ROBERT CRAY : LA ELEGANCIA ACARICIA LA STRATOSCATER



 Hacía calor aquella noche de estío, era lo propio. Torsos acogidos por camisetas y pocas camisas y polos en ellos; en ellas más variedad como se espera siempre, pero predominan los shorts ajustados, pantalones cortos y zapatillas deportivas o sandalias de marca. Sí, porque hay “ gente guapa “, algunos dan el aspecto de recién salidos de la ducha y con un vaso de plástico en una mano lleno de cerveza y algún pitillo que con cada calada asciende una humareda al cielo de la ciudad, deambulaban o hacían corrillos.
 Poco a poco vamos pasando por taquilla, recoges folletos, programas. Todo el mes de julio está repleto de conciertos. Esta noche el compromiso es con el blues, pero la elegancia personalizada va a hacer acto de presencia en unos minutos. Nada de un negro que ha sufrido en sus carnes la recogida del algodón o el destierro urbano en una gran fábrica de montaje automovilístico, no, nada de eso.
 Ni la banda que va a ascender al escenario, ni los que esperamos ávidos su aparición en las tablas, picamos en una mina  ni estamos 8 horas encima de un andamio martilleando las paredes. No, se huele a un cierto perfume caro, a desodorante,a peluquería: peinado y marcado; no apunto tampoco a que esto sea lo más parecido al edén, pero vaya … se aproxima.
 Robert Cray, ese bluesman negro, elegante, limpio, lo parece y además lo es, el músico que siempre quiso ser blanco y parecerse a Eric Claptón, y éste siempre deseó ser negro y tener el dinero y el prestigio que atesora. Si los dos se cambiasen el uno por el otro, tal vez tuviesen sosiego sus almas. Aunque intuyo que ninguna duerme mal por las noches ni tiene escasez de comida.
 El Conde Duque presenta una muy buena entrada de aficionados al blues que deseamos escuchar a Cray con su banda, Es 20 de julio, 1997, hace calor cuando encima de las tablas aparece Robert rodeado de Karl Sevaried al bajo,Kevin Hayes a la batería y un organista para rellenar esos huecos que quedan en todo show para ayudar al jefe: Jim Pugh.
 En este momento Robert Cray es el abanderado del nuevo blues, el mesías de los 80 de un género que tiene sacudidas, de vez en cuando un rostro pálido le da por versionar a los clásicos y los pone al día, o sale un chico de Tejas y lo coloca todo patas arriba, Stevie Ray Vaughan, por ejemplo. Pero no, este es negro, hace soul con la sutileza de un blues acaramelado y es el ahora, en esta década el abanderado, el primigenio jinete que encabeza el ranking, con suavidad, elegancia, añadiendo ternura  y clase encima de un escenario y estilo sobre las cuerdas de su stratocaster.
 El concierto en sí, pues un dechado de virtudes. Lo pirateé, o grabe en un pequeña grabadora con sonido limpio, disfrutable y es la primera vez que vi tocar a Robert Cray. Me dio lo que esperaba, clase, una voz normalita y un buen manejo de las 6 cuerdas, sin pasarse, pero es que él, es así.
 Una década y media antes de tenerlo delante de mis narices tocando, escuché a un músico novel, con cara de buena persona ( sí, porque a mí como a Fellini, los rostros me dicen mucho ),que no había tenido tiempo de sufrir en sus propia piel las desventuras que siempre ha arrastrado el mejor blues. Cray no teme en absoluto combinar sus raíces blues con sedosos apuntes de soul.Hace el blues de los 80, el actual y los textos se asemejan a lo que es su vida, su cotidianidad, sus circunstancias y eso le da para llevar el mensaje lo más lejos posible en buenas giras por parte del planeta  que habitamos.
 Los que procedemos de una cierta generación, aquellos chicos pálidos y pueblerinos, todos lo éramos cuando el general Franco falleció, a mí me pilló siendo un imberbe, que nos criamos creyendo en un mundo mejor, en aquellos vinilos de chicos blanquitos como la leche que hacían blues, Cream, Mayall, Fleetwood Mac, Ten Years After... al menos en mi persona, mis ojitos se empezaron a fijar en los créditos de los discos, en los autores, y ¡oh sorpresa! Que pocas cosas estaban creadas por los chicos pálidos. Esperé, y tomé conciencia de que a esta parte del Atlántico alguna vez vinieran los auténticos y genuinos para poder constatar in situ, como el tapón del algodón que no engaña y ver si de verdad se podía sacar brillo de verdad. O bien, cruzar el charco para escucharlos, ya sabemos lo de la montaña si no viene... Cuando por fin los vientos de cambio regresaron al país del cruce de culturas que es España y aparecieron los bluesman de verdad, no todos, algunos corrimos a sus brazos para que con sus guitarras nos sacudieran en el rostro, con sus lenguas nos acariciaran y el gran BB King, Buddy Guy, Johnny Copeland... y un largo etc: inundaran nuestros oídos. Cray pertenece a este 2º lugar, un chico bien educado y que va para gran maestro.
 Todo proceso evolutivo lleva su tiempo y muchos de los que estábamos enfrente de Robert y su banda veníamos de recorrer el mismo camino, a veces por senderos diferentes pero el final es el mismo, queríamos su bendición para asegurarnos definitivamente que nos queríamos perder en el infierno más caluroso de sus voces, sus stratocasters, sus ritmos, sus movimientos de caderas. Sin la existencia del blues jamás habría existido el rock and roll ¿ y qué hubiese sido de nosotros ? Tal vez como hipótesis el haber nacido en el medievo, o contemporáneamente en el Serengueti criando cabras con una lanza y un escudo de madera como protección, tener tu cabaña y preñar a la mujer cada verano para tener un nuevo retoño en la primavera, así hasta que la zarpa de un guepardo te desgarra el alma en vez de una guitarra eléctrica por haber tenido ¿ la suerte ? De nacer blanco y en esta parte del mundo.
 Robert Cray no asimila el blues en un grado puro, lo maravilloso de él, a mi entender, es que ha roto la barrera de lo híbrido y poder colocarse en las mismas listas británicas junto al indie, el pop, el rock duro... y como si no quisiera la cosa, pasaba por allí, y como al leopardo lo fotografiaron de noche y sin darse cuenta. ¡Anda !
 Sí, porque ahora  en 1997, B.B-King llena palacios y salas de más 2000 personas, como Hooker, Guy, Waters. ¿ Y por qué está aquí este tipo ? Robert Cray tiene la noche que le veo 42 años, ha publicado varios discos en compañías de 2ª fila, no ha tenido ni tiempo de sufrir algunas de las desgracias que también canta, aunque en sus repertorio no predominan los problemas del alma, más  bien del amor carnal y terrenal. Cuanto más lo veo ahí encima tocando, me asalta una duda creo que razonable: ¿siente el blues o lo interpreta? Ehi, a estas alturas yo ya he visto bastantes de su nivel purificarse  encima de las tablas, ardido en sus guitarras y meterme en sus entrañas.
 Difícil colocarle una etiqueta a Cray, su técnica procedente del blues, la voz, la mayoría de los arreglos  y buena parte de las composiciones son las de alguien que ha vivido de cerca todas las variantes del soul desde mediados de los 60.¿ Qué es; soul de raíces o blues renovado ? Para mi música de calidad, un problema para los puristas y que lo tiene complicado para complacerles, al menos en disco, en directo su corrección de las notas, su saber estar, su elegancia, superan a muchos de su generación y predecesores, no necesita  moverse mucho ni gesticular ni hacer “ posturitas y caritas “ con la guitarra, todo sentido común, ortodoxia, en una palabra: clase.
 Viéndolo ahí encima del escenario no dejo de pensar que Robert Cray lleva en esto mucho tiempo, que a mediados de los 70 ya funcionaba como RCB, se movía por la costa norte del Pacífico, que su ídolo  era Albert Collins cuando un mestizo tocaba en una banda de gitanos y un británico de melenas lacias le colocaban grafitis en los murales londinenses de que era dios; él ya curraba entonces con su escasa elegancia y timidez, pero tocaba que era lo que deseaba. Quizás ese porte a lo Sydney Portier se lo diera el ser hijo de militar, cambió el fusil por la métrica de la guitarra eléctrica y que sus gustos eclécticos quizás vienen de tanto cambio de ciudad como sufrió su padre con los traslados, ya saben, un poquito de aquí, otro de allá.
 Cuando yo lo vi a Cray en julio de 1997, ya estaba plenamente consolidado en el maistrem más absoluto, introducido en todos los círculos de blues y festivales pero sin menospreciar aparecer en cualquier otro evento; él por sí mismo con su banda recorría Estados Unidos y la vieja Europa con la aureola todavía de guitarrista joven. Su mayor mérito para mi radica en que ha llevado o mejor se ha servido del blues como correa transmisora para hacer rentable la maquinaria comercial de algo que en sí mismo, no lo es. Es decir, ha hecho rentable el producto a vender, y tiene mérito.
 Lo intentó en 1978, se le presenta la oportunidad de grabar un Lp, pero la edición en una compañía pequeña, Tomato Records, publicado con retraso y encima se va a pique, con lo que el disco desapareció rápido de las estanterías. Durante los 6 años siguientes Cray sigue trabajando pero no es hasta 1984 que con aires remozado, nueva banda, graba en la modesta Hightone y sale Bad Influencie. Por esas cosas raras que pasan en la vida, mira tú por donde, el álbum se consolida sobre todo en Gran Bretaña y sube la cotización del artista. En estos momentos la Robert Cray Band utiliza el blues como base para camuflar una serie de canciones de cierta belleza.
 Va siendo hora de repasar una obra discográfica amplia, pero muy escasa en cuanto a calidad, empieza muy bien para ir perdiendo fuelle a medida que pasa el tiempo. ¿ Les suena ?
 Para los curiosos o seguidores el disco editado anteriormente se llama Who´s Been Talking, durante este tiempo consiguió actuaciones de segundo orden en el circuito de blues de USA y desde luego el disco no le ayudó a proseguir por otros senderos más beneficiosos.


BAD INFLUENCE .- 1984 .- 
 Tal vez el mejor trabajo de la banda y además de la crítica favorable de los especialistas contó con un auge importante del público bluessero que veía en Cray a un nuevo guitarrista que pudiera aportar nueva sangre a un género centenario. El disco contiene el tema que titula el álbum, una canción ya de por sí brillante, que se convirtió en clásica pronto y pasó a las estanterías de estándar del blues en la década de los 80. Eso sí, tanto Blad Influencie como Phone Booth vienen enmascaradas en influencias de R&B y soul; es el tercer tema  donde nos suelta un pedazo de blues: The Grinder.
 Descubrimos en este Lp influencia sureña, una muy buena voz y sobre todo, una guitarra sutil y brillante, precisa en el momento justo, sin pasarse, como la mayonesa, en su punto.
 Got To Make A Come Back ( Eddie Floyd ) con vientos desgarradores recoge las influencias del soul de la Atlantic y de Stax. So Many Women, So Little Time con carácter la rítmica y la percusión; en Where Do I Go From Here serán el bajo, batería y teclados los que tomen protagonismo. Los solos de Cray ardientes para reflejar las historias nocturnas que su garganta canta; para cerrar con No Big Deal con unos preciosos arreglos de guitarra y voz.
 El trío que compone su banda como base: Cray – Cousins – Olson es la mejor formación con que contará Robert a lo largo de carrera para poder transcribir ese sonido tan particular a su música. Su mejor disco y un Lp imprecindible.
 El éxito alcanzado en Inglaterra como ya escribí les abre nuevas puertas que se ven reflejadas en su siguiente trabajo en el otoño de 1985 añadiendo la incorporación del teclista Peter Boe, aunque todavía sin conseguir salir el acotado circuito de blues.

 FALSE ACCUSSATIONS .- 1985 .- 
  La cosecha recogida en Bad Influencia se vio ante el reconocimiento de tener que seguir con el listón alto en su siguiente trabajo, y éste disco mantiene el nivel que duda cabe. En este año recala por 1ª vez en España en una gira, existe uja cierta anormalidad en el mundo del blues por querer escuchar el nuevo álbum antes de su edición. No defrauda, es un gran trabajo, el resultado es un buen puñado de canciones y la plasmación de tener ente nosotros a otros gran guitarrista de una música tan especial y minoritaria, en apenas los dos últimos años ha conseguido alcanzar la fama en los festivales de blues y desea aprovechar la oportunidad y sacarle el máximo provecho.
 En este disco encontramos más sofisticación, menos sonido directo y crudo que en el anterior, por ejemplo en Playin In The Dirt o Sonny, canciones lentas: She´s Gone, con algo más de ritmo : S.O.F.T, o puro lirismo soul : I´ve Slipped Her Mind.
 Un disco agradable de escuchar, de llevarse a los oídos, irradia la espontaneidad del sonido de Cray, la pureza de su sencillez, sutil, sedoso, demuestra las posibilidades de progreso de un estilo sin tener que andar repitiendo esquemas.
 Semanas después de publicarse False Accussations aparecerá un trabajo de Robert Cray junto a dos monstruos, dos maestros que aún le sacan algunas cabezas en esto del blues, nada menos de que Albert Collins y Johnny Copeland, éste trio firma el formidable : Showdown - 1985 .Un salto brutal de guitarras en toda regla con armónicas y voces con herrumbre en la garganta, solo basta acercarse para escuchar canciones como T-Bone Shuffle, Bring Your Fine Self Home o Black Jack.
 Examinemos el disco en cuestión pues será importante para Cray, también para Collins y Copeland, pero estos ya estaban instalados en el circuito de blues de festivales internacionales y con carreras muy asentadas. A nuestro chico le valió un excelente contrato con Mercury Records amén de recoger un Grammy.
 Y mira que es raro que un álbum con reuniones no sea una plasta absoluta de agrupación de estrellones para nada, como los invitados en un disco, contaditos con los dedos de la mano qué aporten algo de sustancia, creatividad al invitador de turno, más para dar lustre y arrastrar al nuevo trabajo a algún seguidor del invitado. No es el caso de Showdown ; el peso específico lo levaran Collins en Brig Your Fine Self Home, en T-Bone Suffle o en Lion´s Den . Copeland matiza como nunca en Black Cat Bone y proporciona siempre una ortodoxia bluessy sin la cual el disco, obviamente, no sería lo que es. Las sutilezas y el nervio de Robert Cray las encontramos en She´s Into Something y Blackjack, su apabullante imaginación, son quizás los primeros responsables de que este Lp pueda dejarse oír docenas de veces, sorprendiendo y emocionando a cada escucha. Decir que es un álbum muy bueno, es quedarse muy cortito.
 Evidentemente Cray que comenzó trabajando en la banda de Collins estaba más que feliz por poder grabar junto a uno de sus maestros y principal ídolo como ha confesado en más de una ocasión. Con él adquirió la mayoría de edad con las giras por todo el noroeste del Pacífico y la costa de California.
 Trabajos como los reseñados ayudaron a tener un poquito más de presencia del blues en una década en la que desgraciadamente pocas figuras nuevas aparecían que renovasen o agitasen el cotarro, y lo que más me llama la atención que es un negro el que con su propia banda al frente, hace de tal palo una característica de vida, aunque con gotas de soul pero en los primeros trabajos se lo curra muy bien, devolviéndonos la esperanza hacia un terreno abonado al abandono discográfico y mediático.

 STRONG PERSUADER .- 1986 .-


 La culminación del éxito de calidad y comercialidad, bajo la producción de Denni Walker se marca un estupendo disco con esa mezcla de inspiración del blues que Cray maneja también con las gotas de soul y ahora de rock. La canción The Sominkh Gun alcanzaría en número 13 en el Bilboard de un Top de 200 y llegó al millón de copias más 6 premios de la Blues Music Awards llegando a conseguir en los dos años posteriores a su publicación el Disco de Platino, y daría a Robert un nuevo Grammy. Como pueden leer, suficiente para que cualquier buen aficionado a la música y en particular al blues saliese despavorido. ¡ No se asusten !A veces un ángel, negro esta vez y para variar, se cruza en nuestras vidas y nos concede algún deseo a cambio de seguir perdidos en el camino de las tinieblas, sólo para pasar el rato y seguir adelante, aunque nunca he sabido para qué.
 Para que este Lp llegase a estas cuotas hay que matizar 3 cuestiones: la madurez de los músicos, la inteligencia de la producción y los 10 temas en él contenidos amenizados por igual entre lo sublime y lo comercial. Gracias a esta mescolanza el álbum entró de lleno en el mercado del pop por la astucia de sus creadores y Robert Cray copó durante  algunos meses los elogios de los críticos de blues y aquellos que ya comprábamos sus discos nada más ser publicados.
 Smoking Sun, Nothin´But A Woman y More Than I Cant Strand fueron puntos de inflexión en la carrera del grupo, difíciles de superar con un listón muy alto. Son varios trabajos rayando lo perfecto. Este disco le dio a conocer definitivamente a Cray al margen del circuito no sólo de blues norteamericano, sino a  nivel mundial y a partir de aquí su carrera sufre un cambio sustancial.
 En estos momentos Robert es junto a la aparición del vendaval que supuso la llegada del blues-rock del tejano Stevie Ray Vaughan, el éxito de ambos y sus constantes giras ayudaron a dar un impulso enorme a la reactivación del blues de la década de los 80; durante esta época Cray se involucraría en media docena de giras por Europa creando un fuerte vínculo sobre todo con Inglaterra, teloneando en un momento dado a Eric Claptón y llegando a grabar con la leyenda: John Lee Hooker.
 A partir de aquí espacia un poquito sus grabaciones debido a los muchos compromisos de las giras que la banda tiene. En 1988, dos años después del magnífico Strong Persuader , el cuarteto formado por Cray-Cousins-Olson Boe lanza Don´t Be Afraid Of The Dark – 1988 , una mezcla de soul-blues efectivo con varias canciones de tempo medio muy bien interpretadas y cuidando los detalles que llegan a la perfección. Cray canta con precaución y da más cancha a los arreglos instrumentales que a su querida Stratoscaster, lo cual resta ambición al álbum aunque claro, gana en efectividad. No aportó nada al bagaje de la banda pero sí muchos dólares.
 También observando las cuotas alcanzadas por Cray en estos momentos, se rebusca lo que fue su 1º disco y la Charly inglesa adquiere las cintas de dicho Lp, poco después consigue reeditar el sonido crudo de Who´s Been Talkin´- 1978, con menos arreglos y sofisticación, es decir, más ir al grano.
Antes de proseguir con parte de su obra, apareció en el mercado The Score – 1986 en la serie de Charly Blues vol. 16 que no es otra cosa que el primer disco de Cray con la producción de Dennis Walker y Bruce Bromberg recogido en los Studios Eldorado de Los Ángeles ( California ) de 1978; en total son 10 temas con dos bandas diferentes.



THE SCORE .- 1986 .- 
 Sonido crudo sin tanto edulcorar, el primer tema una versión de Willie Dixon : Too Many Cooks con inclusión de vientos. Las adaptaciones son la mayoría de las canciones pero en el siguiente ya se nota la personalidad de Robert Cray con el punteo tan característico de su stratocaster, The Score ( D. Amy ) es todo un blues en toda su dimensión, como el siguiente con toques de armónica a cargo de Curtis Salgado y la sutileza en la voz y la eléctrica de Cray, la canción es The Welfare (Turns Its Back On You ) (S,Thompson, L.Wearner ). Es el 4º tema donde hallamos el primer atisbo en la composición de Robert : Thast´s What I´ll Do , un muy buen R&B a la altura de cualquier gran maestro consagrado. La delicadeza y el sutil terciopelo reaparecen de nuevo en I´d Rather Be A Wino ( D.Amy – R. Cray ). No se anda con chiquitas, nos vamos a un monstruo de la composición: Chester Burnett, donde se marca la adaptación de un blues con mayúsculas, Who´s Been Talkin´que originariamente daba título al Lp, marcado por un buen corte de  guitarra eléctrica y la armónica de Curtis. Las dos siguientes canciones son también versiones : Sleeping In The Ground ( Sam Meyers ) y I´m Gonna Forget About You ( O.V.Wright ) ésta un R&B con predominio de vientos tocando el soul como sólo Cray sabe aderezar en medio del sonido bluessy. Los dos últimos temas llevan la firma de Robert: Nice As A Fool Can Be, la voz parece llevar la iniciativa en una canción lenta con los añadidos de esa peculiaridad de soul que tanto le gusta aliñar a varias de sus composiciones para finalizar con If You´re Thinkin´Waht I´m Thinkin´ un blues en toda regla.
 En apenas 36 minutos encierra la clave de lo que será posteriormente toda su carrera. Muy buen debut, es ágil y fresco, penetrante, en ocasiones turbulento. El lp contiene excelentes canciones, la voz de Cray aunque con cierto recato ya destaca sin ser potente pero con desconocida y atrayente brillantez.
 Sus dos siguientes discos, Dont´Be Afraid Of The Dark y Midnight Stroll son más productos pop para consumo, sin carecer de la calidad que atesora el grupo, pero son más de canciones sueltas que de álbumes compactos, pero sin aspirar en realidad a ser un puñado de temas simplemente bien elaborados e interpretados, sin más. De todas maneras, Robert Cray sigue siendo un enorme músico y un excelente guitarrista que hasta aquí sólo publicó obras muy buenas.
 La portada de Midnight Stroll es realmente bonita y cargada de expresividad. La calidad de dicho producto es envidiable. Desaparecen del grupo Peter Boe y Dave Olson y se incorpora un 2º guitarra. La música y la inspiración desaparecen en parte y el álbum es repetitivo, sin mucha fuerza, algo abúlico. Curiosamente, ha superado en ventas a todos sus predecesores y Robert Cray se convierte en una estrella, su AOR blues desespera en parte a sus seguidores y decepciona en la misma línea a los entendidos en música negra, le acomoda  a su recetario musical, eso sí, le despeja con una repercusión comercial impensable hace unos años pero le desplaza del trono de los mejores, que no de los más vendedores.
 En 1993 realiza otro pedazo de Lp que le devuelve a la calidad sin más independientemente de las listas y de las ventas.
  
SHAME + A SIN .- 1993 
 Desde este blog se trata de meter el bisturí a fondo en la obra de ciertos intérpretes con una buena calidad, pose, solera, y es lógico que a lo largo de los años de una dilatada carrera se produzcan altibajos en la creación, ya sabemos lo que escribió Baudelaire: ser sublime sin interrupción es del todo imposible. De ahí que tras unos trabajos dubitativos y repetitivos no exentos de gotas de exuberancia, nos halláramos con un Robert Cray a piñón fijo en la composición y la creación de buenos discos, pero algunos abúlicos, sino claramente aburridos y sin garra ni fuerza.
 Shame + A Sin rompe la tónica y nos presenta a una gran banda arropando al guitarrista americano. Ya desde el comienzo nos arrastra con un R&B interesante, 1040 Blues, cuenta en la armónica con Albert Collins para abrir boca. De hecho la banda de Cray es la misma  que 4 años después escucho en el Conde Duque presentado lo que en aquel momento era su último álbum. En el Lp a parte de las colaboraciones puntuales de Collins, están una sección de vientos con Edwart Manion saxo tenor y barítono y Mark Pender a la trompeta.
 Medios tiempos y calidad encontramos en el 2º corte: Some Pain, Some Shame, eficacia con vientos y un piano de Pugh certero y discreto en I Shiver, amén de la stratocaster caliente y vibrante por parte de Cray. En You´re Gonna Need Me, un blues en toda regla, encontramos la chillona eléctrica del maestro Collins echando una manita a Robert, descubriendo enseñanzas perdidas.
 Canciones tranquilas con dominio de la voz sobre la guitarra eléctrica; Don´t Break This Ring , Leave Well Enouhg Alone ,Passing By y Up And Down.
 La fuerza y el mejor tema llega con Stay Go ,voz preciosa de soul y guitarra caliente y picante. De cerca le puede seguir este I´m Just Lucky That Way , con precisión de vientos, piano juguetón y un buen trabajo de Cray ,ahora sí, en la guitarra, sacando esa calidad y técnica que atesora y que parece tanto costarle sacar a relucir más a menudo. Algunos, entre los que me incluyo, se lo agradeceríamos. Well I Lied es un R&B trotón y vacilón, fácil para el directo y exquisito de escuchar con los vientos a todo trapo, con Robert sabio en las 6 cuerdas.
 Nada más que aportar a una carrera longeva en el tiempo pero escasa en cuanto a trabajos de calidad. Como Eric Claptón creo que ha dado ya lo mejor de sí mismo, eso sí, mientras exista vida hay esperanza, faltaría mnás, pero mucho me temo, que uno sin la colaboración del maestro JJ Cale poco va a hacer digno de su nivel, y Cray, sin Collins que le de un tirón de orejas ya, tampoco va a sorprendernos.
 En directo lo he visto 3 veces: frialdad y calidad a partes iguales.
 Ha publicado 9 discos más, algunos pueden llevarse al plato del equipo de música: Live From Across The Pond – 2006 , This Time – 2009, o Nothin But Love – 2012. Pero vaya, muy lejos del enorme talento que se le suponía en los trabajos reseñados. Aunque siempre hay que guardar un as en la manga.
 Robert Cray nació el 1 de Agosto de 1953, Columbus – Giorgia , Estados Unidos.-





DISCOGRAFIA SELECCIONADA


BAD INFLUENCIE - 1984

FALSE ACCUSATIONS .- 1985

SHOWDOWWN .- 1985

STRONG PERSUADER .- 1986







THE SCORE - 1986

SHAME + A SIN - 1993










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