LOS CORONAS. 31 - 05 -12 Sala Gruta 77

LOS CORONAS

Trompeta : Yevhev Riechkalov.
Bajo : Javier Vacas.
Batería : Robbie Lozano.
Guitarra : David Krahe.
Guitarra : Fernando Pardo.

 Cinco hombres y un destino marcados por el rock con raíces fronterizas, grupo pionero en España del surf instrumental y de mayor repercusión en el exterior.
 Influenciados claramente por el wester de Leone, los desiertos de Arizona y tal vez más cercanos: de Tabernas en Almería; con un carácter marcado a base de mucho trabajo y esfuerzo, excelente músicos curtidos en mil batallas de " garitos pequeños ", allí donde el rock se hace creíble por la cercanía, la inmediatez, " la prueba del algodón " que diría Fernando Pardo.
 No esconden estas criaturillas de la noche un marcado espíritu de gente como Link Wray, Dick Dale o lo grupos de los sesenta:The Shadows o The Ventures. Pero Los Coronas son más, ese era el punto de partida cuando en un lejano año 91 se comprometirieron a hacer instrumentales, han sabido darle su propio sello,añadiendo su personalidad hispánica.
 Entrada media en el Gruta. Los que allí estábamos lo hacíamos por el placer de verles de nuevo. No había disco nuevo. Todo se basó en parte " El Baile Final " - 2008, aunque " Surfin Tecnochititlan " 2006 " o " - Caliente Caliente" - 2004, además de alguna que otra versión: Los Relampagos, por ejemplo.
 La entrada en el grupo del ucraniano Yevhen Riechkalov les hace ser muy consistentes dejando gran protagonismo a los metales , le da un sabor a wester, a frontera. Los toques de pasodoble, rumba, dejan los tercios para una cinematografía de cine negro, pistolas y campos desiertos.
 Todo el concierto excelente. Un repaso en flashback repasando sus sonidos iniciales a su actual madurez y posibles guiños a lo que puede sonar el próximo disco que hasta el año que viene parece que no saldrá.
 Consiguen jugar con el más primitivo rock and roll: nos dan esa inmediatez, esa sequedad que nos aleja de la playa cuando más calor tenemos y nos llevan literalmente al desierto, a la arena, a las dunas; pero su música no nos ciega, nos da luz, nos enseña un camino por el que transitar sin envidiar nada a ningún grupo de fuera, ni de dentro. Con un rock tan viejo como la tos, tienen la enorme habilidad de hacerlo fresco, saludable, bailable.
 Excelentes David Krahe y Fernando Pardo a las guitarras, pero mención especial para Lozano, ese batería mecánico, salido de una tintorería y expulsado a los 14 años de clases de percusión " porque no valía"  según su profesor de música. Siempre de pie, me recuerda a Edi Clavo o a Slim Jim Phantom ( Gabinete Caligari y Stray Cats, respectivamente ), que lo hacían con energía, vitalidad, sin perder el compás. El manda como Pardo se encargó de decirlo en varias ocasiones a lo largo del concierto. Es el metrónomo de la banda. Tampoco olvidar un sobrio y a veces demasiado seco Javi Vacas, excelente bajista que poco hay que enseñarle.
 Dos horas de concierto, salida de madrugada como siempre en Gruta, allí estaba el que lleva el Rock en mayúsculas en su ADN, más allá claro, de lo que alguno tuviese que hacer unas horas más tarde. A lo mejor no tenía que ir a ningún sitio o tal vez ya estaba donde debía  de permanecer.

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