EL TIEMPO ES UN CANALLA.- Jennifer Egan.-



EL TIEMPO ES UN CANALLA.- Jennifer Egan.- 2010.-


 No entiendo lo que me ha pasado - dijo sacudiendo la cabeza.-  De veras que no lo entiendo.


  Es probable que Bennie Salazar tampoco se vea a sí mismo como el creía pasados los años. Quizás esperaba otra cosa, o se le le ocurrió que lo mejor ni estaba en esto que llamamos vida, o mundo, o realidad. ¡Vete tú a saber!
 Pero la certeza se atenaza en el corazón de los humanos en cuento el tiempo pasa, no hace falta ninguna cuestión etérea que te lo confirme, ya es bastante aguantar con seguir vivo, con escasez de ideas, parece que todas ya las hayas desarrollado a lo largo del espacio que se te concede por aquí; tampoco ayuda mucho los dolores cotidianos que te cercioran de tu efímera existencia.
 Tal vez eso piense Bennie Salazar, catalizador de la novela de Jennifer Egan. Y lo divide como si fuese un Lp, con cara A y B. Un flashback que nos relata las vivencias y dudas de un alto ejecutivo discográfico a punto de doblar la 6ª década en edad, que se echa copos de oro en el café en la creencia de que eso aumenta la potencia sexual; cuando apenas ayer, era un punk que deambulaba por los garitos y bajos fondos de Nueva York y grababa en cintas de casete a grupos. Ahora casi está más tiempo en su oficina que otra cosa, un edificio de cristal verde que se encuentra en la calle 52 de Park Avenue, donde una mañana, sin esperarlo, recibirá la visita, sorpresa claro, de un viejo amigo, ahora descolocado de su entorno social, Scotty, que como si fuese un antagonista de la vida del 1º, trabaja de conserje para el Ayuntamiento en un colegio de barrio, y en el verano, recoge la basura del parque que hay junto a East River, al lado del puente de Williamsburg.



Las cosas se habían - cómo decirlo - Secado


 Claro, el tiempo pasa inexorable para todos nosotros y no podemos mantenernos en standby permanentemente, como suspendidos de una tela de araña, aquello acaba por romperse o cayéndose..
 Jennifer Egan rocía el texto en mitades: pasado, presente y futuro al unísono, arranca en los albores del final de la década de los 70; todo viene a finiquitarse en el 2020. Y todo supura rock. Aquí no hay recorridos que vayan desde los inicios punkarras de algunos protagonistas hasta la finalización de la trama. La novela es polifónica, con vida propia en cada capítulo, que trata de hilvanar las hazañas y paranonias de unos 13 personajes, que tiene como eje central al productor, hoy venido a menos, Bennie Salazar, donde todo un caleidoscopio de sinsabores, rezuman las páginas de El Tiempo Es Un Canalla.


 Hubo una época en la que Salazar era bajita de los Flaming Dilbos y Scotty también estaba ahí, eran 4 miembros, y ahora sólo hay preguntas y escasas respuestas.¿ Cuál de ellos eres realmente tú: el que dice y hace lo que sea, o el que observa?
 Sólo tengo un pero al texto, un capítulo me parece una excentricidad de Egan, la presentciòn de Powerpoint, una tontería como otra cualquiera, salvable en una buena novela, donde al margen de la capital del mundo, Nueva York, nos lleva a un recorrido por el desierto de California y las calles de San Francisco; y la búsqueda de una chica, Sasha, que no quiere que la encuentren, en Nápoles, cuando su tío, Ted Hollander, recibe el encargo de buscarla, pero anda más entusiasmado en visitar las ruinas de Pompeya, admirar las vistas de la Via Partenope y la bahía de la ciudad, que hallar el despojo de la muchacha errante.
 A fin de cuentas, es el miedo el que mantiene el orden de las cosas. Egan lo sabe.

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