BLONDIE: POP DE COLORINES Y ARTE CON CLASE



Pequeñas chicas mentirosas.- Nada que ver por las frías mañanas cuando sacaba sus bolígrafos de variados colores de un estuche todavía escolar, casi infantil, y de su bolso negro alcanzaba la funda de sus gafas graduadas, se las ajustaba al puente de su nariz y te sonreía. Empezaba un nuevo día, tú estabas a su lado y en la primera fila mirando al encerado y atendiendo a las explicaciones que os daba el profesor. En tu caso apuntabas hasta la respiración del mismo con tal de no perderte ni una coma, ni acento, ni gesto.  Nada tenía que ver con las fiestas a las que tu compañera asistía y a las cuales alguna vez acudiste, ya se sabe, cuando la noche llega, todos los lobos se lanzan a cazar o estremecen con sus aullidos de llamada a la manada.
 Las clases estaban llenas, poco a poco y a lo largo de la mañana el asunto quedaba más despejado y en la tarde existía más espacio. Pero ni en otoño ni en primavera faltabais unos cuantos, persistentes, austeros. Ella iba siempre con vaqueros ajustados, cazadora negra de cuero hasta que un día apareció con una roja y un foulard palestino comprado en el Rastro un domingo invernal. Allí pasabais muchas horas, algunas en la cafetería intercambiándonos apuntes, pequeñas historias de vuestras vidas cotidianas, superfluas en su mayoría, hasta que un día te invita a una fiesta, ¡un fiestón de tomo y lomo!; y fuera del circuito en el que te movías por tus primeros meses en Madrid de estudiante, corto de presupuesto y ancho de ideas.
 La casa daba igual dónde estaba, en realidad era un chalet de Arturo Soria, donde unos cuantos quedasteis en una parada de autobús a cierta hora convenida, y allí de negro riguroso porque era vuestro vestuario habitual, frotándonos las manos con rabia por “la pelona que caía”, hasta estar todos los convenidos, marchabais como por arte de magia por la acera hacia el destino que os esperaba. Alguien os abrió la puerta grande de acero que daba a la calle, luego os esperaba tu amiga-compañera con su falda corta, su frente ancha y una botella de cava en la mano. Al fondo, en algún lugar, sonaba música, dentro desparramados por el amplio salón varios individuos/as bailaban como si estuviesen enchufados a descargas eléctricas. ¿O vosotros llegabais muy tarde o aquello hacía rato que empezó? Poco a poco y algo desparramados los que acababais de llegar, optaste por sentarte solo en algún rincón, capacidad de hombre solitario que posee una infinita facultad para la observación. Como habías hecho a lo largo de tu adolescencia, siempre descubriste que tu éxito o no, radicaba en colocar discos y dejar de perder el tiempo persiguiendo sombras.
 ¡Vaya si había! Con un vaso en la mano, supongo que de Martini rojo, te acercas a los 2 improvisados disjokeys que allí están. Pasados unos minutos, tal vez bastantes y consumidos 2 copas más, previa ojeada a los Lps, singles y Eps; te instalas, dejas tu cazadora negra en el respaldo de un taburete alto, de esos que hay en la barra de un bar y empiezas a pinchar. Ahora rápidos, luego lentos. Como sólo hay un plato, hay que esperar unos segundos hasta colocar otra canción, a veces un vinilo saltando canciones y con tino de la aguja para no pasarse de tema ni quedarse en el final del anterior. Como no conocías todos, ¡faltaría más!, sacas de las fundas a Blondie, Ian Dury, The B-52,s, Paul Collin´s Band, The Cramps, Moon Martin, The Krack… La tanda de bandas nacionales viene entrada la noche, ya muy larga para algunos, pero oye, lo que disfrutaste cuando salía el alba de aquel caserón cuando aún tus oídos te chirriaban de tanta melodía.
 Eras feliz, para qué negarlo, aquellos momentos en que la vida parece tener sentido y no por el alcohol ingerido, moderado en las drogas blandas, jamás perdías el control por ese miedo ancestral que tenías en tu piel a divagar y a dejarte como un mendigo tirado en medio de la calle, sobre un sofá que no es el tuyo o en un espacio que no te correspondía. Luego llegarías a tu casa, descansarías un rato y volverías sobre tus libros y apuntes. Pero aquello empezaba a tener sentido en tu bloqueado cerebro, escribías mucho y empezabas a oír rock contemporáneo, quizás más adecuado a tu generación: grupos, bandas, solistas de ahora. Tu escaso presupuesto no te permitía hacerte con Lps nuevos, aún estabas en la etapa de terminar largas listas de discos que de enero a diciembre debías de comprar para completar una, te parecía, excelente colección.
 Blondie, como otros muchos de una larga lista que no pones para no incomodar y aburrir, iban apareciendo en las ondas radiofónicas de RNE-3, y siempre que tenías ocasión les escuchabas. Lástima que en todo su periodo fecundo que va de 1976 -1982 jamás los vistes en directo, y algunos años más tarde, una noche en la Sala Jácara de Madrid, allá por 1997 te acercaste a observar al mito de colorines, Debbie Harris, junto a su fiel escudero Chris Stein con una banda de rock. Ella mantiene el tipo de pequeña chica mentirosa a sus 44 años, tu estás por la treintena y sólo en esa década te acercas a ver a grandes bandas, rotos los huesos y los oídos de pasarte noches enteras escuchando rock en directo como un teaneger; pero eso fue antes, en los 80.




Little Girl Lies



 La chica de la cazadora negra y roja .-  María acabó con sus estudios y la especialidad de periodismo económico, con el tiempo era una experta en economía incluyendo temas sobre finanzas, banca y el mercado bursátil. Cada pocas semanas te imprimía una carta por fax y te la mandaba al cuartel donde tú hacías el servicio militar, y la leías con devoción. Interrumpiste los estudios superiores para cumplir los deberes conyugales con la patria, y bien que te pesaba haber huido del ambiente que te creaste durante 2 años, pero la vida es así o tú decidiste que fuese de esa manera. Cuando regresaste, Blondie ya no tenía ningún disco por publicar decente, el último, Autoamericam – 1980 sale en tu cautiverio; y  María se ha echado novio mientras trabaja de adjunta en la redacción de noticias en una radio. Tú la llamaste Blondie aunque ella era morena de pelo corto, y Debby Harris era uno de sus ídolos, y ni que decir que poseía todos los vinilos de los neoyorkinos y que una tarde, ya instalado en la Corte y Villa te pasó 2 Lps: Plastic Letters -1977 y Eat To The Beat – 1979.
 Cuando regresaste a tú pupitre María ya no estaba, se había ido a Nueva York a realizar prácticas de becaria, a perfeccionar su inglés y sólo cuando estabas en 4º de periodismo la viste por fin, 3 años después de las últimas clases. Seguía igual de guapa, más inteligente, con una luz natural que desprendía que tiraba para atrás. Tú seguías siendo un estudiante en busca de destino, María ya empezaba a estar de vuelta. La misma edad, apenas unos días os separaban de vuestros cumpleaños y sin embargo aquellas Navidades transmitía una sabiduría especial.
 Discos comprados en Nueva York, una casa espléndida, una voz cálida, un montón de experiencias y a punto de entrar a trabajar en El País y no como simple becaria, ella sí que aprovechó la década dorada de los 80, lo que supuso para esta nación llamada España. Te derretiste cuando te contó que había visto a los Ramones, Tom Verlaine, Mink De Ville… encima de un escenario. Pensaste que jamás la alcanzarías, ni siquiera lograrías colocarte de nuevo a su lado, como aquellos dos primeros años de Facultad. Pero el fluir de la existencia prosigue y voló a comienzos de los 90 a la capital mundial. Allí sigue y solo de vez en cuando, os decís algo vía e-mail o Facebook, esas cosas tan modernas del siglo XXI.
 Para tí siempre será la chica de la cazadora negra y roja. Y sí, le devolvistes en tiempo y espacio los 2 Lps que te prestó de Blondie. Siempre has pensado que ella era lo más cerca que has estado de una “estrella”, y aún hoy, transcurridos muchos años, lo sigues pensando.



In The Flesh



Me generó la necesidad de explorar.-  Nada de estridencias, posiblemente de todos los grupos surgidos en la 2ª mitad de la década de los 70, Blondie es probablemente el más extraño entre todas las criaturillas amamantadas alrededor del club que formó y fomentó las actuaciones en directo de Hilly Krystal, a la postre quien regentaba el CBGB neoyorkino.
 Siempre he sido dé la impresión que hay bandas y demás especímenes que sólo pueden surgir en Nueva York, sino no sólo no subsistirían al margen de semejante hábitat, es que creo que   directamente los tiran al foso, y como los leones ya escasean, algún río correrá por los alrededores de la ciudad.
 Bondie es excepción de muchas maneras. Surgen junto a animales escénicos como Ramones, a la par que Patti Smith, Heartbreakers, Television… Y sin embargo son diferentes a todos ellos y no solo por tener chica al frente, que supo vender como nadie hasta entonces el sex-symbol que significaba el front twoman de rubia platino a las voces. Existía clase, estilo, estaban en la vanguardia sin insultar, y eran de las huestes del excéntrico Andy Warhol y siguiendo esa filosofía warholiana combinaban platós televisivos con incursiones en los clubs donde tocaban y a veces algunos escupitajos se escapaban de bocas “inocentes”. Podían pasar del pop más colorista al rock más armónico y acomodarse en estilos estilísticos más seguros, no desentonaban al lado de Basquiat o Tav Falco.
 Cuando los primeros Vibraciones caían en mis manos, algún artículo sobre la banda me sorprendía, su lado melódico, su pop de clase. Blondie no sólo me podía llamar la atención la mujer al frente del combo neoyorkino, era también su buena música. Aquí no había disculpa, los ojos se te iban a Debbie Harrys, sus gafas oscuras, sus cabellos rubios platinos, su sexy voz, como edulcorada y a punto de romperse. Desde luego contrastes en la historia de un grupo único, cultivar el pop y el rock y armonizarlo de manera natural a otros géneros que también tocaban: reggae, disco music …, y todo llevándolo a su estilo, justo cuando la new wave se convertía definitivamente en postpunk y muchos de sus protagonistas iban perdiendo fuelle y se acomodaban en terrenos más plácidos. Podías escucharlos definitivamente con agrado en cualquier discoteca, picharlos en eventos varios y no levantarías ampollas, al revés, una sonrisa se dibujaba en parte de los presentes.
 Partiendo de un cierto dilentastimo punk, el conjunto acabará siendo el grupo pop americano por excelencia, con el regusto y la tradición de las grandes formaciones en los 70. De esta forma Blondie dejó de ser un fogonazo casual sustentando por buenas canciones, melodías asequibles, arreglos correctos, y sobrevolar el maniqueísmo del punk para entrar en el establishment pop, pasado por una connotación impecable de new wae.
 En esa necesidad de explorar, de abrir la mente y los oídos a otros sonidos, diferenciaba entre la troupe de los grupos surgidos en la década dorada de los 60, las nuevas influencias anglosajonas de los 70 y ya instalado en la new wave ochentera, Blondie se me coló por la rendija abierta de la puerta de la calle, aquella por donde sólo entraba la gata, ahora se instaló un grupo neoyorkino con rubia platino al frente.


X Ofender


 Si la necesidad mata, entonces vas a gozar de una larga vida.-  Los pómulos imposibles, la piel de alabastro y, por supuesto, los famosos rizos rubios platino siguen tan hipnotizantes como siempre, un mohín matador para reafirmar sus principios, la Debbie Harrys que observo encima del escenario de la Sala Jácara me sigue fascinando, entrada en la cuarentena, continúa siendo aquella chica adolescente y díscola que marchó a Nueva York en busca de encontrarse a sí misma apenas cumplidos los 19 años. Sin padres conocidos, ella fue adoptada 3 meses después de su nacimiento y ni siquiera sabe qué día hace los años, sólo que vino a este Planeta en 1945; la antigua camarera, cantante desde pequeña en un pequeño coro, chica de Playboy (¿lo entienden ahora lo de sexy-simbol?), secretaria; teñida por 1ª vez a los 12 años como un juego de niños con una amiga de cómplice, empieza a reconciliarse con su aspecto y a formar su identidad al llegar a Nueva York y descubrir aún más libertad, esa metrópoli que le proporciona el salto al Manhattan de los 60, daba miedo y a la vez era maravilloso. Se de lo que puede hacer una mujer con carácter y estilo, ganas e inteligencia y ahí empezó su relación musical y personal con el guitarrista Chris Stein, donde años después nacería Blondie, publicando un álbum de debut, con el mismo nombre, en 1976. Antes había estado una especie de combo que hacia folk-rock: The Wind In The Willows, más tarde con el músico neoyrokino montó Angel & The Snake, que derivaría hacia 1974 en el grupo que todos conocemos.
 Siendo ya parte del entorno de Warhol, Harry salía de fiesta con la cohorte del iconoclasta personaje y no era nada raro verla por el Studio 54, muchos de los looks más icónicos de Debbie se los debemos a Stephen Sprouse, vecino suyo en Bowery. Su visión del punk era un poquito más glamurosa que los asilvestrados compañeros de fatigas en esto del rock, pongamos que hablo de Ramones, Patti Smith, y no digamos ya de los británicos, Sex Pistols asesorados por Malcolm McLaren en Londres.  La fortuna de dar con Chris, que es una persona con mucho talento, y ahí se abrieron varias puertas, a fin de cuentas va de eso, de aprovechar oportunidades, de estar en el sitio adecuado en el momento justo, ¡ah, y de poseer talento!
 Blondie es un contraste continuo, tiene éxito, pero también fracasos estrepitosos, finales trágicos y regresos inesperados. Cuando alcanza la cúspide, la rubia platino tiene 31 años, suficiente carrera en su piel para saber de qué va esto que se llama rock. Varios discos entrañables, singles apoteósicos, sacaremos lo mejor del jugo de frutas de una banda icónica para mí.



In The Sun´



BLONDIE.- Diciembre de 1976 .- 
 Tras de grabar una maqueta con Alan Betrock en 1975, acaban publicando más tarde su 1º Lp con varias canciones hermosas, potentes,  X Ofender, Look Good In Blue, In The Sun´, Rip Her To Shreads o The Attack Of The Giant Ants. Una balada de lo más hermosa y que haya oído jamás:  In The Flesh, y hasta Juegan con ritmos funkys en Man Overboard.
 Blondie mezcla muchas de las posibilidades del pop hecho en los 60 dotándole de un aire urbano, films de serie b y guiños de comic, dejándonos por el camino unas cuantas perlas de la mejor música que se puede realizar con estilo y clase, toda una declaración de intenciones de la factoría warholiana que daba muy buenos frutos en este inicio como grupo.

 No encontraremos guitarras que aguijoneen, teclados pasados ni voces excesivas, todo en su punto, sin pasarse ni quedarse para quedarnos con ganas de más. Debbie puede tener varios registros: toma papeles que van desde una chica mala: Rip Her To Shreds, joven enamorada: In The Flesh o controvertida en X Ofender.


Deborah Harry: Voz
Chris Stein: Guitarra, Bajo en X Ofender.
Gar Valentine: Bajo, Guitarra en X Ofender
Clement Burke: Batería
James Destri: Teclados.-



Kidnapper



No pasó nada.- ¿Qué iba a ocurrir con un grupo de estas características en medio del naciente punk neoyorkino, escasa promoción y directos discretos? Encima ni siquiera eran escandalosos en sus conciertos, sí… vale, rubia sexy a las voces y posturas, ya lo hemos dicho, pero eso no es bastante en un mundo tan concurrido de varones salvajes y plumas que no se caracterizaban por ser condescendientes precisamente. Su primer trabajo es muy bueno, con varias perlas por cultivar, pero no es suficiente, por ahora.
 Sus giras abriendo para Televisión o Iggy Pop ( por cierto, en 1997 llevaba a David Bowie de teclista) les dieron un cierto pedigrí, incluso aparecer con una tropue neoyorkina incipiente en un documental grabado en el CBGB en 1976, por allí salen Patti Smith, Ramones, Talking Heads, More y Blondie. Su primer álbum tuvo poco éxito pero obtuvo una buena posición en las listas de discos de Australia, de este disco surgieron sus dos primeros singles: X Offender y In The Flesh, que obtuvieron cierta resonancia en las antípodas. Con el cambio de sello discográfico, se volvió a relanzar con una cierta repercusión.
 A fin de cuentas Debbie no canta bien, pero sabe cómo nadie rentabilizar sus puntos positivos, que son muchos, además de un estética fuera de lo común. Impasible ante este embrión punk en el que salen y se les mete en el mismo saco, ellos apuestan por un pop más acelerado que el resto e intentan desgranar los versos con la misma frialdad encantadora que venden su imagen.



No Imagination


PLASTIC LETTERS.- Febrero de 1978.-
 Para mí menor que el anterior, con menos artefactos certeros en la línea de flotación. Mejor contrato, ahora con Chrysalis, sin perder de vista su personalidad pop, en el que el quinteto explora su lado más oscuro. Las influencias asoman sin ningún pudor, con diversidad de composiciones por parte del quinteto, nos encontramos con el ascendente de Lou Reed en la canción que firma James Destri, por ejemplo: No Imagination, o la aportación de Gar Valentine: Im Always Touched By Your Presence, Dear. Alguna enigmática balada con la marca de Chris Stein: Cautious Lips o rhythm & blues en Kidnapper.
 Hasta se atreven a versionar un tema que aparece en un recopilatorio de esta época, K-Tel, Denis,  de Neil Levenson. La portada muy chip, Debbie posa en la misma con un diseño de Anya Philips. Clase no les falta, la verdad.







Handing On The Telephone



 Puente de oro.-  Blondie atrapa la incandescencia del momento con acordes inmortales extraídos del mejor manual del pop. Esa asombrosa capacidad para hacerlo fácil les pone en manos de un artesano colosal, Mike Chapman, un viejo zorro que es capaz de transformar melodías insulsas y canciones que no van muy allá en auténticos torpedos comerciales, incluso de grupos no muy conocidos pero ha producido a Suzi Quatro o Swett, por ejemplo.
 Tras los dos Lps iniciales repletos de propulsión rabiosamente teen, Blondie se mantiene en el mercado gracias al single Denis donde alcanza buenas posiciones en las listas británicas. Enlazar discos y giras era un continuo devenir de su existencia, aunque había hueco para las primeras experiencias cinematográficas de Debby Harry. Algunos cambios en la formación original, Gary Valentine deja su puesto al bajo a Nigel Harrison y Frank Infante se incorpora como nuevo guitarra rítmica, pasando a ser 6 los miembros actuales del grupo.
 Están simplemente en el camino del éxito más masivo que un grupo surgido de las entrañas del CBGB nunca jamás ha conocido. Siempre atento a las bandas que surgen, Blondie me llama mucho la atención; no nos engañemos, chica al frente del combo, cantante, imagen y semejanza del Nueva York más chic, nunca un florero rodeada de agua con mimbres masculinos a su lado, muy al margen de la idea de poeta rockera que llevaba Patti Smith, a fin de cuentas es Debby Harry quien escribe los 2 primeros discos de la banda y su cabellera plateada empieza a estar en varias revistas rockeras, lo cual no deja uno de echar una buena hojeada al sumario cuando ella aparece, pero es que su 3º trabajo es una maravilla de pop, excelente en todas sus vertientes con una ametralladora de canciones exquisitas.



One Way Or Another



PARALLEL LINES .- Septiembre de 1978.-
 Tiene la enorme virtud este disco de crear una serie de canciones inmediatas e incólumes al paso del tiempo. Es posible que no pasase nada y que salvo en Australia e Inglaterra, Blondie no diese más frutos, comercialmente hablando, pero aquí supo dar en la diana de principio a fin con la piedra filosofal, aquella que anida en el subconsciente colectivo al aunar un puñado de buenas canciones y la atemporalidad que he comentado de mezclar sabiamente el pop, el punk con la sala de baile de medio Planeta. Ya desde la portada, esas líneas paralelas que combina dos extremos opuestos: el blanco y el negro, y aunque las canciones del grupo vienen firmadas en este caso por todos los componentes de la banda, los trajes idénticos de los cinco miembros masculinos los presentarían como una unidad, fundidos con las líneas del fondo. Si se quiere ir más allá y buscar más significados a esa portada, en esas líneas paralelas que nunca se cruzarían también podía reflejarse el sonido del álbum, con sus estilos aparentemente enfrentados, y el contenido de unas canciones que hablaban sobre todo de relaciones humanas conflictivas que nunca parecen llegar a confluir.
 Contagiosas melodías de exquisita belleza endulzadas con la voz de Debby, a ratos estridentes y a ratos exquisita: Hanging On The Telephone originalmente de The Neves, la más que bailable y radiable hasta la saciedad: One Way Or Another; y luego un elenco de temas seductores: Picture This, Pretty Baby, 11:59, I´m Gonna Love You Too. Comentario aparte la delicia de Heart Of Glass, o como hacer un tema discotequero con clase.
 Por no faltar hasta hay invitado especial, el siempre complicado pero eficaz a las guitarras de Robert Fripp ( Krig Crimson), en la psicodélica Fade Away And Radiate, creando un territorio de ensueño que rompe con el pop que hasta entonces mantenía todo el álbum.

·         Deborah Harry - voz solista y coros
·         Chris Stein - guitarra, guitarra de 12 cuerdas
·         Frank Infante - guitarra rítmica
·         Jimmy Destri - teclados
·         Nigel Harrison - bajo eléctrico
·         Clem Burke - batería y percusión


Heart Of Glass





Las canciones que uno podía pinchar.- Si a comienzos de este relato, en los años universitarios en los que uno a veces ejercía de disc-jockey más por convicción que otra cosa, y se acercaba a cualquier party de los que era invitado, pongamos la casa de la “chica de la cazadora negra y roja” y colocaba sobre el plato canciones como X Ofender, Look Good In Blue, In The Sun, Kidnapper y le añadía otra buena retahíla de su 3º trabajo, por ejemplo torpedos lanzados al salón improvisado de baile tales como: Hanging On The Telephone, One Way Or Anopher, Heart Of Glass y rematar con una balada como In The Flesh; con eso debías de haberte metido al personal en el bolsillo y esperaría más tras estos temas elegidos de sus discos publicados.
 Parallel Lines despacha en los siguientes meses 20 millones de copias vendidas, lo cual está muy bien. No pierden el norte tanto como pudiera parecer, pese a que Debby Harry es ya un icono y no sólo musical, Blondie es un grupo con mujer al frente, vocalista en este caso, pero completado con un buen número de músicos que forman el sexteto. Prueba de lo que afirmo se puede ver en una canción que nada tenía que ver con su sonido inicial de grupo punk-rock y que destilaban comercialidad cuando un single perdido como Heart Of Glass, publicado en 1975 sin pena ni gloria, fue regrabada y editada con sonidos disco y pop que otorgaron un éxito rotundo a este single y forma parte ya, de su sonido y seña de identidad de Blondie, tema compuesto por Debby Harry y Chris Stein.
 La entrada de Frank Infante en la guitarra, el mayor peso específico de Clem Burke en la batería, que se vería reflejado en su siguiente álbum: Eat To The Beat; la exploración de nuevos sonidos a cargo del teclista Jimmy Destri exponiendo nuevas vías a las posibilidades ofrecidas por los sintetizadores, dotaron a Blondie de un cuerpo compacto, homogéneo, que aún duraría unos pocos años más, varias giras exitosas y 2 Lps para llevarse a los oídos.


Dreaming


EAT TO THE BEAT .- Octubre de 1979.-
 Cuando la aguja se posa sobre los surcos del Lp, lo 1º que sale es Dreaming y una sonrisa se asoma a tu cara, es significativo pero los versos que canta Debby son claros, sólo puede ser una canción de Blondie, ese sonido, esa dulzura, esa batería de Clem Burke. Pero hay más, notas que me recuerdan al mejor David Bowie en The Hardest Part, si hablamos de “clase” aquí van unos buenas gotas. Sintetizadores, una reverberación en las voces, sonido de los 70 pero tratado como lo que ya asoma, los 80 en su esplendor, caminos por los que transitar. Slow Motion puede entrar en el mismo saco que la citada anteriormente.
 El núcleo compositivo más repetido es Harry/Stein, pero hay espacio para todos. Debby con Nigel Harrison se marcan un posible single: Union City Blues; baladas marcadas: Shayla y Sound-A-Slepp; rock and roll, por supuesto: Eat To The Bleat, Living In The Real World, Accidents Never Happen, Victor.
 El eclecticismo del que hacen gala viene bien arropado por canciones como Die Young Stay Pretty, un reggae; la más que bailable Atomic;
 Grabado en la primavera de 1979, producido por Make Chapman, nos alumbra en un frío invierno. Los miembros del grupo aparecen 3 en la portada, los otros 3 en la contraportada para darnos 12 rodajas de buenas canciones, 6 por barba. ( O sea, por cara ).
 Como curiosidad se rodaron 12 videoclips con cada una de las canciones, una auténtica  novedad en el mundo del rock de finales de los 70.

Shayla

Shayla siempre trabajando en la fábrica
Soñando con el día en que tendrá el tiempo suficiente
Como para marcharse, marcharse lejos

 Y no regresar jamás…



Die Young Stay Pretty


Confirmación y diversidad.- Blondie ya llevaba una larga temporada instalado en el éxito masivo sin por ello perder efectividad. No se consideraban unas estrellas pero parte de su encumbramiento venía de singles de impacto y Lps certeros. Plastic Letters les abrió el camino y todo lo publicado posteriormente lo único que hizo fue reafirmar que estábamos ante una gran banda de pop vestidas con varios disfraces y dispuestos a seguir en el candelero. Todo tendrá un final, Autoamericam cerrará el círculo.
 Blondie se tomará un descanso como grupo en 1981 aunque estará presente con canciones como Call Me incluida en el film Americam Gigolo y Debby Harris publicará su 1º disco en solitario: Kookoo, no será la única del sexteto, Jimmy Destri hará lo propio con Heart On A Wall. Estos proyectos individuales determinaron la aparición de un recopilatorio del grupo: The Best Of Blondie, y no les fue nada mal, Rupture un tema de 1980 alcanzó en número 1 en USA y el 5 en Inglaterra.
 Todo quedaba pues para un último proyecto colectivo con el grupo en la cumbre, de nuevo con Mike Chapman en la producción y buscar su obra más ambiciosa, el primer paso hacia una madurez que en ciertos momentos resulta cuestionable.



The Tide  Is High



AUTOAMERICAM.-Noviembre de 1980.- 
 Rompen con todas las reglas, sólo si ves en la portada a Blondie sabes que lo que suena dentro del Lp son ellos, pero cuesta. De hecho piensas que la carpeta y lo que suena en tu viejo tocadiscos es diferente, que te han cambiado el vinilo. Pero no. La banda da un giro sustancial, para mí hacen su Berlín a la usanza de Lou Reed. Basta escuchar Here´s Looking At You, todo un homenaje al burlesque más triste y a los viejos musicales, para pasar al bailable pop con aires caribeños con The Tide Is Night, acompañados de trompetas con sonido mariachi.
 Blondie se apartan conscientemente de su sonido más característico y dejan de ser la banda de pop por antonomasia de finales de los 70 y reniegan del concepto new wae en el que se les había metido. No sólo meten trompetas y violines, sino que cultivan otras facetas, luego desarrolladas en la carrera en solitario de Debby Harris con The Jazz Passengers, la de baladista de jazz. Hablo de Faces, ejemplo de lo que sería su transcurrir posterior; pop Go Through It; guiños a las raíces: T-Birds, Walk Like Me. Y para que no falte de nada, un rap, primigenio en un grupo blanco, con sección rítmica en la línea de Chic y sección de vientos: Rapture, estamos en 1980, ¡ojo al dato! Y hasta una versión de Camelot, Follow Me. Canciones discotequeras sin la gracia de antaño, para qué engañarnos, Do The Dark, eso sí, con aires orientales…
 Lp ecléctico que necesita de varias escuchas para saborear los muchos ingredientes que lleva. Tal vez, desde mi punto de vista, es que es un disco de Blondie y viene precedido de maravillosas tonadas de pop, canciones que son un cañón… y aquí despista hasta el extremo de no creerse que son ellos los que son capaces de realizar otras gamas, más camaleónicos imposibles. Si lo que deseaban era romper con su legado anterior, a fe que lo consiguió.



Rapture



No hay retorno flamante.-  Atoamericam es el canto del cisne que duró hasta el siguiente trabajo, The Hunter – 1982. Su evolución desde banda underground de los 70 a las listas de éxitos de los 80 era un hecho, tan evidente como que ya no tenían absolutamente nada que decir como grupo. El pop siempre ha sido esa maravillosa máquina de reciclaje humano y Blondie supo sacar provecho en un lustro interesante, y de paso contradecir al destino, aquel que siempre tiene a los grupos neoyorquinos aclamados por la crítica e ignorados por el gran público.
 Debby Harris no sólo ha tenido sus proyectos en solitario, intranscendentes por otra parte, pero sí una relativa y modesta carrera como actriz. Del resto de los componentes, pues más de lo mismo. ¡Ah… sí…! En 1999 sacaron otro disco, No Exit, que contenía María, single de éxito masivo que los colocó en lo alto de las listas y de nuevo con giras. Ahora sólo están 3 miembros de los originales: el batería Clem Burke, el guitarrista Chris Stein y la vocalista Debby Harrys, claro. Pero no, ya no son Blondie, son otra cosa.















DISCOGRAFIA SELECCIONADA




BLONDIE .- 1976

PLASTIC LETTERS .- 1978

PARALLEL LINES.- 1978

EAT TO THE BEAT.- 1979

AUTOAMERICAM .- 1980




BIBLIOGRAFIA: LIBRO DE IMÁGENES DE LOS 70/8O

CRIS STEIN/NEGATIVE; ME, BLONDIE, AND THE ADVENT OF PUNK .- 2014









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