AC/DC: CORRIENTE CONTINUA Y LA ETERNIDAD. 2ª parte : 1980 - 2000
Hells Bells
El rayo que dividía el anagrama de la banda se marchó en la
última juerga. El whisky escocés se acumuló en el estómago demasiado tiempo,
encogido sobre el asiento trasero de su Renault 5, inconsciente, pasó la noche; ni siquiera el hígado, los riñones y las vísceras de Scott estaban dañados,
no lo suficiente al menos, pero el tiempo, ¡ay el tiempo…!, que transcurre en su incubación
fetal, hacen que la somnolencia y el vómito lo transiten a otro estado mental y
físico.
La soledad es un estado transitorio, una nube
que esconde el sol durante un rato y luego hace la luz para que esta parezca
todavía más radiante cuando se ha marchado. Todo debía de continuar, el final no está en la muerte sino en la
desesperación, así pues hay que recuperar las fuerzas después del show, escuchar a
distintas voces que dieran el pego suficiente para que la maquinaria siguiera,
no se podía parar esa corriente continua y alterna, eso sí, habría que evitar
en demasía los whiskys y alucinógenos varios, AC/DC hasta donde se sabía, era un
grupo limpio de sustancias estupefacientes, más allá de las drogas legales.
Hubo muchos aspirantes al trono del micrófono,
sabiendo el “nuevo”, que jamás sería el anagrama del grupo, que sus gorgoritos
estimularían a los presentes, pero que nunca sería un héroe, rayaría en la
perfección pero no entraría en la mitomanía. Tal vez fuese mejor así, contratar a un
tipo con aspecto de camionero y descargador de muelles, Johnson fue el elegido
tras varias audiciones, su adaptabilidad al grupo, su estructura vocal, algún
éxito esporádico allá a comienzos de los 70 con Geordie, su antiguo grupo.
Kirriemuir es un pequeño pueblo escocés de
apenas 5.000 almas, donde Bon Scott se crió en un complejo de viviendas que ahora no existen, sin embargo posee una
estatua en su honor, de bronce, en la carretera de Bellies Brae, en la que se
observa al cantante alzando el puño con el micro en la mano derecha y sostiene
una gaita en la izquierda, se le ve feliz. Brian Johnson jamás la tendrá en
Newcastle, pero le dio tiempo a ayudar a los hermanos Young a componer los
temas de su siguiente Lp: Back In Black –
1980, donde ya tenían las melodías y varias letras de Scott, que dejaron fuera, para que Johnson se implicara en el proceso de creación y se adaptara más en el
grupo. No faltaría la ironía, tan propia de la banda, ni en las letras ni en la
portada, ni siquiera el cambio de década y la aparición de la MTV con el canon de la cultura de usar y tirar en un visto y no visto, AC/DC está compuesto de piel
de canguro y energías electromagnéticas suficientes para que sus energías
alternas y continuas permanezcan muchos años entre nosotros, incluso después de
la deflagración final.
Shoot To Thrill
BACK IN
BLACK.- Julio de 1980.-
Suele ocurrir que cuando a un animal lo hieres, si no
consigues su muerte, que salga más fuerte y se convierta de paso en muy peligroso.
Algo de eso sucede con Back In Black, Lp lleno de emoción y rabia.
Contundencia, la tragedia que inundó al grupo con el deceso de Scott, les marca
el sendero para proseguir en un sonido furioso de animal herido que contraataca
sin piedad guiado por sus instintos.
Es la cumbre de AC/DC, si Highway To Hell tocan el cielo, curiosamente, alejados del infierno
más canalla, Black In Black,
construyen su edifico sonoro. No veremos más a Scott con su voz cascada de por
el whisky, pero Brian Johnson dota con su garganta de una calidad inusual para
esta clase de rock.
¿Por quién doblas las campanas?, preguntaba
Hemingway. Aquí por Bon Scot, Hells Bells
es toda una declaración de principios, toca a “ánimas” y enseguida entra Phil
Rudd con su batería y las guitarras de los Young. Temazo, recuerdo para su
compañero desaparecido, ya se encontrarían en el infierno.
Rocks contundentes, soberbios: Shoot To Thrill, no pierden la ironía
que tanto les gusta, qué serías capaz de hacer por dinero, cariño, What Do You Do For Money, Honey; o
Have A Drink On Me, ya tenemos 2 nuevos himnos construidos mediante riffs
demoledores. El boogie corre por sus venas como los buenos tragos de whisky
escocés, no pierden un ápice en florituras, Given
The Dog A Bone. Son capaces de construir canciones al ralentí, eso que
AC/DC entiende por balada metálica: Let
Me Put My Love Into You, y lo desarrollan sin pudor, con clase y estilo.
La canción Back
In Black que da título al Lp, contiene uno de los mejores riffs jamás
grabado, a cargo del “pequeño” Young, medio tiempo soberbio donde da tiempo a
apreciar el buen hacer de Rudd/Williams. A estas alturas de la escucha no cabe
duda que Lucifer en cualquiera de sus muchas formas había aparecido para
quedarse, no cabe tanta calidad en un solo Lp, de manera continuada llegamos a
himnos para ser tocados en directo y coreados por miles de gargantas que al
unísono elevaran sus gritos al son de maravillas como You Sook Me All Night Long o
Have A Drink On Me.
La humanización llega, que no el sosiego: Shake A
Leg y Rock And Roll Ain´t Noise Pollution, ésta última un blues tabernario
y callejero, no desentonan con las otras 8 compañeras, pero el listón baja un
pelín. Normal después de tanto spring, los pulmones no pueden echar más aire.
Aun así, Back In Black es de matrícula
de honor e imprescindible en cualquier discoteca “noble”.
Given The Dog A Bone
Campana
de bronce.- Ya nada volvería a
ser igual. Y no sólo porque su cantante original, Bon Scott, ya no estaría con
ellos para los restos, aunque sí de manera espiritual; el asunto es que AC/DC abandona
los cuartos traseros de esta industria del show business para aglutinar grandes
espacios, de donde salía una plataforma de la batería de Phill Rudd por la cual
corría y deambulaba como un arlequín enloquecido Angus Young con su Gibson SG, poniendo caras, realizando carreras, paradas, el salto del pato de papá Berry que
convertía en el brinco del canguro, vestido de colegial, haciendo caso a su
hermana Marge, para los restos…
Back In
Black arrasó en ventas, ya no eran unos cuantos miles, Estados Unidos les
abre definitivamente sus puertas, ahora
sí que había pasta de verdad y a espuertas. No era que antes tuvieran que mendigar, nunca
fue así desde los comienzos cuando su hermano George y Vanda les producían,
jamás estuvieron ni mancos ni tiesos, pero ahora eran cabezas de cartel en todos
los festivales, de heavy y de los otros, el tour de 1980 les convierte en
héroes para las tropas proletarias de los grandes suburbios urbanos con calles
a su nombre como acaecerá con el paso del tiempo. Su rock contundente se
escucha en emisoras de radio, el Monsters Of Rock en Donington, son cabezas de cartel por
encima de glorias como Whitesnake o Blue Oyster Cult.
Destaco de AC/DC su sencillez proletaria,
cercana, no se les sube a la cabeza el éxito hecho a base de mucho trabajo y
horas de ensayo. Se merecían esas plataformas que ahora exhiben en sus
directos, como ayuda a su música, nunca por encima de esta. Naturalidad,
honradez, gente de la calle transformada a estrellas, aquí aquello de
rock-stars está más que justificado, pero como que no iba con ellos.
Brian Johnson era el encargado de abrir fuego,
nunca mejor dicho, colocado en un lateral del escenario, golpeaba con fuerza una campana de
bronce de un tonelada de peso con el anagrama de AC/DC dentro, así empezaba la
fiesta. De esta guisa se presentaron una fría noche invernal por España y
concretamente en Madrid, a mediados de enero en el viejo Pabellón de Deportes
del R.M.
Se hizo largo el camino y extenuante el tour,
tardarían en sacar un nuevo disco, pero la producción de Robert Lange sería la
misma de siempre y Johnson se incorporó a las tareas creativas junto a los hermanos
Young. En el otoño de 1981 saldría For Those About To Rock (We Salute You).
Put The Finger On You
FOR THOSE ABOUT TO ROCK (WE SALUTE YOU).- Noviembre de 1981.-
No es que
cuente con la rémora del anterior álbum, es que viene precedido de Highway To Hell…claro que el cañonazo
inicial puede llevar a engaño, la canción que abre y que da título al disco
aguanta el tipo. Fiel reflejo de esa energía la hallamos en Put The Finger On You, esas piezas
enérgicas que son capaces de fabricar AC/DC, ese rayo de magia y electricidad
lleno de buenas vibraciones. Hay más: Inject
Te Venom o Spellbound son un buen
ejemplo de lo dicho anteriormente.
También se atascan en temas lentos y
farragosos: Spellbound, Evil Walks o Breaking The Rules, en esa agonía de
acelero y levanto el pie del embrague para desacelerar sin que se note mucho.
Todo el disco mantiene un buen nivel, pero claro… ya no
emociona, no quiero ni pensar en un instante qué AC/DC se coloca en el
mainstream más conservador. En For Thouse
About To Rock… al igual que hacían en Back
In Black, las canciones que vienen con sus títulos en la carpeta posterior,
van a su aire, no se corresponde sus etiquetas con el orden que las graban en
el disco. Lo cual puede dar a más de un equívoco.
Landslide
Volver
a lo básico.- Se veía venir desde el Highway To Hell, la
burbuja iba creciendo, para colocar más madera en la chimenea, tenemos un
muerto en medio, que ya se sabe que siempre da excelentes emolumentos en forma
de ventas, aquello del mito, de morir joven y del cadáver exquisito.
Pese a los altibajos de For Those About To Rock, disco descompensado con indudables buenos
temas, pero con bajones evidentes, logra un “platino” sólo en USA. Su tour de
presentación es todo un éxito, aquello de la incorporación de cañones de
tamaño colosal para sus shows, es todo un detalle que el seguidor aprecia y
festeja. Deleite para la tropa, muy numerosa, que tenía en estos momentos a
AC/DC por adalides del rock, en mayúsculas, pero que deja estragos dentro del
grupo en forma de fricciones con Phill Rudd. Son muchos meses de tour, y eso
agota física y anímicamente.
Habrá que volver a lo básico. AC/DC se ha
convertido en un mastodonte de gentes alrededor de los 5 componentes del grupo.
Asesores, managers, equipos de sonidos, luces… pese a que los tours seguirán
por el camino de multitudes, inevitable ya por otra parte, en recintos de amplios aforos, por la inmensa demanda de entradas y artificio que va en este negocio, los hermanos
Young investigan reducir su séquito más cercano, y nada mejor que comenzar por
Peter Mensch, seguir con Lange y de su compañía: CCC. Les sobran hasta el productor de
su últimos “cañonazos”
Entre salto y salto del canguro, se toman su
tiempo para el siguiente álbum: Flick Of
The Switch – 1983, casi 2 años más tarde que el anterior, y ahora de manera
permanente, los trabajos saldrán mucho más espaciados, lo cual hará que la horda
de su seguidores esperen cada nuevo Lp como agua de mayo.
Malcolm y Angus consideran que deben de beber
en las fuentes primigenias, aquellas que les han llevado donde están ahora
mismo, en el Olimpo del rock. Regresar a las raíces para mantenerse frescos y
no maniatados por los muchos intereses
creados a su alrededor, a fin de cuentas son roqueros, no banqueros. Otro de
los agujeros sería cubrir el desalojo de las baquetas de Phill Rudd, presente
en la grabación del disco, pero no en el tour correspondiente, y de nuevo será
en Inglaterra donde hallen al nuevo batería, un chaval de apenas 20 años que
responde al nombre, supongo, de Simon Wrihgt.
No se le vería en directo hasta el verano de
1984, donde son cabeza del cartel del prestigioso festival de Donington, un 19
de agosto, escoltados por bandas de mucho pedigrí en esto del heavy, sean Van
Halen, Ozzy Osborne o Motley Crue, entre otros. Claro que ellos jugaban con
ventaja, nadie sacaba en sus shows campanas enormes y cañones gigantescos.
Guns For Hire
FLICK OF THE SWITCH.- Agosto de 1983.-
Regreso a las raíces más profundas
del sonido AC/DC. El Lp retoma la crudeza y el carácter de los primeros
trabajos, aunque insisten en la producción ellos mismos, en un intento,
conseguido a mi juicio, de no sentir correas transmisoras ajenas a su música,
estímulos o como quiera que le llamemos. Se dejan llevar por sus instintos, “deslizan
el interruptor…”
El nervio de sus
sacudidas vuelve a ser impetuoso, carnal:
Rising Power, This House Is On Fire, Guns For Hire o Bedlam In Belgium, son un buen ejemplo de lo que digo.
No hallaremos
canciones estándar, aquellas que pueden llegar a ser himnos en sus conciertos,
pero guarda el lujo de los detalles, de hacer un trabajo compacto, bien hecho,
¡vaya!; equilibrio, con esa facilidad tan suya de transportarte al centro mismo
del torbellino sin que te des cuenta y acabes engullido por su electricidad:
eficaz, coherente.
Badlands
No pudo ser.- AC/DC ya eran de dominio público. No
sólo sus discos los tenía gente curiosa, sino que sonaba a menudo en cualquier
parte y el merchandising callejero funcionaba bien. Al igual que con el tiempo
no habrá día en tu vida que no veas una camiseta de The Ramones, algo parecido
ocurrirá con los “australianos”.
Pero después de su éxito en Donington,
tendrían 3 conciertos en España en el verano de 1984, y había ganas, pero sólo
en San Sebastián degustaron a las huestes roqueras. Los dos siguientes en
Barcelona y Madrid acabaron suspendiéndose, al parecer por no ser apropiados el
aforo.
Entre medias, algunas tonterías de las que el
mundo no puede librarse les tuvieron como protagonistas, y no buscado por
ellos. Su canción Night Prowler incluida
en su Lp Highway To Hell, tuvo
problemas en algunos sectores de USA, porque al parecer un tipo, según cierta
prensa conservadora, la utilizaba para violar y asesinar. El pretexto era tan
infantil que cuesta creerlo de no ser que la cuestión suceda en Estados Unidos.
La incitación podría venir porque en uno de sus asesinatos se halló una gorra
con el anagrama del grupo, y cuando fue cogido llevaba una camiseta de AC/DC,
de ahí a hilar tan fino porque “rondador de noche” le llevase a sus atropellos
hay un trecho. Por ahí andábamos cuando el grupo iba a venir a tocar por estas
tierras ibéricas.
Su siguiente disco Fly On The Wall – 1985 es el
primer patinazo de la banda. Canciones salvables hay, la que da título al Lp y Skake Your Foundations y Sink The Pink, poco bagaje para un
trabajo apático y desgajado, carente de la energía suficiente para agenciártelo,
eso no quiere decir que las hordas de seguidores lo consumieran y llegase al
disco de oro con facilidad, pero una cuestión son ventas y otra calidad.
Con la miel en los labios por no haber podido
verles en directo, el disco reseñado abría una etapa en el grupo de tiempos
muertos, preside la calma y la aparición de Lps distanciados en el tiempo. Cuestión al margen son los tours, dominados
por el gran espectáculo ya montado sin preámbulos, para el lucimiento de Angus
Young.
Dentro del nuevo orden reinante en el combo,
Malcolm y Angus, se descargaban de responsabilidad para contratar a la marca
Part Rock, que empezaría a ejercer de mánager, por lo cual ellos se dedicarían
a componer. Entre medias saldría un Lp recopilatorio: Who Made Who – 1986, con el gancho de algunos temas nuevos: D.T.; Chased The Ace, curiosamente 2
instrumentales y la que daba título al artefacto, quizás sobrante de las
sesiones de Back In Black, pues va
muy en esa línea.
Poco a poco, ellos también cayeron en el
proceso de hacer vídeos que pudieran promocionar sus trabajos. Estamos en la
década de los 80, y el vídeo manda, entra en todos los hogares por vía
televisión. No hay que desaprovechar ningún espacio, la influencia de estos
vídeos se plasmaría en los montajes en directo del grupo, así pues más pena de
no poder ver a los nuevos AC/DC en directo.
Vanda y George Young recuperan el control de
la producción de su nuevo disco, que acabará por convertirse en el 2º mejor
vendido tras Back In Black, pero han pasado muchos años,
hablo de Blow Up Your Vídeo – 1988.
Heatseeker
BLOW UP YOUR VIDEO.- Febrero de
1988.-
Podían
haberse acomodado, se servían de las nuevas tecnologías a su alcance, pero si “vuelas
tú vídeo y bailas rock and roll”, no estaría de más. Todo sirve para llegar a
más público y dejar la tarjeta de presentación.
Un lustro después de publicar
un trabajo compacto como Flick On The
Switch, ahora nos encontramos con la producción de George Young y Vanda, y
recuperamos algunos trallazos memorables, a saber: Heatseeker, Meanstreak, Ruff
Stuff y This Means War. Sueltan amarras, retoman el pulso y aflojan una bocanada de aire fresco ante tanta ñoñez que nos invade, ya por estas fechas.
Duro, pesado, en el mejor sentido, con varios
temas destacables, con algunos matices indudables, como la calidez de la
melodía Nick Of Time; temas
desafiantes: Some Sin For Nuthin; ayudan
a AC/DC a mantenerse en el pódium de los mejores en la década de los 80, y
necesitaban un buen disco como éste para no desaprovechar la oportunidad de que
todavía son capaces de entregar trabajos convincentes.
La gente se está acostumbrando a sentarse delante de
la caja tonta a ver la música en televisión. Pero eso no es rock and roll. Nos
ganábamos la vida subiendo al escenario y haciéndolo allí, y no creo que la
televisión, la radio ni siquiera los discos puedan captar la emoción de un
concierto. (A. Young)
Meanstreak
No se me emocionen.- Pese a que AC/DC mantiene el tipo, ningún
disco ( a excepción de Back In Black ), puede competir con ninguno
de los publicados en la década de los 70. Eso sí, la firmeza y energía de su
sonido es potente y pueden dar unos cuantos pelotazos en forma de buenas
canciones en cada nuevo álbum que sacan. Blow
Up Your Vídeo salva los muebles y hasta Simon Wright se acopló a la batería
en estos últimos 7 años. Pero al terminar el tour de 1988 abandonaría el grupo
en dirección a ocupar las baquetas en el grupo de Ronnie James Dio.
Pese a todo este año era dulce para AC/DC,
volvieron a girar por Australia después de 7 años sin descargar su sonido en
las antípodas, sus ventas se mantuvieron en estándares que sólo están al
alcance de los más grandes. El cambio de batería no les afecta demasiado, pues
su siguiente Lp: The Razor´s Edge – 1990,
los nuevos tambores tienen como dueño al solvente Chris Slade, tipo de
amplia experiencia y que lo podemos encontrar en los créditos de varios discos de gente como Paul Rodgers o
Gary Moore.
La grandiosidad de la banda desbordaba
límites, y como siempre el sentimiento liberador que irradian se dejaba palpar
sobre todo en directo, donde no daban ninguna concesión a la improvisación ni
pausas a la concesión. Los gigantescos
cañones de mira telescópica estaban acompañados de muñecas hinchables de
amplias dimensiones en el escenario, que escoltaban la batería de Chris Slade,
que a su vez se elevada por una plataforma hidráulica.
AC/DC abrió la puerta a nuevos elementos
escénicos, ellos que habían sido tan austeros en la década de los 70, pero los
tiempos cambian… y al igual que cada nuevo tema venía acompañado por su nuevo
vídeo promocional, ahora tenían toda esta parafernalia, lo cual aumentaba las
ganas de aquellos ( entre los que me incluyo) de degustarlos en directo. Claro
que todos estos artefactos eran supletorios, lo esencial: la energía, la fiesta
de tocar en directo, era lo primordial; su rock visceral, tenso, y esa frescura
de la que hacían gala sólo está a al alcance de los elegidos, y ellos lo eran.
Thunderstruck
Mira, no quiero
cambios. Y de hecho preferiría que sonarais más como el antiguo AC/DC que como
el nuevo, porque los viejos discos eran mucho más crudos y sencillos .(Ian
Taylor).
THE RAZOR´S EDGE.- Septiembre de
1990.-
Eran conscientes de dónde se encontraban. “Ese
filo de la navaja” que les podría desprender de sus status, pero lo lograron,
con un quinteto suelto, enrabietado, como si aún tuviesen que demostrar lo
buenos que son, y en eso están. Deben de sacar discos en condiciones
interesantes, nadie le pide que cambie de modelo de entender el rock, pero
siempre mantengo la opinión de que si sacas algo, que sea bueno… sino mejor que
te lo guardes, en el mundo ya hay muchos discos, músicas, folklores, y esto ya
nadie lo va a cambiar.
AC/DC se saca de la manga, es un decir,
trallazos enormes, Thunderstruck, Fire
Your Guns, Are You Ready; se permiten lujos como la diversión, esa ironía
que no pierden nunca: Mistress For Christmas. Matices, con
un pulso tenso y como queriendo cambiar el paso: Got You By The Balls. El viejo boogie aparace en Shot Of Love. ¡ Vamos! que no falta de nada en el guisado, ni
sustancias ni ingredientes de última hora.
Bajo la producción de Ian Taylor, el álbum
tiene cuerpo, chapa, armazón, todos los temas desprenden consistencia y saboreo,
y desde luego, mucho “poderío”.
The
Razor´s Edge es un nuevo paso adelante, firme y conciso en un sonido universalmente
reconocido a las primeros desgarros de la guitarra de Angus Young, una
declaración de principios de anunciar que tenían cosas qué decir, y eso no es
nada fácil cuando estás en la cima, AC/DC siguen apostando por un estilo
trepidante, directo, con las florituras justas que quedan más para los directos
que en los discos. Y Brian Johnson aprieta los dientes como si le estuviesen rechinando,
y canta como si le doliese algo, siempre con rabia.
Sin City
El largo tour.- No era mal momento para ver en
directo a AC/DC, la extensa gira de presentación de The Razor´s Edge les mantuvo en la carretera durante los años
1990/91, y entraban en la nueva década como en la anterior, a toda máquina y en
un excelente estado de forma.
No en vano Chris Slade formaba parte del combo
en la batería y Angus Young mantenía una energía envidiable a sus 36 años. Lo
cual es muy de agradecer. En el tour americano venían acompañados de la
sensación por entonces, L.A.Guns aunque posteriormente en algunas actuaciones
el cartel se completaba con Metallica, Motley Crüe o los mismísimos Black
Crowes. Posteriormente en Europa darían 18 conciertos, y como estrella un show
en Moscú, a las afueras de la capital soviética y ¡gratis! De esos polvos esos
lodos, como se suele decir, el material extraído de dicho evento se vio
reflejado en el escueto título de Live –
1992, claro reflejo de lo que AC/DC podría desarrollar encima de un
escenario. No se desviaron un ápice de lo que el personal podría esperar, 20
temas de todas las épocas, no faltan Thunderstruck,
Shoot To Thrill, Back In Black, Sin City, The Jack… vamos, un vinilo súper recomendable en un espacio
del tiempo difícil de aceptar los famosos dobles lps en directo, pero este Live de AC/DC es una grata excepción, a
fin de cuentas venía a recoger los temas más universales de la banda. Con toda
la fuerza, grandeza, explosividad de la que son capaces. Y también, claro, con
algunos tópicos inevitables, y no era baladí, pues el extenso tour al que aludo
exigía una larga temporada de descanso, ese reparador espacio, necesario para
crear nuevas ideas y plantearse hacia dónde dirigir los cañones, tardaría 5
años en volverlos a degustar con un nuevo disco.
Por fin, en 1995 regresaron a los estudios, de
nuevo con el regreso al redil de su batería original, el díscolo Phil Rudd
volvía a las huestes. En esta ocasión con producción de prestigio, Rick Rubin
se encargaba de actualizar el sonido de AC/DC a mediados de la década de los 90,
Ballbreaker, su nuevo artefacto con
que el pretendían seguir encandilando a su seguidores y mantener el status
logrado durante las 3 últimas décadas.
Hard As A
Rock
BALLBREAKER.- Noviembre de 1995.-
Con el regreso de Phil Rudd a la
batería, la sección rítmica granítica que forma junto a Cliff Williams vuelve
por sus fueros. No sólo le da consistencia a Ballbreaker, sino que en directo la cuestión toma cuerpo, ¡vamos, como
un cocido bien condimentado a mediados de semana!.
Hard As
A Rock, canción con la que abren el disco, está entre lo mejor que han
escrito AC/DC en la década de los 90. Continúa con Cover You In Oil y reparo que la banda suena tan fresca, homogénea y
directa como 2 décadas atrás, hasta recupera el boogie perpetúo: The Furor, la vacilada Boogie Man y construye un andamiaje
coherente con varios temas potentes: Bunin´Alive,
Whiskey On The Rocks o la que da título al disco Ballbreaker; también destaco los cambios de ritmo en Hail Caesar.
Desde Back In Black estamos ante el mejor
disco de AC/DC, y eso es decir mucho. Y desde luego, sin discusión ni criterios
variados, con Brian Johnson de frotman, los 2 mejores álbumes con él en la voz.
Whiskey On The Rocks
Una bola sobre mi cabeza.- Anda, mira, va a haber suerte, lo que
iba para un solo show se pasó a tres. La
razón, que la hay, viene de un lustro antes, cuando AC/DC decidió regresar a parámetros
más convencionales de tocar en aforos entre 15/20000 almas, intentando no repetir
el aquelarre de la gira de 1991 en
Estados Unidos, en Salt Lake City, 3 personas fallecieron por avalanchas, y
aquello debió de tocarles el “ser más profundo”.
El asunto era que iba a ver a AC/DC en
directo, una noche de estío serio y mesetario como el que se da en Madrid, con
un recién trabajo Ballbreaker,
espléndido, con Phil Rudd en la batería, que siempre me ha gustado el tipo.
Además no tenían las fechas del tour concentradas en pocos días, sí no que
existía aire entre concierto y concierto, de ahí que se pasó de 1 a 3 las
noches en Las Ventas de Madrid.
La expectación era máxima, más cuando llevaban
15 años sin tocar en El Foro, donde hasta le pusimos nombre a una calle, en una
de esas ciudades dormitorio que nos inventamos a mediados del siglo pasado,
cuando parecía que íbamos para país serio y no de pandereta.
Todo completo. Las 3 noches. AC/DC en
estado puro y en forma. ¿Qué más pedir? En el show no faltó de nada, ni bolas
gigantes, ni campanas, ni rock poderoso, ni siquiera eché en falta ningún tema
ejemplar. Poderosos.
Set - List:
Shot Down In
Flames
Thunderstruck
Girls Got
Rhythm
Hard As A
Rock
Shoot To
Thrill
Boogie Man
Hail Caesar
Hells Bells
Dog Eat Dog
The Jack
Ballbreaker
Rock 'n' Roll
Ain't Noise Pollution
Dirty Deeds Done Dirt Cheap
You Shook Me
All Night Long
Whole Lotta
Rosie
T.N.T.
Let There Be
Rock
Highway To
Hell
For Those About To Rock
Stiff
Upper Lip
Se
me hace difícil.- Cuando quieres algo, bien con forma de
persona o cuestiones materiales, temes, como a las cosas recién adquiridas,
estropearlas. Las cuidas, las limpias, procuras tenerlas en orden o contentas,
según el caso. Con AC/DC llego a un punto que me cuesta seguirles, pero sobre
todo temo que saquen un mal disco.
No será el caso de
Stiff Upper Lip – 2000, primero del
nuevo milenio, discos espaciados en el tiempo. El asunto es que lo escucho con
curiosidad, siempre con el miedo de que no me emocionen. Permanece el quinteto
más exitoso, la fórmula funciona, y sin embargo temo que sigan adelante, no por
sus directos, que permanecen como en formol, encapsulados en el tiempo de la
energía y llenos de carisma.
Soy de la opinión
que ahí debieron de cerrar el asunto, cuando están en la cima de su discografía
y todavía consiguen meter en las listas todos sus trabajos, tienen la vida
resuelta y Stiff Upper Lip mantiene
el listón creativo en buenas canciones.
Pero ellos
seguirán, tras una larga pausa creativa lanzaran Black Ice – 2008 con un sencillo fácil de escuchar en cualquier
parte, lanzadera de éxito: Rock And Roll
Train, difícil de que lo dejen cuando venden la friolera de 10 millones de
copias. Sus muchos seguidores no se lo permiten, y desde luego si nos atenemos
a las cifras, AC/DC está vigente con su rock, con su música, con su manera de entender este
asunto.
Yo, sigo pensando
que tras la publicación de Stiff Upper
Lip, debieron de dejarlo en cuanto a sacar nuevos discos con el logo de
AC/DC, otras cuestiones son las giras y que todo lo que saquen, sea el becerro
de oro. Por ese miedo que tengo de aquello que me gusta, no estropearlo, aunque
sean álbumes de bandas que me han dado muy buenos ratos.
Meltdown
STIFF
UPPER LIP.- Febrero de 2000.-
Preparar el mismo plato con
fruta variada de postre, casi el mismo de los últimos 30 años y que esté bueno,
sólo está al alcance de los grandes chefs, músicos en este caso, o de
seguidores garrulos y comensales dóciles que no escatimen esfuerzos y piensen
que lo importante es comer, mover el bigote y darle al diente.
Stiff Upper Lip es el nuevo disco de
AC/DC a comienzos del 2000. Debe de andar por el 15º Lp del grupo, y mantienen
la misma energía y vitalidad que el incombustible TNT que cayó en mis manos y oídos allá por el lejano 1977.
Ya desde el inicio
con Stiff Upper Lip, que da título al
álbum, directos a la yugular. Frescos, sin extravagancias innecesarias ni solos
kilométricos, ni se plantean los hermanos Young búsquedas de nuevas
sonoridades, ellos que han encontrado el maná en su sonido canallesco y de
boogie peleón. Unir simpleza con efectividad, aunque puedan existir algunas
excepciones y canciones más trabajadas, así al menos observo y escucho: Meltdown, Hold Me Back, Can´t Stand Still o
Damned
Stiff Upper Lip es un trabajo más espaciado, pausado,
donde hay áreas y páramos por rellenar. No es el gran Balbreaker, pero casi
hasta gana en calidez. Mínimas innovaciones, un polifacético Brian Johnson con
diversas entonaciones, pero a veces forzando la voz canallesca que se gasta.
Rock cortarte, sin defraudar, manteniendo el listón alto, porque AC/DC no
engaña, pero comienza a labrar el destino de la corrección con los mínimos
esfuerzos y proseguir el sendero de la perfección.
Luego hay esos
temas que te llegan directamente, ese boogie canallesco de Safe In New York City. Phil Rudd aporrea su batería con destreza, y
la producción de George Young es impecable para sacar, todavía, un sonido
sucio. Y lo mismo cabría decir de Satellite
Blues.
Despachan 12 cortes como el
pescadero te prepara una lubina para la plancha, con total nitidez y precisión,
y aunque no apabullan, se sacan, todavía y a estas alturas de su carrera, un
buen disco.
- Brian Johnson : Voz.-
- Angus Young: Guitarra eléctrica solista.-
- Malcolm Young: Guitarra rítmica, coros.
- Cliff Williams: Bajo, coros.
- Phil Rudd: Batería.
Safe In New York City
La eternidad.- La perpetuidad sin principio,
sucesión ni fin, ya la tenían con una contundencia apabullante centrada en sus
discos publicados de mediados de los 70, trabajos que les dejaban en el Olimpo
de los grandes, llámese Stones, Aerosmith,
Black Sabbat o cuanto bicho viviente pululase por la faz de la Tierra.
Es más, para añadir elementos disuasorios en
cuanto a que AC/DC no eran una banda menor, sino muy grandes, tenían un cadáver
que exhibir en sus vitrinas vitriólicas y añadirían más éter a larga vida como
grupo. Sé que juego con ventaja, que realizo un salto adelante en forma de flashback,
y aunque siguen adelante durante 4 décadas, atraviesan el desierto de la década
de los 90 y entran en el nuevo milenio como una banda estandarte difícil de
entender el rock sin AC/DC, las consecuencias de tantos años de grabación,
carretera, giras largas y demás ajetreo, pasa factura en forma de gastar la
vida.
El jefe del grupo, el alma mater de todo este
asunto, conecta en la 6ª década de su existencia con un grave problema, Malcolm
Young sufre un coagulo de sangre en el cerebro que le produce derrame cerebral,
estamos en el 2014, y este asunto, que no es menor, le hace abandonar la banda,
dejar incluso de tocar, de refugiarse en su mundo privado y en una clínica de
élite para curar, en la medida de lo posible, su salud.
Para Phil, el batería, los problemas llegarían
también en el mismo año, pero por motivos bien distintos. Los problemas de Rudd
empezaron en noviembre de 2014, cuando fue acusado por partida triple:
contratar a un sicario para asesinar a una persona, amenazas de muerte y
posesión de drogas. El primer cargo, el más grave, fue archivado por falta de
pruebas. Los otros no. Las sustancias encontradas fueron marihuana y metanfetaminas.
Arrestro domiciliario de 8 meses según cuentan las crónicas, psiquiatra que le
visita regularmente, entre otras cuestiones para mantener un cierto equilibrio
mental y las dosis de alcohol que también consumía el excelente batería.
Por si fuera poco, 2016 acontecía en cuanto a
la banda sugiere, con el abandono de Brian Johnson, su cantante no puede
seguir, los problemas auditivos le tienen destrozado, de camino a quedarse
completamente sordo. Ha estado 36 años como frotman del grupo, él que entró en
“sustitución” de Bon Scott. ¿ Sustitución? Su voz les abrió definitivamente el mercado
americano, donde de verdad se juega la liga grande, si ahí la ganas, el resto
es decoración como las flores de las novias.
Cliff Williams, ya con 66 años, anunció en el
verano de 2016 tras la gira Rock Of Bust
su abandono del grupo, las cosas cambian y para el bajista estar en un grupo
sin Malcolm, Rudd y Johnson era demasiado, la cuenta corriente es larga, mejor
estar con la familia. Ingresó en el combo en la gira de Let There Be Rock y empezó a derramar su talento en las 4 cuerdas
en Powerage, desde 1978 atravesó los diversos
avatares y caminos con el grupo. Se jubila.
Queda Angus, ya… pero esto a mediados de la 2ª
década del siglo XXI no es el grupo australiano que era. Será otra cosa,
también, que creo, que en 2000 debieron de echar la persiana y cerrar las
ventanas.
No me digan que AC/DC no lo tiene todo para
estar en el Olimpo del rock. Además de buenos discos, claro. Pero tensar más la
cuerda, es un suicidio que no tiene porqué suceder. Déjalo estar.
Shoot To Thrill
BACK IN
BLACK.- Julio de 1980.-
Suele ocurrir que cuando a un animal lo hieres, si no
consigues su muerte, que salga más fuerte y se convierta de paso en muy peligroso.
Algo de eso sucede con Back In Black, Lp lleno de emoción y rabia.
Contundencia, la tragedia que inundó al grupo con el deceso de Scott, les marca
el sendero para proseguir en un sonido furioso de animal herido que contraataca
sin piedad guiado por sus instintos.
Es la cumbre de AC/DC, si Highway To Hell tocan el cielo, curiosamente, alejados del infierno
más canalla, Black In Black,
construyen su edifico sonoro. No veremos más a Scott con su voz cascada de por
el whisky, pero Brian Johnson dota con su garganta de una calidad inusual para
esta clase de rock.
¿Por quién doblas las campanas?, preguntaba
Hemingway. Aquí por Bon Scot, Hells Bells
es toda una declaración de principios, toca a “ánimas” y enseguida entra Phil
Rudd con su batería y las guitarras de los Young. Temazo, recuerdo para su
compañero desaparecido, ya se encontrarían en el infierno.
Rocks contundentes, soberbios: Shoot To Thrill, no pierden la ironía
que tanto les gusta, qué serías capaz de hacer por dinero, cariño, What Do You Do For Money, Honey; o
Have A Drink On Me, ya tenemos 2 nuevos himnos construidos mediante riffs
demoledores. El boogie corre por sus venas como los buenos tragos de whisky
escocés, no pierden un ápice en florituras, Given
The Dog A Bone. Son capaces de construir canciones al ralentí, eso que
AC/DC entiende por balada metálica: Let
Me Put My Love Into You, y lo desarrollan sin pudor, con clase y estilo.
La canción Back
In Black que da título al Lp, contiene uno de los mejores riffs jamás
grabado, a cargo del “pequeño” Young, medio tiempo soberbio donde da tiempo a
apreciar el buen hacer de Rudd/Williams. A estas alturas de la escucha no cabe
duda que Lucifer en cualquiera de sus muchas formas había aparecido para
quedarse, no cabe tanta calidad en un solo Lp, de manera continuada llegamos a
himnos para ser tocados en directo y coreados por miles de gargantas que al
unísono elevaran sus gritos al son de maravillas como You Sook Me All Night Long o
Have A Drink On Me.
La humanización llega, que no el sosiego: Shake A
Leg y Rock And Roll Ain´t Noise Pollution, ésta última un blues tabernario
y callejero, no desentonan con las otras 8 compañeras, pero el listón baja un
pelín. Normal después de tanto spring, los pulmones no pueden echar más aire.
Aun así, Back In Black es de matrícula
de honor e imprescindible en cualquier discoteca “noble”.
Given The Dog A Bone
Campana de bronce.- Ya nada volvería a ser igual. Y no sólo porque su cantante original, Bon Scott, ya no estaría con ellos para los restos, aunque sí de manera espiritual; el asunto es que AC/DC abandona los cuartos traseros de esta industria del show business para aglutinar grandes espacios, de donde salía una plataforma de la batería de Phill Rudd por la cual corría y deambulaba como un arlequín enloquecido Angus Young con su Gibson SG, poniendo caras, realizando carreras, paradas, el salto del pato de papá Berry que convertía en el brinco del canguro, vestido de colegial, haciendo caso a su hermana Marge, para los restos…
Back In
Black arrasó en ventas, ya no eran unos cuantos miles, Estados Unidos les
abre definitivamente sus puertas, ahora
sí que había pasta de verdad y a espuertas. No era que antes tuvieran que mendigar, nunca
fue así desde los comienzos cuando su hermano George y Vanda les producían,
jamás estuvieron ni mancos ni tiesos, pero ahora eran cabezas de cartel en todos
los festivales, de heavy y de los otros, el tour de 1980 les convierte en
héroes para las tropas proletarias de los grandes suburbios urbanos con calles
a su nombre como acaecerá con el paso del tiempo. Su rock contundente se
escucha en emisoras de radio, el Monsters Of Rock en Donington, son cabezas de cartel por
encima de glorias como Whitesnake o Blue Oyster Cult.
Destaco de AC/DC su sencillez proletaria,
cercana, no se les sube a la cabeza el éxito hecho a base de mucho trabajo y
horas de ensayo. Se merecían esas plataformas que ahora exhiben en sus
directos, como ayuda a su música, nunca por encima de esta. Naturalidad,
honradez, gente de la calle transformada a estrellas, aquí aquello de
rock-stars está más que justificado, pero como que no iba con ellos.
Brian Johnson era el encargado de abrir fuego,
nunca mejor dicho, colocado en un lateral del escenario, golpeaba con fuerza una campana de
bronce de un tonelada de peso con el anagrama de AC/DC dentro, así empezaba la
fiesta. De esta guisa se presentaron una fría noche invernal por España y
concretamente en Madrid, a mediados de enero en el viejo Pabellón de Deportes
del R.M.
Se hizo largo el camino y extenuante el tour,
tardarían en sacar un nuevo disco, pero la producción de Robert Lange sería la
misma de siempre y Johnson se incorporó a las tareas creativas junto a los hermanos
Young. En el otoño de 1981 saldría For Those About To Rock (We Salute You).
Put The Finger On You
FOR THOSE ABOUT TO ROCK (WE SALUTE YOU).- Noviembre de 1981.-
No es que
cuente con la rémora del anterior álbum, es que viene precedido de Highway To Hell…claro que el cañonazo
inicial puede llevar a engaño, la canción que abre y que da título al disco
aguanta el tipo. Fiel reflejo de esa energía la hallamos en Put The Finger On You, esas piezas
enérgicas que son capaces de fabricar AC/DC, ese rayo de magia y electricidad
lleno de buenas vibraciones. Hay más: Inject
Te Venom o Spellbound son un buen
ejemplo de lo dicho anteriormente.
También se atascan en temas lentos y
farragosos: Spellbound, Evil Walks o Breaking The Rules, en esa agonía de
acelero y levanto el pie del embrague para desacelerar sin que se note mucho.
Todo el disco mantiene un buen nivel, pero claro… ya no
emociona, no quiero ni pensar en un instante qué AC/DC se coloca en el
mainstream más conservador. En For Thouse
About To Rock… al igual que hacían en Back
In Black, las canciones que vienen con sus títulos en la carpeta posterior,
van a su aire, no se corresponde sus etiquetas con el orden que las graban en
el disco. Lo cual puede dar a más de un equívoco.
La gente se está acostumbrando a sentarse delante de la caja tonta a ver la música en televisión. Pero eso no es rock and roll. Nos ganábamos la vida subiendo al escenario y haciéndolo allí, y no creo que la televisión, la radio ni siquiera los discos puedan captar la emoción de un concierto. (A. Young)
Meanstreak
Landslide
Volver
a lo básico.- Se veía venir desde el Highway To Hell, la
burbuja iba creciendo, para colocar más madera en la chimenea, tenemos un
muerto en medio, que ya se sabe que siempre da excelentes emolumentos en forma
de ventas, aquello del mito, de morir joven y del cadáver exquisito.
Pese a los altibajos de For Those About To Rock, disco descompensado con indudables buenos
temas, pero con bajones evidentes, logra un “platino” sólo en USA. Su tour de
presentación es todo un éxito, aquello de la incorporación de cañones de
tamaño colosal para sus shows, es todo un detalle que el seguidor aprecia y
festeja. Deleite para la tropa, muy numerosa, que tenía en estos momentos a
AC/DC por adalides del rock, en mayúsculas, pero que deja estragos dentro del
grupo en forma de fricciones con Phill Rudd. Son muchos meses de tour, y eso
agota física y anímicamente.
Habrá que volver a lo básico. AC/DC se ha
convertido en un mastodonte de gentes alrededor de los 5 componentes del grupo.
Asesores, managers, equipos de sonidos, luces… pese a que los tours seguirán
por el camino de multitudes, inevitable ya por otra parte, en recintos de amplios aforos, por la inmensa demanda de entradas y artificio que va en este negocio, los hermanos
Young investigan reducir su séquito más cercano, y nada mejor que comenzar por
Peter Mensch, seguir con Lange y de su compañía: CCC. Les sobran hasta el productor de
su últimos “cañonazos”
Entre salto y salto del canguro, se toman su
tiempo para el siguiente álbum: Flick Of
The Switch – 1983, casi 2 años más tarde que el anterior, y ahora de manera
permanente, los trabajos saldrán mucho más espaciados, lo cual hará que la horda
de su seguidores esperen cada nuevo Lp como agua de mayo.
Malcolm y Angus consideran que deben de beber
en las fuentes primigenias, aquellas que les han llevado donde están ahora
mismo, en el Olimpo del rock. Regresar a las raíces para mantenerse frescos y
no maniatados por los muchos intereses
creados a su alrededor, a fin de cuentas son roqueros, no banqueros. Otro de
los agujeros sería cubrir el desalojo de las baquetas de Phill Rudd, presente
en la grabación del disco, pero no en el tour correspondiente, y de nuevo será
en Inglaterra donde hallen al nuevo batería, un chaval de apenas 20 años que
responde al nombre, supongo, de Simon Wrihgt.
No se le vería en directo hasta el verano de
1984, donde son cabeza del cartel del prestigioso festival de Donington, un 19
de agosto, escoltados por bandas de mucho pedigrí en esto del heavy, sean Van
Halen, Ozzy Osborne o Motley Crue, entre otros. Claro que ellos jugaban con
ventaja, nadie sacaba en sus shows campanas enormes y cañones gigantescos.
Guns For Hire
FLICK OF THE SWITCH.- Agosto de 1983.-
Regreso a las raíces más profundas
del sonido AC/DC. El Lp retoma la crudeza y el carácter de los primeros
trabajos, aunque insisten en la producción ellos mismos, en un intento,
conseguido a mi juicio, de no sentir correas transmisoras ajenas a su música,
estímulos o como quiera que le llamemos. Se dejan llevar por sus instintos, “deslizan
el interruptor…”
El nervio de sus
sacudidas vuelve a ser impetuoso, carnal:
Rising Power, This House Is On Fire, Guns For Hire o Bedlam In Belgium, son un buen ejemplo de lo que digo.
No hallaremos
canciones estándar, aquellas que pueden llegar a ser himnos en sus conciertos,
pero guarda el lujo de los detalles, de hacer un trabajo compacto, bien hecho,
¡vaya!; equilibrio, con esa facilidad tan suya de transportarte al centro mismo
del torbellino sin que te des cuenta y acabes engullido por su electricidad:
eficaz, coherente.
Badlands
No pudo ser.- AC/DC ya eran de dominio público. No
sólo sus discos los tenía gente curiosa, sino que sonaba a menudo en cualquier
parte y el merchandising callejero funcionaba bien. Al igual que con el tiempo
no habrá día en tu vida que no veas una camiseta de The Ramones, algo parecido
ocurrirá con los “australianos”.
Pero después de su éxito en Donington,
tendrían 3 conciertos en España en el verano de 1984, y había ganas, pero sólo
en San Sebastián degustaron a las huestes roqueras. Los dos siguientes en
Barcelona y Madrid acabaron suspendiéndose, al parecer por no ser apropiados el
aforo.
Entre medias, algunas tonterías de las que el
mundo no puede librarse les tuvieron como protagonistas, y no buscado por
ellos. Su canción Night Prowler incluida
en su Lp Highway To Hell, tuvo
problemas en algunos sectores de USA, porque al parecer un tipo, según cierta
prensa conservadora, la utilizaba para violar y asesinar. El pretexto era tan
infantil que cuesta creerlo de no ser que la cuestión suceda en Estados Unidos.
La incitación podría venir porque en uno de sus asesinatos se halló una gorra
con el anagrama del grupo, y cuando fue cogido llevaba una camiseta de AC/DC,
de ahí a hilar tan fino porque “rondador de noche” le llevase a sus atropellos
hay un trecho. Por ahí andábamos cuando el grupo iba a venir a tocar por estas
tierras ibéricas.
Su siguiente disco Fly On The Wall – 1985 es el
primer patinazo de la banda. Canciones salvables hay, la que da título al Lp y Skake Your Foundations y Sink The Pink, poco bagaje para un
trabajo apático y desgajado, carente de la energía suficiente para agenciártelo,
eso no quiere decir que las hordas de seguidores lo consumieran y llegase al
disco de oro con facilidad, pero una cuestión son ventas y otra calidad.
Con la miel en los labios por no haber podido
verles en directo, el disco reseñado abría una etapa en el grupo de tiempos
muertos, preside la calma y la aparición de Lps distanciados en el tiempo. Cuestión al margen son los tours, dominados
por el gran espectáculo ya montado sin preámbulos, para el lucimiento de Angus
Young.
Dentro del nuevo orden reinante en el combo,
Malcolm y Angus, se descargaban de responsabilidad para contratar a la marca
Part Rock, que empezaría a ejercer de mánager, por lo cual ellos se dedicarían
a componer. Entre medias saldría un Lp recopilatorio: Who Made Who – 1986, con el gancho de algunos temas nuevos: D.T.; Chased The Ace, curiosamente 2
instrumentales y la que daba título al artefacto, quizás sobrante de las
sesiones de Back In Black, pues va
muy en esa línea.
Poco a poco, ellos también cayeron en el
proceso de hacer vídeos que pudieran promocionar sus trabajos. Estamos en la
década de los 80, y el vídeo manda, entra en todos los hogares por vía
televisión. No hay que desaprovechar ningún espacio, la influencia de estos
vídeos se plasmaría en los montajes en directo del grupo, así pues más pena de
no poder ver a los nuevos AC/DC en directo.
Vanda y George Young recuperan el control de
la producción de su nuevo disco, que acabará por convertirse en el 2º mejor
vendido tras Back In Black, pero han pasado muchos años,
hablo de Blow Up Your Vídeo – 1988.
Heatseeker
BLOW UP YOUR VIDEO.- Febrero de
1988.-
Podían
haberse acomodado, se servían de las nuevas tecnologías a su alcance, pero si “vuelas
tú vídeo y bailas rock and roll”, no estaría de más. Todo sirve para llegar a
más público y dejar la tarjeta de presentación.
Un lustro después de publicar
un trabajo compacto como Flick On The
Switch, ahora nos encontramos con la producción de George Young y Vanda, y
recuperamos algunos trallazos memorables, a saber: Heatseeker, Meanstreak, Ruff
Stuff y This Means War. Sueltan amarras, retoman el pulso y aflojan una bocanada de aire fresco ante tanta ñoñez que nos invade, ya por estas fechas.
Duro, pesado, en el mejor sentido, con varios
temas destacables, con algunos matices indudables, como la calidez de la
melodía Nick Of Time; temas
desafiantes: Some Sin For Nuthin; ayudan
a AC/DC a mantenerse en el pódium de los mejores en la década de los 80, y
necesitaban un buen disco como éste para no desaprovechar la oportunidad de que
todavía son capaces de entregar trabajos convincentes.
La gente se está acostumbrando a sentarse delante de la caja tonta a ver la música en televisión. Pero eso no es rock and roll. Nos ganábamos la vida subiendo al escenario y haciéndolo allí, y no creo que la televisión, la radio ni siquiera los discos puedan captar la emoción de un concierto. (A. Young)
Meanstreak
No se me emocionen.- Pese a que AC/DC mantiene el tipo, ningún
disco ( a excepción de Back In Black ), puede competir con ninguno
de los publicados en la década de los 70. Eso sí, la firmeza y energía de su
sonido es potente y pueden dar unos cuantos pelotazos en forma de buenas
canciones en cada nuevo álbum que sacan. Blow
Up Your Vídeo salva los muebles y hasta Simon Wright se acopló a la batería
en estos últimos 7 años. Pero al terminar el tour de 1988 abandonaría el grupo
en dirección a ocupar las baquetas en el grupo de Ronnie James Dio.
Pese a todo este año era dulce para AC/DC, volvieron a girar por Australia después de 7 años sin descargar su sonido en las antípodas, sus ventas se mantuvieron en estándares que sólo están al alcance de los más grandes. El cambio de batería no les afecta demasiado, pues su siguiente Lp: The Razor´s Edge – 1990, los nuevos tambores tienen como dueño al solvente Chris Slade, tipo de amplia experiencia y que lo podemos encontrar en los créditos de varios discos de gente como Paul Rodgers o Gary Moore.
Pese a todo este año era dulce para AC/DC, volvieron a girar por Australia después de 7 años sin descargar su sonido en las antípodas, sus ventas se mantuvieron en estándares que sólo están al alcance de los más grandes. El cambio de batería no les afecta demasiado, pues su siguiente Lp: The Razor´s Edge – 1990, los nuevos tambores tienen como dueño al solvente Chris Slade, tipo de amplia experiencia y que lo podemos encontrar en los créditos de varios discos de gente como Paul Rodgers o Gary Moore.
La grandiosidad de la banda desbordaba
límites, y como siempre el sentimiento liberador que irradian se dejaba palpar
sobre todo en directo, donde no daban ninguna concesión a la improvisación ni
pausas a la concesión. Los gigantescos
cañones de mira telescópica estaban acompañados de muñecas hinchables de
amplias dimensiones en el escenario, que escoltaban la batería de Chris Slade,
que a su vez se elevada por una plataforma hidráulica.
AC/DC abrió la puerta a nuevos elementos
escénicos, ellos que habían sido tan austeros en la década de los 70, pero los
tiempos cambian… y al igual que cada nuevo tema venía acompañado por su nuevo
vídeo promocional, ahora tenían toda esta parafernalia, lo cual aumentaba las
ganas de aquellos ( entre los que me incluyo) de degustarlos en directo. Claro
que todos estos artefactos eran supletorios, lo esencial: la energía, la fiesta
de tocar en directo, era lo primordial; su rock visceral, tenso, y esa frescura
de la que hacían gala sólo está a al alcance de los elegidos, y ellos lo eran.
Thunderstruck
Mira, no quiero
cambios. Y de hecho preferiría que sonarais más como el antiguo AC/DC que como
el nuevo, porque los viejos discos eran mucho más crudos y sencillos .(Ian
Taylor).
THE RAZOR´S EDGE.- Septiembre de
1990.-
Eran conscientes de dónde se encontraban. “Ese
filo de la navaja” que les podría desprender de sus status, pero lo lograron,
con un quinteto suelto, enrabietado, como si aún tuviesen que demostrar lo
buenos que son, y en eso están. Deben de sacar discos en condiciones
interesantes, nadie le pide que cambie de modelo de entender el rock, pero
siempre mantengo la opinión de que si sacas algo, que sea bueno… sino mejor que
te lo guardes, en el mundo ya hay muchos discos, músicas, folklores, y esto ya
nadie lo va a cambiar.
AC/DC se saca de la manga, es un decir,
trallazos enormes, Thunderstruck, Fire
Your Guns, Are You Ready; se permiten lujos como la diversión, esa ironía
que no pierden nunca: Mistress For Christmas. Matices, con
un pulso tenso y como queriendo cambiar el paso: Got You By The Balls. El viejo boogie aparace en Shot Of Love. ¡ Vamos! que no falta de nada en el guisado, ni
sustancias ni ingredientes de última hora.
Bajo la producción de Ian Taylor, el álbum
tiene cuerpo, chapa, armazón, todos los temas desprenden consistencia y saboreo,
y desde luego, mucho “poderío”.
The
Razor´s Edge es un nuevo paso adelante, firme y conciso en un sonido universalmente
reconocido a las primeros desgarros de la guitarra de Angus Young, una
declaración de principios de anunciar que tenían cosas qué decir, y eso no es
nada fácil cuando estás en la cima, AC/DC siguen apostando por un estilo
trepidante, directo, con las florituras justas que quedan más para los directos
que en los discos. Y Brian Johnson aprieta los dientes como si le estuviesen rechinando,
y canta como si le doliese algo, siempre con rabia.
Sin City
El largo tour.- No era mal momento para ver en
directo a AC/DC, la extensa gira de presentación de The Razor´s Edge les mantuvo en la carretera durante los años
1990/91, y entraban en la nueva década como en la anterior, a toda máquina y en
un excelente estado de forma.
No en vano Chris Slade formaba parte del combo
en la batería y Angus Young mantenía una energía envidiable a sus 36 años. Lo
cual es muy de agradecer. En el tour americano venían acompañados de la
sensación por entonces, L.A.Guns aunque posteriormente en algunas actuaciones
el cartel se completaba con Metallica, Motley Crüe o los mismísimos Black
Crowes. Posteriormente en Europa darían 18 conciertos, y como estrella un show
en Moscú, a las afueras de la capital soviética y ¡gratis! De esos polvos esos
lodos, como se suele decir, el material extraído de dicho evento se vio
reflejado en el escueto título de Live –
1992, claro reflejo de lo que AC/DC podría desarrollar encima de un
escenario. No se desviaron un ápice de lo que el personal podría esperar, 20
temas de todas las épocas, no faltan Thunderstruck,
Shoot To Thrill, Back In Black, Sin City, The Jack… vamos, un vinilo súper recomendable en un espacio
del tiempo difícil de aceptar los famosos dobles lps en directo, pero este Live de AC/DC es una grata excepción, a
fin de cuentas venía a recoger los temas más universales de la banda. Con toda
la fuerza, grandeza, explosividad de la que son capaces. Y también, claro, con
algunos tópicos inevitables, y no era baladí, pues el extenso tour al que aludo
exigía una larga temporada de descanso, ese reparador espacio, necesario para
crear nuevas ideas y plantearse hacia dónde dirigir los cañones, tardaría 5
años en volverlos a degustar con un nuevo disco.
Por fin, en 1995 regresaron a los estudios, de
nuevo con el regreso al redil de su batería original, el díscolo Phil Rudd
volvía a las huestes. En esta ocasión con producción de prestigio, Rick Rubin
se encargaba de actualizar el sonido de AC/DC a mediados de la década de los 90,
Ballbreaker, su nuevo artefacto con
que el pretendían seguir encandilando a su seguidores y mantener el status
logrado durante las 3 últimas décadas.
Hard As A Rock
BALLBREAKER.- Noviembre de 1995.-
Hard As A Rock
BALLBREAKER.- Noviembre de 1995.-
Con el regreso de Phil Rudd a la
batería, la sección rítmica granítica que forma junto a Cliff Williams vuelve
por sus fueros. No sólo le da consistencia a Ballbreaker, sino que en directo la cuestión toma cuerpo, ¡vamos, como
un cocido bien condimentado a mediados de semana!.
Hard As
A Rock, canción con la que abren el disco, está entre lo mejor que han
escrito AC/DC en la década de los 90. Continúa con Cover You In Oil y reparo que la banda suena tan fresca, homogénea y
directa como 2 décadas atrás, hasta recupera el boogie perpetúo: The Furor, la vacilada Boogie Man y construye un andamiaje
coherente con varios temas potentes: Bunin´Alive,
Whiskey On The Rocks o la que da título al disco Ballbreaker; también destaco los cambios de ritmo en Hail Caesar.
Desde Back In Black estamos ante el mejor
disco de AC/DC, y eso es decir mucho. Y desde luego, sin discusión ni criterios
variados, con Brian Johnson de frotman, los 2 mejores álbumes con él en la voz.
Whiskey On The Rocks
Una bola sobre mi cabeza.- Anda, mira, va a haber suerte, lo que
iba para un solo show se pasó a tres. La
razón, que la hay, viene de un lustro antes, cuando AC/DC decidió regresar a parámetros
más convencionales de tocar en aforos entre 15/20000 almas, intentando no repetir
el aquelarre de la gira de 1991 en
Estados Unidos, en Salt Lake City, 3 personas fallecieron por avalanchas, y
aquello debió de tocarles el “ser más profundo”.
El asunto era que iba a ver a AC/DC en
directo, una noche de estío serio y mesetario como el que se da en Madrid, con
un recién trabajo Ballbreaker,
espléndido, con Phil Rudd en la batería, que siempre me ha gustado el tipo.
Además no tenían las fechas del tour concentradas en pocos días, sí no que
existía aire entre concierto y concierto, de ahí que se pasó de 1 a 3 las
noches en Las Ventas de Madrid.
La expectación era máxima, más cuando llevaban
15 años sin tocar en El Foro, donde hasta le pusimos nombre a una calle, en una
de esas ciudades dormitorio que nos inventamos a mediados del siglo pasado,
cuando parecía que íbamos para país serio y no de pandereta.
Todo completo. Las 3 noches. AC/DC en
estado puro y en forma. ¿Qué más pedir? En el show no faltó de nada, ni bolas
gigantes, ni campanas, ni rock poderoso, ni siquiera eché en falta ningún tema
ejemplar. Poderosos.
Set - List:
Shot Down In
Flames
Thunderstruck
Girls Got
Rhythm
Hard As A
Rock
Shoot To
Thrill
Boogie Man
Hail Caesar
Hells Bells
Dog Eat Dog
The Jack
Ballbreaker
Rock 'n' Roll
Ain't Noise Pollution
Dirty Deeds Done Dirt Cheap
You Shook Me
All Night Long
Whole Lotta
Rosie
T.N.T.
Let There Be
Rock
Highway To
Hell
For Those About To Rock
Stiff
Upper Lip
Se
me hace difícil.- Cuando quieres algo, bien con forma de
persona o cuestiones materiales, temes, como a las cosas recién adquiridas,
estropearlas. Las cuidas, las limpias, procuras tenerlas en orden o contentas,
según el caso. Con AC/DC llego a un punto que me cuesta seguirles, pero sobre
todo temo que saquen un mal disco.
No será el caso de
Stiff Upper Lip – 2000, primero del
nuevo milenio, discos espaciados en el tiempo. El asunto es que lo escucho con
curiosidad, siempre con el miedo de que no me emocionen. Permanece el quinteto
más exitoso, la fórmula funciona, y sin embargo temo que sigan adelante, no por
sus directos, que permanecen como en formol, encapsulados en el tiempo de la
energía y llenos de carisma.
Soy de la opinión
que ahí debieron de cerrar el asunto, cuando están en la cima de su discografía
y todavía consiguen meter en las listas todos sus trabajos, tienen la vida
resuelta y Stiff Upper Lip mantiene
el listón creativo en buenas canciones.
Pero ellos
seguirán, tras una larga pausa creativa lanzaran Black Ice – 2008 con un sencillo fácil de escuchar en cualquier
parte, lanzadera de éxito: Rock And Roll
Train, difícil de que lo dejen cuando venden la friolera de 10 millones de
copias. Sus muchos seguidores no se lo permiten, y desde luego si nos atenemos
a las cifras, AC/DC está vigente con su rock, con su música, con su manera de entender este
asunto.
Yo, sigo pensando
que tras la publicación de Stiff Upper
Lip, debieron de dejarlo en cuanto a sacar nuevos discos con el logo de
AC/DC, otras cuestiones son las giras y que todo lo que saquen, sea el becerro
de oro. Por ese miedo que tengo de aquello que me gusta, no estropearlo, aunque
sean álbumes de bandas que me han dado muy buenos ratos.
Meltdown
STIFF
UPPER LIP.- Febrero de 2000.-
Preparar el mismo plato con
fruta variada de postre, casi el mismo de los últimos 30 años y que esté bueno,
sólo está al alcance de los grandes chefs, músicos en este caso, o de
seguidores garrulos y comensales dóciles que no escatimen esfuerzos y piensen
que lo importante es comer, mover el bigote y darle al diente.
Stiff Upper Lip es el nuevo disco de
AC/DC a comienzos del 2000. Debe de andar por el 15º Lp del grupo, y mantienen
la misma energía y vitalidad que el incombustible TNT que cayó en mis manos y oídos allá por el lejano 1977.
Ya desde el inicio
con Stiff Upper Lip, que da título al
álbum, directos a la yugular. Frescos, sin extravagancias innecesarias ni solos
kilométricos, ni se plantean los hermanos Young búsquedas de nuevas
sonoridades, ellos que han encontrado el maná en su sonido canallesco y de
boogie peleón. Unir simpleza con efectividad, aunque puedan existir algunas
excepciones y canciones más trabajadas, así al menos observo y escucho: Meltdown, Hold Me Back, Can´t Stand Still o
Damned
Stiff Upper Lip es un trabajo más espaciado, pausado,
donde hay áreas y páramos por rellenar. No es el gran Balbreaker, pero casi
hasta gana en calidez. Mínimas innovaciones, un polifacético Brian Johnson con
diversas entonaciones, pero a veces forzando la voz canallesca que se gasta.
Rock cortarte, sin defraudar, manteniendo el listón alto, porque AC/DC no
engaña, pero comienza a labrar el destino de la corrección con los mínimos
esfuerzos y proseguir el sendero de la perfección.
Luego hay esos
temas que te llegan directamente, ese boogie canallesco de Safe In New York City. Phil Rudd aporrea su batería con destreza, y
la producción de George Young es impecable para sacar, todavía, un sonido
sucio. Y lo mismo cabría decir de Satellite
Blues.
Despachan 12 cortes como el
pescadero te prepara una lubina para la plancha, con total nitidez y precisión,
y aunque no apabullan, se sacan, todavía y a estas alturas de su carrera, un
buen disco.
- Brian Johnson : Voz.-
- Angus Young: Guitarra eléctrica solista.-
- Malcolm Young: Guitarra rítmica, coros.
- Cliff Williams: Bajo, coros.
- Phil Rudd: Batería.
Safe In New York City
La eternidad.- La perpetuidad sin principio,
sucesión ni fin, ya la tenían con una contundencia apabullante centrada en sus
discos publicados de mediados de los 70, trabajos que les dejaban en el Olimpo
de los grandes, llámese Stones, Aerosmith,
Black Sabbat o cuanto bicho viviente pululase por la faz de la Tierra.
Es más, para añadir elementos disuasorios en
cuanto a que AC/DC no eran una banda menor, sino muy grandes, tenían un cadáver
que exhibir en sus vitrinas vitriólicas y añadirían más éter a larga vida como
grupo. Sé que juego con ventaja, que realizo un salto adelante en forma de flashback,
y aunque siguen adelante durante 4 décadas, atraviesan el desierto de la década
de los 90 y entran en el nuevo milenio como una banda estandarte difícil de
entender el rock sin AC/DC, las consecuencias de tantos años de grabación,
carretera, giras largas y demás ajetreo, pasa factura en forma de gastar la
vida.
El jefe del grupo, el alma mater de todo este
asunto, conecta en la 6ª década de su existencia con un grave problema, Malcolm
Young sufre un coagulo de sangre en el cerebro que le produce derrame cerebral,
estamos en el 2014, y este asunto, que no es menor, le hace abandonar la banda,
dejar incluso de tocar, de refugiarse en su mundo privado y en una clínica de
élite para curar, en la medida de lo posible, su salud.
Para Phil, el batería, los problemas llegarían
también en el mismo año, pero por motivos bien distintos. Los problemas de Rudd
empezaron en noviembre de 2014, cuando fue acusado por partida triple:
contratar a un sicario para asesinar a una persona, amenazas de muerte y
posesión de drogas. El primer cargo, el más grave, fue archivado por falta de
pruebas. Los otros no. Las sustancias encontradas fueron marihuana y metanfetaminas.
Arrestro domiciliario de 8 meses según cuentan las crónicas, psiquiatra que le
visita regularmente, entre otras cuestiones para mantener un cierto equilibrio
mental y las dosis de alcohol que también consumía el excelente batería.
Por si fuera poco, 2016 acontecía en cuanto a
la banda sugiere, con el abandono de Brian Johnson, su cantante no puede
seguir, los problemas auditivos le tienen destrozado, de camino a quedarse
completamente sordo. Ha estado 36 años como frotman del grupo, él que entró en
“sustitución” de Bon Scott. ¿ Sustitución? Su voz les abrió definitivamente el mercado
americano, donde de verdad se juega la liga grande, si ahí la ganas, el resto
es decoración como las flores de las novias.
Cliff Williams, ya con 66 años, anunció en el
verano de 2016 tras la gira Rock Of Bust
su abandono del grupo, las cosas cambian y para el bajista estar en un grupo
sin Malcolm, Rudd y Johnson era demasiado, la cuenta corriente es larga, mejor
estar con la familia. Ingresó en el combo en la gira de Let There Be Rock y empezó a derramar su talento en las 4 cuerdas
en Powerage, desde 1978 atravesó los diversos
avatares y caminos con el grupo. Se jubila.
Queda Angus, ya… pero esto a mediados de la 2ª
década del siglo XXI no es el grupo australiano que era. Será otra cosa,
también, que creo, que en 2000 debieron de echar la persiana y cerrar las
ventanas.
No me digan que AC/DC no lo tiene todo para
estar en el Olimpo del rock. Además de buenos discos, claro. Pero tensar más la
cuerda, es un suicidio que no tiene porqué suceder. Déjalo estar.
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