JOE LOUIS WALKER : PATA NEGRA



 Acababa de terminar de comer un bocadillo de tortilla de patatas con pimientos rojos, tomé un café y salí de la cafetería de la Universidad con el fin de echarme ese pitillo tan hermoso que sabe a gloria con el estómago lleno. Mientras observaba algún sitio donde poder colocar mis posaderas hallé un banco grande vacío, a él me encaminé y aunque a los pocos segundos en la otra punta se colocara una pareja, aun teníamos el suficiente espacio para no estorbarnos. Mientras exhalaba las primeras caladas de mi cigarro, apareció de entra las sombras un  individuo negro, bien vestido. Con traje oscuro y gafas graduadas, no le presté suficiente atención, venía andando despacio y sin ningún acompañamiento, por un instante nuestras miradas se encontraron y sin saber muy bien porqué sonreímos y con un ligero cabeceo se supone que queríamos decir “hola”. Por cortesía respondí, pasaron algunos minutos hasta que alguien abrió las taquillas y poco a poco fuimos entrando en el recinto universitario de San Juan Evangelista, es decir. el Johnny, como todos le conocemos, al lado de la estación de metro Metropolitano en la Complutense de Madrid.
 Mi sorpresa fue cuando a los pocos minutos de estar en mi butaca observo que el tipo negro bien vestido que unos minutos antes pasó a mi lado, no era otro que Joe Louis Walker, con la misma ropa, pero ahora encima del escenario, con una guitara eléctrica stratoscaster en su cintura y acompañado de su banda. Nos esperaba una larga sesión del mejor blues que uno pueda degustar.
 Posiblemente sea la mayor figura de una música tan genuina y universal como lo es la de los 12 compases, elemental, pero que encierra toda la filosofía de vida y entretenimiento. Me gusta escuchar a un profesional negro, creo que tienen el duende que un blanco no alcanzará jamás, si va unido a una exquisita técnica y una voz correcta, estamos en el camino perfecto. Es como el feeling, no es lo mismo Gary Moore que BB King, Claptón que Buddy Guy, JLW que Debbie Davies… ni la forma de tocar ni la de cantar. Se aprende, pero hay generaciones de ADN en un lado y otro de la frontera.
 JLW es perfeccionista, estilista, elegante, carismático, representa desde hace décadas al blues contemporáneo, sabe defender su estilo en directo y en disco, de dotarle de una rotundidad metálica  y acabada sofisticación. Con una pinta de look de yuppie afroamericano, en directo derrochó una multiplicidad de recursos que sólo hizo que aumentar su grandeza a medida que el concierto avanzaba. Paseándose por el escenario, actualizando el botteleneck y preocupándose por la coreografía, sin apenas virtuosismos sabe elevar al personal. Durante casi las 2 horas nos regaló lingotes de  blues, funk, swing tejano, R&B, rock.
 Su cuerpo fibroso, cool, elegante, de vez en cuando se dirige a uno de los bafles donde hay unas botellitas de agua metidas en unas cubiteras, en ocasiones bebe, en otras parece que se enjuaga la boca, de  nuevo da la vuelta y se dirige a su público tras las gafas oscuras que ocultan sus ojillos, coge su guitarra eléctrica, esta noche utiliza Stratocaster, Les Paul y una Custom, no está nada mal. Toca solos, slide, en ningún momento aburre, conecta con la gente, con su banda, está a gusto y lo demuestra sonriendo de vez en cuando.
 Nació con el blues en su pigmentación, es de lo que escribo cuando hablo del feeling, se marca desde antes aunque luego se puede ir aprendiendo y asimilando. Se empieza a tocar con los primos, se agarra a sus instrumentos para ir aprendiendo hasta que a los 12 años consigue su 1ª eléctrica, en esa formación tocaban R&B y blues. Luego se va escuchando a gente, para aprender, para ver, Mississippi Fred McDowell, Elmore Jones, Muddy Waters, sobre todo para la slide. Tenemos otros en otra estantería para encajar qué es eso de rasgar de modo regular : T-Bone Walker, Buddy Guy, Magic Sam. Para subir la temperatura del R&B y la música soul: Curtis Mayfield, Steve Cropper.
 Cuando empezamos a componer se trata de mandar mensajes positivos en las canciones, que se pueden escuchar fácilmente en una actitud tranquila, nos vamos haciendo con un estilo, una manera de tocar y de cantar, ponemos en práctica las enseñanzas que personalmente nos han enseñado Mississippi Fred McDowell  a la slide y a la eléctrica de Buddy Guy. Rulamos durante una larga temporada por el hipismo más rampante del Filmore y nos encontramos con un blanquito aderezado y avanzado en esto del blues, Mike Bloomfield, y allá por un lejano 1975 para ir cubriendo gastos y coger la forma y las tablas necesarias nos metemos en un grupo de gospel, The Spiritual Corinthians, y 10 años después nos encontramos con una troupe de personal que responde al nombre Mississippi Delta Blues. ¡ Bien ! Hemos aprendido, se supone que debemos de ser autosuficientes y que ahora tenemos ideas y alguna ocurrencia; volamos solo, JLW en 1986 monta su propia banda: The Bosstalkers.
  Joven pero experto, nuevo en esto de grabar pero con muchas horas de vuelo sobre los escenarios; el asunto es simple, saber si seremos capaces de plasmar todo esto en disco para que en diversos momentos del día alguien en algún lugar pueda escuchar esa música que se ha creado para relajarse, bailar, amar… el chico de San Francisco fichó por la independiente californiana Hightone para comenzar a hacer grande su nombre en el largo y tortuoso camino del blues.
 Yo soy una persona con un pie en el viejo blues y un pie en el nuevo blues. Así que puedo hacer góspel, soul, hago el viejo blues y el  nuevo blues. Hago lo que siento  que debo de hacer. No hago un disco para los críticos, no hago un disco para los bluppies, quienes quiere que sean, no hago un disco para la compañía de discos, no hago un disco para mi novia, ni para mi madre ni para el promotor. Yo hago un disco para mí. Si hago un disco y te gusta, bien. Si hago un disco y no te gusta, no estás obligado a cómpralo. Porque dentro de 20 años quiero escuchar un disco mío y decir: así es como tuve que hacerlo. No quiero escucharlo y decir: Oh, no debí de hacer un disco así sólo porque los demás querían que hiciese un disco así. Lo hice porque quise, no porque nadie me lo dijera. ¡ Toma ya ! Grande JLW.
 Su primer trabajo : Cold Is The Night – 1986, su debut innovador en la época, no le hace mucha gracia a Walker, y visto desde hoy, a lo mejor ha erosionado el acierto de sus propuestas. En este instante canta con la  misma entonación que Robert Cray, parecidos ritmos con sus respectivas Stratoscaster, punteos, arreglos y hasta compartían el mismo productor: Dennis Walker. Su diferencia era y es, que su blues iba en distintas direcciones, eclecticismo, es capaz de acercarse al R&R e incluso al rockabilly en algún arrebato chulesco, que también los tiene. Elegante, sugerente, coquetea hasta con el funk, moderniza el soul ( le encantan Brown, Redding y Pickett ), y si quiere nos machaca con sonido tejano, pero al parecer en este trabajo sólo se conforma con exhibirse en los punteos.
 Cuando el 2 de abril de 1995 JLW está en el escenario del Johnny, ese domingo primaveral y exquisito donde el esplendor va entrando en nuestra sangre, nos encontramos con un excelente bluesman, un pedazo de músico con una banda señora: The Bosstalkers y nos desgrana parte de su última obra: Blues Of The Month Club , un trabajo que desmenuzaremos más adelante. Por ahora seamos respetuosos con la cronología y examinemos la que para mí empieza a ser su gran obra, su primer Lp en consideración, aquél que Walker quería escuchar 20 después y sentirse orgulloso.

THE GIFT .- 1988 .- 
 En este disco Walker empieza a dar visos de lo que al final será su personal estilo. Hay que escucharlo varias veces para empezar a entretejer los detalles y matices que se esconden en dicho álbum. Con voz melismática y una producción un tanto flaca y metálica, se vale  de los ritmos funk , es decir, guitarra+bajo+batería que de lejos serían Albert Collins remix en los punteos, todos muy bluessy. Acaba puliendo soul sofisticado soplado por esa máquina de hacer vientos que son los The Memfhis Horns. Hay más guitarras rockabillys, walkin´bass reluciente como un reactor en 747, baladas swe soul urbanita: The Gift, slide como la frotaría su coetáneo Robert Cray en ¼ To 3; swing lánguido en Main Goal; blues ondulante en Everybody´s Had The Blues; disparos soul con pistola de bolsillo en Mama Didn´t Raiese No Fool y hasta hard soul ralentizado con mucho blues en Shade Tree Mechanic. A descubrir.
 The Gift consta de 10 canciones, 4 compuestas por JLW en solitario y otras 4 a medias y 2 adaptaciones : 747 de H.Sadler y Shade Tree Mechanic de H. Oden. Trabajo muy ecléctico donde se descargan todas las influencias que hasta ahora el californiano había asimilado.
 En estos momentos JLW no tiene el aspecto físico que años después me encontré en él, su look no es tan elegante, los dientes delanteros son dos sierras, separados demasiado uno el otro, no es tan fino; años después visita un odontólogo y aquello que le debía de incomodar en su estética se le solucionó, incluso su vestimenta y maneras parecen con el paso de los años mejorar. Nada más basta echarle un vistazo a las portadas de sus discos, no hace falta conocerlo personalmente.
 Tras las grabación de The Gift, publica un Lp más en la línea mainstream y apuesta por una comercialidad que no le va a su técnica, su profundidad, dentro de este aséptismo nos coloca Blue Soul – 1989  y la verdad, se acerca a su amigo y coetáneo Robert Cray de las dos últimas décadas y a los Kinsey Report más innovadores, no es una gran obra, apenas destellos de su genialidad en algún tema suelto, tipo funksoul : Ptove Your Love, lo más destacado. I´ ll Get To Heaven On My Own; una especie de boogie  entre cruce de Robert Johnson y Johnny Lee Hooker; a veces se desvía en un tono tex-mex comercial e intenta salir con algún soul sexual y sedoso a lo Marvin Gave. Demasiado frío.
 Otra cosa es su siguiente trabajo que si merece rascar y por partida doble, como si se hubiese encabronado consigo mismo y se aplicase aquello de que grabo lo que quiero, lo que siento, lo que me mueve a seguir en este negocio, y a fe que lo consigue.

LIVE AT SLIM´S VOL. 1 Y 2 .- 1990 – 1992 .-  

 Son dos discos, obviamente en directo, para empezar a acallar bocas, quizás a través de estos dos trabajos bastante gente ajena a lo que son los sonidos del blues se empezó a interesar por el californiano, y en aquellas personas más metidas o enteradas en este género le prestaron seria atención.
 Aunque parecidos entre sí, da igual uno que otro pues ambos son muy buenos trabajos con una producción meticulosa y en la que incluso, a modo de anécdota, en los libretos que acompañan a dichos álbumes, el propio JLW pide disculpas si alguna nota no está bien tocada ( ¿ … ? ), ya podemos considerarle un músico extraordinario con un gran carácter.
 El volumen 1 trae I Don´t Kknown Why, que es un blues eléctrico, pulido, lento pero con mucha clase. El volumen 2 incluye Just A Little Bit un rocnkanroll o mambo como lo entienden los tejanos. Colabora la armónica de Huey Lewis por aquello de ampliar público blanco quizás. En total son 19 temas repartidos entre los dos discos : 10 ( 1 ) y 9 ( 2 ). Con ellos cerraría su ciclo en la pequeña discográfica Hightone, su siguiente paso ya sería más grande tanto en medios técnicos de grabación y distribución como de la calidad.

BLUES SURVIVOR .- 1993 .- 
 Obra maestra. Cuando escuchas esto deseas que siga grabando semejantes joyas, casi hasta tienes miedo de que se pierda y no haya continuidad. No hay peligro. Las emociones que nos provoca son cristalinas y fuertes. Los metales son souleros y las guitarras neoblues. Los arreglos hacen que las canciones acaben y vuelvan a empezar con el guitarrista punteando, jugando con el oyente. Junto con el productor John Snyder, labran canciones como Put You Down Baby ese blues con tanto swing. R&R en Bad Thingh, blues del mejor en You Just Don´t Knnow, un poquito de funk: Blues Survivor; slide cimbreante para un R&B paródico y algo misógino : Rainy Nights; blues para bailar: Help Yourself. Vaya, una joya.
 No pierde el tiempo, entre giras y festivales que requieren su presencia se mueve en estos momentos. Ha encontrado la ráiz, vende muy bien su envoltorio, tiene una técnica estupenda y el grupo que lleva: The Bosstalkers es muy bueno, claro ejemplo de que existe proyecto.
 Su siguiente Lp es otra maravilla titulado simplemente con sus iniciales.

JLW .- 1994 .- 
 Tira un poquito de versiones, de los 9 temas apenas 3 son suyos y de éstos 1 a medias. Pero el envoltorio del caramelo es muy rico. Quizás en el anterior se exprimió al máximo y andaba corto de material original. Abre a toda pastilla con I Can´t Get You Off My Mind ( Lloyd Jones ) y continua con I Need Your Lovin´Every Day ( Eddie Cornileus ) donde la sección de vientos tiene mucho que decir, envolviendo la canción en un mágico rugido de baile. El blues cazurro y la slide aparece en Rain On My Mind ( Michael Parris ). Le sigue Inner City Man donde la guitarra eléctrica y la voz son protagonistas de una canción lenta en la mejor tradición bluessy, y donde el saxo tenor le da un aire de nocturnidad y luces de neón considerable. Zapatazo al canto con una guitarra juguetona, punteando, rica, puñetazo en todo el estómago con la versión del gran Otis Blackwell en On That Poweline, en directo es un huracán aun sin llevar los vientos que tiene en el disco. El primer tema firmado por Walker lo encontramos en el 6º corte, en este Hold On donde Joe Louis está más atento a su slide pues la voz cantante lleva predominio femenino con Angela Strehli. Blues sin más que es mucho : 12-Step Lovin´ , Alone , homenaje al delta del blues y en especial al maestro Jimmy Reed en el magnífico tema Got To Find My Baby. Baile con predominio de órgano y vientos en Lost The Will To Love Me y para rematar la faena un mano a mano con el maestro de la armónica, James Cotton, en el estupendo blues que cierra el álbum: Going To Canada ( Henry Odem ) .
  Walker es un creador cuya cabeza está continuamente ideando tonalidades y ritmos, con una capacidad fuera de serie para traspasarlos al papel, dándoles vida con su voz y su guitarra. El mundo rítmico y melódico que  anida en su mente es tan personal y tan amplio que no necesita beber de los nombres consagrados para definir su estilo. Si Robert Cray es o basa su estilo en la adaptación o trasladar el sonido de los 50 y 60 a las tendencias actuales, Walker trata de llevar esos sonidos a su propio terreno. Tiende al perfeccionismo, a la depuración y la sofisticación, su voz se transforma con extrema facilidad al estilo que en esos momentos afronta y su guitarra resulta cada vez más virtuosa, afilada y técnica, Joe Luis no sólo es un tipo de blues, , ni  de soul, ni de jazz… es simplemente un guitarrista con mayúsculas.

BLUES OF THE MONTH CLUB .- 1995 .- 
 Este álbum recorre como los dos anteriores la música negra de la A a la Z. Elegante, decorado de soul emotivo cercano a la voz de Sam Cooke. Los Memphis Horns se deshacen en aterciopelados acompañamientos de fondo en Get It Right, algo así como Blues Californiano. Hay más, claro, arrancando de un sonido seco, cortante de los bajos golpeados en la acústica algo así como Delta Blues. Su contexto sigue siendo personal en Your Lyin´Eyes. También existe el góspel extraído de su entorno natural adoptado a espacios contenidos a su naturaleza: el pop y el R&R, Lost Heart .
 El virtuosismo de Walker a la guitarra en palpable en temas como I´m Not Coming Over, incluso pop edulcorado en Street People. Por supuesto que hay muy buena chicha en el R&B acelerado, bordeando los límites del swing, cuya velocidad y exactitud  de las notas en el tiempo le sitúan en la puerta de la perfección instrumental, escribo sobre Play´em  Whewrre They Lay. Demostración de la slide en Second Street. También encontramos soul potente, setentero con coros, órganos y riffs continuos  en el ya reseñado Lost Heart. Blues de carretera, con slide, piano y los profundos gritos del Delta en Bluesifin´.
  Creo que a estas alturas no tengo que recalcar que es un buen disco, digamos que ha quedado claro.



  Dos años después de publicar Blues Of The Month Club y tras varias giras, se embarca en un proyecto bastante  ambicioso al intentar y desde luego superar con creces el intento, de reunir a un elenco de guitarristas excepcionales para su nuevo disco. A diferencia de las pastosas reuniones, Walker será el nexo de unión y protagonista, pero los invitados aportan ideas al proyecto realizando un álbum muy bueno, que ya desde el título: Great Guitars, deja claro las intenciones.
 El californiano quiere realizar con este trabajo el poder demostrar la evolución del blues a través de los estilos impuestos por los grandes guitarristas del género. Este disco, para todos aquellos que somos amantes a esta música es un Lp obligado, necesario para apreciar toda la variedad en su conjunto.
 Pese a que el elenco de invitados es importante: Taj Mahal, Little Charlie, Clarence Gatemouth Brown, Buddy Guy, Otis Rush, Ike Tuirner… es Joe Louis Walker la piedra fundamental de todos los temas. Su música empieza a llevar una etiqueta diferenciadora: una combinación de pop, soul y funk contaminada del ritmo swing. Cuando escribo sobre Walker resalto su gran virtud: la composición.

 GREAT GUITARS .- 1997 .- 
 Que tal cantidad de instrumentos encajen a la perfección en ese castillo de naipes ideado en su mente, es todo un mérito. Su concepción de la música se puede emparentar con la de un compositor de sinfonías. Todo tiene su justo espacio, su tiempo, su volumen e importancia. The Bosstalkers la banda que le acompaña en el álbum, apenas resalta, pero se constituye como su alma mater: el bajo suavemente marcado, el piano sobresaliente incidiendo en los silencios para mantener el  tempo, la batería perfecta, eficaz en todo instante. La otra virtud de Walker es el dominio de la tensión gracias a una guitarra que siempre contesta a su voz, de técnica envidiable, velocidad sorprendente y perfecto entendimiento del ritmo. Su voz ha alcanzado una tonalidad aguda, muy soulera, heredada de Robert Cray.
 El disco se abre con Low Down Dirty Blues donde la invitada es Bonnie Raitt, una maravilla de canción que te alegra el día nada más escuchar el primer compás. Todo el álbum está impregnado de enorme calidad. La seguridad acústica de Taj Mahal envuelto en su aura africanista, la elegancia y el swing contenido en Little Charlie, Gatemouth y su guitarra ramplante, el incendiario virtuosismo de un monstruo: Otis Rush, la complejidad del ritmo en manos de Otis Grand, los efectos sonoros envueltos en sonido tejano del gran Ike Turner.
  Great Guitars se puede encontrar blues tejano amparado en el clasicismo del viento: Firt Degree. Swing imparable a ritmo rockabilly : Mile-Hi Club ; soul setentero de voz agudísima en Low Down Dirty Blues ; clásicos del blues en tensión creciente : Nihgt Time. Incendiario y explosivo duelo con Buddy Guy en Every Girl I See ; baladas blues, que también, a manos de Otis Rush: Fix Our Love. R&B codeándose con funky galopante en Told And Evil Night; experimentación con amalgama de estilos en Sugar ; sonido campestre de aire africano en In God´s Hands o el irrefrenable ritmo de Hig Blood Pressure digno del más experimentado Muddy Waters.
 El que no tenga el disco que lo compre, es una maravilla de arriba abajo, por el medio y por los costados. JLW ya a estas alturas de finales de los 90 lleva publicados un puñadito de álbumes dignos de llevarse a tus orejas, con elegancia, clase mucha, técnica exquisita, voz sublime. Vamos, que es un musicazo sin tanto renombre como gitanos elevados a los alteres, blanquitos plomizos  vestidos de trajes de Armani. Son de esos tipos como Rory Gallagher, Stevie Ray Vaughan, J J Cale… que con el paso de los años cada vez son más grandes porque tras ellos han dejado una obra exquisita. Tenemos  además la suerte de que Walker siendo ya veterano, no deja de ser joven y de cierta prestancia, vivo y editando trabajos para ratificar lo que escribo. Una suerte tenerle entre nosotros.
  A estas alturas, con cambio de cirugía estética, trabajo del odontólogo incluido, JLW poseía varios premios a su carrera en forma de Gramys y reconocimientos en el campo del blues. 



 Walker si cabía alguna duda, tras la publicación del disco Great Guitars  está planamente reconocido y no sólo  en el campo del blues, sino como he apuntado anteriormente, como un excelente compositor y guitarrista pues su música no abarca un solo género.
 Buen conocedor desde sus inicios, ya sabemos que fue alumno de Fred McDowell y que en sus inicios teloneó a varias de las figuras de entonces incluyendo su maestro “ particular”; como Earl Hooker, Lightnin´Hopkins… su excelente discografía a lo largo de la década de los 90, también le dio tiempo a producir a algunos artistas, como a  Otis Grand  y a Little Charlie & The Nighcats o a colaborar en el directo de James Cotton  :Living The Blues y a grabar con el maestro de la armónica el maravilloso álbum: Deep The Blues – 1995.
 De amplio reconocimiento internacional, el californiano se mete de nuevo en el estudio para otra gran obra.

PREACHER AND THE PRESIDENT .- 1998 .-
 Para empezar hay que aclarar que Walker se sale de los parámetros bluessy establecidos, los más ortodoxos, pese a una brillantez de sonido, se aleja un poco de la fórmula que atravesaba su música en los últimos años y abrazó digamos un pop-funk-gospel-soul-blues que le pone a cierta distancia del resto del pelotón que van a piñón fijo. Caso quizás de Robert Cray, mientras éste pretende suavizar su guitarra y su música, Walker intenta salir del circuito más comercial y llevadero, esto le distancia definitivamente de la fórmula más monótona pero también el oyente debe de hacer un esfuerzo por entender hacia dónde camina el músico y en ese cruce hallar buenos tesoros, no está al alcance de cualquiera , claro.
  Son 10 canciones que pisan en la mejor tradición sureña, con una voz entregada a lo largo de un repertorio en el que caben el ímpetu del pop de caramelo con guitarra sedosa y ritmos arropadores: Yveline, ambientes tomados del Albert King tardío para bluesoul adulto, nocturno y urbano, con sección de metal en su punto y arreglos que denotan sabiduría y visión de la jugada, por ejemplo Repay My Love. Baladas sentidas con capacidad crossover : Pride Of A Fool; chuletones de R&B con swing para tirar de espaldas, tan cool como su ejecutante, Uhh !.
 Preacher And The President es una delicatesen digital, algo lineal si se pretende ser tiquismiquis, pero se debe al regodeo al que se abandona quien ha dado con su piedra filosofal particular.
 Tras varios trabajos que sofisticaban el blues hasta lo indecible, JLW mira hacia atrás en su carrera y repite el soul-pop al que aspiró sin éxito durante su etapa en Hightone. Quizás aún no estaba preparado, carecía del feeling que atesora una década más tarde, de la experiencia y por qué no decirlo, del presupuesto de grabación necesario para pulir y realzar la elegancia y tersura de las canciones. Pero ahora parece estar orgulloso de su nuevo y comercial retoño. Por fin ha atinado y elaborado un disco con aliento pop apto para degustar repetidas veces, que entra sorprendentemente rápido y que satisfará a la gente que ya lleva mucha música escuchada a sus espaldas.
  Estamos, y esto no creo que debe de escribirlo más, ante un excelente guitarrista de blues pero no sólo eso, sino “músico ”, como otros muchos casos, tipo: JJ Cale, Keith Richards, Jimi Hendrix… que no se conforman con una etiqueta. Buscan, indagan en las raíces y sacan a flote lo que encuentran.
 De la música de JLW se suelen extraer conclusiones como creatividad, seguridad o identificación con los sonidos predominantemente de cada década. Al igual que otros bluesmen en archivo, Walker responde siempre a una visión positiva del blues, además de evolucionar como otro grupo donde podríamos citar a Taj Mahal, Clarence Gatemouth Brown, Charlie Masselwhite, por ejemplo. Gracias a ellos, el blues se mueve por nuevas corrientes que apuntan principalmente al solapamiento perfecto entre el blues y otras músicas y corrientes, como el profundo sur del Delta al exótico Magreb, a las improvisaciones jazzísticas o a una mayor expansión universal del sonido Chicago a la visión totalizadora del folk blues. Todos ellos, a su vez, han necesitado retornar en algún momento al blues relajado, acústico, aquél que muchos entienden como verdadero. Y eso no significa que sean estos trabajos los que certifiquen su carrera, ni que la naturaleza de su arte se halle en estos acordes del country blues; sencillamente son hitos de referencia en una obra que desarrolla innumerables variedades musicales.

SILVERTONE BLUES .- 1999 .-
 Producción limpia, firme, sin defectos. Hablamos de blues rural, acústico, grabado en estudio sin desprestigiar su naturaleza. En el sello Gitanes que ha alcanzado con los años un enorme prestigio y status en el mercado del blues, ya inalcanzable para otras disqueras. Aquí es donde lleva años Joe Louis Walker grabando, siempre con los brazos abiertos a los avances tecnológicos en el terreno de la producción, a los nuevos sonidos y tendencias, encaja a la perfección en esta casa como lo demuestran sus últimos trabajos.
 Silvertone Blues es una pieza de blues puro, un retorno al Delta Blues de JLW, en algunas ocasiones el camino lo hace acompañado, por ejemplo en Crying Won´t Help You de la mano de Alvin Hart ; otras con el maestro de la armónica James Cotton en una desgarradora interpretación vocal : It´s You Baby. En ocasiones nos encontramos suavizando la corriente songster de contaminaciones de la Costa Este, la canción es Change My Way o se le da un aire de Chicago en Born In Mississippi con el profesor ayudándole al guitarrista. Hay más colaboraciones que están para sumar, por ejemplo el piano de Kenny Wayne viene a solapar la guitarra slide en Do The Walkin´ ,y nuevamente con Alvin Hart en la canción Running From The Devil, con algunas incursiones al rag tejano : Kenny´s Barrelhouse y Bad Luck Blues.
 El disco se completa con un tema puramente Chicago; Silvertone Blues  que da título al álbum; una aproximación al blues-rock de los 70 : Talk To Me, y 2 cortes que ponderan su sonido habitual con el country: blues moderno e inteligente en Letting Go y R&R con pinceladas pop en Trouble On Wheels.
 Decir que estamos ante un maestro, es quedarse corto y calificar su obra de escasa es menospreciarla, es un portento para echárselo a los oídos y poseer la mayor parte de su magnífica producción.
 A estos extraordinarios trabajos de final de década, le pilla con varias giras de por medio y no vuelve a los estudios hasta el 2002; cambio de siglo y de década, y lo hace con una grabación conjunta con Otis Grand : Guitars Brothers – 2002, editado en mayo de dicho año y grabado en el verano de 2001, en total son 10 canciones, muchas versiones que van desde Johnny Guitar Watson, Jimmy Reed… 1 tema nuevo compuesto por JLW el que abre el disco : Bit Serpiente y otro por Otis Grand, Dicha Street Blues . En total 51 minutos de buena música donde cabe blues, R&B, balada. No podía ser de otra manera con tales elementos, el más beneficiado, a mi juicio, Grand, aun así disco para coleccionistas o muy seguidores del californiano. No desechar en ningún caso.
 En este mismo año,  publica su disco en solitario, In The Morning –  julio de 2002 , donde la mezcla de soul blues contemporáneos lo hace a la perfección. Tres años después de publicar el estupendo Silvertone Blues  sigue demostrando su maestría en temas como el R&B  :Do You Wanna Be With Me ?, o Strange Love ,  quizás el mejor tema donde grita y testifica tener una voz a la altura del mejor Wilson Pikett.  Hay medios tiempos, soul, escapaditas al sonido del Delta profundo utilizando los muchos recursos a lo que nos tiene acostumbrados. 
En total son 10 canciones con alguna versión que me sorprende, la de Jagger-Richards en  2020 South Michigan Avenue, por lo demás casi todo el trabajo creado por Walker. In The Morning sigue su investigación y evolución de la música tocando varios palos para que el cuadro de sonidos sea ecléctico pero con una línea clara de compromiso con el blues como eje principal de donde parte todo el carrusel sonoro. Canciones como Jump De Joe, con ese aire optimista, los solos de guitarra en Foot Stompin, los distintos cambios de humor en Leave That Girl Alone, un jazz con influencias soul o la voz potente intentando sacar un estilo similar al de Al Green en ¿ Dónde Jesús Lleva ? Potencia en el R&B Strange Loving para cerrar con una canción acústica, Extraños En Nuestra Casa, maestro con el cuello de botella, desgarradora cargando la voz cruda.
 Atándolo todo bien, quizás porque desea que su música se acerque en cada momento a su existencia, no quiere que la mayoría de las cosas que importan en nuestras vidas ocurran en nuestra ausencia, se marca un buen disco, ¿ y van… ?
 En este mismo año colabora en el homenaje a Bo Diddley interpretando la canción del disco : Who Do You Love.
 Durante el resto de la década deja un rastro enorme de su talento en los siguientes discos que me gustaría destacar: High Ridin´ - 2003, New Direction – 2004 , Playin Dirty – 2006,  hasta llegar al último disco que tengo y conozco y que detallaré en profundidad. Son 21 álbumes más algún directo, 4 en concreto :  Live At On Broadway – 2001, Joe Louis In Concert – 2003 + Live At Slim´s – 1990 – 1992.

HELLFIRE .- 2012 .-
  Después  de varios años en la compañía Gitane, y de alguna otra durante la pasada década, estrena disco y disquera con la ya mitológica de Bruce Iglauer, Alligator. No le debe de ser fácil haberse llevado al guitarrista, es todo un lujo, para dicho trabajo bastante ardiente.
 JLW que jamás ha grabado ningún disco malo, todo se mueve entre el notable alto y el sobresaliente, ha echado el resto para entrar por la puerta grande de tan selecto sello y se ha marcado un trabajo que debería de dejar huella.
 Walker canta con alma, aúlla como un poseso, plasma ardientes slides, y como siempre logra un disco variado donde todo tiene su aquél y no hay temas de paja, no hay rellenos, eso sólo está bien para los cocidos que le da sabor y condimento, no para un trabajo discográfico donde hay que plasmar lo mejor de cada canción, pulida y esmerada.
 Puede que parte del secreto esté en la cocina, es decir, en los controles, en esta ocasión a cargo del productor Tom Hambrige, que sabe exprimir el talento del californiano, donde también ejerce el papel de compositor además del de los controles. Podemos encontrar blues poderoso y con nervio, alguna aproximación a lo que hacía un “ maravilloso perdedor “ allá por los 70, Bob Seger, por ejemplo: What´s It Wort o Too Drunk To Drive Drunk. Como siempre la paleta de colores es variada y exquisita, no se olvida de incluir R&R viscoso.
 Con 62 años cuando decide grabar este disco, está lleno de energía en la voz y en la guitarra, cosa que puedo atestiguar personalmente pues apenas un año antes lo he visto por última vez en directo, en el Festival de Blues de Béjar – 2011.-
 Colabora en el Hellfire el que fuese teclista de la banda de Stevie Ray Vaughan de Double Trouble, René Wynans. En el trabajo encontramos blues, soul, funk, góspel que tanto caracteriza a Walker. Destacar Soldier Of Jesús con mucha devoción por parte del guitarrista, la balada con coros de soul : Don´t Cry  o I Know Why con voz más calmada para asegurarnos que el amor es capaz de cualquier cosa. Los temas más enérgicos los encontramos en Too Drunk To Drive Drunk, What It ´s Worth y una adaptación  : I´m Moving On, curiosa canción que pasa del country al blues-gospel.
  JLW abierto de miras, lo que le ha valido una amplitud de seguidores no estrictamente del blues, se ha vuelto a regalar y regalarnos de paso, otro excelente álbum, para alejar a aquellos que sólo piensan que el sonido salido del Mississippi y de los campos de algodón hace siglo y medio, es triste y llorón, melancólico, bien harían muchos músicos en escuchar y mirar la gran obra de este hombre que  no hace más que grabar discos muy buenos. La crítica siempre ha coincidido en que en Joe Louis Walker tiene el blues contemporáneo a uno de los músicos más innovadores, ahora más si cabe, con el respaldo de una gran sello detrás y el enorme talento que atesora por delante.


 Joe Louis Walker  nació el 25 de diciembre de 1949 en San Francisco, California, USA.


DISCOGRAFIA SELECCIONADA


THE GIFT - 1988

LIVE AT SLIM´S VOL.- 1 - 2 - 1990 - 1992

BLUES SERVIVOR - 1993

JLW - 1994

BLUES OF THE MONTH - 1995                  


GREAT GUITARS - 1997

PREACHER AND THE PRESIDENT - 1998

SILVERTONE BLUES - 1999

IN THE MORNING - 2002

HIGHG RIDIN - 2003

NEW DIRECTION - 2004

PLAYIN DIRTY - 2006

THE HELLFIRE - 2012




Comentarios

Entradas populares