VAN MORRISON : DEJA DE MIRARME ! PRIMERA PARTE ( 1967 - 1989)

In The Beginning




   Miren, estoy un poquito harto de que todavía algún descerebrado se equivoque y crea que soy el cantante de un grupo californiano por aquello de compartir apellido. Me pasaba a menudo por la década de los 60, y no, no existe nada en común. ¿La música? Pero qué música, leches ¡cuánta ignorancia! La verdad, lo llevo mal, y con los años a peor. Ahora nadie se atreve ni a entrevistarme, y si algún cretino de la prensa, la que sea, la ortodoxa o la que ustedes llaman especialista, o sea, la musical, se le pasase por la imaginación alguna conexión con el tipo de los pantalones de cuero, el sol de las playas californianas, la universidad, aquel que apodaron el “rey lagarto”, hay que ver qué imaginación, les arranco las quijadas, vamos hombre. Estaría bueno, yo soy George, y para que engañarles, de poses y soles pocos. De juergas escasas, bastantes lluvias, tiempo gris, recogido, praderas verdes, depresión.
 Escuchen o lean, lo que más les place o acomode. Vengo de una isla, pequeña, pero muy orgullosa, de plena depresión por aquello de que a un tipo a miles de kilómetros de donde nací le dio por invadir un  país vecino porque necesitaba carbón, no quería pagar los portes y decidió que mejor quitárselo. Y ahí empezó otra vez el baile. Cuentan los más viejos, y también los papeles de la historia, ya saben, aquella que sólo perdura con el beneplácito de los ganadores, que apenas unas décadas antes había pasado lo mismo en ese continente que se llama Europa.
 No quiero aburrirles, esa no es mi intención, de hecho me dedico al muy noble oficio de entretenedor, o sea, que soy cantante, ocasionalmente con los años eduqué mi voz como medio de vida y aprendí a tocar el saxofón, la armónica y algún instrumento de cuerda. Me defiendo. Pero a lo que iba, verdes praderas en el interior, un muelle en el astillero de la ciudad en la que mi padre era electricista y una madre que fue cantante, y digo fue, porque se dedicó en cuerpo y alma a atendernos a mi padre y a mí. Sí, soy hijo único en esa Irlanda de mediados de la década de los 40, pobre, humilde, que tenía necesidades y encima en plena batalla de guerrillas con los británicos, vencedores de un conflicto que me fue ajeno, pero que recibía las consecuencias como un látigo perdido en el aire y que acaba en mis costillas.
 Al comienzo de todo. Escuchaba música, mucha, mi padre traía discos que llegaban al puerto, y en mi casa se escuchaban, pero lo mejor fue cuando él se marchó a Detroit una larga temporada y vino con vinilos de Ray Charles, Salomon Burke, etc. Imaginan lo que era mi estancia en la pequeña Belfast. Sin eso, yo no hubiese escuchado nada, aunque algunas emisoras de radio colocase canciones, no era lo mismo tener los discos en casa a tu disposición y una madre que tenía nociones básicas, pero fundamentales para mí.
 Así pues, entienden ahora que me molestase que me emparentaran con el lagarto ese, rey o vasallo, me da igual, de la California soleada, playas, bikinis, universidad. Aquí de sol poco, lluvia abundante, calles mojadas y mala leche. Así pues nadie te ha dado permiso para que me mires, y menos de frente.


Afterwards


 Bueno… tranquilicémonos. A la vuelta de mi progenitor, los 2 nos llamamos igual, observó que pasaba más rato al lado de Muddy Waters, Hank Williams, Nahalia Jakson… que con los deberes escolares, es decir, escuchando música, en casa, siempre solo, y que lo mismo me daba el blues, el góspel, el country… pues lejos de regañarme, me impulsó en esa inquietud mía y una tarde cuando salió del astillero traía una bolsa grande, y dentro de ella una guitarra acústica, bonita como una niña, como una mañana de domingo de primavera. ¿Qué tendría, 11 años, año arriba o abajo…? Sentarme en una silla pequeña con mi madre al lado enseñándome a colocar los dedos sobre las escalas, con métodos de libros que aparecieron por casa como por arte de ensalmo. Y allí pasaba largas horas, dale que te pego al salir de clase.
 Luego había que tocar en directo, con gente, y eso se me hizo raro y dificultoso. Tendría que reunir personal de mi edad para ensayar, y yo, la verdad, muy sociable nunca he sido. También puede que ser irlandés, hijo único, y demás zarandajas de psicólogo de barrio ayudasen a esta manera mía, pero bueno, por intentarlo que no quedase, porque lo que era estudiar a mí no iba ese asunto y estar en los astilleros, ni como electricista que era mi padre, me entusiasmaba. ¡Algo habrá que hacer, supongo!
 Apenas levantábamos metro y medio del suelo cuando me junte con otros compañeros, ¿qué tendríamos, 13, 14… años, por ahí? Y nos pusimos a cantar y tocar por algunos sitios de Belfast. A veces nos daban unas monedas, otras se reían. Pero vocalizaba, tocaba la guitarra acústica y cogimos experiencia. Creo que nos llamábamos Sputnik porque por aquella época los soviéticos lanzaron una  nave no tripulada al espacio que se llamaba así, y era algo inusual y grande, se supone que para la humanidad. Bueno, como yo seguía en el colegio pero empeñado en seguir aprendiendo a tocar, mi padre me compró un saxofón con el que iba tomar clases. También me apañaba con una armónica, más económica y fácil de utilizar.
 Buenos años. Con un cierto dominio del saxo tenor me integré en bandas de mayores, aprendí, así estuve hasta que acabé la secundaria y empecé a trabajar de limpiacristales mientras caían unos bolos con el que sacarse unos peniques hasta que con 17 años (los que tenía por entonces), dimos una especie de tour por Alemania e Inglaterra, el grupo se llamaba algo así como Kings, y los tugurios eran sitios de mucho humo y risas llenos de soldados de las bases americanas. Lo cual me motivó mucho pues conocí a gente de 1ª mano que a su vez escuchaba a mis ídolos juveniles.
 Hubo más grupos, más conciertos, mientras me iba curtiendo con el saxo tenor y la voz, hasta que en 1963 en Belfast decido llevar mi propio grupo, lo llamamos Them y hacemos R&B. A los pocos meses tenemos un contrato discográfico con Decca y marchamos para Londres donde publicamos adaptaciones de Joe Williams: Baby, Please Don´t Go, mientras yo componía también y llegamos a grabar Here Comes The Night y Gloria. No se estaba mal en Londres, girando y tal, llegamos a grabar 2 Lps y nos apodaban The Angry Young Them. Hicimos nuestros tours y aquello daba para vivir, e incluso nos desplazamos a Estados Unidos, ya saben, era la época de la invasión británica; pero les diré la verdad, nos llevábamos mal, para variar, y yo regresé a Belfast, debía de ser sobre 1966 o 1967.




Browin Eyed Girl



 BLOWIN´YOUR MIND.-  Septiembre de 1967.- 
 Allá cada cual con su oreja y pensamiento y de un cierto relegamiento de este Lp, incluso del propio Morrison. Pero es un discazo de R&B, soberbio, pese a las circunstancias adversas de la grabación, de que fuera cuestión del productor Bert Berns el colocarlo en la calle, de la muerte súbita de éste, del cambio de compañía de discos y hasta de la portada que era psicodélica y que no daba la imagen que el irlandés quería para sí. ¡Y no se cuantas cosas más he leído por ahí!
 Al asunto. Sólo el single de Browin Eyed Girl ya merece la pena semejante artefacto. Casi todas las canciones compuestas por Van Morrison, 6 en total, y 2 adaptaciones, entre las que destaca la genial Midnight Special. Momentos de cumbres vocales, de poderío, de magisterio del blues, He Ain´t Give You None, T.B. Sheets.
 Puede que sea un Lp de canciones, no formando un todo, o sería mejor apostillar de sencillos, claro que T. B. Sheets con sus casi 10 minutos ocuparía las 2 caras, pero ésta no salió como tal, claro. Maravillas que dan ganas de vivir y respirar, si Browin Eyed Girl es un canto a la alegría, Spanish Rose no le anda a la zaga, que sencillo el R&B, que bonita la guitarra de Eric Gale. Cargado del alma soul que caracteriza a Van Morrison en gran parte de su obra, Goodbye Baby ( Baby Goodbey) derrama de nuevo la voz con el duende del diablo rondando todo el surco. En la misma profundidad nos hallamos más cosas, como Ro Ro Rosey o Who Drove The Red Sports Car.
 Parece mentira que un disco tan grande, apenas se grabara en 2 sesiones, según cuentan en los créditos del álbum, concretamente entre el 28 y 29 de marzo de 1967, y que a mí a punto ha estado de extraviárseme porque no se encontraba donde tendría que estar en la estantería. Y casi hasta hace unos días, ni me percaté de que tenía semejante joya, cuando me he puesto manos a la obra sobre la obra de este irlandés rugiente.




Spanish Rose




El león sin corona.- Aunque vuelva a rugir un año después en forma de nuevo álbum, al parecer con éste más contento, haciendo una obra compacta, sólo con Blowin´Your Mind´merece la pena acercarse a la obra de Morrison. Con la edad y los trabajos venideros, sólo ha ido que mejorando y dejando los palos del sombrajo demasiado altos para según qué voces. Porque no es blues, R&B o soul, tejerá en la hermosa voz que cultiva el country, gotas de jazz, claro, rock también, y de cada esencia de ellas nos alumbrá el camino de eso que es tan peculiar, la buena música. Cuesta y mucho, hallar una obra mala de Morrison, si acaso floja en cuanto a su enorme talento y calidad, por eso a los genios, hay que pedirles la esencia, el cúlmen en todos sus trabajos, sino, parece que nos estafan y engañan. Por ahora, todo es bueno y bonito, lo del precio que lo coloque cada oyente en su baremo particular.



Young Lovers Do



ASTRAL WEEKS .- Noviembre de 1968 .- 
 Un disco especial, único me atrevería a decir. Grabado en 2 días, sí, 2 días y desconozco si con sus noches. ¡Que voz, la de Morrison! Divido en 2 partes, como si se tratase, de hecho lo es, como una pieza al estilo de ópera-rock. Reparte el Lp en 8 temas, 4 por cara y todos compuestos por George. Los hay cortos en duración no en intensidad, desde los 3.20 a los 9.25.
 Si hasta la fecha lo que se conocía de este irlandés de rugido limpio era su paso por los Them, su característico R&B y que ya nos dejó algunos clásicos para los tiempos futuros; pues en este Astral Weeks arregla en cuestión de semanas y le dota al blues de una lírica medieval, una vuelta de tuerca enorme. Se puede catalogar de disco conceptual, quizás más en la forma que en el fondo. Y nos deja una obra grande, pero difícil de escuchar. No tiene una marcha prolongada, de hecho recomiendo a quien se atreva con ella escucharla con tranquilidad y darle varias vueltas al Lp, no es digerible así a la 1ª cucharada, como de pequeños cuando nos daban un jarabe y hacíamos miles de muescas con tal de evitar lo inevitable.
 Nos hallamos con auténticos prodigios, los más de 9 minutos de Madame George, una descripción de Belfast, algo que también se intuye en Cyprus Avenue. En ese avance del blues, lo reanima y endulza con flautas, violines, contrabajo y varias guitarras acústicas, en Astral Weeks y Swet Thing, más para escuchar al lado de la chimenea. Y la voz, limpia, clara, modulada en cada pasaje. Tiñe el blues de ambientes campestres, más propios del folk.
 El tinte jazz que le da a Young Lowers Do, una de las canciones favoritas para mí; la prolongada, sentimental y profunda Madame George y Ballerina. Profundidad hasta el final y concentración para un Lp que me parece teñido de blues, pero camuflado de sombras siniestras y paisajes muy folks.




Stoned Me



El despegue .-  Después de editarse Astral Weeks con que debutó en su nuevo sello discográfico, parte de la crítica se rindió por completo a esa voz bluessy que atesora. La verdad es que es un gran disco, la intensidad y emotividad que transmite en dicho trabajo, unido a la poesía de su herencia irlandesa lo convierte en un solista a tener en cuenta en el final de la década de los 60. Ir coleccionando sus obras es cuestión de paciencia, pues posee brillantes Lps a lo largo de más de 40 años de carrera, no sin altibajos, pero desde mi punto de vista Morrison es de los pocos que puede presumir de una docena larga de álbumes excelentes.
 Examinando su mundo y su trayectoria, es en el mercado norteamericano donde puede cultivar su vertiente soul en discos como Moondace, que más tarde los irá enraizando con muestras de aromas célticos como en Veedon Fleece, sin obviar nunca esos encantos tan envolventes de sus raíces irlandesas. Con la base del blues y el R&B, va construyendo una amalgama de sonidos propios, dejándonos a lo largo del camino una buena colección de perlas en forma de canciones, esculpiendo con su voz un cósmico aullido cuyo espectro va del susurro más introspectivo al más doloroso y extraño de los lamentos.




These Dreams Of You




MOONDANCE .- Febrero de 1970.-
 Las canciones se tornan cortas y directas, ahora las cuerdas vocales se han visto desbordadas por los vientos que soplan hacia el soul dejando momentáneamente aparcados los sonidos de blues y jazz.
 ¿Se puede hacer una canción más hermosa que Stoned Me?  Van Morrison vive en Estados Unidos, se ha unido sentimental, intelectual y convencionalmente a Janet Rigsbee, y todo el álbum rezuma tranquilidad, alma, paz. Esa ternura y alegría nos dejan joyas como la mencionada, pero atesora un reguero como Moondance, Caravan, These Dreams Of You, Everyone;  una simplificación de estructuras y estribillos directos con coros: Crazy Love, Come Running y Glad Tidings.
 Pese al escaso bagaje discográfico del irlandés, su apenas incipiente carrera, pocos cantantes blancos han conseguido conectar tan nítidamente con lo más granado de la música de color, ese feeling puede que se nazca con él, pero el cuidado y el trabajo lleva su tiempo, Morrison lo consigue y engrandece.



Blue Money



El poeta enamorado de la música americana.- Instalado en una especie de casa rural en Woodstock, Nueva York, teje lo que serán sus discos de finales de la década de los 60 y parte de la del 70. Después del éxito alcanzado por Moondance – 1970 además éste disco producido por el mismo, compuesto en su totalidad también, empieza a lanzarse a escenarios amplios, pero sólo por un periodo de tiempo escaso. Con los años, le irá cogiendo el gusto a actuar para pequeñas capas de espectadores, más dado a clubs, pues su música, como ya he dicho, un elenco de americana amplia donde cabe en el cesto desde el blues, R&B, country, soul, jazz… es más propio para espacios reducidos.
 También influye su estado personal actual, siempre enigmático, celoso de su intimidad, deja siempre un estudio perfecto de profesionalidad en sus conciertos. De hecho es la época de un buen puñado de  actuaciones y de un sinfín de trabajos publicados, a un Lp publicado por año.
 Destacaría también que Van Morrison es un lector empedernido, lo cual lo eleve muy por encima del  rockero medio. Traducir sus textos es un tormento, de hecho la cantidad de giros y argots que emplea dificulta la tarea, casi nunca dice lo que expresa, es una metáfora constante, en ocasiones no se refiere a algo tan obvio como por ejemplo Railway Carriage, que no tiene nada que ver con un tren de mercancías, que sería lo suyo, sino que el significado real es una anfetamina que el propio Morrison consumía en los 60 debido al stress que le producía el constante tour al que sometía a su cuerpo y mente.
 De todo ello nos vemos agradecidos los muchos oyentes que ha ido dejando por el camino de un brillante carrera, a partir de 1972 y de nuevo regresando a Belfast, sus actuaciones son menos maratonianas, sus tours más cortos y distanciados, pero su producción discográfica aumenta con el paso de los años.



Give Me A Kiss



HIS BAND AND THE STREET CHOIR .- Noviembre de 1970.- 
 Amplio espectro de R&B el que nos brinda Morrison en este disco. Desde el inicial Domino, pasando por Give Me A Kiss, I´ve Been Wornking, Call Me Up In Dreamland, Blue Money, Sweet Jane;  hasta muescas de blues melódicos como Crazy Face, Gypsy QueenIf I Lever Needed Someone. Voz potente con una guitarra acústica que te arropa y arrulla en I´ll Be Your Lover Too.
 Acompañado por un elenco de músicos exquisitos, La Caledonia Soul Orchestra, 12 canciones repartidas en 40 minutos con una profusión de calidad enorme, una parte instrumental sublime, un detalle y cuidado muy superior a la media de lo que se podía escuchar por estas fechas, y estamos hablando de la década mágica de los 70. Puede que His Band And The Street Choir no sorprenda tanto como los trabajos anteriores por utilizar moldes menos novedosos e insistir en ese R&B clásico, pero el reguero de canciones que nos deja es suficiente para catalogar al disco de los mejores de Van Morrion. Y sigue sin bajar un ápice el listón de calidad desde su primer trabajo.


Década de los 70.-  Más tranquilo y sosegado con la última entrega, His Band And The Street Choir, cuesta seguir las andanzas discográficas del león de Belfast, a un sonido de soul como nos tenía acostumbrados nos sale con el rugido del country, cambia de pie el paso y se marca el Tupelo Honey1971, de claro sabor campestre. En parte su existencia en el autoexilio que se ha marcado. Regresar al estudio y seguir la consigna de John Lee Hooker, “entrar y salir”; cuanto antes se recojan las cosas que necesitas registrar, nada de darle tantas vueltas.
 Morrison tiene muy claro lo que quiere y cuando. Tupelo Honey reúne al elenco de músicos que le acompañaban, ensayan las canciones y entran en los estudios a intentar que a la 1ª toma todo salga bien. Profesionales como la copa de un pino, nos dejan un reguero de hermosas canciones: Old Old Woodstock, I Wanna Roo You’?, Tupelo Honey… se beneficia qué duda cabe de la paz rural en la que habita en estos momentos y de la situación sentimental junto a su compañera Janet Planet, de su hija y de su propia banda que le entiende y absorbe en nuevas tendencias.
 No contento con encerrarse en la misma jaula, se retrae pero no su sátira de la que mencioné líneas arriba. Mordaz, contundente, irónico, resabiado, todo lo hace versos hermosos en esa voz prodigiosa que sostiene todo el andamiaje de su obra.
 Saint Dominic´s Preview – 1972 nos sitúa a un Morrison con toda la bilis de la que es capaz y salta en pedazos la sintonía de hacer Lps compactos, aquí cada canción tiene vida propia e historia diferente. Hay temas largos, poderosos: Almost Independence Day, Saint Dominic´s Preview; devaneos semiacústicos con un buen trabajo vocal: Listen To The Lion; no olvida que esto es un negocio y hay que vender, pero con clase: Jackie Wilson Said.
 A  esta inagotable voz y tormento, impulso creador devastador, nos sitúa en un espacio otoñal en su siguiente trabajo: Hard Nose Higway – 1973, álbum desigual, muy complejo. También en parte porque este hombre vive muy apegado a su presente y ahora instalado en Belfast, alejado de los sonidos americanos que tanto éxito le han dado, vive refugiado en su serenidad y reflexión continua.  Imagénes nostálgicas como las detalladas en Wild Children, Atumn Song o The Great Deception. Pero su garganta no se seca, aunque para un poco, de disco tras disco.


Help Me



“ … IT´S TOO LATE TO STOP NOW…” .- Febrero de 1974 .-
 Doble en directo que recoge en parte la gira de varios meses con The Caledonia Soul Orchestra, entre mayo y julio de 1973. Fiel reflejo de lo que es Van Morrison en esta etapa de su vida, recoge todos los géneros de los que era capaz de interpretar y dirigir  en 18 temas, hace un repaso de adelante y de atrás. Se atreve con Sam Cooke en Bring It On Home, nos coloca a Sony Boy Williamson en Take Your Hand Of My Pocket y en Help Me; I Just Wanna Make Love To You de Willie Dixon y nos regala una de Ray Charles : I Believe To My Soul. Para no echar en falta nada, nos deja su Gloria o Caravan.
 No hay arreglos o ajustes, tal cual la tocan, tal cual la graban y la publican. Seleccionan, claro, pero Van Morrison lleva el perfeccionismo a los extremos de no tocar nada. Algo parecido a los equipos de fútbol” se juega como se entrena”. Pues para él, se toca como se ensaya y si algo sale mal, es que tampoco se prestó atención en la sala de máquina. 


Bulbs


 Belfast.- A veces, como suele ocurrir cuando uno lanza un disco doble en directo, ajusta cuentas con su pasado más inmediato y echa cuentas. Parece que la etapa americana había acabado, al menos en su aspecto personal. Divorcio a la vista y finiquito de The Caledonia Soul Orchestra, decide regresar a Irlanda e instalarse en su ciudad natal para seguir con su carrera.
 Una vez más, su trabajo Veedon Fleece – 1974  refleja el estado anímico de Morrison, todo transcurre en un río de belleza impresionista y densidad lírica. No es fácil, su música no es de digestión sencilla, esa voz llega a ser indulgente, estridente o te consigue arrullar en la placidez del susurro, puede alcanzar mil requiebros durante una misma estrofa. El resultado no puede ser otro que un desgaste emocional del que el oyente no consigue desprenderse, reemprende su carrera ahora más centrado en tours de corta duración, acude a cuanto festival de blues y jazz le llaman, circuitos cerrados, espacios exquisitos y públicos selectos, y en cuanto acaba enseguida vuelve a Belfast, donde los aromas célticos abonan lo que es su disco Veedon Fleece.




Streets Of Arklow



 VEEDON FLEECE .- Octubre de 1974.- 
 Melancolía, inspiración y sensualidad desde el inicio, como si Van Morrison quisiese marcar el terreno nada más posar la aguja sobre el surco del Lp. Flair Play, Linden Arlen Stole The Highlighs, Cul De Sac, Come Here My Love; You Don´t Pull No Purches, But You Don´t  Push The River ( ésta última de casi 9 minutos).Este es un disco de voz, llega a la  cumbre de su expresión, donde escuchamos a un hombre hasta el agotamiento emocional, un ser humano al límite. Coloca enorme belleza sobre unas guitarras acústicas, violines y una flauta medieval en la hermosa Streets Of Arklow;  descubrir con agria ternura y llegar a tocar el corazón en un intento de hacer añicos la resistencia del auditor.
 Pasajes y paisajes se entrecruzan como carreteras y caminos, de Bulbs a Country Fair; Veedon Fleece nos dirige inequívocamente a sus primeros álbumes en solitario, a una obra compacta y densa, a esos Blowin´Your Mind´y Astral Weeks.
Sin arreglos complejos y sobredosis de instrumentalización, por encima de todo, una vez más: la Voz.




Caravan



El silencio.-  Era lógico que en algún momento Van Morrison tuviese que parar, dar descanso al cuerpo y a la mente creativa que había desarrollado durante los últimos años. La laxitud le duraría 3 años en los que también afloró el bloqueo del escritor, la página en blanco. Discográficamente cerró su ciclo con el doble en directo en 1974, pero las nuevas aventuras no aparecían o no como él deseaba.
 Diversos proyectos se le acumulan en forma de colaboraciones y actuaciones esporádicas, pero no será que le veamos en acción hasta que aparece en el film de Scorserse “ The Last Waltz”, concierto de despedida de The Band y el disco póstumo en forma de triple, donde Morrison nos agasaja con Caravan.
 Mientras reconstruía su obra, también se aplicaba a su entorno más personal, compró los Wool Hall Studios e instalado en Irlanda, empezó a dar forma a un nuevo trabajo, esta vez en colaboración con Dr. John, Lp que aparecerá en la primavera de 1977 con el título de A Periodod Of Transition, una especie de funk blanco que a mí me parece que no acaba de funcionar, ni como canciones sueltas ni como álbum compacto, descafeinado en mi opinión. Y es una pena, porque es el 1º disco de Van Morrison que deshecho del todo, con título muy apropiado desde luego, no parece que el león irlandés de en la diana, demasiado difuso y disperso, con el paso del tiempo engrandece mucho más su anterior obra, Veedon Fleece; lo cual también puede hacernos pensar que lo último publicado no está a la altura del genio de Morrison y puede ser injusto, pero no es un trabajo que me llegue en ningún aspecto.
 Debió de rugir de lo lindo en su interior, pues lo leído por aquellas fechas en lo que se refiere al álbum, fueron críticas muy negativas y se esperaba, por su tiempo empleado entre disco y disco y su colaboración con otro oso pardo, Dr, John, mucho, bastante más que el híbrido de funk blanco que nos dejan.
 No sé si recapacitó, pero Wavelenght da un giro total a lo grabado con anterioridad y se inclina por las guitarras eléctricas y sintetizadores, poseyendo a todo el álbum de un aroma pop, hasta ahora desconocido en sus múltiples capas. El asunto debió de entenderse correctamente, pues dicho trabajo se vendió muy bien y llegó a Platino, devolviendo a Morrison a lo alto de las listas británicas y alcanzo el puesto 27 en las americanas.




Venice U.S.A



WAVELENGHT .- Septiembre de 1978.- 
 Algunas consideraciones técnicas para empezar, por ejemplo la presencia de Peter Bardens (Them) como teclista que acabó siendo definitiva para conseguir el sonido que Van Morrison quería para su nueva obra; otra aportación y nada menor, desde luego desde mi punto de vista, la de Garth Hudson ( The Band ) y hasta la portada, con un león en pose desenfadada, pitillo en mano, sentado en un taburete esperando su próximo wiski, foto del fotógrafo Norman Seeff. Cosas que yo presto atención, esos detalles marcan lo que puede ser el Lp. ¿Y quién no ha comprado algún disco basándose en la carpeta? No es el caso éste último, pero leo todo lo que un álbum tiene en sus páginas exteriores e interiores. O se buscan informaciones adicionales que te dé una idea de qué va el asunto.
 Van Morrison nos obsequia con 9 canciones, recupera el sonido americano poperizado, si se me permite semejante afirmación, aunque curiosamente inicia el trabajo con un soul “blanquito”, Kingdom Hall, pasando rápidamente a una instrumentación americana y la voz de protagonista, esa sempiterna melodía que nos deja en Checkin´It Out y la calidez de Natalia, dulce y arrullador medio tempo. La sorpresa aparece en forma de reggae, Venice U.S.A de más de 6 minutos, que da tiempo al lucimiento de la banda que le arropa en este tema, especialmente de Hudson al acordeón, te envuelve en una madeja para que una vez más, la voz, te arrulle y te cante al oído acompañado por unos coros hermosos.
 Wavelenght  que da título al disco, está basado en un fondo a base de sintetizadores creando efectos sonoros poco habituales hasta la fecha y en la guitarra eléctrica de Bobby Tench, que le da un sonido muy de los 80, esa modernidad americana con palmas corales tipo disco-music. ¡No asustarse, es un buen tema! Comedido en los sintetizadores, nada que ver con los “nuevos románticos” británicos ni zarandajas por el estilo de esta época. Es Van Morrison quien firma el trabajo, no un advenedizo acabado de llegar al rock.  Hungry For Your Love balada al canto con un Morrison sentado al piano, como curiosidad comentar que aparece en la B.S.O de la película “Oficial Y Caballero – 1982, lo cual seguro que hizo a alguien mirar dónde se encontraba esa canción con anterioridad. Take It Where You Find It, cuyo texto nos presenta a un autor inseguro y hasta cierto punto decepcionado pero con ganas de reaccionar, quizás al entorno que vivía en estos instantes. Canción lenta, sublime, que con las diversas escuchas acabas por tenerlo entre lo mejor del álbum.
 Un Lp de resonancias muy personales, varios temas hacen referencia a su infancia, desde Kingdom Hall, Checkin´It Out, Natalia… amores perdidos, las misas con su madre en la infancia, América en su más amplia acepción, y es que cada disco de Morrison es una pequeña novela. Wavelenght lo es.


En el contexto.-  Con el paso del tiempo uno se da cuenta de la importancia de la música de Van Morrison, que forma parte de tu diaria existencia, aunque existió una época que pasara casi desapercibido. Alguien al que algún día habría que recurrir para ver el rock que hacía, impregnado de tantas brizas desperdigadas por el suelo que él capturaba y te las colocaba con un reguero de las muestras más diversas.
 Blues místicos, balbuceo de inspiradas letanías expresando sus sentimientos más íntimos a través de inflexiones vocales. No lo tenía nada fácil, un pequeño repaso antes que de Morrison decidiera parar a mediados de la década de los 70, pongamos que hablo de 1973, donde el rock cambió al sentido de negocio y dio el paso grande, tranco difícil de seguir para la mayoría, de los pequeños escenarios llenos de humo y voces, tugurios de R&B; a campos de fútbol, si nos acercamos a 1972 estamos ante el monumental Exile On Main St de los Stones y su consiguiente maratoniana gira, pero es que un año después 3 tours ponen el listón inasequible para la tropa de clase media: la de Houses Of The Holy ( Led Zeppelin), Billion Dollar Babies ( Alice Cooper ) y Quadrophenia ( The Who ). A partir de aquí cambia el concepto de rock, esto no es un juego de adolescentes que imitan a homínidos negros americanos, ni el toque de cadera de un chico blanco de Memphis que sólo quería regalarle a su madre un single grabado por él, y que además iba para camionero. Esto es rock, en mayúsculas, y la organización y seguridad de las 3 bandas mencionadas no es para pasar el rato, estos mega shows comienzan a rodar con un equipo de luces y sonido propios, trabajadores en nómina como si estuviesen haciendo una pirámide, con la salvedad de la que la posterioridad sólo duraba unos días: montar y construir y desmontar y desconstruir el escenario, la vida del espectáculo.
 Hizo bien Van Morrison es esperar a volver a grabar y salir de gira, éstas modestas, basadas en un equipo de voz( la suya ) impresionante, y de músicos que giraban a su alrededor. No tenía ni público ni discografía para semejantes hazañas. Ni él ni nadie, salvo los mencionados, por otra parte. No es extraño que a finales de la década de los 70 se encuentre en un ciclo re reflexión, y que las canciones en sus textos reflejen esa introspección, Into The Music1978, destila serenidad aséptica, aquella que sólo demandan y entienden ciertos iluminados. Convecionalismo musical, rock de adulto, destellos de pasión, feeling y soul que desembocan en sitios de aforo medio, quizás hasta pequeños, con cierto recogimiento, que así se paladea mejor, lucha por encontrar y canalizar su rabia y lamer las heridas que el sistema le ha infringido. Claro que tampoco debe de quejarse mucho, Van Morrison empieza a sacar la cabeza de león herido y a fraguar una obra incólume, soberbia, a la altura de los genios.



Full Force Gale



INTO THE MUSIC .- Agosto de 1979 .-

 Renovar las raíces celtas, más abierto, menos circunspecto que de costumbre, parece abrir una ventana a la vida y que corra el aire fresco. Disco la mar de interesante, 11 canciones, 10 con la firma de Morrison. Cambio de casa de discos, alguna colaboración sugestiva, como la slide de Ry Cooder en Full Force Gale, aunque varios temas se asientan en Toni Marcus, bien en el violín: Stepping Out Queen, Angelou o Troubadours; o utilizando la viola y mandolina;  claro que a mí el que me sigue emocionando es el comienzo, esa armónica de Van en el magnífico Bright Side The Road que inicia Into The Music y las vocecitas que se marca Kate Kissoon.
 Diversidad de vientos a lo largo del Lp, a cargo de Pee Wee Ellis, Morrison se reserva en esta ocasión a ejercer de frontman y ocasionalmente acompañarse de la guitarra eléctrica o armónica. Temas impregnados de soul con majestuosidad de trompeta y coros como Stepping Out Queen o muy cuidados e intimistas, folk céltico en Troubadours o Rolling Hills, un claro homenaje a las raíces. Dentro del eclecticismo de Morrison, toques jazzy en You Make Me Feel So Free. En completa armonía de tiempo y espacio, se marca un tempo medio, el más largo de todo el álbum, me refiero al íntimo It´s All In The Game o la única versión, una canción que data de 1911, You Know What They´re.
 Como siempre comento, Lp de contenido variado y que requiere de varias escuchas, desde luego nada de principiantes. Esto es música en su amplio sentido, aquí de nuevo la voz es clara protagonista, pero da una cancha enorme a los vientos y una profundización muy concreta en el folk, raíces celtas en este caso, del amigo Morrison.




Swiss Cheese



Mantenerse.-  La entrada en la década de los 80 nos dejaba a un Van Morrison convertido en una especie de apóstol del buen gusto musical, con una obra apartada de los primeros lugares de las listas de éxitos, aunque siempre acabase en un top – 20 o 30, sobre todo en las Islas Británicas, pero con una música minoritaria, eso sí, elegante y sobria.
 Si los comienzos eran muy americanos y luego con su regreso a Irlanda se tornaron muy folks y de sonidos celtas, poco a poco se iba alejando de su misticismo pop y permanecía en su lánguido estilo. Algunas consideraciones para el mundo mediático como su aparición en el Festival de Montreaux -1974,  ahí reside gran parte de su valor: poder observar de cerca en el tiempo y la distancia al joven autor de Astral Weeks -1968, Moondance - 1970 y Saint Dominic’s Preview - 1972. Con una banda en estado de gracia pero reducida a tres músicos y en clave jazz, Van Morrison sorprende a los asistentes con números poco conocidos en ese momento como BulbsTwilight Zone, el muy apropiado Swiss Cheese o Naked In The Jungle, tema que sintetiza el espíritu y el logro de la actuación:
 base rítmica concisa, teclados dinámicos y la increíble versatilidad de su voz. Resulta fabulosos saber que sólo tenía 29 años. Parece reencontrase con la inspiración en Common One – 1980 cuando de nuevo acude a dicho festival presentando lo que hasta entonces era su última obra. Entre medias su aparición esporádica en el The Last Waltz, despida de The Band en 1976; sus grabaciones ahora están a caballo entre Dublin, Londres y Belsfast, y los discos fueron cayendo uno detrás de otro sin nada nuevo que aportar, siempre calidad, sobriedad, elegancia, pero para mí faltos de energía, fuerza, gracia, si la versatilidad y variedad predominaban, ahora la carretera es tan recta que no se vislumbra ninguna curva en el horizonte.
 Comme On – 1980 es lirismo desde la portada hasta la última nota que suena en el disco. Canciones largas, álbum hasta bonito, pero decepcionante al no variar de marcha del principio al final. No deja de ser conducir kilómetros en una autovía nocturna sin cruzarte con nadie ni adelantamientos temerarios. Todo es introspectivo e intimista, pero falta la magia que poseía antaño.
 Tampoco me acomoda su siguiente trabajo, metido en la temática religiosa, entre lo puro y lo vehemente, Beautiful Vison – 1982, puede que sea lúcido el Lp, pero las coordenadas en las que se mueve Van Morrison siguen intactas y son iguales. Yo pido y espero más y sobre todo, carne, un poco de emoción, todo muy lineal, como en Inarticulate Speech Of The Heart – 1983, le sigue el inevitable y prescindible Live At The Grand Opera House Belfast – 1984, grabado en casa, que siempre es un aliciente, y cuando parecía que borrón y cuenta nueva, insiste en el perezoso Sense Of Wonder – 1985, sin nada nuevo que aportar: dominio de los coros negros espirituales, instrumentales enraizados en el folklore y algún pasaje recitado.
 De hecho toda la década de los 80 es totalmente desperdiciada casi hasta el final, nada que ver con lo que se prometía en las 2 anteriores. Hasta un disco grabado con su paisanos Chieftains, grupo irlandés de música tradicional con el que se presentó por 1ª vez en España y del que yo, escamado, no acudí a su concierto, por si acaso.



I´d Love To Write Another Song



AVALON SUNSET .- Septiembre de 1989 .-
 No es moco de pavo, este Lp es el 19 en la carrera de Van Morrison y como siempre: “ entrar y salir”, en apenas 4 días despacha el asunto. Y sí, Avalon Sunset es el mejor disco de la década de los 80,  y en esos cambios se acerca nada menos que a Cliff Richard que le acompaña en el inicio, a dúo, del tema que abre el álbum: Whenever God Shines His Light On Me.
 Ajeno a modas, críticas y demás zarandajas mundanas, vuelve a acariciarnos las mejillas, el oído y el corazón con tonadas de exquisita clase y elegancia, para ejemplo varias: Contacting My Angel, Have I Told You Lately, (en 1993 se convirtió en un hit en Estados Unidos para Rod Stewart, donde llegó al número 5); When Will I Ever Learn To Live In Good o Daring Night.
 Recupera las esencias del viejo y amado R&B, ahí está  I´d Love To Write Another Song y Orangefield.
 Fiel a sus principios y a lo que vive en cada momento, el disco está inspirado en su nueva residencia, cerca de la isla de Avalon, tierra de mitos como el del rey Arturo. Sigue inmiscuido en los temas que parece le obsesionan en los últimos años, es decir: dios, la espiritualidad, su infancia en Belfast, la mujer como icono… Avalon Sunset bordea, acaricia, se entreteje entre el folk – rock y sus raíces. Me gustaría destacar entre todos los colaboradores al gran Georgie Fame con su órgano Hammond.
 Varias escuchas después se saborea mejor el Lp. Cierra una etapa y una década.



DISCOGRAFIA SELECCIONADA

BLOWIN´YOUR MIND .- 1967


ASTRAL WEEKS.- 1968


MOONDANCE .- 1970


HIS BAND ANT THE STREET CHOIR .- 1970


SAINT DOMINIC´S PREVIEW .- 1972                      


" ... IT´S TOO LATE TO STOP NOW..."
DOBLE EN DIRECTO .- 1974



VEEDON FLEECE .- 1974


WAVELENGHT .- 1978


INTO THE MUSIC .- 1979


AVALON SUNSET .- 1989                               








FILMOGRAFIA


FESTIVAL DE MONTREAUX .- 1974 / 1980


George Ivan Morrison : 31 de Agosto de 1945 - Belfast ( Irlanda )

Comentarios

Entradas populares