THE WHO: LA BANDA CICLOPEA





Londres, 1965.- Una nueva generación, hijos de los guerrilleros de la II Guerra Mundial, proliferan en la Inglaterra de mediados de la década de los 60 del siglo XX, se hacen llamar mods y es una tribu urbana que quiere alejarse de sus mayores. Un tipo seco, alto, que se llama Pete Townshend, entendió de inmediato que la rabia adolescente de esos chiscos/as que deambulaban por las calles de las grandes capitales en vespas, podía canalizar ese sonido directo a una banda que el muchacho llevaba tiempo fraguando, con otros tres, uno de ellos espectacular a la batería, un tal  Keith Moon y un frotman de calidad, Roger Daltrey, todos rondan los 18/20 años. Como son un cuarteto, por allí deambulaba con su bajo, un hombre de nombre impronunciable y de difícil escritura, John Entwistle. En directo hacían mucho ruido, aquello de entrada sonaba a lata, todos decían ¿Quiénes son?, rock ruidoso tocado a todo volumen creado por 4 muchachos  que tenían la habilidad de hacer del caos, su disciplina.
 Bueno, pues ponerse The Who no era descabellado. Hacer versiones, muchas y ser uno más, o menos, según… de las muchas bandas que en el Londres de 1965 tocaban por ahí… había que realizar temas propios que reflejasen la realidad de los jóvenes de su generación. ¡Un momento, quizás era el lugar idóneo para escribir sobre gente de tú misma edad! Claro, eso era, My Generation… plasmar en apenas 3 minutos esa rabia contenida o soltar lastre por lo que acontecía a su alrededor. Bueno, a fin de cuentas estos muchachos eran salvajes, sus escasas actuaciones acababan con el guitarrista Townshend dando golpes contra el suelo de su mástil, y el tipo que estaba detrás, al fondo, cuando aquello parecía que acababa, se deshacía a patadas de los bombos, herrajes, y el mecanismo del pedal saltaban por los aires, qué decir de las baquetas… La gracia radicaba, pasado el efecto del asombro, de que eran pobres, pero parecía no importarles acabar cada show así. Claro, sería cuestión de llamar la atención en esa época. Mira tú.
 Kit Lambert era un empresario que se dedicaba a la cinematografía, nada extraño que tuviese de socio a Chris Stamp, sí, el hermano del actor británico Terence, y que se fijase en los muchachos y su formidable y descacharrante directo. A fin de cuentas los denominados The Who tenían un single ya publicado, de autoría propia, I Can’t Explain, pero seguían haciendo versiones, no se sabe si porque no confiaban mucho en sí mismos, más bien Townshend, quien era el que le daba a la pluma para componer, el asunto es que el tal Lambert insiste en que diera un contenido intelectual a su rabia y también debió de presionar para que compusiera temas propios.
 Claro que el asunto asusta. A fin de cuentas en la Inglaterra de mediados de los 60 triunfan los Shadows, Ventures, varios grupos instrumentales; los Beatles, claro, los Stones ya tienen su Satisfaction, Dylan ya se ha electrificado, ¿y ellos quienes son en realidad?. Pues el tipo que le da al bajo de nombre impronunciable, el tal Entwistle, quiere dedicarse a la estructura de la música clásica, pero se gana el jornal de recaudador de impuestos. Townsdhend estudia diseño al margen de sacudir al suelo su guitarra, entonces era rítmica. Pero su batería original, Doug Sanden, perdió a puñetazos el puesto por Keith Moon, que sólo quería teñirse el pelo a cada rato e inventaba ritmos cojonudos con su drumming, era un revolucionario. El que cantaba, el más proletario, tipo con pinta de descargador de muelles, de hecho Daltrey al margen de hacer gorgoritos y ponerse al micro, quiere la guitarra eléctrica, pero su sustento se lo gana en una fundición de acero. Así pues, qué van a componer, como no sea el más listo de todos y reflexivo Townsdhend, serían simplemente una banda de versiones en directo con más o menos gracia. ¡Pero había tantas y dónde elegir…!



My Generation


Madrid, 2007.- Bueno, vale, era la primera y única vez que iba a ver a The Who en directo. Ya sabemos, o naces en otro sitio, o apareces en este Planeta en forma de homínido unos 10 años antes para vivir el fenómeno de 1ª mano y eso, además, de que te interese el asunto, mira tú si te da por la caza del zorro o criar crisantemos, que también. El asunto era que en esta primavera florida de mayo alrededor del Palacio De Los Deportes de la Comunidad De Madrid, The Who vienen a tocar a España, antes lo hicieron en el verano pasado. Las crónicas y el rumor del boca a boca hablan de que están estupendos, que su “live” merece la pena, y para qué engañarnos, ver a Townsdhend y Daltrey todavía es un privilegio y tal vez nunca más. La banda tira de espaldas, el acompañamiento es sublime, la batería de Zak Starkey (hijo de Ringo Star) lo convertían en un trepidante soplo de energía; Pino Palladino al bajo, John Rabbit en los teclados, a la guitarra rítmica Simon Townsdhend, por no faltar, ni siquiera un corte de luz en mitad del tema  Who Are You, cinco minutos medio a oscuras, no me digan que no tiene encanto, ¡ y a 44.50 euros la entrada! Rock and roll
 Cada cual se va formando y teniendo a sus grupos favoritos, con el tiempo The Stones, The Beatles… y tengo días que primero van The Kinks y otras The Who, eso por lo que respecta a la época primeriza y formativa, a todos, salvo a los escarabajos, los he visto en directo, y en buena forma, incluso espectacular a algunos. O ahora, o quien sabe, nunca más probablemente.
 Por allí cayeron I Can´t Explain, The Seeker, Relay, Fragments, The Real Me, 5:15 y Drowned, con imágenes proyectadas en la parte posterior del escenario de la película Quadrophenia. ¿Qué decir…? Te estaban pasando la banda sonora de tú vida en imágenes de jóvenes enloquecidos corriendo con sus vespas por las calles, o trotando simplemente sobre el asfalto, ahora saltabas sobre el pavimento del Pabellón de Deportes y si tenías espacio hacías un molinillo al aire imitando a Townsdhend, no desentonabas, llegó un momento que levitabas, era sublime… Man In The Purple Dress, Mike Post Theme, Baba O' Riley, Eminence Front, Substitute, My Generation / Cry If You Want … aquello no acabó ahí, los bises se alargaron con la tralla de The Kids Are Alright, Pinball Wizard, Amazing Journey, Sparks, See Me Feel Me, Listening To You y Tea and Theatre. ¡ Felices, no, lo siguiente: The Who.



The Kids Are Alright



La cosa toma cuerpo.- Poco se podía sospechar que The Who acabase siendo la 3ª gran banda de la historia del rock británico, envuelta en la inevitable invasión de los grupos de las islas, en Estados Unidos. Ese chico pálido, alto, Pete Townshend, de unos 15 años, tenía ideas en la cabeza y un banjo que tocaba en el Congo Club, de Acton, con un compañero de clase, John Entwislte, que le daba a la trompeta. Tiempo después formaron The Detours, ahora uno se dedicaba a darle notas a la guitarra eléctrica y el otro pasó a las 4 cuerdas, el otro guitarrista era Roger Daltrey, también compañero de la escuela, la batería la llevaba Doud Sanden y los gorgoritos los colocaba un tal Colin Dawson, eso debía de ser por 1963. Un año después se llaman ya The Who y después High Numbers. La gente también venía y se iba, hasta que el mejor batera del rock, Keith Moon entra y vuelven a ser el grupo con el nombre que todos conocemos.
 Pero sería como High Numbers que grabasen su primer single, I,m The Face, se hicieran la fama de salvajes en directo y las circunstancias, esas tan aleatorias en ocasiones, proporcionó que Pete Townsdhend rompiese de manera accidental su guitarra al golpearla contra el techo del local. Aquello, que sólo fue eso, casual, se convirtió en tenerlo que hacer a diario, un rito, algo parecido a lo que le ocurriese a Hendrix, el fuego como elemento de diversión. ¡Vaya gracia, quemar la Stratoscaster…! Pero el show debe de continuar. Lo que le hacía falta para saltar la espita de la excitación a un batería eléctrico como Moon, que para no ser menos, sacudía a la batería patadas hasta acabar hecha astillas en las primeras filas; Daltrey, más comedido, usaba el cable de micrófono a modo de látigo. Lo sigue haciendo todavía.
 Ya con manager y todo, volvieron a llamarse The Who y a finales de 1964 se grabaron las primeras composiciones de Pete Townsdhend, se editó I Can´t Explain llegando al número 8 de las listas británicas. Seguiría otro single Anway, Anyhow, Anywher. Aquí ya empieza a clavarse el sonido Who, o eso creo, el ritmo de la batería es exuberante, el bajo criminal, voz soul y la guitarra eléctrica con el acoplamiento exacto con el amplificador, innovador. Unas cuantas semanas consecutivas, 18 para ser exactos, en el Marquee Club, les catapulta hacia un éxito del boca a boca y la entrada a la grabación de su primer Lp.



Out In The Street



MY GNERATION .- Diciembre de 1965.-
 En una época en que un single podía servir para catapultarte a lo más alto, The Who ya tenían cierta experiencia en el asunto. El disco en sí es propio de sus coetáneos. Me explico. Influencias beat elementales, voces, coros, suenan canciones muy Beatles. ¿ Es bueno, es  malo? Según como esté cocinado el asunto. El lp contiene 12 artefactos  producidos por Shel Talmy y cuenta con la ayuda de gente que trabaja en los estudios como músicos de sesión, a saber: Jimmy Page o Nick Hopkins, para saborear a fuego lento temas muy pop, I Don´t  Mind, La – La – La Lies, The Kids Are Alright . Sonidos  sucios en la línea R&B: The Good´s Gone, It´s Not True, Legal Matter o The Ox; un instrumental, con la que cierran el trabajo y donde ya se escucha a un desencadenado Keith Moon, enseñaba el camino de sus futuras obras; destaco también la buena labor de Nick Hopkins.
 Versiones, a los que eran tan familiares, el gran James Brown se verá adaptado en la mencionada I Don´t Mind y en Please, Please, Please, y el bueno de Bo Diddley en la eterna I´m A Man. Las joyas sin duda son My Generation, Out In The Street. A fin de cuentas, Pete Townsdhend se marca la autoría de 9 canciones, cosa que ninguno de sus coetáneos hicieron en su álbum primigenio, ahí es nada. Marca ya el sonido de The Who pese a ser un trabajo irregular y de cierta indefinición, pero recomendable, sin duda.



It´s A Boy


La verdad.- Sea dicha. The Who nunca estuvo en mi cabecera en la entrada de la adolescencia. Bien porque Tommy era monumental o Quadrophenia visceral, el asunto es que de yo iba con el punk de los 70, el R&B, y más pendiente del Fhoto-Finish de Rory Gallagher o el Stupidity de Dr. Feelgood, que de estos mastodontes, que todo sea dicho, en esta época editaban el difícil de asimilar por sus múltiples seguidores: Who Are You – 1978, que sin ser un mal disco, acechaban numerosos problemas al grupo y dejaba un mar de dudas sobre su futuro. Yo, no tenía ningún álbum. Sería más adelante, bastante a decir verdad.
 De todas maneras, la discografía de los británicos es muy irregular, con discos excelentes y grabaciones perdidas acá y allá, singles contundentes y Lps difusos, al inicial My Gneration – 1965, le sigue una producción desencajada, dispersa, desconozco por qué cada miembro del grupo debe de componer dos temas cada uno, sería cuestión de contrato con la disquera, eso sí, Entwistle se marca Boris The Sipder en su trabajo posterior, A Quick One – 1966. Deduzco que a Pete Townshend le rondaba en la cabeza la ópera-rock monumental, clásica pero puesta al día a día que observaba a su alrededor, prueba de lo digo puede ser la canción A Quick One While He´s Away del mismo Lp.
 Tampoco mejoran las expectativas puestas en el siguiente álbum: The Who Sell Out – 1967. Tal vez Townshend no quiere ser el único que tire del carro, el máximo exponente a la hora de componer, pero parece que es eso o que el grupo no avanza, sí en directo demuestran ser una máquina muy bien engrasada, pero a la hora de plasmar en un papel a las musas, sólo le toca al guitarrista esperar a que las musarañas se hagan visibles y palpables.
 No parece que todo el rollo del verano del amor y de las flores vaya con el planteamiento de The Who a tenor de lo que van publicando, aunque claro, como evadirse del encanto y embrujo de obras como Sgt.Pepper´s de The Beatles, de ahí que ellos tengan el matiz oriental en la canción I Can See For Miles, para riffs interesantes me quedo con Tattoo; pero lo dicho, si fuera por lo que el grupo tenía hasta ahora grabado, difícilmente The Who estaría en estas páginas. Aun así, sus siguientes discos serán mejores pero admito cierta dificultad, son obras magnas, de digestión pausada, progresiva en ayudas y alejadas del impacto que suponía en la década de los 60 el single o EP. El rock comienza a hacerse mayor, el Lp toma claro protagonismo y el efecto inmediato lo marca una vez más, un doble disco de fuego lento y oídos despiertos.
 ¿ Por qué ciclópea ?. Bueno, por dos razones como define el diccionario de la Real Academia De La Lengua Española. Primero porque para mí The Who esconde un sonido poderoso pero que casi no emerge, es un grupo de rock cuidado y engañoso, alejado de planteamientos simples en el márquetin de la escena, no son directos en sus álbumes, rebuscados sí. Si entendemos por ciclópeo las antiquísimas construcciones que se distinguen por el enorme tamaño de las piedras que entran en ellas, por lo común sin argamasa. Hay que penetrar en su rock para captar las esencias y tal vez no todos lo consiguen ni lo saborean, prueben a darle el doble Lp de Tommy a cualquier homínido menor de treinta años, verán...
 La segunda, y no menos importante, porque son unos gigantes de la música hecha en este siglo pasado, el XX, como el coloso de la mitología griega de un solo ojo. Quizás haya que perforar la argamasa y ver lo que hay dentro, que es  mucho, pero tal vez se te diluya en otras cuestiones.


Pinball Wizard

TOMMY .- Mayo de 1969.-
 Habrá de nuevo que situarnos en el entorno, Peter Townshend ya había avisado en el anterior trabajo, A Quick One, con el tema  A Quick One While He´s Away, con 9 minutos de duración y el concepto de obra completa genérica, girando sobre un mismo tema. Por lo tanto cuando en la primavera de finales de los 60 abarca Tommy, considerada la 1ª  ópera rock de la historia, desarrollar la ambiciosa fabula de un disminuido transformado en ídolo espiritual de masas, encierra una moraleja pesimista sobre la manipulación de las ideas y el carisma, todo, por supuesto, trasladado al engranaje de esa maquinaria llamada rock.
 La grandeza de The Who es desarrollar semejante engendro, tal vez, y sólo tal vez, el S.F. Sorrow de los Pretty Things se reconoce cierta influencia. Tras dos largos años de trabajo, al margen de los tours, Pete Townshend se había salido con la suya y convencido al resto del combo para desarrollar las partituras de Tommy. El Lp contiene 60 acordes distintos de guitarra, 23 temas en total y un sinfín de instrumentos muy ajenos en aquella época al rock. Qué se puede destacar de dicho álbum, tal vez canciones o “zonas concretas”, pero temas han quedado para el recuerdo eterno, tales como The Acid Queen, Pinball Wizard, I´m Free, Tommy Can You Hear Me?, Do You Think Its Alright?...
 Desde luego mejor manera de acabar la floreciente década de los 60 del siglo XX no podía ser, toda ella rica en transformaciones musicales e ideologías. Al nivel del Electric Ladyland de Hendrix, por ser trabajo doble también y experimental; los muchos matices de Sgt. Peppers de The Beatles o el Satanic Majesties de The Stones… The Who es una banda madura, intelectualmente recomendable el salto de calidad, puede que hasta pretencioso, pero también con temas directos igual que en sus inicios, Pinball Wizard o I´m Free pueden calmar a los más ansiosos. A fin de cuentas, Tommy no deja de ser la historia de un niño ciego, sordo y mudo. Y a eso hay que ponerle música.



Young Man Blues



 Tours.-  Ya giraban fuera de las islas británicas, y con 5 Lps publicados y Tommy alto en las listas de ventas americanas, el show por esas tierras no se hizo esperar. Practicamente llevaban todo 1969 en la carretera, desde enero a mayo en Inglaterra y luego dando el salto a USA para volver en el verano a las islas británicas y de nuevo regresar a mediados de octubre al norte, incluyendo esta vez Canadá.
 Poco o nada variaría la entrada de la década de los 70. Esta vez se estirarían un poco más por la vieja Europa donde sólo en Francia, Holanda, Dinamarca y Alemania les acogería con los brazos abiertos pero de nuevo serían 9 conciertos en Inglaterra entre abril y mayo donde reventarían tímpanos como aperitivo del nuevo salto a Estados Unidos, ya en estadios amplios, arrancarían en el Metropolitan Opera House de Nueva York el 6 de Junio hasta finalizar un mes más tarde, en Lenox- Masschusetts en el Tanglewood Music Shed.
 Tras unos pequeños días de descanso, regresarían de nuevo, recogiendo todo el fruto de sus muchos años anteriores, y desde mediados de julio hasta diciembre, preferentemente giraran a lo largo de toda Inglaterra. Tanto ir y venir, más de 2 años de forma consecutiva, dejaba muy claro la espectacularidad de sus shows, el caos final del mismo, la contundencia de Keith Moon a la batería, los típicos molinillos de Townsdhend al tocar la guitarra y la imponente forma de cantar y mover el cable del micrófono de Daltrey, todo esto es crucial para entender y comprender con exactitud la magnitud del aura de agresividad que seguía al grupo. No era extraño que entre falta de tiempo para componer y grabar nuevos temas, las extenuantes giras, que su nuevo álbum fuese un Live, muy oportuno, y que mostrase a The Who en esos monstruos en escena en lo que se habían convertido en unos años.



Magic Blues


 LIVE AT LEEDS.-Mayo de 1970.-
 Tras la sofisticación que supone el doble Tommy, era lógico, entre otras cosas, como apunté por razones logísticas, el sacar un nuevo álbum en directo. Sin entrar en comparaciones, para mí la música nunca es competencia, situémonos en el entorno de unos discos claves como los de Led Zeppelin, Black Sabbath, la demoledora máquina de los Stones; así pues hay que afinar mucho si The Who desea permanecer en el olimpo de los grupos británicos. A fe que lo consiguen.
 Live At Leeds, el Lp contiene 6 temas distribuidos en 3 versiones: Young Man Blues de Mose Allison; Summertime Blues de Eddie Cochran y  Shakin´ All Over de Fread Heath & Johnny Kidd. Substitute, My Generation y Magic Blues de cosecha propia. Perfecta la sección: bajo/batería, lo cual nos deja un soporte ideal para los punteos tallados de Mrs. Townsdhend en un amasijo sanguinolento y los gorgoritos de Daltrey. Ese es el Lp original. Con el añadido de las nuevas tecnologías en la década de los 90, las ediciones posteriores alargan el asunto, incluyendo a estos 6 temas, a 14. Nada desmerece, un muy buen disco de The Who, en una época en que los “directos”, tenían un sentido, un decoro, un cuidado, es decir, lo mismo que hacías con tu pareja al principio de todo, cuando parecía que aquello era de verdad ¡ ah, y para siempre…!





A Quick One, While He´s Away



 En el Olimpo.-  The Who ahora mismo son una máquina en directo y sólo hace faltar reafirmarse con buenos trabajos discográficos. A la marea incesante de venta de copias del doble Tommy, más de 5 millones a comienzos de la década de los 70 y el buen augurio del Live At Leeds, seguirán en los próximos años el llevar la ópera rock a su versión orquestal y cinematográfica. Su creación no se desvanecerá y para mí, están en su mejor momento como grupo.
 Su tour por Inglaterra a comienzos de 1971, serán sólo 8 conciertos en Londres, en el Young Vic, para proseguir, ya entrada la primavera y el estío, para dar de nuevo el salto a Estados Unidos durante todo el verano y proseguir en Gran Bretaña al comienzo del otoño y vuelta de nuevo a USA a finales del año. Entre medias se lanza el recopilatorio Meaty, Beaty, Big And Bouncy – 1971, una colección de sencillos de la banda, y el percance de que un chico fallece en la cola de un concierto en su paso por América, los problemillas con la portada de su nuevo Lp de estudio, al parecer la idea de fotografiarse saliendo de una vagina no era la más adecuada para parámetros comerciales, hizo que Who´s Next cambiase de carpeta en su edición del verano. En cualquier caso, el álbum es un trabajo redondo y compacto, y más si tenemos en cuenta que la idea original de Pete Townsdhend era otra especie de ópera, llamada Lifehouse, pero las canciones sueltas, sin nexo en común hicieron para mí el mejor trabajo de The Who, con los 4 músicos en su esplendor y explotando todas las  cualidades de los miembros del combo, puestos al servicio de unas composiciones contundentes y agresivas.




Baba O Riley



 WHO´S NEXT.- Agosto de 1971.- 

  Se añaden unos cuantos de clásicos, a saber Babe O Riley, Whon´t Get Fooled Again o Behind Blue Eyes y no tienen nada que ver con lo anteriormente publicado por The Who.
 Con el estreno del productor, que algo tendría que ver, Glyn Johns, supuso una calidad enorme y sobre todo, las ventas millonarias que junto con sus directos demoledores les seguían aupando en el Olimpo de los dioses del rock.
 Algunas canciones ya hablan del imposible de la famosa revolución, sí es que alguna vez pudo alcanzarse tal objetivo, si entendemos por ellos una mejor vida entre los humanos. Al margen de ideologías o filosofías de bar, Whon´t Get Fooled Again venía a colocar no sólo los puntos sobre las íes, sino a dejar las cosas claras de por dónde caminaría el mundo dirigente no en años, en décadas posteriores.
 Desde luego, tras el trallazo que supone Tommy, regresar al estudio con este Who´s Next, es todo un acontecimiento. Otro álbum redondo y éxitoso y que no querría dejar de resaltar que en él se incluyen las mejores baladas del grupo, a saber: Behind Blue Eyes y Song Is Over.




Behind Blue Eyes



Cierta dispersión, necesaria.- The Who no son un grupo fácil. Para nada. Tienen que tomarse su tiempo, yo lo hice, en años y alguna década. No son los “elefantes” de Led Zeppelin ni los “paquidermos” de Black Sabbath, de sí o sí o no te entran jamás, aunque esconden tantos matices como el sayo de las abuelas.
 Para empezar The Who evoluciona en cada trabajo, nada más escuchar varias veces espaciadas Who´s Next, desde el comienzo claro, con esa  Baba O'Riley ya nos avisa de que, si bien éstos no son los Who de My Generation, ni los de Tommy, sintetizadores, piano y esa gamuza a clavicordio que envuelve a Townsdhend con su guitarra, la contundencia de Keith Moon y hasta ese violín al final… Nunca buscan el camino sencillo, el single rompedor, para nada, el rock and roll estresante y directo; hasta convierten el blues en algo propio en apenas 2 minutos en Love Ain't For Keeping.No desechan ayudas externas, por allí anda el magnífico Nick Hopkins en The Song Is Over, así pues nada extraño que después de la presentación del nuevo trabajo y las largas giras en estos años precedentes, todos los miembros del grupo deseasen una cierta lejanía y respirar otro ambiente, coger otros aires para proseguir, incluso, realizar algunos trabajos en el orden individual discográficamente hablando.
 Tanto Townshend, Entwistle como Moon graban sendos Lps en solitario y sacan como The Who nuevos singles: Let Seet Action/When I Was  A Bo; Join Together/Baby Don´t You Do It y Relay/Waspman. Antes de que llegase 1973 y se embarcasen en el doble Quadrophenia, hasta Daltrey sacaría disco en solitario y a daría sus primeros pasos como actor, cosa que perduraría en años posteriores, una rendija que explotaran Mick Jagger y David Bowie con el tiempo. Como  nunca he tenido mucho interés en este tipo de obras al margen del grupo, no tengo ningún comentario que aportar de interés.




The One



QUADROPHENIA.- Noviembre de 1973.-

 De nuevo emerge el gran edificio, la banda ciclópea, el andamiaje espectral de argamasa escondida en un enorme tubo como en las construcciones de las columnas que sostienen los puentes. Townsdhend queda muy alejado, pero mucho, del espero morirme antes de hacerme viejo, la juvenalita del movimiento mod unido al pop más encarnizado. Los polos encarnizados que representan Daltrey, un tipo metido en el sistema y catalogado de gentleman y un guitarrista con problemas de todo tipo, pero sobre todo un atormentado pasado familiar que le perseguirá toda su vida sirven de combustible al grupo.
 Quadrofhenia es una puesta a punto de The Who. Me explico. Viene a significar las personalidades de los 4 tipos que forman el grupo. La historia del chico, ese héroe callejero en busca de su destino, con su vespa, su trabajo mal pagado, sus anfetaminas para saltar al vacío existencial que es su día a día, su entorno familiar, su amor extraviado en un callejón con la chica que al parecer sentía algo por él, salvo el polvo rápido, demuestra una falta de madurez absoluta que Townsdhend coloca en violencia, romanticismo, locura e inestabilidad. Algo que cada miembro de The Who tenía en aquel momento y por el mismo orden: Roger, John, Keith y Peter.
 La pluma incisiva del guitarrista les envuelve y juntos en el estudio de grabación durante un año preparan la obra magna que es Quadrofhenia. Algo sustantivo, un salto cualitativo en el rock, sin duda, pero como ciclópeos que son, necesita de tiempo y espacio para que cuaje su argumentación en forma de que la masa compacta de canciones y narraciones quede pegada a las paredes, en esta ocasión auditivas. Townshend intenta expresar su malestar por una generación que se ha hundido irremediablemente en el mar de confusión que es Jimmy, que por más que busca no encuentra nada que le señale como elegido, iluminador de  su propio camino, y lo poco que intuye no le gusta, de ahí que con su más preciado galardón, su vespa, que lo mismo le sirve para ganar dinero de mensajero como para andar por los caminos pedregosos del amor, acabe en un acantilado volando por los aires. El final ya se sabe cuándo se toman demasiados riesgos y altura, la caída es demoledora, y peor, no se puede levantar porque no hay nada que levantar, tal vez no merezca la pena colocarse otra vez en pie.
 Quadrofhenia ahonda en el malestar, pero hay rock en esa monumental obra doble, conceptual, donde Townshend da muestras de su enorme talento compositor. Nada de singles, de canciones que rompan la linealidad del disco como puede hallarse en Tommy, su sonido denso y trabajado la convierte en la menos accesible de Tho Who. No olvida que el eje argumental que significo My Generation es el pie de partida para dignificar el movimiento mod que vio nacer y proclamar al grupo como sus  héroes, a fin de cuentas es más un homenaje que un ajuste de cuentas. Será una obra culmen no sólo en la banda, sino en todo el rock, desde un punto de vista, artístico, es el altar del grupo; que vendieran sólo en la 1ª semana 1 millón de copias no deja de ser anecdótico, no para sus cuentas corrientes claro, pero insustancial en el engendro de eso que denominamos, buena música.
 Puede que todo lo publicado a partir de aquí, de ahora en adelante, convierta a The Who en una banda más, en un nivel medio alto, pero serían eso, uno más. Quadrofhenia es especial, digno trabajo que requiere esfuerzo, más aún que Tommy sin el espaldarazo que es Who´s Next.



Bell Boy



 La anarquía fosilizada.- Reina una cierta dejadez en el grupo, sobre todo en cuanto a giras se refiere. Poner en pie Quadrofhenia resulta más difícil de lo que pudiera parecer en un principio, la carretera que hasta ahora había sido su alidada y fuente de financiación amplia en The Who, pasa a ser un segundo plano en la realidad cotidiana de la banda. Basta echar un vistazo para darnos cuenta de lo poco que tocaron y de manera espaciada en los próximos años. En 1973 salvo un concierto esporádico en Holanda, apenas 10 shows en Inglaterra a comienzos del otoño y una gira menor por Estados Unidos, aún serían más escuetos en 1974, con la novedad de un mini tour por Francia de 6 actuaciones a principios del año y en primavera apenas se dejaron ver encima de los escenarios con 4  conciertos en el Madison Square Garden de Nueva York.
 Prueba de que la indolencia anárquica reinaba en el seno de The Who son las ya de por sí dificultades personales entre los miembros del grupo, sus rencillas y trabajos individuales al margen de veleidades cinematográficas en Roger Daltrey. Tal vez la sorpresa llegase en forma del tipo más callado y estoico del combo, el escéptico John Entwistle, que siempre me ha parecido de la misma cuerda de Bill Wyman, será por tocar el bajo o por ser británicos, pero me parecen en algunos aspectos de su formación musical almas gemelas, en su vertiente de encarar quienes son ellos dentro del grupo de estas dimensiones en las que The Who se habían convertido.
  El bajista se pone manos a la obra en estos parones de giras extenuantes hasta hace poco tiempo y bucea en los archivos del grupo hasta dar con una selección de temas, que o bien habían sido descartes de anteriores grabaciones o simplemente aunaban curiosidades. Me refiero al Lp que vio la luz en septiembre de 1974, el Odds & Sods. La portada es un toque de ironía, pero también refleja la cruda realidad de The Who, embutidos en cascos de jugadores de rugby americano, como en una batalla de 4 egos difícilmente reconciliables.
 A fin de cuentas cada uno dio rienda suelta a sus anhelos discográficos individuales. Pete Townshend ya publicó en 1972 Who Came Firts y con diversos altibajos, el propio cantante hacía poco sacó Daltrey – 1973, el mejor álbum suyo, al que continuaron con cierta crudeza y pasable de Ride A Horse Rock HOrse – 1975. Menos afortunado estuvo, suele ser habitual en los baterías, la estupidez del disco de Keith Moon, el más que decepcionante y dilapidado Two Sides Of The Moon – 1975.  Townshend seguiría en los años posteriores con una carrera en solitario muy de altibajos y de proyectos irregulares, nada hay que reprocharle al buen guitarrista sus intentos y veleidades en solitario, pues soy de la opinión que jamás se reservó ningún buen tema para él mismo, todo lo puso al servicio del colectivo y de esa máquina que es The Who. Basta echar unas oídas a los discos indicados y rastrear las carreras individuales. Tal vez la sorpresa viene en el “rastreador”, ese hombre más callado y sereno en escena, Entwistle, saca como si fuese un George Harrison en la sombra, un cañero, lúcido y apañado Lp: Smash Your Head Against Wall – 1971, en el que se marcaba el Heaven And Hell, un guiño sin duda a The Who, pues era la canción con la que empezaban casi todos sus conciertos por esa época.
 No lo verán juntos en la carretera hasta entrado el otoño de 1975, la presentación en directo del The Who By Numbers, como siempre empezando en Inglaterra, pero esta vez Alemania y Holanda se unen al club, para dar el salto hasta finales de año a Estados Unidos. Y bien podría decirse que esta fuese la última gira de The Who como tal, el propio John Entwistle cada vez le costaba más conciliar su vida familiar con los largos tours, además de las sustancias tóxicas de Keith Moon, el alcoholismo lacerante de Pete Towsdhend, el único sobrio y al margen de todo tipo de drogas ilícitas parecía su cantante, que quería seguir en forma en sus proyectos individuales y cinematográficos. La anarquía era absoluta tras la grabación y tour posterior, pocas ganas de seguir juntos en proyectos compartidos y bajo la bandera de The Who.
 No voy a entrar en las embarradas relaciones y personalidades de los componentes del mismo, ni en sus viajes en busca de la luz de Towsdhend en los gurús espirituales en el verano de 1975, debió de coger fuerza por lo que respecta al resto del tour americano posterior, pero queda  claro que ahora a comienzos  de 1976, la banda peligra, y no sólo por la carencia de grabaciones nuevas, sino en el terreno que mejor dominaban: el directo.



I´m The Face


ODDS & SODS.- Septiembre de 1974.-
 Hay cosas deliciosas, pop puro en I´m The Face para arrancar el disco, canción versioneada de 1964, a mí me parece una delicia de tonada. Hay muchas en esa línea, Summertime Blues, Faith In Something Bigger, Glow Girl … Las hay más fuertes y que desarrollan claramente el sonido de The Who, por ejemplo Leaven Here, Baby Don´t You Do It, My Way, Love Ain´t For Keeping. No faltan joyas del calibre de Young Man Blues, Cousin Kevin Model Child, Long Live Rock.
 Yo les recomiendo la versión redigitalizada de 1998, mucho más extensa que en el Lp original, incluye un total de 23 canciones y da una idea amplia de los comienzos del grupo.
 Las adaptaciones no dejan de ser curiosas, a mi juicio el Under My Thumb de los Stones es un delicatesen. Pero la verdad, todo el disco es una joya, uno de los más recomendables de The Who, sin duda.



Cousin Kevin Model Child



 Bordeando la treintena.- Al margen de la publicación del disco Odds & Sods que mantenía al grupo en el mercado, el director cinematográfico Ken Rusell ponía en circulación la historia del niño incomunicado y algo extravagante que era Tommy – 1974 con un desfile de estrellas interesantes, como Jack Nicholson u Oliver Reed, pero también Tina Turner, Clapton, Keith Moon y claro, Roger Daltrey. El que ya no se veía como fenómeno de retratar episodios de teenagers era Pete Townsdhend, pero el cantante decidió que era él el mejor para encarnar en la pantalla al niño, una cosa sería interpretar en un escenario el disco entero y otra en pantalla. El asunto es que con esa cabellera rizada perfectamente estilizada durante gran parte del film no resulta muy adecuado ni natural. Mejor cuando rueda McVicar, ahí sí, pues parte de lo que fue Daltrey de chaval se verá reflejado en los conflictos juveniles que él vivió en 1ª persona, más creíble, sin duda.
 Bordeando la treintena todos sus miembros, a fin de cuentas tanto en la pantalla grande como el disco de rarezas y descartes, les mantiene en candelero. También quisiera destacar y esto suele normal en casi todos los grupos, que rara vez en las apariciones discográficas individuales superan, ni igualan a lo que son capaces de grabar como banda; The Who no son una excepción, mejor colocar el nuevo Lp, Who By Numbers en el mercado y seguir. De hecho, la promoción del álbum los colocará en su última gran gira de esta etapa durante gran parte de 1976, con una forma excelente de Keith Moon, quien ya por estas fechas daba lugar a muchas dudas dentro del combo británico no sólo por sus excentricidades, su estado de forma aún seguía siendo interesante para el machaqueo perpetuo de un largo tour, comenzado a finales de febrero en Suiza y finiquitado en Canadá en octubre, para un total de 36 shows.
 Todavía no había llegado la disolución, pausas largas e interminables, decesos, reactivación y todo recogido en un denominador común: intentar mantener y sumar en la dirección correcta de articular otra forma de creatividad en el rock, pasado ya el intento de alterar la actitud generacional con la que nacieron y se dieron a conocer.



Squeeze Box



THE WHO BY NUMBERS .- Octubre de 1975.-
 Buenos trallazos, sin duda, nos encontramos en este buen trabajo. Slip Kid de inicio, con un perfecto Keith Moon y ese piano del maestro Nick Hopkins. Retoman el modelo del Lp de canciones sueltas, sin el nexo de unión compacto de sus dos óperas, lo cual les otorga una creatividad más abierta, menos constreñida al guion original, la pomposidad y desunión argumental da paso a un grupo de rock de 4 elementos con ayudas externas concretas que suman y no restan.
 However Much I Booze mantienen el tipo y lo superan con Squeeze Box y con Dreaming From The Waist.
 Los temas más sosegados los hallamos en cortes como Imagine A Man, They Are All In Love; Townshend se atreve a dejar su guitarra eléctrica y coger de vez en cuando la acústica e incluso a acariciar con suavidad el piano en algunos tramos de este Lp.  Riffs que aparecen en forma de molinillos al viento en Sucess Story, How Many Friends e In A Hand Or A Face,  y esa mandolina en la exquisita Blue Red And Grey poniendo fuego y pasión.
 Puede que cueste sacar canciones rompedoras y sirvan de ariete el álbum, pero el contenido almacenado en sus 10 cortes es estupendo. Jamás llegarán ya al culmen que supuso Who´s Next, pero junto a éste, The Who By Numbers es su mejor disco. Al margen comen en pesebre diferente sus dos óperas rock, donde la argamasa cuesta más secar y atemperar para sujetar claramente el sonido de The Who.




How Many Friends



La carretera les mantiene juntos.-  El tour de 1976 tras la publicación del disco The Who By Numbers en el otoño del año anterior les mantiene durante semanas entre hoteles, pruebas de sonido, salidas de tono, noches salvajes, para algunos, y excelentes directos. Ahora mismo el grupo mantiene un duro pulso por la hegemonía en esto del rock. Con unos Led Zeppelin intocables, tanto discográficamente como en vivo, con unos Stones que se resisten a bajar del pedestal, el dominio británico se mantiene entrada la década de los 70 y llenando pabellones y estadios en Estados Unidos.
 Su todavía vibrante discografía les alargaría el periodo en las listas con un discreto Who Are You – 1978. Dos años después de su anterior trabajo y del último tour, no volverían hasta mayo de 1979 y con Kenney Jones en la batería por el deceso del original, Keith Moon. El ex Faces cumple muy bien con su papel, es un excelente batera, diametralmente distinto a su predecesor en cuanto a técnica y sonido en directo, pero claro, no es lo mismo.¿ Debieron hacer The Who lo que sus compañeros zeppelinos con la muerte de John Bonham ? Pues a la gallega: depende… y de qué… Antes de irse Moon de manera definitiva, aunque yo sostengo que tras el tour – 1976  no encajaba en los planteamientos del grupo, seguía alargando la adolescencia de manera injustificada para el resto de los miembros del grupo, es mi opinión, no se puede seguir tirando televisiones desde el hotel cada noche además de otras desgracias a su alrededor, ni mitificar comportamientos indecentes en un nuevo rico a costa de la pobre clase trabajadora que tiene que recoger tus boñigas después, pese a tener mucha pasta, no todo se reduce al dinero, The Who mantiene el tipo con sus siguientes entregas, a saber: Who Are You – 1978 donde destacaría el tema que da título al Lp y 2 más: Sister Disco y Music Must Change. No esconde para nada los muchos problemas que acechan al grupo, la irregularidad, pero ahí seguían, siendo un baluarte dentro del rock pero muy maltratados por las nuevas generaciones de punks que les acechaban los tobillos.
 Para mantener el mito y la parafernalia rockera, debo de decir que Keit Moon tocaría la última vez con The Who en una fiesta privada celebrada en Shepperton en mayo de 1978, con motivo de añadir imágenes a la película que se estaba documentando sobre el grupo, el genial The Kids Are Allright. Allí ya se veía que su sobrepeso y mermado de sus múltiples facultades, poco o nada les servía al resto de la banda. Era la crónica de una muerte anunciada, si te quieres ir con 32 años, que el amigo imaginario que los adultos nos damos en forma de dios, te acoja o te desprecie.
 La música es un flujo incesante de emociones, un ente mutante, que habitualmente acaba siendo domesticado y clonado. Quizás The Who dio varios latigazos en forma de no claudicar, pero ni la técnica exquisita de Jones en la batería ni los posteriores álbumes reflejaban el esplendor de antaño. No eran malos discos, pero a los elegidos hay que someterlos al análisis de lo sublime de manera constante, sino para qué seguir. ¡ Ah, el dinero, la pasta, el parnet…! 
 Un joven todavía desconocido director de cine, Jeff Stein, pone en marcha el documental sobre The Who, laborioso trabajo recomendable el recopilar tanto material audiovisual que no tiene desperdicio y el que recomiendo, sin duda. The Kids Are Alright – 1979 reune entrevistas realizadas en televisión, actuaciones del grupo en legendarios escenarios como Woodstock o Monterrey y hasta la actuación en el Rock And Roll Circus de su amigos los Stones.
 Por si fuera poco entre la marabunta de punks y nueva wae reinante, la monumental Quadrafhonia se adapta a la gran pantalla en 1979, un encuadre entre la cultura de la estética y el mundo mod. Refleja muy bien lo que era la Inglaterra de mediados de la década de los 60: gris, turbulenta, mecánica, fría, todavía con el susto de la II Guerra Mundial, y eso que ganaron, pero a qué precio, siempre pagamos los mismos y encumbramos a los más protegidos que serán los que aparezcan en los libros de esa historia, que ya saben, siempre la cuentan los que han ganado por encima de tú cadáver. Quadrafhonia siempre me deja la misma sensación cuando la reviso, el eterno desencanto de la juventud, casi da igual el lugar y la nación o lo que sea que se llame que denominamos Estado.
 Face Dances – 1982 ya con Kenny Jones a la batería con todos los pronunciamientos deja claras las cosas. No marchan como grupo de rock. Aquello es un barco a la deriva y cada uno es un timonel que mira para cualquier sitio distinto al que tienes al lado. Si se añaden demasiados teclados y se aplaca la furia de los 3 miembros originales, qué nos queda de The Who… pues Face Dances. Claro, no es que ha Townshend se le haya ido el genio, siempre nos quedará retazos como You Better You Bet, pero es muy poca leche para tanta que tiene la vaca, o se supone que contiene en las ubres.
 Como quiero ser riguroso y cronológico, olvídense del It´s Hard – 1982, si a todos estos monstruos la década de los 80 los machaca, con este Lp tienen materia sufiente la parafernalia de punkys para reírse del Townshend y Daltrey, largo rato. Bien, pues uno que es muy suyo, faltaría más, es en esta etapa y época en que empiezo a escuchar a The Who. ¡ Toma ya ¡  Y de a poquitos me hago con lo mejor y descrito en este artículo y con el tiempo me deshice de lo que no me interesaba, gustaba y disgustaba. Todo lo siguiente en las 2 próximas décadas de vuelvo, grabo, recopilo y actúa en no sé qué cuestiones benéficas, no me interesan. The Who acabarón con el Lp The Who By Nunbers – 1975 por lo que a grupo de rock respecta. Luego la vida te dará una 2ª oportunidad en forma de cubrir el expediente y despedirte como lo que eres, un mastodonte de la música pop, o rock, o como sea. Dejarás atrás atropellos en las décadas de los 60, juicios por pedófilo en el caso de Townshend, muertes, inevitable cuando hablamos de grupos, sino para qué tanta literatura de bar. Moon, Entwistle… y que siga la fiesta, idiota. Incluso 11 muertos en esas reapariciones en los 90. Pero cuando llega el nuevo milenio, hay que estar aseado, limpios, presentar un nuevo disco que merezca la pena la espera, tampoco dejarse llevar por glorias pasadas ni hacerse muchas ilusiones, pero desafiando a las leyes naturales la banda ciclópea se presenta con lo que tiene todavía en pie, Endless Wire.





Fragments


 ENDLESS WIRE .- Octubre de 2006.- 
 Cuidado que el título me hace gracia, de verdad se creen el alambre sin fin, a tenor de que llevasen, ¿cuántos? 24, 25 años sin publicar nuevo disco de estudio, no me digan que no tiene su miga. Puede que The Who fuese una banda desgajada hace tiempo con idas y venidas pero la prueba del algodón se la fábrica Peter Townsdhend junto a su amigo ¿? Roger Daltrey, y lo realiza escribiendo un disco doble para mí. Por un lado es un Lp normal, con cosas interesantes, esa abertura me encanta, Fragments, recoge en su casi 4 minutos la amalgama poderosa de las grandes obras de la banda.
 El guitarrista compone el disco a retazos, entre gira y gira, supera con mucho a los últimos discos en estudio con Kenney Jones, recluta al bueno de Pino Palladino como único bajista, un guitarra rítmica, Simon Townsdhend; no puede contar con el batería que se quería y aún daría más contundencia y sobre todo sonido compacto al trabajo: Zak Starkey ( ya estaba girando con Oasis);  para hacer rock contundente nos encontramos con Mike Post Theme,Two Thousand Years y la poderosa It´s Not Enough.
 En esta parte 1ª que calificaría, copan un espacio especial las canciones acústicas, donde Daltrey da el do de pecho como siempre a las muchas cualidades compositivas de Peter, canciones bellas sin más, o menos, tales podemos apuntar a A Man In A Purple Dress, Black Widow´s Eyes, God Speaks Of Marty Robbins y You Stand By Me.
 Luego viene una 2ª parte, también se indica en el disco, de especie de miniópera, que es otra cosa. De ahí lo de doble, a fin de cuentas son 19 cortes los que contiene el trabajo. Esta cuestión la titulan Wire & Glass, en total suman 10 canciones explosivas y emocionantes a ratos, de corta duración en su mayoría, pero directas, donde una vez más Peter Townshend explota la vena conceptual que él tiene del rock.
 Endless Wire es un último álbum a la altura de la leyenda de un grupo, para disfrutarlo de principio a final sin sobresaltos ni complejos de ningún tipo. Ahora parece que sí, entre 2015/16 echa el cierre definitivamente. 





God Speaks Of Marty Robbins



Epilogo, más o menos.-  El cuento se acaba definitivamente. Ya no habrá más grupo, quedaran las grabaciones, canciones eternas hasta donde llegue este desaguisado de Planeta regido por hombres curiosos o un meteorito nos aniquile, sucederá, sin duda. Bien, pues hasta que nuestros oídos sigan abiertos y las mentes amplias de mejoras, The Who formará parte de ese elenco de grandes temas, ya dije, ¿eternos? Ahora ya no hay vuelta atrás, ni Townshend ni Daltrey seguirán con el grupo, tal vez ya no lo necesiten, ni siquiera en directo que era el alimento principal de los fundadores, incluyendo a Entwistle que fue el último que se marchó en una noche trotona y salvaje, y nada menos que en un hotel de Las Vegas, USA.
 No habrá concierto sorpresa como en 1985 en el Live Aid, en esos festivales benéficos que de vez en cuando se inventan maestros del marqueting. Ni con motivo del vigésimo aniversario del cumpleaños de aquel niño sordo, mudo y ciego que era el protagonista de la ópera rock Tommy, allá por 1989 cuando Peter Townshend le dio por desempolvar el estado de hibernación del combo, aun con Kenney Jones en la batería. Aquel tour les demostró que la legión de seguidores era larga y pese a que el set de las canciones era deTommy, por qué no añadirle unos cuantos éxitos que todos querían escuchar en directo. Claro que todo esto tenía sus matices, The Who se rodeaba de demasiada gente, desde un 2º guitarrista para ayudar el principal, una sección de vientos y coros. Quedaba mejor así la exposición pública de la ópera, sin duda, pero perdía efectividad en directo. También al amigo Townshend se quejaba de su audición, iba quedándose sordo, así de claro, tocar fuerte era discutible pero inevitable, los graves del bajo de Entwistle eran así, si no aquello sería desvirtuar el tema. De aquella gira nos quedan cosas interesantes para los amantes de la banda, por ejemplo, un triple Lp, Joing Together – 1990 y para los más fetichistas: The Who Featuring Tommy – 1989 en vídeo y saborear en pantalla, aunque sea en tu casa, a una de las mejores bandas de rock de siempre, además con el añadido de algunos moñas como Elton John y Billy Idol, o alguien más serio como Steve Winwood. Ahora a la batería estaba Simon Phillips, pero es que el tour era más un formato en forma de exponer Tommy con todo su elenco por la que fue concebida, que una gira al uso en formato de cuarteto, que es lo que son The Who.
 Acabada la misma cada cual se dedicó a realizar discos en solitario o a actividades actorales, o mejor, a vivir, que son dos días. Hasta que Peter Townshend no se sintió bien, en estado de armonía de su mente y cuerpo, no descolgó el teléfono para reunir al grupo y esta vez sí, dar un tour como se debería o se esperaba de un combo como The Who. Eso sí, el guitarrista no se sentía del todo a gusto y algo de escepticismo debía de tener en su cerebro, pues dichos eventos, se realizaron en 1996, se llamó Peter Townsdhend´s Live Premmiere Of Quadrophenia With All Star Cast, y recibió al trío superviviente en el emblemático Hyde Park londinense, a unas 100.000 personas. Ahora en las baquetas se encontraba el legítimo heredero de Keith Moon, el gran Zak Starkey, y como sucedió en la reunión de la década anterior, ahora con toda la parafernalia técnica exponían como su nombre indica el doble Lp de la ópera rock Quadrophenia. También tuvo invitados, entre ellos David Gilmour. El asunto debió de cuajar, unos meses después ahora con el nombre de The Who, se embarcarán en un tour por Estados Unidos, demostrando una vez más que sin material nuevo que ofrecer, seguían siendo un grupo de directo.
 Y cuando todo parecía que esto se acaba, son contratados para un show en Las Vegas, concretamente el 29 de  Octubre de 1999 en el Gran Garden Arena, algo inusual que un antiguo dinosaurio estuviese expuesto en una galería monstruosa, unos Who excelentes de final del milenio que ofrecen conciertos excelsos, todo tuvo su continuación en el 2000, pero el tour sólo lo verán aquellos que se acerquen o estén en Inglaterra y Estados Unidos, de junio a noviembre.
 The Who habían vuelto por todo lo alto en cuanto a directo se refiere lejos de las giras temáticas de Tommy – 1986 y Quadrophenia – 1996/97, ahora tocaban muchos temas de distintas épocas y Lps, y a salto de mata estarían en años venideros. A comienzos del 2002 en Inglaterra y en el verano de dicho año en USA, y lo mismo se repetirá en 2004 con la novedad de incluir pequeños retazos en Australia y en Japón, hasta que por fin aparecen por tierras Ibéricas, media Europa y cómo no, Estados Unidos. Todo a lo largo de 2006/07 sobre pasando el centenar de conciertos.
 Sorprende que nunca hayan sido contratados en toda Sudamérica ahora que en la 1ª década del nuevo milenio tocan hasta en Asia, Nueva Zelanda y Australia además de Inglaterra y Estados Unidos a lo largo de 2008/09. Más contento Peter Townshend ahora que por fin tenía material nuevo que defender encima de un escenario producto de su último y definitivo disco, Endless Wire - 2006.-
 Buen epilogo, más o menos, para cerrar un ciclo vital en la existencia de algunos.




DISCOGRAFIA SELECCIONADA


MY GNERATION .- 1965

TOMMY - DOBLE LP .- 1969

LIVE AT LEEDS .- 1970

WHO´S NEXT .- 1971

QUADROPFENIA .- DOBLE LP .- 1973           

ODDS & SODS .- 1974

THE WHO BY NUMBERS .- 1975

ENDLESS WIRE .- 2006





Pete Townshend : 19 de Mayo de 1945 - Londres (Inglaterra).-

Roger Harry Daltrey : 1 de Marzo de 1944 - Londres (Inglaterra).-

John Alec Entwistle : 9 de Octubre de 1944 - Londres (Inglaterra).- 27 de Junio de 2002 - Las Vegas (Estados Unidos).-

Keith John Moon : 23 de Agosto de 1946 - Londres (Inglaterra).- 7 de septiembre de 1978 - Mayfair - Londres (Inglaterra).-



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