IMELDA MAY: AL VIEJO ESTILO

 





What Am I Gonna Do


 Curtida en los clubs de burlesque, esa especie de cabaret erótico de la década de los 50, llega a mis oídos a través de la ondas de sus discos de rockabily con matices, con esa voz que ha ido modulando a través del tiempo y de los muchos conciertos que daba mientras ella y las chicas hacían su espectáculo y todo salía de manera natural.
 Años de actuar en garitos con más o menos gente que prestase atención a lo que hacías y vestida como una chica de los cincuenta, una imagen que defiende con soltura y dignidad, nada de impostada, ni siquiera el famoso caracol teñido de rubio que luce sobre su cabello.
 Imelda May rezuma autenticidad en todo lo que hace, y eso fue lo que me atrapó de su música: su aptitud y traducir lo viejo que es hermoso y puede tener cabida, al menos en la primera década del siglo XXI.
 Esta dublinesa empieza a los 16 años un largo camino que la llevara a publicar su primer disco en 2003: No Turning Back con que que quedar atrapado de su mezcla de rockabilly, swing... humo de garito y amor incondicional a esa época de la música con estética tan vintage cincuentena. Tal vez eso diera lugar a salir  en el programa de la BBC presentado por Jools Holland y de ahí a iniciar un periodo interesante, un despegue necesario hacia audiencias más amplias. Ese viejo estilo al parecer funciona.
 Será ahora en 2005 cuando forma su primera banda y con el guitarrista  Darrel Higman, también convertido en marido, que da el salto. Un cierto entronque en lo musical por la música y la cultura popular americana de la década de los 50 con personal como  Kitty, Daisy & Lewis, que llevan a los estudios de grabación y lo extienden por los escenarios.
 Y parece a tenor de lo grabado, que Imelda May ha encontrado la piedra filosofal con la que desarrollar su carrera, o al menos, la parte que a mi más me interesa, que son sus primeros años y grabaciones.


Y´Hoo

NO TURNING BACK.- Septiembre de 2003.-

 
Publicado en su momento bajo el nombre de Imelda Clabby y posteriormente remezclado en 2007  ya como May, viene al refufo de lo que supuso Love Tattoo - 2007.
 Se revisaron de  nuevo las cintas y se ordenó de nuevo las canciones, 15 en total de las que May aporta 3 de cosecha propia y grabó de nuevo su voz, el resultado es No Turning Back.
 No se pierde el tiempo, ni un segundo, Dealing Whith The Devil ( Williamson ) con un toque honky-tonk o el ilustre balanceo de rock and roll Flame Of Love.
 Todo parece ir al trote, nada de anestesia. La voz de Imelda May y la guitarra eléctrica de Darrell Higman trituran adaptaciones como si tal cosa. Cry For Me Baby, Till I Kised You... y lo hacen bien y llevándoselo a su terreno de rockabilly.
 Hasta que llega la primera canción de cosecha propia que no desmerece en nada a todo lo anterior escuchado: What Am I Gonna Do. Las otras dos son Y´Hoo y la muy personal Forever You And Me, de los más granado del álbum sin duda alguna, con presencia destacada de Dave Priseman en la trompeta, que le da un aire de thriller.
 El arrullo llega de la mano del tema One More, una concesión a la balada. No será la única, la voz aterciopelada de May brilla como si nos encontrásemos en un cabaret a media luz y de noche, claro; End Of The  World.
 Don´t Do Me No Wrong emparenta en el honky-tonk del comienzo, ritmo trotón y James Compton marcando el paso con el piano y la voz, una vez más, sobresaliente de May. Los 3 temas restantes, cabalgan a gusto de mejor rockabilly para dejarte una sonrisa y con ganas de repetir de nuevo.





Johnny Got A Boom Boom


En el camino.- Instalada en Londres por aquello de que había más posibilidades que en su Dublin natal, sus actuaciones no parecían pasar desapercibidas. Con un grupo ya consolidado donde su marido y guitarrista Darrel Higman juega un papel importante, pero donde Imelda May es el centro de atención de todo el show, poco a poco se va haciendo un hueco en la siempre exigente escena británica.
 Dos singles de su siguiente Lp: Johnny Got A Boom Boom y Big Bad Handsome Man le abren definitivamente las puertas y el salto a Estados Unidos parecía un hecho consumado.
 Diversas actuaciones en televisión, pusieron el punto de mira en la irlandesa. Sus giras por Europa, donde pude verla en 2009, confirmaron lo que ya se avecinaba, una compositora a la altura de lo mejor que podía ofrecer este recién estrenado nuevo siglo.
 Ahora había que rematarlo con un un buen trabajo de estudio, su nuevo álbum.


Big Bad Handsome Man


LOVE TATTOO.- Octubre de 2008.-

 Una manera de poner en órbita el rockabilly que ya hicieron los Stray Cats en la década de los 80 o los grandes predecesores, sean Bill Haley, Presley o Wanda Jackson. No deja de ser un guiño al pasado, pero lo coloca en pleno siglo XXI.
 Se entra en ambiente enseguida, no se necesitan preámbulos. Rock and roll primigenio, un contrabajo, Al Gare, te pone en órbita con el maravilloso Johnny Got A Boom Boom; aviso en toda regla de lo que te queda por escuchar en los 40 minutos restantes, doce temas.
  Burlesque: Feel Me. Tímida instrumentación e inicio a capella en la aterciopelada voz de May en Knock 123, un claro ejemplo de los muchos matices  que la irlandesa ha ido perfeccionando a lo largo de estos años.
 Los guitarrazos rockabillys estremecen en el trepidante Wild About My Lovin´ pero llevados con clase y soltura, se notan las horas tocando en pequeños clubs. Pero para nocturnidad nada mejor que Big Bad Handsome Man, al margen de la voz de Imelda, el toque personal de trompeta de Dave Priseman es digan de mención. Otro temazo en un disco soberbio.   
 Las revoluciones vocales de May se ponen de manifiesto en sus subidas/bajadas en Love Tattoo, tema homónimo del Lp. La cantidad de registros que lleva en el álbum es mayoritaria, pasa de un guión a otro sin aparente esfuerzo. Nos acaricia en Meet You At The Moon, una balada clásica, aires de jazz, vintage; como las atmósferas sugerentes de Falling In Love Whit You Again o el juego que se trae en el trotón Smokers´Song. Se deja casi para el final el tempo medio It´s Your Voodoo Wornking, con un Hammond protagonista a cargo de Danny McCornack y cierra con el rock and roll en toda regla que es Watcha Gonna Do, con aires fronterizos.








Mayhem

 
En directo.- Había ganas de degustar sus canciones a pocos metros de donde te encontrabas. Y no defraudó. Con una banda totalmente comprometida y un álbum, Love Tattoo en las listas; abre con un contrabajo interesante seguido del guitarrista y un trompetista que también tienen su espacio... y luego ella, Imelda May: su voz, sus gestos, su carisma, su elegancia...
 Todo bien sincronizado: canciones cortas y temas perfectos para el lucimiento de la dublinesa que se atrevió, como era menester, con varias adaptaciones.
 El quinteto se marcó un buen concierto y no frustró para nada las muchas expectativas depositadas en el grupo.
 Pasado un lustro y con 2 discos más en el mercado, era de esperar verla de nuevo en directo siempre y cuando la ocasión se presentase. Cambio de sala pero el espectáculo igual de interesante y sí se quiere... más maduro, más hecho. Ya se atreve con todos los registros, siempre presente el rockabilly no deja atrás esencias jazzísticas ni toques soul o blues en los diversos acordes que acomete. Su paleta de colores a la hora de abordar un show se han ampliado bien respaldada por la banda; incluso en los temas que baja la intensidad y se incorporan elementos acústicos e íntimos se enquistan perfectamente en el engranaje del directo.






Pround  And Humble


MORE MAYHEM.- Septiembre de 2010.- 

 Jugada interesante sino nos atenemos que ya había grabado algunos temas, otros son nuevos y el resto adaptaciones, lo cual no le resta ni un menor gramo de calidad y de lo que se supone esperamos de ella y de su excelente banda.
 En realidad es como si fuese un álbum doble, pues contiene 21 temas entre los que no faltan rock and roll añejo: Pulling The Rug; guitarras distorsionadas eficaces: Psycho. No hay concesiones a la galería, el ritmo es brutal: Mayhem hasta llegar al 4º tema, una balada intimista y acogedora: Kentish Town Waltz donde Imelda explora los muchos matices vocales que atesora. Hasta All For You ( todos los temas están compuesto por May ); éste último toque de burlesque y cabaretero.
 Eternity es la aportación del guitarrista y marido de Imelda, Daniel Higman, un rock and rolito enrollado y curioso. Pero siempre existen esas canciones que te llegan más, te rompen cierto ritmo, la compuesta por ella, la muy eficaz Pround And Humble con toques certeros en la trompeta de  Dave Priseman. Hay más en esta línea: Bury My Troubles, Too Sad Cry
 Rockabilly a diestro y siniestro: Sneaky Freak; canciones limpias como si estuviésemos al borde de la playa con nuestros pies acariciando la espuma: I´m Alive, el cañero Let Me Out, Tainted Love... 
 Luego tenemos una traca a modo de tracks, donde por no faltar mete 7 temas para no dejar de bailar.
 Rockabilly: Road Runner, western con silbido incluidos en Gypsy como si atravesáramos Monumet Valey y el delicioso blues que nos regala en Blues Calling, todas compuestas por Imelda May.
 El balanceo final a cargo de Walking After Midnight, el ritmo constante de Inside Out Proud And Humble.
 Lo enumerado anteriormente, sirve como novedad o buen comienzo para el oyente que no hubiese oído nada de Imelda May. Mejor argumento de su espectacular paleta de sonidos no podrá encontrar que en este Lp, More Mayhem.


Tribal


Cerrando el ciclo.-  Cuando la viste por última vez en Madrid, era la reina o lo que quiera que eso signifique del rockabilly, una estrella dentro de un grupo amplio de seguidores, excelente compositora que añadía nuevos rasguños a este desgastado género musical pero que nos hacía vibrar.
 Pero la vida para Imelda May cambió. Había sido madre y parece que posteriormente le afectó su divorcio de Darrel Higham, nada de eso aparecía en el horizonte cuando Tribal - 2014 salió al mercado y cabalgaba en la cresta de la ola. 
 Sus discos han dado muestras de su versatilidad vocal, no en vano ha llevado a su garganta los muchos recovecos de otras mujeres grandes como Dinah Washington o Wanda Jackson; y desde luego en ella nada es impostado, sabe beber de sus fuentes, pero May lo coloca a la vera que mejor sombra pueda acogerla.
 Ese rock and roll trepidante del que parece hacer gala durante todo el tiempo y desde luego, cuando actúa, lo da todo con unos matices vocales interesantes. No parece que el mero hecho de ser madre, que siempre te cambia la vida, la haya arredrado, su icónico tupé se mantiene y nos regala, una vez más, un excelente disco lleno de temas adrenalínicos y zarpazos roqueros.


Wicked Way

TRIBAL.- Abril de 2014.- 

 De las 12 canciones, 9 llevan la rúbrica de Imelda May, otro a medias y Darrel Higham aporta los otros 2.
 El inicio es impactante, con la canción homónina que da título al disco deja las cosas claras: ella es una mujer salvaje que no quiere contenerse. ¡ Y ya está ! Wild Woman no le va a la zaga; rock trepidante para dar paso a la guitarra de Higham y la voz caprichosa de May en el elegante y vintage It´s Good To Be Alive.
 A la vieja usanza, la guitarra eléctrica atraviesa callejones oscuros en la ambigua Gypsy In Me y coloca una balada en la siguiente: Little Pixie, a fin de cuentas es una nana de los 50.
 Después de una pequeña tregua, 2 rocks en condiciones con la guitarra de Higham a buen nivel pero sin apabullar la voz de Imelda en Hellfire Club y Five Good Men; Ghost Of Love que lleva la firma del marido de May aparece como una travesía por el desierto con carreta y todo.
 Y Dave Priseman da el toque  exacto en el oscuro Wicked Way y la voz de Imelda lo envuelve en tinieblas de callejones nocturnos.
 La traca final la deja para desbocar con orgullo, los 3 temas con los que se descuelga son fácilmente bailables sin atenerse a ataduras.


Wild Woman


¿ Y ahora qué?  " La vida cambió. Amo los álbumes que hice en el pasado. Eran coherentes mostrando la persona que era yo. Pero eso es el pasado...Ahora soy así ".  Imelda May.
 Cierra una brillante época de casi una década discográfica y se incrusta en nuevos vericuetos artísticos que a mí no me interesan. Deshecha la banda que la ha aupado a territorios interesantes, su desarrollo personal influye en los intereses que a la irlandesa le llaman la atención a partir de ahora.
 Su metamorfosis no sólo es musical y de trascendencia vital, sino de estética, convirtiéndose en otro enfoque, digno, de su nueva travesía profesional, pero desde mi punto de vista, aquí May es una más aunque mantiene las grandes virtudes vocales y compositivas.




DISCOGRAFÍA SELECCIONADA


NO TURNING BACK.- 2003

LOVE TATTOO.- 2008                               
MORE MAYHEM.- 2010

TRIBAL.- 2014









Imelda Mary Clabby .- 10 de Julio de 1974 .- Dublín .- Irlanda.-

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