MARIANNE FAITHFULL: Easy Come, Easy Go .-

  Una voz rota, una vida larga y vistosa que da para derramar muchos versos sobre el surco de un disco. Pasajes de una mujer desahuciada en el tiempo que le hace estar sacudida por dentro, su cara es el reflejo de " ha vivido "; y en esa liturgia personal, nos deja un testamento en forma de disco doble: Easy Come Easy Go, porque lo que reza como título, Marianne Faithfull lo exterioriza para que no todo sea fan fútil, efímero...



The Crane Wife 3

 

 Su voz ronca se ve envuelta de humo que trata de negociar un nuevo testamento en su vida. Rodeada de excelente músicos se marca un gran disco, discontinuo en muchos tramos, pero maduro, hecho para ser escuchado con calma, la que ella lleva encima tras un largo tramo de andar al borde del acantilado. Deja despiadadas frases en las arterias emocionales. Sus muchos problemas de salud la llevan a cantar versos sentidos, unos con pena, otros una alegoría a la vida de todo aquello que la atemoriza; y para ello cuenta con la producción de alguien que la entienda en este momento de su vida: Hal Wilmer, que la rodea de una orquesta de grandes profesionales a lo largo de un recorrido que va por 18 canciones en este doble Lp.


Kimbie



EASY COME, EASY GO .- Octubre de 2008.-


 En ocasiones parece la voz de Marlene Dietrich, como la canción homónima que da título el Lp, aunque empiece con un tema de Dolly Parton, en Down From Dover con un metrónomo de bajo a cargo de Greg Cohen que poco a poco cede protagonismo a vientos y lo envuelve todo con la voz cavernosa de Faithull y el elenco de violines y cellos.

 Casi la encuentro arrabalera en el nostálgico pasaje que se marca de América: Hold On Hold On, se enmarca dentro de lo mejor del disco; con doble guitarra traza un estupendo rock; como la magnífica The Crane Wife 3 con el acompañamiento vocal de Nick Cave y el desdoblamiento de la guitara acústica de Marc Ribot. Desprende Salvation claustrofobia mientras las guitarras eléctricas cabalgan en los versos de Faithull.

 Priman las baladas sentidas, los medios tempos: Solitude, The Phoenix, la intriga inconexa de In Germany Before The War con letra de Randy Newman. Kimbie come aparte. Las guitarras de Ribot y Reynolds dejan un toque de americana delicioso;  sensualidades sonoras envueltas en brumas de nostalgia, de cuando se hacían canciones con tranquilidad y queriendo decir algo; Ooh Baby Baby, el tema de Smokey Robinson adquiere volumen en las voces de Faithull y Antony hasta que estalla en lo que es, un soul... Envuelve en brumas nocturnas su voz en Black Coffee al son del juego de clarinetes por todas partes; a fin de cuentas su fantasía se va a mujeres solitarias en habitaciones de hoteles...

 A fin de cuentas, todo Easy Come, Easy Go es el testamento de una mujer que fue icono en el rock a finales de la década de los 70, y que llegado el momento, en el primer decenio del siglo XXI, ajusta cuentas de una  manera sutil, llena de argumentos, pero que está rota y recompuesta para durar algo más... en este laberinto de canciones ajenas.

 Echando mano de coetáneos, citar por ejemplo algunas cuestiones y no menores: The Traffic deja en la composición de Winwood & Capaldi Many A Mile To Freedom y el inagotable Keith Richards, pone su elegancia y guitarra, al servicio de Sing Me Back Home.

Comentarios

Entradas populares