CREEDENCE CREARWATER REVIVAL: ROCK DE LOS PANTANOS



 El sol brilla en la isla.- A muchas millas de Estados Unidos pero con el mismo ímpetu y entusiasmo, varios chicos de corte adolescente, donde se hacen grandes descubrimientos de todo tipo, todo sea dicho, se dirigen en una calurosa tarde primaveral hacia el río, envueltos en zapatillas de deporte y con camisetas de su ídolos respectivos, bajan por el borde de la carretera caminando a paso lento. Uno de ellos lleva un enorme radio-casete, estamos a mediados de los 70, en sus hombros, el resto anda a su lado. Conectado a una emisora del tardofranquismo, nos dejaban escuchar rock, algunas especialidades que sólo entendíamos, o lo intentábamos, unos cuantos, con escaso éxito, pero se intentaba.
 La pregunta no era si tú eras de los de Louie Louie o de los otros. Descubrimos enseguida que la cuestión era saber quién lo decía correctamente. Si el asunto era: Loo Rolling… se acabó la amistad. Si por el contrario con decisión, contundencia, la respuesta era : Los Stones. ¡ Leches, eran de los nuestros ! Así pues la pequeña armonía rockera que se encaminaba con respeto pero con claridad meridiana a la isla, previo atravesamiento de parte del río, y allí, en una pequeña isleta, recostados sobre la hierba dábamos rienda suelta a nuestros instintos más salvajes.
 La cinta se ponía con cautela. La puerta de la pletina se abría, se cerraba, se le daba al play, se ajustaba el sonido, los agudos, los graves, y rienda suelta. La voz de Fogerty, John, nos ponía, qué te puedo contar, entonces… y ahora. Es inconfundible, tal vez, para mí, la entonación más reconocible del Rock. Y éramos felices, alejados de los oídos y ojos de los que nos podían observar. Tal vez bebiésemos, tal vez fumásemos, tal vez bailásemos, tal vez sonreiríamos, tal vez…
 Era la Creedence, o mejor, la crident, sin más artilugios. El rock más visceral y directo que llegaba a nuestros oídos. Teníamos todas las cintas, o tenían, porque yo a lo que llegaba era a grabarlas en 30 minutos por cara de un casete de una 1 hora; cuidándome muy mucho de que no se me extraviase algún tema en el cambio del anverso, ni se me cortara nada, como la mayonesa que a veces veía hacer a mi madre.
 Cuando la noche empezaba a caer, atravesábamos el río iluminados por la Luna, que con su reflejo sobre el agua nos guiaba a la otra orilla. El radio-casete a hombros de alguien, cual portador por tierras desconocidas en busca de nuevas sensaciones. La cuesta era larga, carretera arriba había sus 1000 metros. Luego, cuando llegábamos a la zona amurallada, unos se iban camino de La Residencia, donde estaban acogidos mientras realizaban su bachillerato; otros caminábamos un poquito más camino de casa. Yo era el último, mi trayecto era largo, eso me parecía entonces, cuando era joven y ágil. Ahora me parece escaso, pero es la percepción de la realidad que uno tiene cambiante con el paso de los lustros.
 Cuando llegaba a casa tenía en mi bolsillo de la cazadora 2 cintas :  Willy And The Poor Boys y Cosmo´s Factory. ¡ Tesoros !, que esa noche, antes de cenar, me grabaría en mi casete para continuar más tarde escuchándolos. Siempre era cumplidor, tenía fama de ello. Cuando me dejaban algo, en pocas horas lo devolvía: casetes, libros… eso me hizo partícipe antes de tener un tocadiscos, de montar todo un equipo de cintas grabadas en su mayoría por los amigos prestadores. En aquella época, un Lp o Casete, era tu vida, tu alma, corría de un lado a otro, de una casa a otra, y perderla, estropearla; etc.; era sucumbir al mayor desprecio que se te podía hacer con tus compañeros de clase.   Simplemente, ibas fuera del grupo, salvo que consiguieras un nuevo original y se lo devolvieses al dueño primigenio. No se podía correr ningún riesgo.
 Tampoco era extraño que un momento en que tú andabas guitarreando por tu habitación mientras Fogerty y compañía te ponía las pilas, interrumpiese tu madre pidiendo explicaciones de por qué los bajos de los pantalones estaban sucios o las zapatillas de deporte húmedas. A veces, no me descalzaba para cruzar el río e instalarme en la isla, al menos a la vuelta. Siempre me hacían daño las piedrecillas en mis pies,aquellas que en la oscuridad no podía ver ni intuir, no lo hacía jamás aunque la Luna ayudase a iluminarte el trayecto. No me gustaba, sensible que es uno. La bronca no te la quitaba nadie. Como jamás mentía – ni miento -, decía la verdad.
-      Pues con esas zapatillas vas a tirar todo el curso – espetaba mi madre.
-       Y sí, claro – respondía.
Recuerdos, nostalgias. A una la llevaré siempre en mi alma, hasta el último suspiro de mi ser; a la crident, también.



Suzie Q.


Uno no sabía .-  Existían dudas al respecto. Todos creíamos que el de las barbas era Fogerty, el que cantaba. ¡Craso error! Alguien, algo, en algún momento nos sacó del abismo. No,es Doug Clifford el batería. Ahora bien, ¿ quién de los 2 hermanos es la voz y guitarra solista? Tampoco que el Lp que años después tuve en mis manos como propio, Cosmo´s Factory, ayudaba a desenredar el entuerto; la portada de dicho álbum era el lugar de ensayo del grupo, una nave en Berkeley. En parte el equívoco venía porque John estaba sentado en una moto con peinado muy beatelmaniaco  y su hermano Tom sobre una hamaca. Doug sobre la bici de carreras y Stu, quizás hasta el más simpático con sus gafitas y su bigotito, era el bajista. Pero no los ubicábamos del todo, luego sí, claro, poco a poco. La Credence Clearwater Revival,( de ahora en adelante CCR) poseía el encanto de ser mi banda favorita de todos los tiempos junto a mis sempiternos Stones. Pero Fogerty, John, es la voz más característica que ha dado el rock nunca jamás, según mi opinión.
 No sabía casi nada de ellos, no sabíamos, pero a mí Ramble Tamble que abre el disco Cosmo´s Factory me noqueaba en sus siete minutos, una de esas progresiones instrumentales que la banda de John Fogerty gustaba de incluir en sus trabajos, extraordinaria e inesperada ésta como pocas, pues se aleja mucho en su discurrir del motivo principal del tema hasta que lo recupera en el último tramo. ¡La de veces que lo he pinchado en fiestas, guateques, o como se llame!. La CCR va unido a mis últimos años de bachillerato, esa pérdida definitiva de la inocencia y la voz de John, impregnada en mí ser hasta mis últimos días, presiento.
 Me he dado cuenta después, cuando he conseguido verle 2 veces con sus tours europeos que han pasado por España. Cerrar los ojos una y otra vez y escucharle  los viejos temas de la CCR era volver muchas décadas atrás; pero el olor, el aroma que desprenden esas viejas canciones es un chute de adrenalina colocada en vena que va directa al cerebro.
 Pero entonces no sabíamos.


Llévame de vuelta allí donde corre el agua fresca,
Déjame recordar las cosas que amo. (Green River)



I Put A Spell On You



El Cerrito .-  Es un suburbio de Oakland, de clase trabajadora donde los Fogerty compartían espacio. Varios hermanos, 4 en concreto, aires sureños que transportan irremediablemente a los pantanos de Louisiana, Mississippi, crear un grupo con un  nombre casi impronunciable y falto de comercialidad. Además sin sentido ninguno, pues la voz de John es áspera y remite enseguida a figuras del blues, góspel y el soul. Pero lo curioso que los Credence no eran de allí, sino Navajos en territorio Cheyenne en pleno apogeo hippie de “happy-flowers” de San Francisco; El Cerrito es un suburbio obrero con ciertos tintes de intelectualidad de Berkeley, pegado a Oakland junto a la bahía y alejado de los ruidos tipo Flamin´Groovies que atronaban la ciudad; tampoco desarrollaban las jam-session de Grateful Dead. Más cerca de su espacio vital de crianza donde el folk y el blues evolucionó a mediados de los 60 de forma diferente y acabó siendo el embrión de la escena psicodélica. En cualquier caso hay que afirmar que los mayores movimientos estudiantiles contra la guerra de Vietnam y los Panteras Negras se fundan en esta parte de Estados Unidos, cuestión que será importante en el devenir futuro del grupo.
 Así pues no es extraño que un primer single ya como CCR sea la maravillosa Susie Q de Dale Hawkins o revisen el cancionero de Bo Diddley y nos propongan Before You Accuse Me; la negritud no desaparece sino que aumenta y testigo somos de escuchar I Put A Spell On You ( Screamin´ Jay Hawkins ) o Ninety-Nine And A Half ( Wilson Piket ). En este ambiente de crianza no es raro el gusto por el blues que la CCR desarrolló a lo largo de sus escasos tres años y 7 Lps.
 John Fogerty es mejor guitarrista de lo que el personal neófito cree. Algo que se puede comprobar en directo (aunque sea muchos años después), caso que ocurre con Springsteen, otro excelente músico. Es manifiestamente pulcro en sus punteos, limpios, hasta con cierto poso jazzy. Baste citar Bag Moon Rising y el impecable Proud Mary, por ejemplo. La CCR es la banda más americana que uno puede escuchar en estos instantes, aparecen rastros de soul apoyados  en la torrencial voz de John, parte del swamp y el blues están omnipresentes en todos los discos del grupo y son los pilares en los que se sustenta el sonido.
 Parte de su obra tiene a Little Richard – Good Golly Miss Molly – Leadbelly – Cotton Fields , Roosevelt Sykes – Night Time Is The Right Time, Arthur Crudup – My Baby Left Me … y así podría seguir un ratito más.




Ninety-Nine And A Half




Un poquito después .-  Alejado del río que me vio crecer y de los amigos, instalado en la atalaya que daba a la Plaza de Olavide (Madrid), escudriño todos los Lps de la CCR que poseo en una pequeña estantería donde voy acumulando los escasos discos que tengo. En plena movida de los 80, con cambios estructurales en todo el país (España, supongo), con escasos ingresos pero los suficientes para ir al Rastro de vez en cuando y hacerme con algún disco, algo de ropa, sobrevivir a base de 3 comidas si había suerte y el trabajo no faltaba, escuchar a la CCR era volver a centrarte en tu existencia ante tanto punk y moderno de pacotilla que me rodeaba.
 Necesitaba en estos tiempos inciertos ( ¿algunos no lo son ?) escuchar a diario la música en la que me había criado. Imágenes, personas, situaciones, lugares acudían a mi calenturiento cerebro en días de lluvia o soles espartanos, que derramaban a manadas por el asfalto, a madres limpias y preciosas con sus retoños a su lado como gallinas con sus polluelos por la Plaza de Olavide. Acudía cada sábado por la mañana a observarlas más de cerca que desde mi atalaya. Allí, con un pitillo en la mano y un ejemplar de El País pasaba el rato. A veces solo,  en ocasiones bajaba mi pareja de entonces, que creía que sería la única y para siempre. ¿Se puede ser más ingenuo ?. Las tardes eran de rock and roll tras la siesta vespertina. Las noches eran para soñar y acabar en los bajos de Aurrerá o dejarse caer a algún concierto por el Rockola, para ver qué era aquello de la movida o más simple, en el Clamores, que siempre había tipos muy serios tocando jazz. Según.




Get Down Woman



CREDENCE CLEARWATER REVIVAL .-Julio de 1968.-
 Ya nos encontramos con el primer trabajo del grupo, no contiene ninguna de sus composiciones más clásicas y famosas, pero en el tratamiento dado a los cinco originales y las tres versiones está el particular y emocionante uso de la electricidad de las guitarras, vanguardista y psicodélico en ciertos pasajes, mezclado con la mirada al pasado y la querencia por todo aquello que tienen muy bien asimilado: el rhythm and blues, el soul, la aceleración rockabilly, los sonidos pantanosos y el genuino sabor americano del country.
 El punto de partida con I Put A Spell On You de Hawkins, sirve para que las guitarras tomen protagonismo, riffs poderosos y la torrencial voz de John Fogerty, suficiente para prestar atención y quedarte medio noqueado. Luego nos encontramos con el primer tema propio del grupo, The Working Man, abre camino a sonidos futuros de la CCR, largos desarrollos, tema con tempo medio pero contundente. Cerrar la cara A exige el compromiso de la nueva adaptación que realizan de Suzie Q, la banda explora su cara más experimental y progresiva sin perder calidez ni dejar que la técnica empobrezca el resultado. Sacan partido y le dan una vuelta de tuerca al tema de Hawkins, para mí superior al original.
 Ninety-Nine And A Half es un tema de Wilson Pickett, mantienen la estructura pero le dan su sello particular. El torrente de J.Fogerty de nuevo sale a escena, esa voz prodigiosa, la sección rítmica Stu-Doug va impecable. Ya no encontraremos más versiones, todas las restantes llevan la firma de John o Tom (Gloomy); aparece el blues añejo en las cuerdas de las guitarras en Get Down Woman, para pasar al eclecticismo más enriquecedor, Porteville nos trae ecos de coros muy Beatles, a fin de cuentas desarrollan una canción “pop”. Gloomy de los hermanos Fogerty, profundiza en las raíces pantanosas y el juego constante de las 2 guitarras eléctricas. Walk On The Water juegan con la psicodelia reinante de esta época y dejan un primer disco de la CCR a la altura de lo que significó este 1968 lleno de obras maestras.



Proud Mary


Nací un domingo, el jueves ya estaba trabajando
(The Working Man)



Todo se cuece alrededor del Cerrito.- Antes de que estos 4 muchachos se juntaran de manera profesional, como nos pasaba a muchos de nosotros, estaban llenos de sueños que supongo llegaron a cumplir. Como suele ser habitual, para bien o para mal, casi todo se gesta en la secundaria o instituto, donde uno va tomando la dimensión de sí mismo.
 Si aquellos chicos que entonces iban a cuestas con un radio-casete al hombro y se perdían de los ojos indiscretos para escuchar rock, los californianos ambientados e imbuidos de lo que se cocía en San Francisco y la sociedad americana en general, debe de haber una punta del iceberg que generó ese todo y no es otro que Tom Fogerty, nacido en 1941 y 4 años mayor que el resto de los futuros Credence. Apunto esto porque es importante, el resto son de 1945 con un mes de diferencia, tanto Stu Cook como Doug Clifford nacen en abril, John en mayo. Ambos se conocen en el instituto y como es habitual escuchan las mismas emisoras que programan música negra con todo lo que ello conlleva. En 1959 en la escuela de El Cerrito forman su primer grupo, Los Blue Velvets, para curtirse en escenarios locales y en 1964, la banda pasa a denominarse The Golliwogs, donde sigue la amistad y encuentran acomodo en Fantasy Records que les publica un single, por si fuera poco despachan 10.000 copias de la canción Brown-Eye Girl. Pero lo destacable de todo es que Tom Fogerty And The Blue Velvets que así fue en un comienzo, integró al resto de lo que sería la CCR. Obviamente, el hermano mayor era el líder, cosa que iría disminuyendo ante la clara ascendencia de John, de hecho cuando publican CCR-1968, ya es el menor quien canta, puntea y se coloca como alma mater natural del combo californiano.
 Con el primer trabajo ya publicado, en un San Francisco que es un hervidero con el movimiento hippie consolidado en la no violencia, la anarquía suprema y una preocupación por el medio ambiente y el rechazo de la materialidad occidental como caldo de cultivo, la CCR destacan por su sonido rancio, pantanoso, representan la posibilidad comercial de lo primitivo enraizado en los cimientos del rock and roll. Sus singles son arietes ante la ofensiva conceptual del Lp.  Si Suzie Q les puso en la posición de despegue, todo vendría avalado por un curtido manejo de excelentes temas que les encumbrarían, nada más decir que en 1969 publicaron 3 discos, desde enero, Bayou Country, Green River ve la luz en pleno verano y a finales de noviembre Willy And De Poor Boys. Ahora sí que miran desde la atalaya al resto. CCR conectó con la mayor parte de los postulados del movimiento hippie, con el pacifismo y el anti belicismo donde su compromiso es total. Años después varias bandas sonoras de películas sobre la guerra del Vietnam cumplen con el rito de incluir algún tema de los chicos del El Cerrito.
 Si hasta yo, siendo un crío, escuchaba en algún viejo juke-box de barrio, algún single de la CCR. Esos aparatos eran una ventana de aire fresco en el mundo gris de primeros de los 70, aun cuando nuestro General estaba vivo. La fuerza de esas canciones me adentraban en un mundo desconocido, muy alejado de lo que la vida cotidiana te ofrecía a los ojos de un niño. Sin saber nada de ellos, aquello me revolvía en mis entrañas, y si me ponía tan contento al escucharles, es que era bueno, al menos para mi mente. Alimento para el cerebro.
 Años después, cuando las cintas se convirtieron en Lps, ya no me valían la videncia, la suposición ni la metonimia. Me fue sencillo construirme mi propio sentido de la realidad y fui capaz de gestionarla. Ya no me bastaba con inventarme a mí mismo sino que necesitaba inventarme a los demás para dar sentido a lo que queremos ver, no lo que vemos, y sin duda la CCR me ayudó en esos años, tanto que cada canción, cada disco, forma parte de mi epidermis.



Born On The Bayou


Bayou Country .- Enero de 1969 .-

 Ya no nos andamos con chiquitas, directos a la yugular, John Fogerty es el amo y señor de las composiciones, 7 temas y una consideración a Little Richard en Good Golly Miss Molly.  La imagen de la CCR se traslada al resto del país, puede que vengan de San Francisco pero sus lisérgicas no tienen nada que ver con el fenómeno hippie, ni siquiera son adictos a las drogas ni duras ni blandas.
 John es consciente que todo lo que se cocina en la ciudad es mirado con lupa desde cualquier parte del globo y aunque el pacifismo y anti belicismo sigue presente en sus letras y actitud, sus pantalones vaqueros, las camisas de leñador y esas canciones con un sonido crudo basado en el rock y el blues y donde los textos de dichos temas tienen unas claras raíces con Mark Twain, el Mardi Gras, el río Mississippi y el barco de vapor del Proud Mary no encajan del todo con las teorías archiconocidas del Flower Power.
 Desde el título, Bayou Country deja las cosas claras y poco a poco la música se encarga de añadir el resto.  Born On The Bayou es toda una declaración de principios, con el cencerro que emplea Doug Clifford y las guitarras de los hermanos Fogerty. Bootleng es un acierto que llevaran en próximas grabaciones, canción directa, fuerte, enérgica, riffs de John a la guitarra y mazazos certeros de la batería de Clifford. Pero cuando hablé de la voz del menor de los Fogerty, me refería a temazos como Graveyard Train, en esas cabalgadas de más de 8 minutos metiendo las narices en las raíces con la armónica por si había dudas de las influencias. Sureños oliendo a estiércol y caimanes en los pantanos a sus anchas tomando el sol y esperando el momento de hincarte el diente.
 Si Little Richard lanzó en 1957 el Good Golly Miss Molly con el que abren la cara B, la CCR le da una dimensión rotunda y sonora al rock and roll en mayúsculas. Sin perder una mácula de su fuerza primigenia la banda le dota de su personalidad, que de eso se trata cuando uno hace una adaptación o versión, sino déjalo como estaba. Penthouse Pauper es el preludio de canciones venideras, tiempos medios, largas cabalgadas de las guitarras eléctricas al unísono con la voz de John, la línea de bajo que dibuja Cook es puro néctar y Clifford responde recreándose con un groove a la altura. Proud Mary está en mi epidermis, ¡ saben de lo que escribo!. Por canciones como esta uno es capaz de vivir, que digo, de sobrevivir a los malabares de la exigua existencia. Dejarse llevar por los paisajes americanos, el bajo Sur, lo que les decía, el viejo barco de vapor del Mississippi, la vida de los muchachos en los cuentos de Mark Twain…
Keep On Chooglin , otra traca de 8 minutos, sin presumir de alardes técnicos no desentonan y los cruces de voces y guitarras eléctricas nos mantienen atentos hasta el final.



Lodi



GREEN RIVER .- Agosto de 1969 .-
  Abrir con un riff característico, single de avanzadilla lanzado en el mes de julio que daría título definitivo al álbum, Green River, estructura musical mezclada con una letra que habla sobre la nostalgia de una infancia feliz; veranos junto a los padres en una finca que se llama Putah Creek, ideal para la pesca. La habilidad para hacer un rock and roll simple y directo, Commotion, las estructuras más trabajadas con unos punteos constantes de las guitarras eléctricas sobre la voz poderosa de John, Tombstone Shadow.
 Las letras, la cadencia, la creatividad de J. Fogerty en su cúspide. Estaba escribiendo con tanta frecuencia que la nave se convirtió en una segunda naturaleza,  él puso sus emociones y miedos al desnudo, esa debía de ser su intención. La calma, la trasparencia de Wrote A Song For Everyone con la que cierran la cara A. En Green River ya no encontramos ningún homenaje o adaptación, John Fogerty capitanea la nave, los 9 temas llevan su firma. Así pues no es extraño que cante a los miedos, los interiores, a la muerte, incluso las baladas tienen un fuerte trasfondo de melancolía.
 El trote de Bad Moon Rising despista pese a su madurez creativa, para dejarnos cao con Lodi. ¿ Se puede hacer una canción más hermosa ? Lo dudo, si acaso igualarla. Y eso que canta a las escasas posibilidades de escape en las ciudades, como alguien que busca su destino y no lo haya por más callejones calientes que recorre. Otra vez como si cogiésemos el pony y nos dispusiéramos a cabalgar por la pradera, el rítmillo trotón de Croos-Tie Walker. Las esencias nunca se deben de despreciar, el caldo del blues humea en Sinister Purpose, buena sección rítmica y sonido compacto. Como si hubiesen dejado para el final del lote las grandes esencias de las que se nutrían, ese góspel a golpe de voz de John, magistral The Night Time Is The Right Time.
 Menos directo que Bayou Country, más maduro Green River con letras más trabajadas. Aún ambos son 2 extraordinarios Lps publicados en apenas medio año. ¿ Quién da más ? Ni The Beatles, ya en caída libre en este 1969.



Fortune Son



Algunas personas nacen para ondear la bandera/Son rojas, blancas y azules/
Y cuando la banda toca Loor al jefe/Te alumbran con el foco/ No soy yo, no soy yo./No soy hijo de un senador, no soy de los afortunados.



WILLY AND DE POOR BOYS .- Noviembre de 1969 .-
 Vaya ametralladora de grupo. Lanzan su 4º trabajo de estudio y el tema Down Of The Corner como single 2 meses antes, por supuesto es un éxito en todo el mundo. Fiel a sus principios, la CCR no es ajena a todo lo que ocurre a su alrededor, y la cara b del mismo sencillo lleva una bomba de relojería en su línea de flotación, Fortune Son. Escrita en 1ª persona muestra el punto de vista de un muchacho reclutado para ir a Vietnam como otros muchos de sus compatriotas, lugar qué ni saben dónde está ni para qué van realmente ahí. Empuñar un rifle y colocarse un uniforme por el mero hecho de no haber nacido en la cuna correcta. ¡Maldito gen! Si uno investiga, encontrará cosas muy curiosas. Por ejemplo, el texto al que hace referencia Fortune Son es verídico. Habla de un hijo de un senador americano que se libra de ir a combatir con el viekong, observando en esas fechas quienes eran los vástagos de la nobleza varones, sólo quedaba uno, un nieto e hijo del senador Eisenhower, un tal David que salía con Julie Nixon. Poco parecía importarle lo que les ocurriera a sus compatriotas a miles de kms. La mayoría de Estados Unidos apoyaba en 1969 la invasión de tropas americanas en dicho lugar, pero la CCR tenía miras más altas y lejanas que el cuerpo a cuerpo diario.
 Willy And De Poor Boys refleja o lo intenta, ese mundo idílico al que John Fogerty quiere diseñar para América, fusión y convivencia entre blancos y negros, amigos y adversarios, hombres y mujeres. Es ingenuo, pero es un planteamiento sincero, improbable que suceda con unos políticos permanentemente sumidos a una idolatría y oligarquías económicas.
 El disco es más permeable que su predecesor, Green River. Más directo, 10 trallazos de lo mejor que ha dado la historia del rock. Compuestas todas las canciones por John Fogerty, a excepción de Cotton Fields (Leadbelly); abre con la maravilla que es Down On The Corner. Sección rítmica al margen, cencerro incluido por Doug Clifford, los Fogerty en las guitarras y la voz de John para despejar el horizonte. Refleja claramente lo que es tocar música por el placer de hacerlo, bandas callejeras que divierten a las pocas personas que por allí andan. Rock and roll sin cortapisas: It Came Out Of The Sky, impregnado de un fuerte sentimiento antibelicista, ya he escrito lo de las letras y las injustas clases sociales. Cotton Fiels, es una canción del viejo bluesman Leadbelly, una canción tranquila y dulce que traslada la imaginación a los campos de algodón del sur profundo de los Estados Unidos aunque más acelerado que la original.  La maravilla de Poorboy Shufle, con el virtuosismo a la armónica de John, Lousiana siempre está en la mente de estos chicos, y el sentimiento de apego a la música de raíz negra queda en la huella sonora de Feelin´Blue , otro clásico, en realidad todo el Lp es una pieza maestra.
 Fortune Son , rock contundente antibelicista, pieza clave del disco y antorcha representativa del movimiento contracultural en aquel instante. ¡Si es que hemos avanzado algo…! La capacidad para absorber las distintas capas de la música americana queda reflejada en canciones tan importantes como Don´t Look Now (It Ain´t You Or Me) con aires country o el acercamiento al folk con The Midnight Special y desarrollar su propio sonido. Side O’ The Road”,  un instrumental poseedor de unos solos de guitarra realmente fantásticos, para acabar con la melancólica y fronteriza Effigy.


Down On The Corner








Down On The Corner



Manda uno .-  Puede que en cualquier clase de organización pueda existir un abanico de posibilidades y pluralidades, lo cual está muy bien. Pero a la hora de tomar decisiones cuantas menos personas haya, mejor. Un grupo de rock no es una excepción, John Fogerty era el líder de la CCR y se notaba a la hora de elegir canciones, de sacar partido al sonido crudo y fresco de las mismas.
 Ocurrió en los Stones, el combo británico era una extensión primigenia de Brian Jones, pero Jagger/Richards tomaron el timón, en The Beatles: Lennon/McCartney; Grateful Dead donde comandaba Jerry García. Es posible que en otros grupos coetáneos hubiese diversidad de criterios y fuesen más democráticos, caso de Jefferson Airplaine o Flamin´Groovies. No es el caso de la CCR. Si en un principio por edad y conocimientos era Tom Fogerty el líder natural, poco a poco y desde Green River, es el menor de los hermanos quien escribe, matiza, conjura. Afila el lápiz y radiografía un país convulso que busca liberarse a través del rock crujiente.
 John prefirió trasladarse mentalmente siempre al sur de Estados Unidos. Imbuido por sus costumbres y su cultura, en su mente, porque así se desprenden de sus múltiples canciones; los campos de algodón del Mississippi, ciénagas y pantanos ocupaban su espacio vital. Pero sabe ver bien a su alrededor y hace partícipes de su visión al resto del grupo. Puede escribir de músicos callejeros que no tienen donde caerse muerto, de manera literal en Lodi. Desarrollar largos temas de 7 minutos marcando un ritmo hipnótico, lisérgico y envolvente en Keek On Choogli´n o colocar todo un trallazo en lo alto de las listas de medio mundo con Fortune Son, ¡ eso sí que es una canción protesta!
 Pero esa enorme capacidad de trabajo le pasa factura a John. Apenas está en contacto con nadie, encerrado en sí mismo, con las constantes giras y a punto de saltar a Europa, tiene espacio para la reflexión interior en Wrote A Song For Everyvone, donde lamenta comunicarse con medio planeta a través de sus canciones y apenas tiene espacio para su mujer y su hijo. Paga un precio, pero nos deja a una de las mejores joyas que el rock ha podido aportar a los homínidos de buen oído y excelente paladar, su grupo y su multitud de canciones que décadas después de publicadas siguen intactas en el subconsciente colectivo.




Feelin´ Blue



Mirando  hacia dentro.-  La CCR tiene las influencias en casa. Ajenos a toda la invasión de grupos británicos, las elucubraciones de la psicodelia y la exploración de la propia consciencia, el grupo californiano busca sus fuentes y manantiales en el viejo rock and roll, rhythman and blues, country y los sonidos más negros.
 Esa música, hasta cavernícola se puede calificar, les mantiene en las listas de todo el mundo en lo más alto y millones de copias despachadas de sus 4 Lps publicados. Y parecía que la maquinaria no paraba, que la fuente no se secaba en absoluto, que aquello es un manantial inagotable de hacer buenas canciones.
 Creo entender o al menos soy de la opinión que cuando a finales de la década de los 60 el rock había crecido y diversificado en varios frentes y ramas laterales, la CCR representan la posibilidad de la originalidad llevada a su primitivismo, dejarlo crudo, cuanto menos ornamentación tenga, mejor. Si cada single era un ariete perfecto para lo que luego vendría en forma de álbum.
 El empujón lo daban en directo con sus participaciones en numerosos festivales y en un arrollador triunfo en las ondas radiofónicas. En 1970 recogieron gran parte de lo sembrado en el año y medio que llevaban en el calderero, varios discos de oro por 5 singles : Down On The Corner, Lookin´Out My Back Door, Travelin´ Band, Bad Moon Rising y Up Around The Bend; y otro tanto con sus 5 Lps. Eso no hizo más que acrecentar la herida abierta en Tom Fogerty que a finales de año abandona el grupo y los 3 restantes miembros inician una larga gira mundial antes de entrar en los estudios para grabar Mardi Gras. Y aquí está lo que apunté antes. La CCR se democratiza, el trío interviene en la composición, elaboración de canciones y el resultado es desigual. Sólo con John Fogerty al mando de la Credence, el grupo es la CCR.


Hace año y medio salí a la carretera
Buscando fama y fortuna,
Buscando una olla de oro. ( Lodi )






Travelin´Band



COSMOS´ FACTORY .- Julio de 1970 .- 
 A menudo es considerado el mejor disco de la banda, independientemente de que alcanzase el número 1 en las listas americanas y contiene varios proyectiles el forma de maravillas como, Lookin' Out My Back Door, Travellin' Band  y Up Around The Bend. Sin perder un ápice de la esencia rockera, es verdad que John Fogerty no escribe todos los temas, no llevan las 10 cancones su rúbrica. Falta tiempo, hay espacio para Before You Accuse Me (Bo Diddley), Ooby Dooby (Wade Moore/Dick Penner) y My Baby Left Me  de "(Arthur Crudup).
 Ramble Tamble con sus altibajos, esa montaña rusa de sube y baja en sus 7 minutos, da tiempo para elaborar una jam sesión  donde la batería se vuelve más rápida y el bajo comienza marcar el nuevo ritmo, más lento pero más potente, y la guitarra rítmica repite insistentemente los mismos acordes mientras la guitarra líder machaca. La adaptación de la canción del gran Bo Diddley simplemente es preciosa, Before You Accuse Me la puedes escuchar miles de veces y cada vez es mejor. Ha destacar el piano, mientras la guitarra y la batería que da el ambiente del blues clásico, simples, pero profundos.
 Riff cortante, preciso, rock and roll sin ninguna cortapisa. Travelin´Band es lo que es. Puro, rápido y preciso. Ooby Dooby, hacer de la simpleza una belleza, ahí radica parte del encanto de la CCR, adaptar una versión de rockbilly al torrente de voz de John Fogerty mientras el punteo de su guitarra estalla, claro, también tienes que tener a esa máquina que es Doug Clifford a la batería. Lookin' Out My Back Door, o de cómo acelerar una canción country. Run Through The Jungle, juegan una vez más a demostrarnos que pueden ser muy buenos instrumentistas sin abusar de nuestra paciencia de oyentes. Saben crecer, tener altibajos sobre una misma canción, un punteo de guitarra eléctrica sobre la rítmica, una armónica callejera y bajo/batería monótonos que es de lo que se trata sobre la voz cazallosa, en penumbras de John.
 Up Around The Bend, otra joya para abrir la cara B. Gana con el tiempo, paradas para que aúlle la guitarra de John, el riff del comienzo ya indica que todo será un rock como debe ser. My Baby Left Me colocan el 2º lugar este tema de Arthur Crudup, buen complemento para que el disco no decaiga en ningún instante. Más calmado y jugando con las voces en Who'll Stop The Rain, entre las guitarras acústicas y eléctricas. Puede que algún tema pase desapercibido, pero desde que lo escuché en mi infancia en las cintas de casete, I Heard It Through The Gravepine, y pese a ser una versión  (desconozco la original) de Norman Whitfield/Barrett Strong, me llamó la atención los 11 minutos, su tremenda elaboración sus juegos de guitarras eléctricas, esa machacona batería; armonizar una canción de apenas 3 minutos de soul en un rock-soul sólo está al alcance de maestros, la “hacen suya” y dejan la huella indeleble en un tema que es de lo mejor del Lp, que es mucho decir. No, ésta jamás estaba en los juke-box del barrio por más que recorrieras el título de las canciones. Long As I Can See The Light cierra el álbum y destacaría la entrada del saxofón a cargo de John, todo transcurre de forma suave y lenta.




Lookin´Out My Back Door



Tour por Europa .-  Antes de publicar Cosmos´ Factory, a comienzos del verano de 1970, se presentan en el viejo continente la CCR. Como avanzadilla de dicho trabajo lanzaron Travelin´ Band,  y ya en la primavera Up Around The Bend y en el estío el Lp que acabaría vendiendo la friolera de 3 millones de copias y obtendría 4 discos de platino. Todavía se exprimiría más la vaca y sacarían otra canción en forma de single para redondear la jugada: Lookin´Out My Back Door.
 Tal vez tenían ganas de quitarse de encima el fiasco que supuso salir casi a las 4 de la madrugada en el Festival de Woodstock, donde John Fogerty se quejó y jamás permitió que el grupo figurase en los créditos ni del film ni del disco. La expectación era máxima cuando en abril estaban girando por Europa con varios sencillos que hablaban de un país de procedencia lleno de violencia racista, guerras interminables. Fue tras la gira europea, que el grupo volvió a los estudios de Wally Heider en San Francisco para grabar el álbum Cosmos´Factory, con un cierto tiempo, pues la CCR llevaban siempre el trabajo muy preparado, en apenas 2 semanas graban sus discos y a veces a la 1ª o 2ª toma cada canción, rara vez necesitaban llegar a 3. De ahí su rock poderoso, tan parecido del “plástico” al directo, su sonido nada original, ni artificial, pero sí homogéneo y directo daba sus frutos.




¿ Has visto caer la lluvia caer en un día de sol?
(Have You Ever Seen The Rain ?)



 Demolición del proyecto.-  Puede que a lo largo de 1970 las cosas se agriaran entre los componentes del grupo, en especial entre los hermanos, que Cosmos´Factory no fuese una balsa de aceite, que las numerosos tours y grabaciones acabase con cierta paciencia, pero nadie les tosía. En lo musical eran un fenómeno, nadie que haya estado en Estados Unidos ha quedado inmune a su legado. Pregunta a cualquiera, en muchos sitios sus discos se escuchan de manera cotidiana y habitual: restaurantes, moteles, gasolineras, lo he podido comprobar, la veneración por la CCR es máxima.
 Puede que ayudase la tozudez de John Fogerty en llevar también las finanzas del combo, que los demás también quisiesen mayor tajada, que el menor de los hermanos se negase incluso a realizar bises una vez terminado el concierto. ¡vete tú a saber lo que ocurre cuando se juntan más de 2 homínidos! El asunto es que en a finales de 1970 sacan un nuevo Lp, Pendulum, y que Tom Fogerty abandona la CCR y los 3 restantes se embarcan en un tour mundial.








Pagan Baby




PENDULUM .-Diciembre de 1970 .-
 Algunas consideraciones al respecto. Desde l portada y en un primer plano muy evidente, se ven a los 4 miembros de la CCR mirando fijamente al fotógrafo, algo inusual en las anteriores carpetas que están alejados del objetivo. En la parte interior una foto de uno de sus conciertos recoge de espaldas al objetivo a John Fogerty, estampa que estará en miles de camisetas de admiradores del grupo años a. Otro instante los recoge a todos ellos en forma de oblea o instantánea de universidad en el plano superior izquierda; y lo que más me llama la atención, la contraportada, parece realizada a conciencia de lo que sucedió durante la grabación. En una especie de establo a la puerta, John, Stu y Doug; Tom asoma tímida y sonrientemente su cabeza de cabellos rubios, separado del resto.
 Pendulum será el último Lp de la CCR con los 4 miembros y el que más peso específico tiene en su discografía. Más elaborado, con más recursos, aparecen órganos, saxos y vibráfonos y ese teórico enriquecimiento anula el sonido directo de la CCR. Estamos ante un grupo universal que entre  julio de 1968 y diciembre de 1970 sacaron 6 lps, nadie ha logrado tanto en tan escaso espacio de tiempo. Así pues, que experimenten en Pendulum es normal y hasta lógico, buscar nuevas alternativas, ángulos a ese rancio rock que ellos saben transmitir tan bién. En esta ocasión no debieron de recogerse las canciones a las primeras tomas, pues de las 2 semanas que tardaban en realizar el disco, en esta oportunidad  tardaron un mes.
 Pagan Baby abre el disco y se extiende a 6 minutos y medio, que tras un inicio magistral progresa para desembocar en una maravillosa pieza instrumental, por otra parte ya habituados a estas cuestiones. Su siguiente canción, Sailor´s Lament, entra dentro de lo que apunté en la nueva elaboración y enriquecedor sonido de la CCR. Coros, ritmos más étnicos donde los vientos y los teclados contestan a la voz de John. Bueno, creo apuntar y no desentonar que estos muchachos procedentes de San Francisco alguna influencia marinera tendrían… Chameleon  se queda en medio, un rock convencional con la garra que el grupo acostumbra, directo, fiel a su sonido. A destacar la parte de viento a cargo de John en el saxo. Have You Ever Seen The Rain? Es la joya de la corona pero el menor de lo Fogerty lo escribe en forma de metáfora. Con calculada frialdad ya apunta al final del grupo, tema sorprendente por el equilibrio entre el dolor durmiente de su interior ( el final de la CCR y sus relaciones tirantes )y la serenidad que te da tantas veces lo escuches. (Wish I Could) Hideaway, baladón para cerrar la cara A, otra pista de que John Fogerty quiere esconderse de su pasado, de sí mismo, de la banda, hay mucha chicha en la letra. Es cierto que el dolor te traumatiza, pero al mismo tiempo es liberador de los demonios interiores, con un órgano impecable y una voz que llega a su máximo nivel de sentimiento y fuerza; como un huracán acosando a una puerta desvencijada y a punto de reventarla con su fuerza.
 Born To Move entra dentro de ese rock particular de la CCR junto a Chameleon o Molina, directos… bajo interesante y teclados arropadores con una larga carrera instrumental final. En Hey Tonight se descuelgan con un rock and roll trotón y festivo para bajar el tono en la espléndida It's Just A Thought, otra balada arrulladora en la voz y los teclados de John Fogerty, en esa búsqueda constante de dar una dimensión más amplia a la banda. Molina nos da una otro buen rock. Otra cuestión es si yo hubiese colocado las canciones de la cara B en este formato, rock-balada-rock-balada… En cualquier caso el tema es reconocible a los primeros acordes, marca de la casa. Rude Awakening #2 es un instrumental, suave, que parece que te acaricia el rostro como el viento al pasar a tu lado, tras una melódica introducción deriva en un desfase de cuchilla cortante, ese péndulo oscilante del título del Lp.
 Nuevos recursos, colores. Obra maestra que se une a las anteriores. Si un grupo en crisis es capaz de hacer esto, ¡bendita crisis!
  





Hey Tonight



 En la carretera.-  No, nada de precipitaciones de ahora en adelante. Nada de disco-gira. Desconozco si la marcha de Tom Fogerty en busca de fama, prestigio y dinero tuvo algo que ver que el cuarteto de El Cerrito pasase a trío y aquello acabó convirtiéndose en un combo democrático. A tenor de los que sacaron en la primavera de 1972, Mardi Gras, aquello se manifestó como un grupo de country and western más cercano a los sonidos sureños de The Band con Robbie Robertson y de R. Danko, que los añejos aparejos de Fogerty y compañía.
 El asunto era que la demanda de entradas no decrecía después del magnífico Lp que es Pendulum, y debieron de pensar que aún tenían mucho que ofrecer con sus 6 discos publicados. Todo el verano de 1971 lo dedicaron a tocar, una especie de balsa de aceite para refrescar las ideas. El 4  de julio comienzan su larga estancia en la carretera en el Fillmore West de San Francisco, así pues juegan en casa.  Finalizan el 12 de agosto en el Fairgrounds Arena, Oklahoma, OK. 
 Un pequeño descansito de una semanas después de 22 conciertos, para dar el resto en la vieja Europa, a finales de verano y comienzo del otoño. El tour que arranca el 1 de septiembre en Manchester, en el GB, con 2 shows y termina el 30 de Septiembre en Londres. Recorren Holanda, Bélgica, Alemania, Suecia y Dinamarca en 14 conciertos. La salvedad la dan el 14 de octubre actuando en Ockland Coliseum, junto a Tony Joe White y Power Of Tower, cerrando su tour de 1971.
 El resto del año se dedican a preparar su siguiente trabajo, el inestable Mardi Gras – 1972, año en el que inician lo que sería su última gira como CCR por Nueva Zelanda, Australia y Japón desde el 2 de febrero al 29 que finalizan en el  Budukan Hall, Tokyo, Japón.
 En abril y para promocionar su nuevo trabajo, se recorren Estados Unidos bajo el epígrafe de Mardi Gras Spring Tour, conciertos que inician el 12 de abril en Cincinatti, en el OH; para terminar el 22 de mayo en Denver, en el CO.
Nada más volveremos a saber del grupo hasta que el 16 de octubre de 1972 la CCR comunica oficialmente la disolución de la banda.




 Hello Mary Lou



MARDI GRAS .- Abril de 1972 .- 
 ¿ Y qué digo yo de este disco ? Es el Emocional Rescue de la CCR en versión country-western. Que ni Stu ni Doug son capaces de componer un buen tema, sí de interpretarlo y ejecutarlo con su bajo-batería, es evidente, pero tener  ideas es una cosa y ocurrencias, otra.
 La CCR es John Fogerty y su enorme talento. Para saber que tengo razón, nada como la prueba del algodón, que no engaña como saben. ¿ Carreras en solitario ? La del menor de los Fogerty buena y en ocasiones sublimes, los otros 2… Pues eso. Si tenían algo que decir el excelente percusionista y el gafitas de las 4 cuerdas era la oportunidad idónea de tirar de la nave. Es cierto que la tozudez de John les deja casi en la banca rota, pero sin él no hubiesen pasado de ser meros comparsas en bandas de instituto. Repito, echar un vistazo a las carreras en solitario y  a los discos publicados por el resto de los miembros de la CCR.
 Al asunto. Mardi Gras. La portada hasta me gusta y no digamos el título, tantas referencias a esa Nueva Orleans que uno lleva dentro. Lo del interior al margen de carpetas es para fruncir el ceño un buen rato. Pero aun así, trataré de sacar algo de brillo al desván.
 John Fogerty contribuye con 3 temas de autoría propia: Lookin' For A Reason, Someday Never Comes y  Swett Hitch-Hiker. Hay una adaptación: Hello Mary Lou,( Ricky Nelson ), las 6 restantes las componen Stu Cook o Doug Clifford.
 El lp se abre a ritmo fronterizo, la voz cazallosa de Fogerty ya nos advirte de por dónde van los tiros, y nunca mejor dicho. El country and wertern de Lookin´ For A Reason para pasar a saber cómo suena la voz solista de Stu Cook en el tema que lleva la firma del bajista: Take I Like A Friend, un rock comedido y forzaando las vocales como el mejor R. Danko. Need Someone To Hold (Cook/Doug Clifford) es una pieza lenta y recuperar el pulso en la destacable Tearin' Up The Country (Clifford). Desde luego tanta voz solista diferente desconcierta, volvemos a recoger el pulso en Someday Never Comes, de John Fogerty, de lo salvable del álbum. Todo más reconocible, rock sin estrecheces, sin ser demoledor si es interesante.
 Toda comparación es odiosa, sobre todo para el que pierde. Pieza a pieza es un álbum decentito, pero claro, con los 6 anteriores no sólo no hay color, es que no existen ni grises. Algo de eso me sucede cuando se le da la vuelta al vinilo. What Are You Gonna Do? (Clifford), un rockito descafeinado porque tampoco la voz de su batería es el torrente de Fogerty, pero se deja escuchar… Sail Away (Cook) canción country emulando a R. Danko, cada vez se me parecen más a The Band… La cosa levanta el vuelo cuando John se pone al micro para el correoso Hello Mary Lou y la magnífica  Swet Hitch-Hiker,single publicado en 1971. Tampoco está nada mal el trabajado rock Door To Door (Cook). Ya les digo, pieza a pieza como tacita a tacita llenamos el jarrón de monedas que nos pueden sacar de un apuro. El problema, la diversidad mal llevada, las voces distintas, el lp poco compacto,etc.
 Así y todo y aunque jamás alcanzó los números de sus hermanos predecesores, en Estados Unidos lograron el puesto 12.






Discografía seleccionada

 1.- Credence Clearwater Revival.- 1968       

2.- Bayou Country .- 1969

3.- Green River .- 1969                  

4.- Willy And De Poor Boys .- 1969

5.- Cosmos´Factory.- 1970

6.- Pendulum .- 1970.-










 Tom Fogerty : 9 – 11 – 1941 Berkeley – California –USA .- Scottsdale, Arizona- USA . – 6 -9 – 1990 .-
 John Fogerty : 28 – 5 – 1945 .- Bekerley – California – USA.-
 Stu Cook : 25 – 4 – 1945 .- Oackland – California – USA.-
 Doug Clifford : 24 – 4 – 1945 .- Palo Alto – California – USA.-








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