drive Me Away, Wrong Doin´ Woman. También puede ser carnoso cuando lo desea: She Left Me One Wednesday, cadencioso si lo necesita: Nightmare... íntimo : Sally Mae ; o almacenar gloria con ese boogie que sólo puede ser invento suyo: Love Me All The Time, Mama You Got A Daughter, Wheel And Deal...
En este Lp, Moanin´The Blues, tenemos todo lo que John Lee Hooker es capaz de darnos. Desde el susurro más malicioso, tema que da título al álbum, el boogie contagioso, no falta de nada, rasgueo de guitarra, pies como sección rítmica, dedos que expulsan energía. Siempre he estado en la creencia de que el bluesman de Mississippi es un sibarita, con enorme amor a la vida y a saber beberla bien, explayándose en sus textos, pero sin complicarse demasiado en el asunto.
Como es norma habitual, los 16 temas que componen el Lp, son autoría de Hooker.
Let´s Make It
Hagámoslo.- A lo largo de la década de los 60, Hooker tenía publicados con su nombre o con seudónimo, cerca de 70 singles y alrededor de una veintena de Lps.
Poco a poco se fue sofistiando y metiendo en sus temas banda, hasta sección de vientos.
Álbumes excelentes como Let´s Make It, doble, donde incluye 24 temas de autoría propia. Es complicado de tanta amalgama de canciones destacar algunas, pero que no quede en el intento.
Let´s Make It que da título al artefacto; medios tempos hay varios: Process
Pero siempre están esos ecos de R&B que dan seña de identidad al gran John Lee Hooker, maravillas como Thelma, What Do You Say, I lost A Good Girl. Luego nos sorprende con ritmos de calypso: Keep Your Hands To Yourself, convirtiendo el estudio en un pequeño antro o club de blues.
Quizás en otro apartado pudiéramos colocar las canciones de este doble Lp, aquellas que se cimentan sobre el susurro de voz gutural y la guitarra, aunque con esa sofisticación de la que hablé antes, vientos suaves y piano entren al trapo, pero siempre es Hooker el maestro de ceremonias: I Got A Letter This Morning, A New Leaf, Send Me Your Pillow. En este Lp también está parte de la esencia, esos murmullos en forma felina: She Shot Me Down.
Algún matiz en forma de instrumental: Big Soul. Una vuelta a las raíces, que jamás pierde, pero que aquí se acrecienta en forma de gospel: Frisco Blues, Take A Look A Yourself.
Muchas de estas obras vieron la vida a comienzos de los 90, cuando John Lee Hooker ya era un nombre conocido al margen de los parámetros tradicionales del blues, con adaptaciones de varios grupos británicos que lo alzaron a oídos intrépidos.
Si Chuck Berry supo conectar con la juventud americana dándole lo que hasta entonces nadie había canalizado, esa furia y energía hacia canciones que hablaban abiertamente de sexualidad, implícita en sus letras, pero de manera sutil cantadas para no atraer los problemas de censura; John Lee Hooker tuvo que sortear por su pigmentación los accesos de racismo en su persona y dirigirlos hacia textos explícitos, curiosamente eso le valió un amplio reconocimiento en músicos blancos que le adaptaron muchas canciones.
Esa cosecha se ampliará con discos como Blues Before Sunrise, 10 nuevos temas de Hooker donde compagina su imagen introvertida en canciones como Hobo Blues, Crawling King Snake, el tema que da título al álbum, o My First Wife Left Me, donde necesita muy poco para componer excelentes obras; de la sencillez hacer acopio de originalidad. Su carácter se manifiesta en canciones con ese ritmillo tan típico en Hooker: Want Ad Blues o Maude.
Otro excelente Lp.
Que a poco tardar viniese a Europa no sólo a actuar, sino a grabar, era un hecho contrastado. A mediados de la primavera de 1965, John Lee Hooker se encuentra en Londres.
She Shot Me Down
THE LONDON SESSIONS.- Junio de 1965.-
Con una banda británica, aunque posteriormente en las mezclas se le añadieron los vientos según parece en USA; Hooker deja la huella en un glorioso disco, de esos que marcan época.
Fiel a su estilo, parece un miembro más del combo. En los 11 temas que compone el trabajo, todos autorías del maestro, abre con I Don´t Want Nobody Else, continua al trote con el R&B: Storming On The Deep Blue Sea; características intrínsecas al personaje con canciones tan magníficas y logradas como I´m Losing You.
En términos absolutos este The London Sessions es territorio para el R&B, apenas hay excepciones, como la esencial I Cover The Waterfront, Hooker, que apenas necesita su espuela con tacón, la guitarra y la voz, para marcarse unos cuantos temas soberbios. Aquí se se lo nota contento. satisfecho, desparrama buen hacer por todo el álbum. De vez en cuando la queja acude a su garganta y se despacha a gusto en canciones como Little Dreamer o Seven Days.
Mad Man Blues
Como el mejor jamón.- Los cerdos, los de pura raza ibérica, han pasado desde el mes de octubre en plena libertad en las dehesas, en lo que por España se denomina, las montoneras, allí se alimentan de bellotas, diversas hierbas que encuentran y todo aquello que se haya quedado por el campo esparcido, no hacen ascos a nada, así salen de hermosos y nos dejan espectaculares " pata negra", que son aquellos que tienen la capacidad de infiltrar la grasa en el músculo, lo cual hace que su carne sea más aceitosa que el resto de los cerdos.
Como John Lee Hooker ha cosechado mucho y bien durante la década de los 60, se añadirán nuevos discos que merecen la pena a la colección, esa de "pata negra del blues" que él practica, bien cebada de bellotas e hierbas diversas.
Lps que acabarán en el mercado en los 80, cuando su figura es venerada más allá del pequeño circuito del blues, bien en Estados Unidos o Europa.
Mad Man Blues Lp doble, recoge 23 canciones grabadas en el periodo 1951 - 66, en Chess Records, aquí retocadas en algunos casos, pero que deja a Hooker en estado puro, crudo, sin muchos matices.
La lista es amplia: Sugar Mama, Louise, High Priced Woman y otros todavía más clásicos: Peace Lovin´Man, Stella Mae.
Todo como siempre bien regado con el carácter de John Lee Hooker, lleno de sentimientos y capacidad para recrear algunos de los temas que le hicieron ser, probablemente, el mejor bluesman de la historia, no sólo por su jerarquía y discografía descomunal, sino por la longevidad de su obra, que al igual que otro grande, JJ Cale, no sólo no tiene un disco flojo publicado en su vida, es que jamás compuso ni una sola canción desechable.
Mad Man Blues, es otra prueba de ello.
Mad Man Blues, es otra prueba de ello.
Si queremos hallar al maestro más crudo, aquí está este Lp, doble además.
John Lee Hooker.
Baby Baby
I FEEL GOOD.- Junio de 1970.-
Grabado en Francia, el maestro comienza el Lp con un tema crudo: Baby Baby, casi a pelo. Pero el R&B aparece enseguida con el acompañamiento del grupo, ya sea en las magníficas I Feel Good, Going Home, Call In The Night, Stand Back.
Una vez más, marca de la casa, Hooker necesita muy pocos medios para cocinar un gran disco. Básico en sus planteamientos, basta técnica y letras adecuadas para asumir su blues austero.
I Feel Good, gotas de calidad que vierte acá y allá, como un chamán, aquí de bata negra. Deshoja cualidades interesantes en temas no muy conocidos de su discografía, algún instrumental como We Are Cooking; juega en Roll And Tumble, en total nos deja 11 temas de autoría propia para poco más de 50 minutos, nada mal desde luego, del más genuino blues rastrero del que Hooker, es maestro supremo.
John Lee Hooker: Guitarra Eléctrica - Voz
Lowell Fulsom: Bajo
P. S. Leary: Batería
Dazie Mae
Subiendo varios escalones.- La década de los 70 hallamos a un John Lee Hooker, requerido por grandes bandas para grabar, amén de aquellos "discípulos" que acogieron en sus discos adaptaciones del americano. Con prestigio asumido a un lado y otro del Atlántico, Canned Heat graba Hooker´N ´Heat - 1970 .
Había años en que aparecían varios discos del maestro, entre nuevas grabaciones, cooperaciones, recopilatorios, directos; etc, daba la impresión de que se pasaba la vida en el estudio. Algo de cierto hay, pero muchas de las muestras de su exquisito talento eran viejas canciones que se iban incorporando al catálogo de sus muchas casas de discos para las que grabó. Como su material es abundante, desde luego abarca hasta una década y media después a buen ritmo, no es extraño de que cada poco tiempo, apareciera un nuevo Lp de John Lee Hooker.
También habrá que reseñar la cantidad de sitios que distribuye su obra con el paso de los años. Podemos encontrar discos de Hooker en sellos alemanes, franceses, italianos; al margen de los grabados en Estados Unidos, claro, lo cual ayuda a una obra magna y difícil de conseguir en su totalidad, pero ya apunté, muchos de esos trabajos se encuentran ya publicados con anterioridad y las canciones son iguales, se repiten mucho.
NEVER GET OUT OF THESE BLUES ALIVE.- Enero de 1972.-
Se nota que jugamos en 1ª División. Ahora se le unen en el estudio gente del calibre del bluesman y armonicista Charlie Musselwhite ( un tipo excelente, al que he podido ver varias veces en directo). El guitarrista Elvin Bishop y hasta un alumno aventajado, el irlandés Van Morrison, que ayuda en la guitarra y las voces en el tema que cierra el disco y da título al artefacto.
¿ Qué hay en el disco ?
Pues todo bueno y de buena cosecha.
Blues lentos que abren el álbum, sea Bumblebee, Bumblebee. Hay algunos más: Country Boy, T.B.Sheets
Temas secos donde la banda se exprime un poquito más: Hit The Road, Boogie With The Hook.
Grabado en San Francisco (USA), en apenas un suspiro, 2 sesiones le bastaron al maestro y alumnos: 28/29 de septiembre de 1971 para dejarnos un, como siempre, buen disco, de apenas 7 cortes, intensos y certeros como disparos.
Como anécdota, y no menor, su primo Robert Hooker, también le da a la guitarra eléctrica en varios temas.
John Lee Hooker, sabedor de que los años van pasando y ahora se encuentra en una buena disposición creativa, sabe reunirse con jóvenes talentos que le siguen dando impulso, agrandando aún más si cabe, su leyenda y su carrera.
Hit The Road
NEVER GET OUT OF THESE BLUES ALIVE.- Enero de 1972.-
Se nota que jugamos en 1ª División. Ahora se le unen en el estudio gente del calibre del bluesman y armonicista Charlie Musselwhite ( un tipo excelente, al que he podido ver varias veces en directo). El guitarrista Elvin Bishop y hasta un alumno aventajado, el irlandés Van Morrison, que ayuda en la guitarra y las voces en el tema que cierra el disco y da título al artefacto.
¿ Qué hay en el disco ?
Pues todo bueno y de buena cosecha.
Blues lentos que abren el álbum, sea Bumblebee, Bumblebee. Hay algunos más: Country Boy, T.B.Sheets
Temas secos donde la banda se exprime un poquito más: Hit The Road, Boogie With The Hook.
Grabado en San Francisco (USA), en apenas un suspiro, 2 sesiones le bastaron al maestro y alumnos: 28/29 de septiembre de 1971 para dejarnos un, como siempre, buen disco, de apenas 7 cortes, intensos y certeros como disparos.
Como anécdota, y no menor, su primo Robert Hooker, también le da a la guitarra eléctrica en varios temas.
John Lee Hooker, sabedor de que los años van pasando y ahora se encuentra en una buena disposición creativa, sabe reunirse con jóvenes talentos que le siguen dando impulso, agrandando aún más si cabe, su leyenda y su carrera.
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