NORTH MISSISSIPI ALLSTARS.- LA VENERACIÓN DE LAS RAÍCES
No es fácil ser hijo
de nadie como ser progenitor tampoco. Afilando hilos de la vanguardia más
ilustrada y la veneración de las raíces, entre el blues del algodón y la calma
redentora de unas guitarras desgajadas en notas enfrente del porche de casa,
acrílicos por descubrir e hilos de aspar.
Salvador Dalí en una
de sus muchas excentricidades devolvió a su padre en un bote pequeñito su semen
y zanjó al asunto familiar de la herencia o de lo que se suponía le debía. ¡
Cosas ! No es el caso de los hermanos Dickinson, siempre agradecidos a su
padre, Jim, sólo podría existir un problema : o admiraban a cuanto bicho
viviente pasaba por su estudio y casa u odiaban todo aquello, obviamente
sucedió lo primero pues si no, no estaríamos escribiendo sobre de ellos.
Con una producción de
discos excelentes esta banda han intentado revitalizar el blues, ese género tan
maltrecho que vivió sus mejores momentos en los 60 por la revitalización de los
grupos británicos en su gran mayoría y a duras penas saltó a los 70, agónico y
para paladares exquisitos y oídos finos. Ya en los 80 surgieron diversas
variantes, un tímido repunte generalizado a raíz de la aparición de diversos
Lps sobresalientes, cuyos protagonistas ya han sido analizados agudamente desde
este blog. Me refiero al Bad Influencie de Robert Cray a los que habría que añadir
Texas Flood de Stevie Ray Vaughan o los cortes magníficos de Joe Louis Walker con The Gif
. Todos éstos revitalizaron la nueva escena del blues contemporáneo que duró
poco más de un lustro debido, a mi entender, a la aparición de bandas
demasiados grises y repetitivas en esquemas, trabajos flojos y poco intensos.
La desgraciada desaparición de Stevie Ray
Vaughan nos privó de un enorme talento que ya era toda una revelación. En
la actualidad el blues es marginal, pero bueno, no lloremos, nada nuevo bajo el
sol.
NMST llegan con el nuevo siglo y
por tanto a la década recién estrenada con varios Lps excelentes. Tienen muy
buenos mimbres, hijos Luther y Cody del gran compositor y productor Jim
Dickinson, mantienen un nivel creativo y sobre todo para todos aquellos que
hemos disfrutado de sus directos, de una categoría instrumental al alcance de
muy poquitos; es que además son muy, pero que muy buenos músicos.
Versos sueltos en
este negocio intentan dar nueva sangre a un género que padece la enfermedad que
otros muchos estilos, o sea, el número de músicos que dejan de interpretar
blues por fallecimiento es superior al que deciden dedicarse a él. Al no
renovarse está condenado a alcanzar una situación residual. Relegado al pelotón
de cola, la permeabilidad es baja; sobrevive como cimiento sonoro de otros
estilos, andamio que sustenta verticalmente al rock sureño y próceres de
jam-bands.
NMST son la rara avis de la generación de grupos
jam que rinden pleitesía a los sonidos clásicos de antaño. Evidente, consiguen
el certificado de pedigrí. Es cierto que Luther se ha convertido a tiempo
parcial en guitarrista de Black Crowes,
ha colaborado en su disco Warpaint y
que su hermano Cody ha creado una nueva banda con la que pasa el rato: Hill Country Revue. Como Jack White, mantienen una carrera
estupenda moviendo varios platos a la vez y sin que se le caiga ninguno de la
mesa.
LOS ALBACEAS DE UN SONIDO.- Es importante preservar la identidad del
viejo blues, sin demasiados contaminantes. Dos son los grandes rasgos que
determinan esta evolución. Habría que hablar en primer lugar de las tradiciones
que jamás perdieron los esclavos traídos de África y en segundo apuntar muy
claro, para no perdernos y saber de qué escribimos, los tambores cherokees de
los nativos que habitan el sur de los Estados Unidos.
Los bluesmen negros
fusionaron los ritmos de ambos
instrumentos y sus baterías utilizaron las extrañas pulsaciones cherokees para
marcar la pauta a las guitarras creando una música única, un blues con una
estructura que difiere de la clásica del Delta.
Como los gitanos que
todos hemos visto muchas veces tocar en las callejas, al lado de una “candela” acompasados
de guitarras españolas y palmas, los hermanos Dickison tuvieron la gran fortuna
de encontrarse en el patio de su caso escuchando tocar a palo seco a gente como
Junior Kimbrough o R.L Burnside.
Antes rodeados de discos de Fred McDowell
apreciaron las distintas texturas de
lo que el blues era capaz de aportar a la música. Por ejemplo, admiraron la
potente y expresiva voz, la versatilidad con la guitarra tanto eléctrica como
acústica y con slide y sin ella, me refiero claro a Burnside, su peculiar
estilo le aparta del elaborado en el Delta. Rara vez se ajusta a los clásicos
12 compases sino que a menudo introduce ritmos africanos de acompañamiento cuya sonoridad recuerda a los de Malí. Lento y cadencioso, las canciones pueden
contener uno, dos o tres acordes que se repiten envueltos en el acompañamiento
de bajo. Esta sensación hipnótica es el denominado “ Burnside style “ que en realidad es la más alta expresividad
del Nort Mississippi blues.
Bien, no hace falta
ser muy avezado para saber de qué fuentes bebieron estos chicos para poder
llegar tal cual a su primer trabajo, además del nombre, claro: North Mississippi Allstars. La banda se
formó en 1996 con Luther a las guitarras, Cody a la batería y Chis Chew al
bajo, en este tiempo fueron lentamente fagocitando, asimilando, puliendo, en un
proceso de aprendizaje basado en la interconexión de elementos aislados, desde
el Hill Country Blues para ser concatenado con el rock´n´roll, pero no el
primigenio, sino el resultante de 50 años de evolución pero con la idea clara
de banda de jams, nada de temas cortos, más en la línea de The Allman Brothers o Grateful Dead.
SHAKE HANDS WITH SHORTY .- Mayo 2000.-
Primer disco a destacar de los chicos. Largas
jams sin importarles ser unos primerizos y a qué público pudiese ir destinado,
lo suyo es hacer la música de raíces que escuchaban desde niños y que llevaban
tres años puliéndose en los escenarios, así pues lo de grabar era un poco como
coser y cantar. Varias versiones, de los 10 temas que contiene el trabajo 4 son
composiciones de Fred McDowell, 3 a R.L. Burnside y 1 de Junior Kimbrough.
Se bordan este
material clásico con algunas florituras instrumentales, creando un sonido
original e individual que debería atraer tanto a los puristas del blues y
rockeros por igual. Recuperan el romanticismo del viejo bluesman y la
fascinación de una época pasada, con buenos manejos de la slide no tienen
ningún pudor al hedor del pantano ni a expandir las canciones de sus héroes insuflándoles
una nueva energía al género.
Al Night Long, Skinny Woman, Station Blues, Drinkin´ Muddy Waters, K.C.
Jones ( On The Road Again ), Someday Baby ; forman un buen ejemplo de honestas canciones con el sabor sureño
en sus surcos para un excelente debut discográfico.
Provienen de Memphis
y formar parte de la aristocracia del rock qué duda cabe que les abrieron
varias puertas, pero como al hijo del torero, si se me permite el símil, puede tener
el mismo apoderado pero quien tiene que lidiar, mandar, templar y torear es el artista;
y estos señores de North Mississippi Allstars saben trabajar muy bien en
directo y en el estudio, como unos veteranos tienen muy claro lo que desean
llevar al disco aunque en esta ocasión tiren de cancionero ajeno. Que dos de
ellos sean hijos del legendario Jim Dickinson ( productor entre entre otros de
Screamin´Jay Hawins, Arehta Frankin… o que fuese músico de sesión de los
Stones, suyo es el piano de Wild Horses) les ayudó, sin duda, pero esto no les
resta mérito alguno a su proyecto que en muy poco tiempo se han ganado el
respeto ellos solitos con sus buenas maneras de hacer ese rock-blues tan suyo.
Entran por la puerta
grande del rock y además tienen la respetabilidad de los veteranos, han
conseguido con el primer trabajo, prorrogado con el 2º álbum, ser unos
invocadores del sonido del sur tendiendo puentes entre el pasado y la búsqueda
de su propio presente.
51
PHANTOM.- Octubre de 2001 .-
Este trabajo consolida su fuerte crecimiento,
11 temas de los cuales sólo 2 son versiones : Lord Have Mercy de Junior Kimbrouugh y Freedom Hihgway de Pops Staples; el resto ya es de cosecha propia
destacando como buenos escritores y compositores. Destacan toda la ingeniería sureña de que son capaces:
serpientes colgantes de los árboles, el fango del Mississippi o el Southern góspel
de los domingos, toda una versatilidad intelectual combinada con un blues-rock
clásico en la onda de los primeros ZZ Top.
No faltan los riffs enérgicos dibujados con guitarras más
distorsionadas demostrando que la inmensidad del primero no fue casualidad.
Hasta ahora los
habíamos conocido en su versión de trío, a partir de ahora en adelante
incorporaban a un nuevo miembro, es un decir, pues añaden una nueva guitarra al
grupo: Duwayne Burnside además de
ayudar en las voces. Así pues NMAT se
convierten en cuarteto cosa que ya llevaban tiempo en directo, pues cuando se
meten en el estudio para efectuar lo que acabaría siendo su 3º trabajo, Polaris,
Never In All My Doys.-
Hay un cierto acercamiento al
pop que cambió el paso sobre todo a los más acérrimos roqueros, pero si buscas
evolucionar y resultados distintos, no se puede hacer siempre lo mismo.
POLARIS
.- Abril de 2003 .-
La llegada a la banda de Duwayne Burside como
2º guitarrista dota al grupo de más versatilidad para inmiscuirse por
diferentes territorios: a veces incluso ese pop posee tintes psicodélicos. Meet Me In The City,( Kimbrough ) 2º
corte del álbum deja tras los surcos suficientes roots para satisfacer al más
exigente, con ese deja vú, la cadencia, las guitarras en su justa medida. Las
praderas verdes, las slides y las guitarras acústicas aparecen en el tempo
medio que es Conan para ir tomando
carrerilla en cuanto aparece el piano de papá Dickenson que también se encarga
del mellotrón. Canciones oscuras y muy bien trabajadas con una slide
maravillosa a cargo de Luther: All Allong.
Dentro de la heterogeneidad del álbum, nos podemos encontrar una especie de
power-pop en Otay y la movidita Kids There Daze. Demasiado elaborada y muy alejada del sonido
tradicional de NMAT One To Grow On,
recargada con el violín de Hearther Trussell o el cello de Gorkan Somel. Pero
donde uno vuelve a la carga con ese R&B maravilloso lo encontramos en el
siguiente corte: Never In All My Doys,
ese ritmo trotón me encanta. Aquí la vieja parroquia adquirida en sus 2
anteriores trabajos recuperan el pulso y el corazón late sumergido en las
guitarras mayúsculas. Más pop bailable y fácil de digerir en el funk Bad Bad Pain con un buen trabajo a cargo
del grandullón Chis Chew con su bajo; eso sí, la guitarra ratonera de Luther
deja las cosas en su sitio. Curiosamente el tema que da título al disco, Polaris, no es gran cosa, simplemente es
una canción pop. Time For The Sun To Rise ( Earl King) mantiene la cadencia del medio tempo. Una
jam-session para cerrar: Be So Glad una
evolución hacia el blues-rap sureño. Luego cambian el paso y se largan un rock
que huele a los 70 made in Allman Brothers
Desde luego NMST han
hecho con este Polaris lo que les ha
dado la gana, metiendo en un saco todas sus influencias y ajustándolas a sus
parámetros. Han apostado y arriesgado que es lo que cualquier artista debe de
hacer a lo largo de su carrera, más allá de premios, emolumentos y en ese juego
con la baraja abierta han llegado a una convincente colección de canciones que
se definen por si solitas. Trabajo eclépctico donde en el cajón podemos
encontrar blues, la cultura jam, el rock que también manejan, boogie, góspel y
el pop para llegar a final de año y colocarnos una obra maestra, y eso si ya de
por si es difícil, más aun para este que les escribe, un doble Lp en directo
con toda la familia, y encima, es que es muy bueno.
Rompiendo las reglas,
para eso están entre otras cosas, graban en directo una golosina, uno de esos
trabajos que en el nuevo siglo y recién estrenada la década, 2004, es un
portento de fuerza, alegría, southern. Recogido en el Bonnaroo en pleno corazón
del Hill Country, en el sur profundo, la tierra de Fat Possum a modo de las
grandes jam-bands de los 70. Sobrecogedor monumentalismo, casi 80 minutos de
desborde de música con toda la familia Dikenson, los Burnsides más extras del
calibre de Otha Turner´s con Jojo Herman a los teclados y el incombustible Chis
Robinson ( Black Crowes ).
Sus muchas
actuaciones durante estos años le dieron una soltura y técnicas que ya tenían,
sólo hacía falta colocarlas por orden en vinilo para saborear tantas veces uno
quiera semejante hazaña.
Antes de que dicho
álbum viese la luz pública, a lo largo de 2003 sacaron Tate County Hill Country Blues que se grabó en 1998 pero que por
motivos contractuales no vio la luz hasta dicho año. Apuntes, ejercicios de
estilo y diversas versiones, muy heterogéneo y algo deslavazado no es óbice
para encontrar buenos temas como Brocks
Run To The Ocean o Crazy´ Bout You,
algunas rarezas Snake Drive o Shimmy She Woobble, únicas tomas
existentes en el estudio más una primigenia Po
Black Maddie que acabaría apareciendo en su primer trabajo.
Ya en el 2004
publicarían un mini-lp: Instores
& Outtkes que no dejan de ser una serie de canciones sobrantes de
Polaris donde nos encontramos con piezas acústicas y algunas muy de Fat Possum,
muy sureñas; hasta versiones de los Stones : Stray Cat Blues, de The Band : The
Weight o de los Resplacements : Skyway.
Todo para llegar a su nueva entrega, en directo, digno de luchar por el trono
del southern band con Allman Brothers y su At
Fillmore East.
Todo esto no viene
nada más a confirmar que afortunadamente, para todos aquellos que estamos
atentos con oídos de felino y orejas levantadas, a encontrar nuevas bandas que
echar a la maquinaria del rock en este nuevo milenio. NMAT lo son, por ese están en este blog, ya con una carrera muy
desarrollada y unas obras que amortizan su precio y dan la calidad necesaria para
mantenerse vivo y gozando.
Jumper On The Line.-
LA
SANGRE AZUL DE LA VIEJA ARISTOCRACIA SUREÑA.- Por si alguien ponía en duda su credibilidad
roquera o habían molestado las travesuras experimentales del anterior trabajo
publicado en estudio, nada mejor que sacar un álbum enorme en directo a la
vieja usanza de los que se hicieron en la mejor década, los 70, en cuanto a “
live “ se refiere y poner en conocimiento de los incrédulos el Lp doble, Live
At The Bonnaroo durante el Festival veraniego celebrado en dicha localidad. Un
sitio que hay que apostillar por allí han pasado viejas glorias como Greteful
Dead, Allman Brothers, Dylan, Blind Boys Of Alabama… algunas herederas del rock
profundo de raíces americanas.
Nada, como nuestros
queridos gitanos, esas bandas de calés que cuando graban van en manada familiar
como una especie de picnic dominguero o bodas que se extienden por varios días
con sus noches, los NMAT se plantan con toda la parafernalia consanguínea y
añadidos a los mismos que para el caso es
igual.
Los Burnside al
completo, hasta el octogenario L.R. Burnside se anima, Chis Robinson, Ry
Cooder, Jo Jo Herman echa unas manos a los teclados y claro, Jim Dickinson.
Esto más que un concierto es una vieja celebración familiar al más puro estilo
del sur, y los asistentes sabían a lo que iban. Así pues tenemos a la vieja
aristocracia sureña de sangre azul trabajando muy duro para mantener la leyenda
y marcarse un estupendo directo.
HILL COUNTRY REVUE .- Octubre
de 2004.-
Grabación
recogida de su concierto en el Bonnaroo el 11 – 06 – 04. Se extiende a
largo de 14 temas y cerca de los 80 minutos, perpetrado como una reunión de
clanes familiares con algún invitado de campanillas que viene a sumar. Recupera
en parte algunas canciones de su anterior trabajo, Polaris, como el 4º corte: Bad
Bad Pain, Never In All My Days
(6º) o Be So Glad (11º).
Las colaboraciones de
un magnífico L.R.Burnside en el 2º tema con una meddley que incluyen Po Black Maddie-Skinny Woman-Po Black Maddie. Pero hay mucho más, nada más
empezar nos encontramos con Fred McDowell en Skake´em On Down devolviendo a nuestra dimensión el espíritu de
Duane Allman; swamp blues de primera con el contenido de Down In Mississippi y una
devastadora versión de Bomber´s Story
de Ry Cooder a cargo de Chis Robinson.
La mano en la sombra
de Jim Dickinson nos hace rendirnos a la evidencia de que sin estos trabajos viviríamos
eternamente en el pasado sin dar nuevo combustible a nuestros estómagos, ese
recuerdo que a ellos les orienta pero no limita, que actúa como espuela que les
imprime velocidad y rabia.
Como todas las jam-bands
el escenario es su hábitat natural. Sobrecogedor al monumentalismo es pura magia
vertida sobre los asistentes. Contagioso, lacerante, una banda en la plenitud
técnica que sume al oyente en un estado de embriaguez de roots.
Despacio, sin
agobios, después de girar durante 6 años por Estados Unidos en capacidades de
salas pequeñas, de 300 a 3000 personas,
según, dan el salto a Europa donde actúan en Noruega, Holanda, Inglaterra,
Alemania. En algunos sitios llenan, en el país teutón son menos conocidos y
algún show apenas reúnen a 100 personas,
pero ellos tocan como ante la multitud que les escuchó en la primavera del
Bonnaróo de donde sacaron el disco en directo. Todo cuesta al principio y de
perseverancia nadie les va a dar lecciones. Ellos son músicos y la capacidad de
profesionalidad la efectúan ante audiencias amplias como muy pequeñas, cosas
que he podido constatar en 3 ocasiones.
Una manera interesante
de darse a conocer la perpletan en su país. En cada ciudad han formado un
núcleo de gente que les ayuda a promocionar sus conciertos; a cambio ellos les
regalan posters, pegatinas, camisetas, discos y todo cuanto merchandising
puedan. Cuando regresan a la ciudad promocionada nada de divismos, quedan con
su “ gente” y con algunas cervezas de por medio comparten experiencias. Blues a
nivel de calle de muchos quilates para quien los quiera coger.
Con escasa discografía
pero incisiva, renovando el género desde la perspectiva de una rama marginal
del blues, la cultivada al norte del Mississippi por Fred McDowell y Junior
Kimbrough, regresan a la formación de trío con Luther a las guitarras y las
voces, Cody en la batería y Chris Chew
en el bajo y las voces e inundar al
álbum nuevo de blues.
Una banda que cuando interpreta canciones que influenciaron
sus orígenes (R.L. Burnside, Turner, Kimbrough) deja por sentado el dicho ese
de que para dar un paso adelante siempre hay que mirar hacia atrás y continuar.
Dejando al margen Hill Country Revue que come aparte, este Electric Blue Waterlon es el mejor disco de estudio de NMAT. Vuelta
a la formación no sólo de trío sino a las más genuinas canciones de blues en
algunos tramos del álbum. Eso sí, mezclado con su particular visión de este
concepto. Nos podemos encontrar una guitarra slide escupiendo ritmos primarios
de Bo Didley y alternar con la delicadeza de un genuino Fred McDowell o una
larga cabalgada de jam con Duane Allman como si tal cosa.
Alguna colaboración
de renombre como la maravillosa Lucinda Williams en Hurry Up Sunrise, algún clásico como A Few Little Lines o un tema grabado nada menos que en 1929 de
Charley Patton, Mississippi Boll Weevil
que abre el disco.
Blues de vanguardia,
talentoso trabajo, una experiencia musical que transciende su lugar y su
tiempo, la vida y la muerte, que alcanza el futuro y regresa a nuestro pasado.
Mean Ol´Wind Died Down.-
Se me hace difícil destacar algún tema, pues la mezcla bien
condimentada me resulta coqueta, con la línea argumental del blues van por
distintas ramas del árbol y en ocasiones en las bifurcaciones encontramos el
más tradicional, pero en otras va mezclado con gotas de rap o algún country,
pero todo con naturalidad que es su característica principal. Sin darte cuenta
puedes escuchar tantas veces quieras este Electric Blue Watermelon y hallar
nuevos matices y lecturas que agradecerás. En total 14 temas que llevarse a los
oídos y con que el que pasar un excelente rato.
Bien, todo lo que
sigue de aquí en adelante son varios actuaciones y recoger algunos frutos
sembrados a lo largo de todos estos años. Los discos que sacan, a mi entender
hasta llegar a Hernando-2008, son
menores y sólo para los más seguidores del grupo. Hay cosas interesantes, pero
raras como son ellos; el pastiche de sacar 5 temas de su anterior disco y distorsionarlas
hasta extremos irreconocibles y colocar un tema inédito: Goat. El disco es del 2005, me refiero a Screwed And Chopped.
Bajo los parámetros del
excelente Electric Blue Watermelon, con unas cuantas canciones de lo mejor de
dicho trabajo y algunas de las más estelares de
Hill Countre Revue se marcan otro pastiche semioficial, grabado en
formación de trío como es Paradise Boston
Ma 11.12.05. También dando muestras de su oído atento, hacen alguna versión
en este caso de Blind Willie Johnson, el In My Time
Of Dying o el Big Mama´s Door de
Alvin Youngblood. Endurecido el sonido.
Entre medias sacan en
su web un disco crudo que muestra a la banda en su estado bruto con la ventaja
de no tener que aliñarlo ni limitarse a ningún tipo de metraje. Nos ofrecen dos
horas de concierto donde hay versiones de ZZ Toop : Bo
Diddley o Sharp Dresed Man, de Jimi Hendrix: Hear My Train A Comin´, de los Stones: Stray Cat Blues o del mago Al Green, Love And Happines. El disco se llama Charleston, SC, 11.15.06.
En 2007 inauguran su
sello discográfico y nos ofrecen un álbum rudo y hasta crudo en directo, Keep On Marchin´ . Mas fuerte que Hill
Country Revue donde la música se convierte en tormenta desatada mientras la
electricidad estática cruje de principio a fin. Sólo contiene un tema inédito:
Run On. Para mí poca cosa, y ya saben lo que pienso de los directos, éste no es
una excepción.
El mismo año publican
Mississippi Folk Music Volume One
donde se atreven a tocar un número considerable de clásicos, la lista es larga,
sólo enumeraré a Ray Charles, Dylan o Wilson Pikett. En el mismo periodo ponen
a prueba la paciencia con la b-s-o de la película Barnyard hasta dar con el siguiente disco, el magnífico Hermando
del 2008.
HERNANDO .- Enero de 2008.-
Nuevo paso adelante con un inesperado cambio de rumbo
hacia las mejores páginas del blues-rock de los 70. Nos encontramos ante un
disco lleno de riffs interesantes, como el que abre el álbum: Shake. Sonidos hendrixianos en esa
guitarra eléctrica y en el tono general de Keep
The Devil Down y prosigue la
marcha a toque de batería+bajo en Soldier
con esa fuerza bruta que tumba al
oyente en un muro de sonido impenetrable por su rigidez.
Siguen
estando fuera de lugar en la búsqueda inútil de un single o hit, no están obsesionados por el éxito fácil,
como el guepardo tienen esa potencia de arranque. En este disco crean rebanadas
de blues-rock extraordinarias, las 3 primeras citadas sirven de claro ejemplo a
lo que escribo. Desarrollos largos para transmitir lo que en esos momentos
desean que escuchemos.
Hay
temas más cercanos y directos que entran en la 1ª audición, ese rock machacón
que es Eaglebird. El sosiego nos
viene de la adaptación que realizan de un tema de Champion Jack Dupree : I´d Love To Be Hippy y en Come
Go With Me. El rock´n roll y la luminosidad lo hallamos en Mizzip, directo y bailable y continúa
franco como flechas directos a tú corazón como un grupo de salón, con guitarra
chuckberryana en Blow Out. El blues-rock
rocoso pegado a esa guitarra eléctrica rebotando en un panel de sonido lo
hallamos en: Rooster´s Blues, Take Yo
Time, Rodney para cerrar con la
balada Long Way From Home.
Excelso
trabajo sin duda que cuando acaba te dan ganas de volverlo a escuchar. Buena
señal para el enfermo que sienta esos síntomas. Un poco nerviosos andábamos la
parroquia ante la entrada de Luther Dickinson en la banda de los hermanos
Robinson ( Black Crowes ) que hacía peligrar la continuidad de NMAT, falto de
grandes grupos en este milenio, superior a la nefasta década de los 90, pero aun
así escaso de efectivos.
Sus
directos como siempre largos e intensos pero hubo un hecho que cambió el paso.
El deceso de Jim Dickinson en agosto del 2009 les volvió a reunir como grupo
para un enorme trabajo que no vería la luz hasta el 2011 debido a los múltiples
compromisos adquiridos por Luther como Cody con sus respectivas bandas.
Afortunadamente el grupo continúa y en la primavera de dicho año volvieron a estar
en la carretera y parar de nuevo por España, donde por 2ª vez pude verles en
directo aunque en esta oportunidad ya sin Chris Chew en el bajo, pues abandonó
a NMAT. Se presentaron en dúo, y cualquiera que asistiera a las dos horas de
show no saldría en absoluto decepcionado, pues el número de guitarras de Luther
Dickinson que sacó y tocó de manera excelsa, así como Cody en la batería y en
la tabla, nos trasladaron de inmediato al más genuino sabor sureño que se pueda
degustar en directo.
KYES TO THE KINGDOM .- Febrero de
2011 .-
“
Sólo estoy muerto, no me he ido” Eso es básicamente este disco, una celebración
no una larga lamentación. Chis Chew, el grandullón bajista, que no estuvo en el
último tour con la banda, si figura como tercer miembro de NMAT.
Es posible que la muerte no nos robe a los
seres amados, al contrario, los guarda y los inmortaliza en el recuerdo. De
todo esto sale Kyes To The Kingdom,
una extensa y bella carta de amor de 2 hijos a su padre y toda una lección de
vida: no todo está perdido, la música puede sanar y salvarte.
A escasos 3 días del fallecimiento de Jim
Dickinson, Luther se encerró con músicos amigos de su padre y grabó a pelo el
lamento en Onward & Upward, una
colección de blues y música tradicional con sabor amargo.
Como ya apunté en líneas anteriores, tal vez
sin este suceso lamentable, MNAT no hubiese seguido tras el magnífico Hernando, pues Luther había sustituido a
Marc Ford en los Black Crowes y Cody tenía a la Hill Country Revue; pero todos
sabemos que todo golpe emocional produce cambios y resquebraja los cimientos
más íntimos y en ocasiones, las circunstancias nos mueven para bien.
Abren con This
A´Way, un blues con riff hipnótico que refleja ese pavor a la aflicción de
la dama portadora de la guadaña. La rabia la sueltan en Jumpercable Blues, una canción a medio camino entre el country más
trotón con estrofas rayando el punk. Le sigue un bello góspel tamizado por la
hermosa voz de Mavis Staples, The Meeting,
los sonidos tradicionales del Delta hacen acto de presencia, se ve la luz
al final del túnel. A continuación un medio tempo country con How I Wish My Train Would Come con una melodía
perfecta, brillante y luminosa. La siguiente colaboración viene de la mano del
pianista Spooner Oldman en Hear The Hills,
canción desgarradora y emotiva, más grabada con las tripas y el corazón que con
la técnica. Eso sí, la slide de Luther del final suena cruda, penetrante. Suck Inside Of Mobile Whith The Memphis Blues Again es un tema de Bob
Dylan que aquí los NMAT lo clavan en versión blues.
Estamos juntos a mitad del álbum y todavía queda casi
lo mejor, que es mucho. El lamento crujiente lo encontramos en Let It Roll, un blues hondo y de sollozo,
una canción que ya publicaron en el disco Onward & Upward. Ry Cooder les
echa una mano en un blues lento y arrastrado de profesión funeraria, hablamos
de Ain´t No Grave. Ol´Cannonball cuentan con Alvin
Youngblood en la armónica y les ayuda en los coros; un honky-town de taberna
acústico, sentido y profundo. Preciosa canción.
Cambiamos el paso en el siguiente tema, con
decir que Jon Spenser está en las voces ya podemos intuir pocas sutilezas y
sonido crujiente. Vuelve Oldham al piano para ofrecernos en esta New Orleans Walkin´Dead un blues
pantanoso al compás de un riff machacón con armónica incendiaria de camino a
las profundidades. Ain´t None O´Mine,
otro blues sentido con slide correosa. Para terminar dicha obra maestra, nada
mejor que hacerlo con un tema festivo, un blues con el sonido directo y alegre
al estilo de Nueva Orleans, Jellyrollin´All Over Heaven, primer sencillo
avanzadilla del disco.
Se canta al inicio de una nueva vida, una luz
llegará, ya se ve en el horizonte.
Desearía que el tren viniese y me devolviera a
casa… pero debo marchar.
Disco honesto, brillante pese a varios temas
oscuros pero que dejan entrever claramente a través de las grietas la luz de una
nueva existencia. Acaba con un piano de Jim Dickinson, claro homenaje al
patriarca desaparecido pero que les dejó el sendero marcado por el que
continuar. Excelente trabajo de NMAT.
WORLD BOOGIE IS COMING.- Septiembre 2013.-
Ganas de escuchar el nuevo trabajo,
quizás con una espere que anhelas que sea beneficiosa. No sabes por dónde
pueden salir, pero acaban en las raíces profundas de lo que NMAT entienden por
blues, a veces cadencioso, sensacional y pantanoso como el instrumental con el
que abren: JR , tema lo
suficientemente ardiente calentado por la sonoridad de la armónica( a cargo de
Robert Plant ), que dejar caer alguna maldición entre la nebulosa sónica de
tremendo impacto. La ambigüedad estilística se adueña de canciones como Goat Meat; versiones de Muddy Waters en
el conocido Rollin ´n Tumblin, quizás
intentado dar un toque “ moderno”.
Contiene todo lo
que cabía esperar de ellos: blues pantanoso, aires sureños, sabor de la América
profunda... tal como venía siendo habitual, el mismo fondo, pero cambiando las
formas de grabación/producción, eso sí, quizás un poco más complejas, en busca
de esa conexión pasado y presente, a mitad de camino entre la tradición y el
riesgo de una creatividad inconformista.
Hay algunos aciertos indudables, sobre todo si
tenemos en cuenta que son 17 cortes lo que publican, doble LP si es vinilo. Que
algunas canciones son un poco saturadas y pequen, a mi juicio, de superfluas y
que se las podrían ahorrar, tales como That Dog After That Rabbit, eso sí, no sufrir sólo son 30 segundos con
flauta, es instrumental. Sin embargo compensa por encontrarnos con varias joyas
memorables como "World
Boogie", "Turn Up
Satan" o esta "Meet
Me In The City". Una
absoluta maravilla.
Todo
el trabajo lucha entre el clásico y los avances modernos y ahí probablemente
esté su mayor virtud, el paso adelante y no seguir con los caminos trillados. Por
eso desde el comienzo escribí, por dónde iban a salir los hermanos Dickinson
ahora. No falta la slide de Luther en Shimmy,
un instrumental ; Snake Drive suena a fiesta como sólo saben hacerlas en el Sur
profundo, su manera de expresar felicidad, sin más, que es mucho.
Producido
por ellos mismos, cuenta con la colaboración del mismísimo Robert Plant a la armónica, de
los hermanos Duwayne y Garry Burnside (hijos de R. L. Burnside), Kenny Brown,
Alvin Youngblood Hart, Sharde Thomas, Chris Chew, Sid y Steve Selvidge, todo
ellos reunidos en los estudios Zebra
Ranch Studios en Coldwater, propiedad de los vástagos de Jim Dickinson.
North
Mississippi Allstars han querido dedicarle su nuevo disco a la
ciudad de New Orleans y
a su sonido y espíritu mágico. Como es habitual, el juego del gran abanico de
guitarras y del "lowebow" de Luther Dickinson, ese instrumento de cuerda cuyo resonador está
formado por una caja de puros, más el añadido de sus ásperas voces, nos
recordarán el oscuro pasado del Delta y el Soul sureño. Puro y duro blues de
raza, caminando entre un amplio espectro de la tradición norteamericana. Una
maravilla, aunque debo de advertir dos cosas: a los no seguidores o profanos en
la banda les costará asimilar el álbum; a los veteranos también necesitaremos
algunas escuchas, pasadas estas primeras, el disco se deja acariciar con la
fluidez acostumbrada de sus “sonidos” porque la paleta de músicas que emplean
para el nuevo blues es amplia y
exquisita de degustar.
Ojalá tenga que volver muchas veces al blog, eso sería señal de que tengo que añadir nuevas obras de los geniales hermanos Dickinson o de sus largas jam-sessions. Y eso, siempre será agradable.
Ojalá tenga que volver muchas veces al blog, eso sería señal de que tengo que añadir nuevas obras de los geniales hermanos Dickinson o de sus largas jam-sessions. Y eso, siempre será agradable.
DISCOGRAFIA SELECCIONADA
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