MANERAS DE VIVIR " LEÑO " Y EL ORIGEN DEL ROCK URBANO..-
Nadie se había
atrevido o querido a escribir o indagar durante un rato sobre uno de los grupos
claves del rock en el panorama nacional. Pocos discos, apenas 3 y un directo, más otro aparecido hace unos años con el escueto nombre de Leño-Vivo -1983, que recoge
en Barcelona una de sus últimas actuaciones, en ese macro festival que supuso
la gira “ Rock De Una Noche De Verano “ con Luz Casal y Miguel Ríos, éste último como
protagonista y máximo accionista de la historia, en lo que ha sido el único
marco o gira con tres bandas nacionales llenando por encima de las 40.000
personas, en su mayoría en los estadios de 1ª División de fútbol. A esto habría que añadir tecnología punta,
excelente profesionalismo de todo el elenco técnico, dos escenarios, uno donde se tocaba esa noche y otro instalándose en el siguiente lugar, etc; amén
de unos músicos de primer nivel, con Miguel Ríos en la cresta de la ola de
actuaciones, en popularidad, ventas y unos Leños pletóricos con una pléyade de
gente siguiéndoles, tal vez sólo Luz, que empezaba se vio desbordada.
Aun así, es curioso que nadie recuerde el
primer concierto de Leño, ni el último, ¿ dónde fue ? Ni siquiera los propios
protagonistas son capaces de ponerse de acuerdo. Todo esto viene recogido en el
libro de Kike Babas y Kike Turrón, contado de forma cronológica, o se intenta,
y de manera coral, como si asistiésemos a una comedia o tragedia griega, que de
todo hay. Han entrevistado a más de cien seres humanos para que sumaran sus
recuerdos y conformar así una biografía oral en la que se obvia la
narrativa y se ciñe a organizar el relato únicamente por medio de las voces de
los entrevistados, lo cual a veces no deja de ser una especie de memorias contadas
al calor de una barra de bar o con un café humeante. Recuerdos, sonrisas,
algunas broncas, pocas, cada uno lo cuenta como sabe o quiere, ya se sabe que la
memoria es débil y si no va apoyada en datos contrastados cometeremos errores,
en ocasiones pueriles.
A mí el libro me ha interesado. Directo, hace
un recorrido por el amplio marco del rock nacional de finales de los 70 y se
instala cuando ya la denominada “nueva ola “ ha invadido medios de comunicación
y ciertos personajes salidos del undreground ocupan espacios televisivos, a
comienzos de los 80. Colorines, fassion… que no iba con nada con grupos como
Asfalto, Topo, Bloque, Cucharada… y un largo etc.
El texto, divido en 6 capítulos más un
séptimo lleno de fotos + un epílogo, nos traslada a una España en b/n, tan
cutre y falta de infraestructuras para esto del rock, como ahora 40 años
después. Desangelada, llena de miedos e incertidumbres para la música, pero
que unos muchachos salidos uno del Madrid más periférico y 2 catalanes, llegaron
para intentar eso tan difícil como es hacer rock en este país. Digno,
profesional.
Maquinillo,
que es el tipo que en la obra no tienen ninguna calificación y le da al botón
para subir los ladrillos.
Con esa frase se recoge el sentimiento e infraestructuras
para el rock que se ha conseguido a lo largo de las décadas, o sea, nada.
No había hoteles, alguna pensión si se tocaba
en Andalucía, pero mucha furgoneta. Viajábamos 6 personas, ellos 3, un técnico
de sonido y monitores, otro de luces y otro para todo. Son los que componen las
piezas corales de este puzzle histórico que muestra a un país que mutaba del
gris tardo-franquista al bullicio generado por individuos melenudos o con
crestas de colorines que querían pintar su vida de experiencias, música y
colores. De todo ese maremágnum surge el trío Leño, a partir de bandas como Ñu
y Coz, que se convierte a tiempo real en el estandarte sonoro de la calle, en
el auténtico rock de la urbe. Leño tuvo una vida corta (1978 - 1983) pero muy
intensa, una carrera que fue ascendente hasta su final, y que justo cuando eran
ampliamente reconocidos, se separan, quizás desavenencias personales, motivos
artísticos de búsqueda de otros caminos musicales diferentes a los que se podía
constreñir la banda; lo que fuera, pero junto a Radio Futura, son los dos
máximos exponentes del rock en castellano que en plena cresta de la ola, lo
dejan. Todo puede ser más sencillo en mi opinión : no tenían nada más que decir
y aportar como grupo a esto del rock.
Es curioso como Burning abrió la brecha, la
continua Leño y la cierra Radio Futura en los 80. Como liquidando un ciclo, un
triunvirato de alguien tan dispar ¿o no?, en sus planteamientos musicales. Sea
como fuere, la crónica coral del libro deja detalles significativos y te lo
pases bien leyéndolo. Sobre todo, como es mi caso, si has vivido y conocido a
los grupos. Hasta conozco la sala donde ensayaban y todavía sigue en pie, en la
calle Tabalada 25, en pleno barrio de Tetuán, en Madrid. ¿ Cómo no quererles ?
Y curioso. Recopilan datos, dos autores que
jamás vieron a Leño en directo. Confirma lo que he creído siempre, que el grupo
ha perdurado más allá de su generación, en las posteriores, aquellos que nacieron entrados los 80 cuando
el grupo no existía como tal y se ha ido extendiendo como la pólvora por el subconsciente
colectivo rockero de este país.
La grandeza de Leño, de Rosendo, era saber,
por un lado, vivir en su tiempo y en su época, y por otro, haber sabido ser
punto de referencia y enganche de toda una generación que se reflejaba en
ellos, una capacidad de conexión más allá de dónde uno nació.
Separarse antes de que la mierda que les rodeaba los ahogara por
completo, antes de que los mataran y ellos mismos, hastiados y angustiados,
acabaran por fastidiar lo único que iba a permanecer: los discos. Merecido libro
para uno de los escasos estandartes del rock nacional. Pues eso, Leño pa´ siempre.
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