PAQUITO # 1 .-
La gente no vive grandes vidas y profundas. La gente, por desgracia, o por suerte, vivimos vidas baratas.
PAQUITO.-
Paquito es tonto. O quizás demasiado listo. Depende. Está bordeanando el final de los cincuenta y no ha hecho nada destacable en el vida. Vamos : que no da palo al agua.
Son varios hermanos, pero él vive con su madre octogenaria ¡ que ya veremos cuando ella falte ! No estudió, no ha trabajado en su vida si por ello entendemos una remuneración a finales de mes, una nómina. Él es un poco idiota, como retrasadillo, pero no da palo al agua. Todas las mañanas se levanta temprano, hago frío o calor, llueva o truene y lo primero que hace al salir de su portal es recoger colillas tiradas en el suelo: cuanto más largas mejor.
Sabe a dónde dirigirse. Al lado del Mercadona hay varias, todavía no han pasado los de la limpieza callejera con sus carritos y sus uniformes verdes, y ahí Paquito tiene la certeza que puede pillar algo bueno. Los más empedernidos fumadores a veces tiran el pitillo casi recién encendido antes de entrar en el establecimiento; otro lugar de " recogida " es la gasolinera que tiene enfrente de su casa y a unos 500 metros, más arriba, se encuentra el ambulatorio. Es lo primero que hace todas las mañanas. Realizado su trabajo desciende la Avenida cabeceando, y siempre con la testa baja, husmeando una posible colilla que añadir a sus bolsillos.
Toñito, el del kiosco, le espera. Siempre hay algún recado que hacer y Paquito lo realiza, puede pasar diez veces al día por allí; le caen algunas monedas, a veces algún euro. Cuando acumula plata suficiente, compra costo, y en el kiosco le dan un par de Malboros.
Come en casa, claro, igual que desayuna y cena. Sus hermanos no quieren saber nada de " semejante inútil ". Tampoco ha tramitado ninguna pensión estatal dado su estado: mientras esté mama se le suele escuchar cuando alguno de sus numerosos contertulios sabedores de su estatus le recomienda; Paquito sonríe, mira hacia abajo y si le das un pitillo ya es feliz. No bebe, sólo fuma tabaco - negro, rubio, puros ... y marihuana cuando reune cuartos para una bola -, el resto le da igual.
Está echando una barriguilla cervecera cuidada, aunque ya hemos dicho que no prueba el alcohol, anda mucho, mañana tarde y noche, pero cuando las luces acuden a las farolas urbanas, Paquito vuelve a pasar por el kiosco por si necesitan algo y sino, se marcha como buen hijo a su casa, con su mama, a ayudarla a hacer la cena o lo que requiera.
Es muy buen tipo, tranquilo, no se mete con nadie; a veces se sienta en un banco de la Avenida y observa al personal en su trajín diario, algunas veces habla, las más escucha y sonríe sin expresar opinión alguna sobre nada ni nadie.
Paquito, dicho ha quedado, es idiota, pero de esa imbecilidad que a uno le quedan dudas de si lo ha elegido él, como el loco que ha engendrado esa locura y llega a un punto de lucidez que los demás jamás alcanzaremos.
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