HARUKI MURAKAMI : EL ESCRITOR DE MIRADA FELINA.
Nuestra existencia es una sucesión de
instantes aprisionados entre el “ todo “ que queda a nuestra espalda y la “
nada “ que tenemos delante. Hay sueños simbólicos, y hay una realidad
simbolizada por tales sueños. El asunto es saber crear personajes profundos,
historias bien razonadas que nos muestren los miles de senderos que tenemos
para poder llevar a cabo nuestra exigua existencia. Murakami a fe que consigue
todo esto, entretenernos, enseñarnos, presentando a pocos personajes en
sus novelas, a veces dos bastan, quizás
tres, pero profundizamos en ellos. Con escasez de datos biográficos, porque
considera que la lucidez, si la hay, debe de estar en socavar en los mismos, en
el camino que recorren más que prevenirnos de dónde han salido y si es que
tienen algún sitio concreto de llegada. El asombro está en el trayecto.
Y es que necesito esas realidades tangibles
que se pueden mostrar exactamente con cifras,
escribe en una de sus frases en la novela La caza del carnero salvaje para situarnos,
centrarnos en lo que nos quiere decir. Y todo con un lenguaje sencillo, plano
en ocasiones, pero siempre ameno, inteligible aunque cueste un esfuerzo por
parte del lector. Sus mundos son varios, en ocasiones universos que confluyen
en diversas galaxias.
Un tipo original, con una mirada felina en sus
textos, de la tranquilidad pasmosa puede pasar en un segundo a brincarte encima
de las costillas y a dejarte un rastro de sus uñas en el rostro, y todo sin
levantar la voz, con la sutilidad de una gata bien amaestrada y discreta que
pocos después se largará de tu vista con un bamboleo chulesco de caderas
delante de tus narices o al poco aparecerá zalamera enredada entre tus piernas
para que le acaricies el lomo.
La mezcla de intriga y personajes de comic, la
búsqueda de un emblema que no existe: un rebaño de ovejas con un idílico
paisaje de montañas nevadas al fondo, y entre ellas un carnero. Todo muy
bonito, es cierto, pero no hay posibilidad alguna de que dicho animal exista en
tales parajes, y a partir de ahí un
periodista en declive con su amante se dirigirá al lugar para tratar de
encontrar la realidad, llevar a cabo una ardua investigación y en un mes saber
dónde se hizo la foto y el animal que
aparece en ella. Todo ello en la primera novela que cayó en mis manos: “ La caza del carnero salvaje “.
Parecido a su autor, estudiante de clásicas
estuvo muchos años dirigiendo un club de jazz, y se lo pasaba bien. En todas
sus obras hay citas, casi cinematográficas al buen gusto de la música y no sólo
a este género, las aportaciones de rock son también variadas y exquisitas. El
regentar tanto tiempo semejante antro, le dio a conocer personajes,
situaciones, músicas, texturas que en otro espacio hubiese sido difícil de
conseguir. Lo suficiente para que poco a poco en su maravillosa cabeza se fueran
forjando personajes, situaciones, etc.; más que interesantes.
Un puñado de novelas la mayoría traducidas a
varios idiomas, lo cual nos ha dado la oportunidad de conocerlo, disfrutarlo y
porqué no, gozarlo en toda su dimensión. No hay que asustarse porque haya alcanzado
un numeroso séquito de seguidores y sobre todo de ventas, lo cual puede
ahuyentar a varios de sus futuros lectores en esa búsqueda de lo nuevo pero
sólo para gourmets de paladares especiales, nada de eso, a veces, sólo a veces
la mayoría también pude gozar, como el buen pan, de numerosas bocas que llenar,
es en este caso, el cerebro.
Casi todo
lo que crees saber de mí no pasa de ser pura rememoración de algo pasado.
TOKIO
BLUES .- 1987 .-
Hay que leer este libro cada vez que olvidamos
las cosas importantes de la vida, en ella vemos un tipo de belleza frágil, no
la que sale en la televisión de
colorines o las revistas al uso, aquella que nos habla de la fragilidad humana,
las cicatrices emocionales.
Los
dioses no prestan oído a tu infortunio…
Nos creemos demasiado especiales cuando en
realidad apenas somos lo que aparentamos y ni aun así muchas veces. Esta novela
pertenece al género consistente del autor japonés, las tiene más ligeras, ésta
no, es densa e imprescindible, el cambio de piel que se produce de la más
tierna adolescencia a la madurez, cuando te haces preguntas del tipo que quiero
ser y sobre todo para qué. La disyuntiva de llevar una vida “ normal “,
trabajaré en una multinacional o cadena de montaje, formaré una familia como
quien coloca una tienda de campaña en medio del verde de la montaña; empeñar tu
vida y por supuesto picarte para
ascender o bien, ahí está el asunto, ser eternamente un outsider.
A
mí, en realidad , no se me había ocurrido ser nada.
Dice Toru
Watanabe, un tipo que cuenta ahora con 37 años mientras su avión aterriza en el
aeropuerto de Hamburgo a bordo de un gigantesco Boeing 747; pero así pensaba a
los 18 camino de los 19 cuando se encontraba en la residencia donde estudiaba.
El sol salía y se ponía, izaban la bandera y la arriaban. Y al llegar el domingo
salía con la novia de su amigo muerto. ¡ Si, porque ahí está la clave !
Watanabe estudiante de teatro en la universidad está marcado por el
suicidio de su amigo Kizuki, su único amigo hay que matizar. A partir de aquí,
de esa experiencia que otorga al narrador una lucidez que lo vuelve frágil, su
proyección de lo que percibe cambia de la claridad que creía tener con esa edad
aún tan tierna, y comienza a vislumbrar no sólo el dolor propio sino el ajeno.
Watanabe empieza a sentir : “ estoy demasiado acostumbrado a
ser yo “; los personajes de la novela, esos adolescentes fragilizados por la
vida se encuentran al final de una etapa y deben decidir. Aquí la fugacidad de
la vida y la muerte de aquellos seres que han sido queridos o rozados se despliega toda una intensidad
ensordecedora que contagia el ánimo del lector.
Mi
punto débil es el pensamiento lógico.
Y
todo le viene a Watanabe de manera circunstancial cuando al aeropuerto al que
acaba de llegar escucha una vieja melodía de The Beatles y de pronto como en un
zarpazo, su cerebro comienza a retroceder a los tiempos aquellos universitarios
de un turbulento Tokio de los años 60. Se le viene la imagen de Naoko, la novia
de su único amigo, Kizuki, que sin saber muy bien las causas decide suicidarse
y dejar un poso de incertidumbre a quienes les trataron en vida, sin
respuestas, en un mar de dudas por semejante decisión.
Pasado un año de tal acontecimiento Watanabe
se encontrará con Naoko en la universidad iniciando como no quiere la cosa una
relación que acaba siendo íntima, pero como la frágil salud de la muchacha hace
que haya que internarla en un centro de reposo. Todos los personajes están muy
logrados, no sólo Watanabe, los femeninos son interesantes, gracias a ellos
poco a poco nuestro hombre va descubriendo la ternura, una pasión por la vida
que creía perdida desde la desaparición de su amigo.
Al poco tiempo Watanabe se enamorará de
Midori, una joven activa y resuelta que está matriculada en la Escuela de
Teatro, al igual que él es otra superviviente y poco a poco le llenará de una
enorme resistencia y pasión por la vida.
Ambos se retroalimentan de sus respectivas vidas llegando a lograr sobrevivir
al sufrimiento sin perder la frescura.
El
tiempo te ayuda a reflexionar sobre las acciones del pasado.
En todo este tiempo que está con Midori no corta jamás con Naoko, de vez
en cuando se pierde dos días en la montaña donde ella está internada y conoce a un personaje singular : Reiko, una mujer de 38 años que parece que
está curada y prefiere quedarse en la clínica a ayudar a recuperar a otros.
Mejor en la montaña rodeada de libros que puede leer en la biblioteca,
encerrada en un sitio alejado del mundanal ruido, donde al parecer está mejor
dentro que fuera, donde no tiene familia ni nadie que la espere, al margen de
creer después de 7 años, que afuera no hay nada interesante.
Entre estas 3 mujeres ( Naoko, Midori y Reiko
) Watanabe crece, se desarrolla su personalidad, cada uno de los 4 se da y se quita cosas. Y sobre todo, se hacen
preguntas constantemente. Siempre indeciso, descubre el sexo, el amor y la
muerte; y todo su empeño será encontrar el equilibrio correcto entre las
esperanzas y los sueños y la realidad y la necesidad de encontrarse en esto que
llamamos vida.
La novela está repleta de matices y
reflexiones, como cuando uno de los médicos de la clínica donde va a visitar a
Naoko y Reiko, aquél extraño doctor volvió a acercarse a nuestra mesa durante
la cena y nos explicó por qué el dedo corazón era más largo que el índice y
por qué en el pie sucedía lo contrario.
Constantemente intentas que la vida se adecúe a tu modo de
hacer las cosas.
Existen muchas maneras distintas de aplicar la
taxonomía a la obra de un autor, todas igual de arbitrarias y subjetivas, de
modo que cualquiera puede abandonarse a este vicio siniestro con tal de que
conozca bien el trabajo del escritor al que escrutinio.
En esta novela, más que en ninguna otra, Murakami describe los eventos
cotidianos –incluida la naturaleza– con una sensibilidad inusitada que los hace
parecer excepcionales, y lo que los vuelve así es la conciencia de su inminente
desaparición.
Obviamente Murakami tiene una serie de novelas
digamos, que más ligeras, que comentaré un poco de pasada, pero no por ellos
menos interesantes, aunque a mi entender menos precisas y conmovedoras que
aquellas a las que creo realmente son obras mágicas, espléndidas en su máxima expresión, sino rayando en la genialidad.
Hay que tener varias cuestiones claras antes de
leer al autor japonés, su mezcla de mundo onírico y real es palpable en cualquiera
de sus obras, de no entender esto podemos caer en la tentación o bien de no
entender nada, o más sencillo, que no guste. Todo depende del punto literario que se le coja o no y a
partir de aquí leer una obra a toda luces impresionante. A medio camino muchas
veces entre el Japón más oriental y milenario y ese otro país del sol naciente,
industrializado, imaginativo y vanguardista. Parte de su literatura va
desarrollada en esas bases.
La primera novela que leí fue La Caza Del Carnero Salvaje, donde todo
lo reseñado arriba se cumple. Sin ser para mí una gran obra, no deja de tener
varias perlas, esa unión entre lo fantástico y lo real de un mundo, el del
autor y de sus personajes por lo que leemos, francamente interesante.
Eran las once de la mañana, cuando llegó aquel hombre. En una empresa de pequeña envergadura, como la nuestra, la once de la mañana es una hora en las que pueden darse dos situaciones o estamos agobiados de trabajo o no tenemos nada que hacer.
El narrador, un joven treintañero algo desencantado entre otras cosas por su reciente divorcio, conoce a una mujer algo ambigua que le seduce por la perfección absoluta de sus orejas. Tiene un socio rayando en el alcoholismo en una pequeña agencia de publicidad y traducciones. Cuando un personaje, digamos especial, acude a dicho centro para encargarles un trabajo. Al parecer la empresa ha publicado un trabajo con un rebaño de ovejas en un idílico sitio con fondo de montañas nevadas y por allí aparece un carnero. Dicho animal es imposible de que exista en semejante lugar, y ha sido a lo que ha venido tan enigmático personaje a la agencia. ¿ O encuentran a semejante macho y el sitio exacto de donde se ha tomado la fotografía, o su empresa simplemente desaparecerá ? ¿ Por qué ? No puede ser que el emblema de un poderoso grupo tanto político como empresarial aparezca en semejante publicidad.
Aunque
el carácter puede cambiar, la mediocridad no tiene remedio.
Como suelo marcar las novelas según las voy
leyendo, siempre les pongo la fecha en que las terminé de leer, el siguiente libro que cayó en mis manos de
Haruki Murakami es Crónica Del Pájaro Que Da Cuerda Al Mundo, y ésta es de
parada y fonda, una de las novelas más
largas que tiene escritas, se acerca a las 700 páginas de ese cosmos tan
especial que el autor nos trasmite a través de sus muchas imágenes,
descripciones, personajes, siempre muy pocos pero muy bien desarrollados y
profundizados.
Es la 2ª novela que detallaré con cuidado. En
esta ocasión ya me tenía atrapado con las otras historias que había leído, hay
que decir que Murakami posee un estilo de narrativa muy particular, quizás a
veces oscuro pero sabe tejer como una tela de araña las ficciones que te va
contando, como siempre con pocos personajes pero metiendo a fondo el bisturí
para intentar explicarnos sus reacciones ante un mundo, una realidad, que en
ocasiones no entendemos. Describe minuciosamente los hechos más insignificantes
como si realmente fuera determinante para el desenlace de los acontecimientos,
saber si se acabó no la cena o la
textura que tenían los espaguetis que Tooru Okada prepara con esmero desde
primera hora de la mañana, cuando una llamada inoportuna suena al teléfono
solicitándole 10 minutos de su tiempo.
Nada
consume tanto a una persona como los esfuerzos absurdos e innecesarios.
Quizá
sea porque se trata de un escritor al que le gusta poner a prueba la
inteligencia de su público, examinar los más recónditos, oscuros límites de la
barrera entre realidad y fantasía, tensar
el pensamiento del lector a través de terrenos desconocidos, en
definitiva, engrasar los mecanismos de esa máquina llamada cerebro y que en
algunos casos, está más que anquilosada.
La historia es brillante y bien desarrollada,
pero siempre envuelta en esas cortinas de misterio que tanto le gustan a
Murakami, quizás influenciado por la milenaria cultura japonesa que siempre se
ha caracterizado por los entresijos, la metáfora y los dobles sentidos. A fin
de cuentas lo que narra es el tedio que soporta la vida de Tooru Okada, un
joven abogado que llegado a los 30 años decide que se aburre de ser el recadero
en un bufete, su labor consistía en ir al Ayuntamiento o a las oficinas del
gobierno a recoger documentos, arreglar papeles, comprobar los procedimientos
legales, realizar los trámites para el juzgado, o sea , una existencia de lo
más excitante. Decide dejarlo y comunicárselo a su mujer, Kumiko, quien trabaja
como redactora en una revista especializada en temas nutricionales y que gana
un sueldo que les permite subsistir cómodamente a los dos, teniendo en
cuenta que él pasará a cobrar el
subsidio de desempleo y se dedicara a las tareas domésticas. Todo transcurre
con tranquilidad hasta que dos cosas le inoportuna: la desaparición de su gato,
Noboru Wataya, y ciertas llamadas de teléfono con la insistencia de una mujer
de querer hablar con Okada. A partir de aquí la cosa se enreda.
Desarrollada en tres partes que van: la 1ª de
junio a julio de 1984, la 2ª, de julio a octubre de 1984 y la tercera, de octubre de 1984 a diciembre de 1985. Todo lo que parecía
que iba tranquilo y “ normal “ comienza a desaparecer y entran personajes. La
joven adolescente Mary Kasahara, Malta Kanoo, que es una profetisa vestida
siempre con un sombrero rojo, la hermana de ésta, Creta, que acaba de ser
violada, la desaparición de su esposa Kumiko… y que todo tiene relación según
la pitonisa con la desaparición del gato Noboru Wataya. A partir de entonces, Tooru emprenderá un inusual viaje rodeado de misterio en el que irán haciendo
acto de presencia personajes e historias procedentes de un pasado remoto, pero
que Okada deberá aprender a resolver si quiere reencontrarse con todo aquello
que ha perdido en el presente.
¿
Quién se tomaría en serio el hecho de estar vivo si viviera eternamente?
Destacar
también algunas cuestiones que pueden inducir al error en el lector: el gato
tiene el mimo nombre, puesto a propósito claro, que su el cuñado de Okada, o sea,
Noboru Wataya, y que para enredar más el asunto, la presunta violada, Creta, ha
sido ultrajada en su honor por dicho individuo que no mantiene buenas
relaciones ni con su hermana Kumiko, ni especialmente con el marido de ésta. No
se equivoquen, no es un vodevil barato. Es una novela profunda donde diversos
instantes, momentos, anécdotas, se convierten en historias paralelas que no
sabemos a dónde nos van a llevar y si tendrán que ver con el hilo conductor de
la historia principal, que se basa en el joven abogado ahora desempleado o amo
de casa, como desea ser, Tooru Okada.
Otra cuestión también que me llama la
atención, independientemente del buen estilo y tacto con el que la novela lleva
a cabo su historia, es el título original de cada capítulo, los hay para enmarcar
y espero que eso les haga echar una ojeada al libro caso de no tenerlo, cuando
menos es curioso. Bien, pues lo que hay entre líneas aun es más hermoso, con
esa tela de araña que teje Murakami a lo largo de toda la novela.
Todo
cuanto tiene forma puede desaparecer en un instante.
Hay narraciones más terrenales. Coloco
aquellas según las he ido leyendo. Digamos que las más palpables, apegadas a
personajes menos etéreos pero no menos intrincados en sus relaciones con el
resto del mundo que le rodea.
Al Sur De La Frontera, Al Oeste Del Sol fue
el siguiente libro que cayó en mis manos. Buscado por supuesto. Menos
enrevesado, de corta duración, apenas 266 páginas y 15 capítulos. Creemos que
lo tenemos todo medido en nuestras vidas, que controlamos, pero qué ocurre si
nos hallamos con esa primera novia años
después y al parecer la existencia que llevamos está bien, así, al primer golpe.-
La novela de título tan rimbombante está
sacada de una canción de Nat King Cole, al igual que Norwegian Wood ( Tokio Blues
) es de The Beatles. Ambas incluyen un canto melancólico y hermoso sobre la
nostalgia, las dos contienen mujeres inestables como ejes de la narración y un
protagonista masculino reflexivo y calmado con el que es fácil empatizar.
La historia es muy simple: Hajime es un tipo
con una existencia, digamos que feliz. Se ha casado, es padre de dos crías y es
el dueño de un club de jazz. Pero tiempo atrás, cuando estaba en el colegio se
hace amigo de Shimamoto, una compañera de clase que cojea un poco en una pierna
y siempre está enferma. Al cambiarse de colegio, se separan, él va a la
Universidad, comienza a trabajar… hasta que un día se reencuentra con ella y la chispa “ prende “ sin pretenderlo. Su
antigua amiga, con su belleza y su evocación de la infancia y adolescencia,
pone en peligro su perfecta estructura vital. Esta premisa, no demasiado
sugerente pero suficientemente atractiva, es explotada con solvencia por
Murakami, pero cayendo demasiado en la reiteración de esa supuesta felicidad
cotidiana de Hajime, que posiblemente Shimamoto. ha puesto al borde de la
desintegración.
Con un estilo visual y contemplativo, frases
cortas y sencillas, aquí todo se entiende muy bien y a la primera, engancha
fácil al lector pues a fin de cuentas narra temas tan universales. En cualquier
caso, obra menor de Murakami, aunque digerible desde el comienzo.
Eres
más raro de lo que pareces
El siguiente libro que leí era en la misma
línea que el anterior. Terrenal : Sputnik,
Mi Amor. Novela corta, apenas 245 páginas y 15 capítulos. Semejante a la
narrativa empleada en la anterior. Pocos personajes, bisturí de por medio para
resquebrajar bien los sentimientos de los mismos y llegar a conocerlos en lo
más profundo de sus atormentadas almas.
Coloco el orden de cómo he ido leyendo cada
obra de Haruki Murakami porque es muy importante. Digamos que si uno ha leído la
monumental Crónica Del Pájaro Que Da
Cuerda Al Mundo en primer lugar, todo lo reseñado hasta aquí se le quedará
corto, incluso muy corto. Puede pasar que al leer a un autor nos llevemos una
decepción creyendo que todo va a ser genial. Hay que respetar los tiempos y el
crecimiento del propio autor. Pero si hemos seguido un cierto criterio, las
obras siguientes son buenas, hay que valorarlas por sí mismas, no con el objetivo o listón de las anteriores.
Sputnik, Mi Amor, encontramos las
características típicas de Murakami, es decir la descripción genial y certera
de seres solitarios, su vivir y sentir de los que tienen problemas para
relacionarse, de los que no hacen de su vida social el eje de su existencia. Y
nos sumergimos en el amor platónico, no consumado de ninguno de los personajes.
Es
que en este mundo también hay personas con las reservas de inteligencia
agotadas.
Sputnik es una
metáfora. En la inmensa metrópoli que es Tokio, 3 personajes se buscan
desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad. Hay
un narrador, un tipo joven que es profesor de la Universidad y que está
enamorado desde siempre de una joven, Sumire,
que lo único que quiere ésta es ser escritora, eso sí, es un ser especial, como todos en Murakami:
fuma mucho, viste como un muchacho, como si no estuviese de acuerdo con su
sexualidad, no está a gusto con la sociedad que le rodea y no lo disimula. Un
día en una boda, mira tú que metáfora, conoce a Myú, una hermosa mujer,
enigmática, de mediana edad, y sin saber cómo se enamora de ella. Hace lo
posible la joven por acercarse a ella, hasta que consigue ser su secretaria y
juntas emprender un viaje por Europa… La soledad, el eterno viaje a la
inexistencia, parecido a Laika, la pobre perrita rusa que desde el satélite soviético
Sputnik debía de observar atónita el espacio infinito sin entender nada.
¿
Por qué tenemos que quedarnos todos tan solos ?, pensé ¿Qué necesidad hay ?
KAFKA
EN LA ORILLA .- 2002 .-
Creo haber escrito que escribo sobre Murakami
según he ido leyendo sus libros. El siguiente, a dos novelas más cortas y
concisas, es este maravilloso mundo onírico que es Kafka en la Orilla, obra no sólo maestra sino encuadrada entre las
grandes del autor nipón. En sus largas y amenas 584 páginas nos encontramos esa
tela de araña que tanto nos gusta leer a varios de los seguidores del autor. Y
al parecer él, empeñado en su magia realista.
Hay que tener en cuenta algunas
consideraciones. A la hora de leer un
libro de este escritor, ir con la mente totalmente abierta, aceptar
todo lo que te cuenta sin cuestionar todo lo que ocurre. Creo que esta es
la verdadera forma de disfrutar de un libro de Murakami. Si empiezas a
plantearte porque los gatos hablan o caen peces del cielo, el encanto, el
cuento de hadas, esa percepción de la realidad que cada cual poseemos como
lector, como persona, “ esas corazonadas” que nos sacuden a lo largo de nuestra
exigua existencia, desaparecen o lo damos en intentar comprender o
racionalizar, se pierde en el laberinto y carece de la sustancia definitiva de
poder gozar de una maravillosa novela.
Sin
pruebas que refuten una teoría no existe avance en la ciencia. Una hipótesis es
un campo de batalla en tu cerebro.
Como viene siendo habitual en algunos libros
de Marukami, mezcla sabia y coquetamente dos historias paralelas en capítulos
alternos, a veces llegando a alcanzar el climax narrativo y deseando volver de
nuevo a la página que continúe con el relato.
Kafka en la Orilla nos presenta por
un lado a un asustadizo adolescente de
apenas 15 años, que el día de su cumpleaños decide largarse de casa. Nada
especial, no es que haya conflictos claros, o todos o ninguno, ya se sabe a esa
edad, pasar de querer quemar a tus progenitores a adorarlos y sobre todo
necesitarlos. Pero el joven Kafka Tamura sólo se lleva mal con su padre,
escultor y convencido como en la tragedia griega de Edipo, que su hijo repetirá
el sino de dicha obra; también le produce un amplio vacío la ausencia de su
madre y de su hermana que partieron cuando él aún era muy pequeño. Para añadir
más leña al fuego, el chico es muy especial, no es un adolescente corriente, es
muy callado, muy triste y un lector empedernido. Sus pasos le llevarán a la
Biblioteca Komura donde trabaja Oshima, que se convertirá en su principal punto
de apoyo. Y la señora Saeki, una mujer de mediana edad muy hermosa y
enigmática que esconde un pasado trágico detrás.
Por otro lado tenemos al anciano Nakata, que
de niño le ocurrió algo bastante misterioso mientras estaba de excursión con su
profesora y compañeros de clase. Desde ese momento, es incapaz de leer, pero se
comunica perfectamente con los gatos.
A
partir de aquí nos esperan sueños, fantasías, realidades tangibles, 49
capítulos repartidos a lo largo de la novela. Las dos historias van
avanzando independientes unas de las
otras hasta que ciertos hechos en apariencia pueriles y sin importancia la
acaban entrelazando con una maestría y sutileza que no hay que dejar de tener
en cuenta. Al igual que en Rayuela de Cortázar, los capítulos se pueden leer
alternativos, aquí se pueden separar, pero recomiendo leerlos uno a uno, pues
aunque repito, las historias parecen inconexas, tienen su matiz y porqué. Eso
sí, se pueden seguir cada uno de los personajes de manera distinta, con sus
mundos y sus realidades…
Lo
que existe fuera de ti es una proyección de lo que existe en tu interior, lo
que hay dentro de ti es una proyección de lo que existe fuera de ti.
Ambos personajes, por distintos motivos,
Kafka Tamura y Saturo Nakata, se encontraran en la biblioteca de Takamatsu. El
joven partió de su casa en este largo viaje, que a veces es más interior que
otra cosa, con algo de dinero en metálico que cogió del estudio de su padre, un
viejo y pequeño encendedor y una navaja plegable de acerado filo. El anciano a
los 60 años, decide sin aparente motivo, abandonar la metrópoli de Tokio y
emprender un largo viaje hasta que ambos seres se encontraran en la biblioteca.
Todos los personajes secundarios, como en las buenas películas, tienen su
espacio y su tempo narrativo, añadiendo a las dos historias principales sal y
pimienta. Así Hoshino, Oshima y una enigmática y triste Saeki nos llenan con su
vida, la nuestra.
Las
personas aprenden con el paso de los años a discernir entre lo que es
importante y lo que no lo es.
A una novela de larga magnitud, y no
sólo en su extensión, sino en el desarrollo de la misma, le sigue algo más
ligero pero no por ello tribal.
El desarrollo de su siguiente trabajo que cae
en mis manos de lector empedernido es After
Dark, que no deja de ser una vuelta de tuerca a ese mundo en pleno estirón
que es el paso de la adolescencia a la madurez, si es que alguna vez los
homínidos somos capaces de dejar de ser capullos
para alcanzar la crisálida. Yo, salvo honrosas excepciones, lo dudo.
El texto nos presenta la pintoresca historia
de dos hermanas de nombres casi iguales y muy diferentes entre sí: Mari y Eri;
entre medias un músico profesional, Takahashi, y una serie de acontecimientos que
transcurren a lo largo de la noche. Porque hay que decir, que After Dark es una novela nocturna que se
desarrolla a lo largo del tiempo que va desde las 23.46 – 07.08; en esas horas
en que todo transcurre dolorosamente nítido o desdibujado.
La historia que nos narra Marukami puede ser
sencilla en apariencia. Pero nada en su literatura es lo que parece al
comienzo, su desarrollo nos lleva por vericuetos más profundos.
A
una concentrada en la lectura Mari que ha perdido el último tren para regresar
a casa, la encontramos absorta en su texto en el café Denny´s , de iluminación
anodina aunque suficiente, dispuesta a pasar el resto de la noche enfrascada en
sus líneas. Por casualidad aparece Takahashi, antiguo conocido de su hermana, un
hombre joven, alto y desgarbado, que penetra en el local. Del hombro le cuelga
un gran estuche de color negro de un instrumento musical. Tras observar unos
instantes, se coloca enfrente de la chica e intenta hilvanar una conversación
con algo tan tribal como que una vez la vio cuando salió con su hermana.
Para empezar a meter misterio al asunto, Eri,
modelo profesional, duerme demasiado profundamente en su habitación, mientras
la televisión comienza a emitir imágenes enigmáticas, el caso es que el aparato
está desenchufado.
En el transcurso de After Dark aparecen episodios un poco surrealistas, y todo con un
cambio de capítulos formado por dibujos de un reloj que nos van marcando las
horas noctívagas para centrarnos por dónde vamos transcurriendo en esta novela
interesante.
Para las personas los recuerdos son el combustible que les permite continuar viviendo.
1Q84
.- VOLUMEN 1 – 2 – 3 .- 2009 / 2010.-
Varios meses después de leer la última novela
hasta llegar a una obra monumental, y no solo en el tamaño de la misma, sino en
la duración, casi 1000 páginas divididas en dos entregas, una 1ª que incluye
las dos primeras partes y la última y 3ª publicada en Japón un año más tarde.
Las
mariposas, llegada la hora, se van desvaneciendo en silencio.
La literatura de Haruki Murakami requiere de
concentración y paciencia. Veinte meses largos después de haber digerido After Dark, nos encontramos con una
novela amplia, pero de nuevo escasa en personajes, como siempre el escriba
nipón desea recrearse en apenas 2, 3 almas perdidas y solitarias y sobre eso
construir todo un universo. A veces tengo la sensación con el escritor japonés
como con Bob Dylan, no es que ellos sean un mundo aparte, es que son un
universo con galaxias y todo a su alrededor.
Personajes en apariencia anodinos circundan
esta magna obra. Todo puede parecernos excéntrico pero está claramente
emparentada con las obras anteriores. A situaciones inverosímiles, que las hay,
le suceden hechos realmente claros y tangibles. La indagación del autor
no se dirige, por lo general, al entramado social, sino al interior de sus
personajes, pletóricos de soledad, nostalgia y vacíos existenciales.
De nuevo Murakami se centra en 2 personajes.
En un mundo en apariencia normal y reconocible nos encontramos con una mujer
normalita, Aomame, independiente económica y mentalmente, que se gana la vida
como instructora de un gimnasio. En apariencia es frágil, vulnerable, pasa
desapercibida, incluso poco arreglada como suele ir, puede hasta parecer un
chico; ni su cabello es abundante ni lo tiene largo. Pero puede convertirse en
fiera si es atacada, de una manera o de otra es sensible y en el fondo de su
corazón anhela una relación duradera con un hombre.
Pero Aomame tiene una particularidad muy
especial. Al margen de sus clases de instructora y ocasionalmente dar masajes
terapéuticos , se dedica a asesinar de cuando en cuando a maridos que maltratan
física y psicológicamente a sus esposas, al grado de enviarlas al hospital o a
la tumba. Así, como que no quiere la cosa, se ha hecho con una gran reputación
en la máxima discreción en que estos asuntos se pueden tratar.
Quiero
que me responda con sinceridad. ¿ Tiene usted miedo a morir ?
La
respuesta se demoró.
Comparado con el miedo que tengo a vivir
siendo yo mismo, no.
El otro personaje en cuestión, es Tengo. Otro tipo en apariencia anodino, profesor de
matemáticas que lo mejor que sucede en su vida es que escribe, de hecho no
pierde la esperanza de publicar algún día aquello que garabatea una y otra vez
con la vana ilusión de verlo en alguna estantería de las librerías. Hasta que
llega su momento. No como él deseara, pero… un editor le entrega La Crisálida del Aire, una novela para
que la reescriba. La autora original es una adolescente que ha desaparecido.
Por allí habitan personajes de ficción ¿ o no ? ; los denominados little people, que tendrán autonomía
propia.
Al igual que ya sucedía en Kafka En La
Orilla, con aparentemente dos personajes deshilvanados, desestructurados
socialmente, pero enigmáticos y potencialmente con un gran intelecto; tanto
Aomame como Tengo, ( ambos rondan la treintena ) tienen un pasado en común que a
medida que la novela avanza les irá acercando el uno al otro inexorablemente,
como si ambos por caminos muy separados llevasen toda su existencia buscándose hasta
poder llegar a reconocerse.
Una vez más, no recomiendo leer o comenzar por
aquí con el escritor nipón, sino más bien con las novelas más ligeras. De encontrar
en ellas el “punto”, entonces si se estará preparado para ese mundo onírico y
espectacular de Haruki Murakami.
Sólo el hecho de querer conocer la verdad
Proporciona
al ser humano la fuerza que necesita.
Uno deja pasar el tiempo necesario para
volverse a entretenerse unos días con la lectura de una nueva novela de Haruki Murakami,
y siempre lo hace con la ida consciente de encontrarse en un laberinto de
sensaciones, que no por ser ya degustadas en páginas anteriores de otras obras,
no deja de tenerse la sensación de imbuirse en la literatura del nipón como si
descubrieses el amor, la sensualidad que dan sus líneas.
Baila, Baila, Baila es una nueva
inyección de incorporarte a su mundo mágico, onírico, donde partiendo de una
realidad tangible, poco a poco van comiendo espacio ese otro universo paralelo
que Murakami también sabe desarrollar. No me defrauda su obra, es espectacular
aunque el planteamiento es muy simple. Siempre un individuo, solo, con su
conciencia, sus hábitos, su trabajo equidistante con la realidad que le marca
el sitio y el lugar de donde procede, de lo que se espera de él: productividad
en una sociedad capitalista, done vales tanto como lo que eres capaz de
realizar.
En definitiva: lo que buscamos es una
compensación de lo que no tenemos.
Luego pasan cosas, lógico, a un tipo que es
raro aunque él no lo cree y está seguro de que integrado socialmente, va a “ su
aire “. Acontecimientos que le hacen replantearse la realidad en la que vive,
su pasado, esos instantes que vienen a su cabeza, sitios, personas, que un día
le hicieron feliz, ser etéreo, único.
Hasta
un momento en que Murakami, quizás para no perdernos del todo en su novela, nos
hace un croquis o plano, con los distintos personajes que giran alrededor del
protagonista: Kiki, Mei, June, Gotonda, Makimura, Yuki…
-
Una sociedad capitalista
altamente desarrollada – resumí.
Makimura
me dio la razón y volvió a guardar silencio.
Había
oscurecido por completo. Un perro ladraba nervioso en las proximidades. Alguien
tocaba a trompicones una sonata de Mozart. Makimura, sentado en el porche,
bebía cerveza, caviloso. Pensé que, desde que había vuelto de Tokio, sólo me
había topado con personajes pocos comunes: Gotonda, las dos prostitutas de lujo
– una de las cuales había muerto -, la pareja de agentes de policía, Hiraku
Marikuma y Viernes, el aprendiz. Mientras contemplaba el jardín, tuve la
impresión de que las sombras empezaban a diluir la realidad, a absorberla. Las
cosas perdían su forma, se mezclaban, perdían sus sentimientos y se sumían en un
caos que lo abarcaba todo. Los finos dedos de Gotonda acariciando la espalda de
Kiki, Sapporo bajo la nieve, Mei la cabra y su”Cucú”, la regla de plástico con
el que el policía se golpeaba la mano, el hombre carnero esperándome al fondo
de aquel oscuro pasillo… Todo se desintegraba para volver a unirse. ¿ Será que
estoy cansado ?, dudaba. No lo estaba. La realidad se fundía para convertirse
en un caos esférico, como si fuera un cuerpo celeste. Los ladridos del perro,
la notas del piano. Alguien decía algo. Alguien me decía algo.
Me
da la impresión de que es mejor de que no hablemos demasiado de una sola vez.
BAILA,
BAILA, BAILA .- 2012 .-
Aunque
publicada originalmente en 1988, es en el 2012 cuando tienen su publicación y
traducción correspondiente en España. Un personaje tranquilo, solitario,
freelance todo terreno, que se dedica a escribir artículos sobre restaurantes y
locales gastronómicos, más bien dirigidos al público femenino, en compañía de
un fotógrafo. Es un quitanieves como
se define nuestro hombre, que jamás dará su nombre; se aburre del asunto y
decide quedarse una temporada viendo pasar el viento y doblando esquinas.
Como lo personajes de Murakami son como son,
algo le tiembla en el cerebro, un episodio pasado de su biografía en el que
conoció a una mujer, Kiki, oscura y misteriosa hembra con la que pasó unos días
en un hotel de Sapporo, el Hotel Delfín, al cual regresa pasados unos 4 años y
descubre que sólo mantiene el nombre, todo ha cambiado a la modernidad pese a
encontrarse en el mismo lugar.
Poco a poco apareen personajes alrededor de
nuestro reportero freelance. “ La normal “ recepcionista Yumiyoshi, la niña
abandonada en la recepción, Yuki, siempre vestida con sudadera y con los cascos
en sus oídos escuchando rock, apenas cuenta con 13 años, y eso le sorprende a
nuestro cronista . Luego conocerá a los padres de la pequeña, ambos artistas,
la fotógrafa Ame, y Makimura escritor.
Se reencontrará con una película Amor No
Correspondido donde hallará a su antiguo compañero de instituto Gotanda y ¡
oh sorpresa!, en una escena erótica a Kiki haciendo el amor con el actor
excompañero del narrador de la historia.
Las cosas oníricas, etéreas, ese mundo tan de
Murakami aparecerán enseguida. La 16ª planta del hotel a oscuras, donde un
hombre vestido con piel de carnero hace acto de presencia y busca una conexión
de todas las cuestiones a dirimir en un futuro cercano. Todo se va complicando,
la estancia allí propicia la aparición de personajes envueltos en un aura de irrealidad.
A la guapa recepcionista que ha vivido experiencias inverosímiles, la
adolescente dotada de una aguda sensibilidad, el antiguo compañero de colegio,
ahora actor de éxito, que lo meterá en graves aprietos, se unirán algún
asesinato, un viaje a Hawai con Yuki para ver a su madre, pasajes a otros mundos
y playas tomando el sol se suceden al ritmo de la música que suena en la radio
de su destartalado Subaru. Toda la banda sonora exquisita como nos tiene
acostumbrados Murakami, buen rock de los 80, pinceladas de jazz, algo de
clásica.
Lo
auténticamente bueno no abunda. Sucede así con todo. Con los libros, con las
películas… Con el rock pasa igual.
ダンス・ダンス・ダンス
Dansu dansu dansu |
1988
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BIBLIOGRAFIA SELECCIONADA.-
LA CAZA DEL CARNERO SALVAJE .- 1982
TOKIO BLUES .- 1987
CRÓNICA DEL PÁJARO QUE DA CUERDA AL MUNDO .- 1994
AL SUR DE LA FRONTERA, AL OESTE DEL SOL .- 1998
SPUTNIK, MI AMOR .- 1999
KAFKA EN LA ORILLA .- 2002
AFTER DARK .- 2004
1Q84 .- VOL 1 - 2 .- 2009
1Q84 .- VOL .- 3 .- 2010
BAILA, BAILA, BAILA .- 2012
Haruki Murakami - Kioto ( Japón ) - 1949 .-
El mundo es como es, pero yo hago las cosas a mi manera.
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