JAIME GONZALO - PODER FREAK
De todos los críticos musicales que hay en este país, o como sea, uno de los más guerrilleros o franco tiradores nos lo encontraríamos en el vasco aunque afincado en Barcelona, Jaime Gonzalo ( Bilbao 1957 ) .
Como aquí somos muy originales ( digo en España ), y tiramos piedras enseguida a nuestros tejados encuentro cinco críticos musicales, sí, esa profesión tan denostada, pero que bien llevada, al menos yo así lo entiendo de entretenedor, informador y descubridor , da mucho de sí. Quizás esta última es la que más me gusta de Gonzalo, sus numerosas publicaciones en forma de libros, sus miles de artículos en las más prestigiosas revistas musicales nacionales, su blog, ahora en Internet, son los tiempos... Unir su nombre al de otros cuatro " caballeros del rock " patrio, se entiende : llamensé Llopis, Diego Manrique, Ordovás, Ignacio Juliá y el citado Jaime Gonzalo. De entre todos ellos dos destacan por su compromiso real con la crítica y asesoramiento musical desde las barricadas, eran los tiempos de Star, Disco Exprés y la maravillosa Vibraciones foco de aire fresco para las tendencias rockeras en este país, y son : Juliá y Gonzalo, y además porque ambos siguen " militando ", cosa que se agradece.
De Diego, quizás el más erudito, me mata su eclecticismo, puedes escucharle su pasión por un bluesman y al segundo recomendarte un mambo o no se qué músico del África Ecuatorial... ¿ ? De Ordovás su invento de la movida... De Llopis que se nos perdió y volvió con un magnifico libro : La Magnitud del Desastre, de obligatoria lectura diría yo que hasta en las escuelas. Pero los dos franco tiradores fundaron a mediados de los 80 Ruta 66 cuando ya no daba más de sí Rock Especial o Rock de Lux.
Jaime Gonzalo ha seguido escribiendo, publicando, produciendo y es uno de los personajes que mejor conocen El Rock, así en mayúsculas, pero sobre todo, las alcantarillas del mismo. De ahí que su publicación de Poder Freak sea un texto único y muy especial su lectura.
Poder Freak - volumen 1 (2009)
Teóricamente es una trilogía, pero hasta la fecha se han editado dos libros. En sus nueve capítulos se repasa la contracultura y en este volumen se da un repaso a espécimenes tales como Jean Kerouac, Burroughs, Ginsberg, individuos capaces de conducir su propia existencia a partir de su propio caos; el bep-bop, bandas moteras tales como The Hell´s Angels o las movidas entre mods y rockers. Esa mitopoiesis, la manera de construir historias, el lento proceso de creación colectiva de mitos. Los teddy-boys ingleses, el mayo francés, los quinquis españoles... De cuando la independencia sólo existía en el plano de las ideas, y eso sólo durante un breve periodo de la vida, el de la juventud.
A fin de cuentas, en este espacio de tiempo, el vacío seguía siendo igual de profundo, pero cada vez era mayor la oferta de entretenimiento.Hasta la distopía podía ser susceptible de espectacularización; es un lugar que no existe. Todo cambia para que vuelva a ser como antes, Lampedusa; el mundo, el poder, ese puñado de hombres que determina por completo la conducta del resto de sus semejantes, neutraliza la reacción normalizándola, extrae beneficio de sus propias contradicciones. Como anunció Bob Dylan: los tiempos habían cambiado, pero no así el ser humano. De esto trata este primer volumen, más o menos, de lectura obligada para quien cree tener algo más que sentido común y sí una picardía escondida en su interior y muchas dudas.
Termino por el comienzo, con una cita de Marcuse : lo que arrojas contra el capitalismo, éste no sólo te lo devuelve,sino que encima te lo vende.
Poder Freak - volumen 2 (2011)
La acción más revolucionaria es abrir la capacidad de experiencia de la gente; no está mal para empezar. Más capítulos que en su predecesor: 13, donde se nos exponen los movimientos contraculturales de buena parte del Siglo XX en un intento de comprender el por qué de este mundo y qué pinta cada individuo en ese pequeño espacio y reducto que es la vida.
Las primeras revueltas en Europa nacían al comienzo del Siglo XX por algo tan elemental como el miedo a las guerras, a comer, la enorme miseria reinante. En definitiva: pan, empleo, estabilidad ( ¿ les suena ? ); bajo esa capa nadie se planteaba cambiar el mundo, corregirlo, siempre había la misma mueca estuviese en un férula o en otra; el envoltorio de Estados Unidos que se da el primer paseo por la desvencijada y mísera Europa; toma nota, unos años después 1939-45 aparece como el circo de Buffalo Bill, paga un precio humano, de acuerdo, pero los intereses que deja de sus créditos son cojonudos para salir del atochadero ¿ les sigue sonando... ).
Gonzalo no frivoliza con estos datos, abruma la documentación y mantiene una mirada sanamente desmitificadora donde se dedica a desbrozar información sobre los síndicatos obreros, bandas armadas a un lado y otro del planeta, sus conexiones con la sociedad en la que aparecen, sus posibles justificaciones, los movimientos pacifistas, células de todos los colores: marxistas, anarquistas...
Las proclamas existencialistas decían que el hombre está condenado a ser libre, concebían la vida como un proyecto y creían que la humanidad hacía la historia. Los estructuralistas afirmaban que la libertad es un ilusión, que el sujeto está sometido a la estructura sociocultural y que la historia no explica los hechos. Pura taxonimía... Quizás todo es más sencillo y la gente se reconoce a sí misma en sus comodidades, proyectan su espíritu en sus coches, en su equipo estéreo, en sus hogares de dos plantas, el proletariado se identifica con sus propiedades ( Gramsci ). Mientras, el llamado " poder " nos tratan como a monos enjaulados en nuestras cárceles de oro y encima los ponemos para que nos castiguen y protejan en una falsa democracia de saber que no podemos cambiar nada, si acaso sólo a nosotros mismos.
Todo forma parte del capitalismo, la contracultura, la nueva y vieja izquierda, hay que atenerse al marco legal, a las reglas del juego democrático; Jaime Gonzalo analiza y destroza con inaudita destreza los vínculos ocultos de cada revolución, que más bien parece un nuevo revolcón, un cambio en la postura del asado.
Desde la portada ya te da que pensar: Elvis con Nixón, el pequeño " rey " revolucionario cantando en Las Vegas y tomando pastillas para olvidarse de quien era con el capo del capitalismo más salvaje. Los negros que no desean adueñarse de este país ( USA ), ni encerrar a los blancos, sólo quieren quitárselos de encima, pero es que quieren ser como ellos y vivir igual, ahí acaba la revolución... el caso es que dispones de cuanto es necesario para comprar lo que hace la vida más agradable.
Jaime Gonzalo es nuestro Hunter J. Thompon, es un kamikaze que te hace pensar y eso a veces duele. En este segundo volumen uno llega a conclusiones: nada ha cambiado excepto cosméticamente. Toda esta tecnología no ha servido de nada ni siquiera el poder evitar que haya gente que sigue durmiendo en la calle; todas las revoluciones son ahogadas o compradas por el dinero, y ya se sabe que con el estómago lleno, pocas revueltas, si acaso sólo pueden hacer la revolución aquellos que no tienen nada que perder, y seguramente nada que ganar.
Poder Freak - volumen 3 ( 2014 )
Como aquí somos muy originales ( digo en España ), y tiramos piedras enseguida a nuestros tejados encuentro cinco críticos musicales, sí, esa profesión tan denostada, pero que bien llevada, al menos yo así lo entiendo de entretenedor, informador y descubridor , da mucho de sí. Quizás esta última es la que más me gusta de Gonzalo, sus numerosas publicaciones en forma de libros, sus miles de artículos en las más prestigiosas revistas musicales nacionales, su blog, ahora en Internet, son los tiempos... Unir su nombre al de otros cuatro " caballeros del rock " patrio, se entiende : llamensé Llopis, Diego Manrique, Ordovás, Ignacio Juliá y el citado Jaime Gonzalo. De entre todos ellos dos destacan por su compromiso real con la crítica y asesoramiento musical desde las barricadas, eran los tiempos de Star, Disco Exprés y la maravillosa Vibraciones foco de aire fresco para las tendencias rockeras en este país, y son : Juliá y Gonzalo, y además porque ambos siguen " militando ", cosa que se agradece.
De Diego, quizás el más erudito, me mata su eclecticismo, puedes escucharle su pasión por un bluesman y al segundo recomendarte un mambo o no se qué músico del África Ecuatorial... ¿ ? De Ordovás su invento de la movida... De Llopis que se nos perdió y volvió con un magnifico libro : La Magnitud del Desastre, de obligatoria lectura diría yo que hasta en las escuelas. Pero los dos franco tiradores fundaron a mediados de los 80 Ruta 66 cuando ya no daba más de sí Rock Especial o Rock de Lux.
Jaime Gonzalo ha seguido escribiendo, publicando, produciendo y es uno de los personajes que mejor conocen El Rock, así en mayúsculas, pero sobre todo, las alcantarillas del mismo. De ahí que su publicación de Poder Freak sea un texto único y muy especial su lectura.
Poder Freak - volumen 1 (2009)
Teóricamente es una trilogía, pero hasta la fecha se han editado dos libros. En sus nueve capítulos se repasa la contracultura y en este volumen se da un repaso a espécimenes tales como Jean Kerouac, Burroughs, Ginsberg, individuos capaces de conducir su propia existencia a partir de su propio caos; el bep-bop, bandas moteras tales como The Hell´s Angels o las movidas entre mods y rockers. Esa mitopoiesis, la manera de construir historias, el lento proceso de creación colectiva de mitos. Los teddy-boys ingleses, el mayo francés, los quinquis españoles... De cuando la independencia sólo existía en el plano de las ideas, y eso sólo durante un breve periodo de la vida, el de la juventud.
A fin de cuentas, en este espacio de tiempo, el vacío seguía siendo igual de profundo, pero cada vez era mayor la oferta de entretenimiento.Hasta la distopía podía ser susceptible de espectacularización; es un lugar que no existe. Todo cambia para que vuelva a ser como antes, Lampedusa; el mundo, el poder, ese puñado de hombres que determina por completo la conducta del resto de sus semejantes, neutraliza la reacción normalizándola, extrae beneficio de sus propias contradicciones. Como anunció Bob Dylan: los tiempos habían cambiado, pero no así el ser humano. De esto trata este primer volumen, más o menos, de lectura obligada para quien cree tener algo más que sentido común y sí una picardía escondida en su interior y muchas dudas.
Termino por el comienzo, con una cita de Marcuse : lo que arrojas contra el capitalismo, éste no sólo te lo devuelve,sino que encima te lo vende.
Poder Freak - volumen 2 (2011)
La acción más revolucionaria es abrir la capacidad de experiencia de la gente; no está mal para empezar. Más capítulos que en su predecesor: 13, donde se nos exponen los movimientos contraculturales de buena parte del Siglo XX en un intento de comprender el por qué de este mundo y qué pinta cada individuo en ese pequeño espacio y reducto que es la vida.
Las primeras revueltas en Europa nacían al comienzo del Siglo XX por algo tan elemental como el miedo a las guerras, a comer, la enorme miseria reinante. En definitiva: pan, empleo, estabilidad ( ¿ les suena ? ); bajo esa capa nadie se planteaba cambiar el mundo, corregirlo, siempre había la misma mueca estuviese en un férula o en otra; el envoltorio de Estados Unidos que se da el primer paseo por la desvencijada y mísera Europa; toma nota, unos años después 1939-45 aparece como el circo de Buffalo Bill, paga un precio humano, de acuerdo, pero los intereses que deja de sus créditos son cojonudos para salir del atochadero ¿ les sigue sonando... ).
Gonzalo no frivoliza con estos datos, abruma la documentación y mantiene una mirada sanamente desmitificadora donde se dedica a desbrozar información sobre los síndicatos obreros, bandas armadas a un lado y otro del planeta, sus conexiones con la sociedad en la que aparecen, sus posibles justificaciones, los movimientos pacifistas, células de todos los colores: marxistas, anarquistas...
Las proclamas existencialistas decían que el hombre está condenado a ser libre, concebían la vida como un proyecto y creían que la humanidad hacía la historia. Los estructuralistas afirmaban que la libertad es un ilusión, que el sujeto está sometido a la estructura sociocultural y que la historia no explica los hechos. Pura taxonimía... Quizás todo es más sencillo y la gente se reconoce a sí misma en sus comodidades, proyectan su espíritu en sus coches, en su equipo estéreo, en sus hogares de dos plantas, el proletariado se identifica con sus propiedades ( Gramsci ). Mientras, el llamado " poder " nos tratan como a monos enjaulados en nuestras cárceles de oro y encima los ponemos para que nos castiguen y protejan en una falsa democracia de saber que no podemos cambiar nada, si acaso sólo a nosotros mismos.
Todo forma parte del capitalismo, la contracultura, la nueva y vieja izquierda, hay que atenerse al marco legal, a las reglas del juego democrático; Jaime Gonzalo analiza y destroza con inaudita destreza los vínculos ocultos de cada revolución, que más bien parece un nuevo revolcón, un cambio en la postura del asado.
Desde la portada ya te da que pensar: Elvis con Nixón, el pequeño " rey " revolucionario cantando en Las Vegas y tomando pastillas para olvidarse de quien era con el capo del capitalismo más salvaje. Los negros que no desean adueñarse de este país ( USA ), ni encerrar a los blancos, sólo quieren quitárselos de encima, pero es que quieren ser como ellos y vivir igual, ahí acaba la revolución... el caso es que dispones de cuanto es necesario para comprar lo que hace la vida más agradable.
Jaime Gonzalo es nuestro Hunter J. Thompon, es un kamikaze que te hace pensar y eso a veces duele. En este segundo volumen uno llega a conclusiones: nada ha cambiado excepto cosméticamente. Toda esta tecnología no ha servido de nada ni siquiera el poder evitar que haya gente que sigue durmiendo en la calle; todas las revoluciones son ahogadas o compradas por el dinero, y ya se sabe que con el estómago lleno, pocas revueltas, si acaso sólo pueden hacer la revolución aquellos que no tienen nada que perder, y seguramente nada que ganar.
Poder Freak - volumen 3 ( 2014 )
Con una
copiosa prosa, erudita y divertida, aparece el 3º volumen de la serie Poder Feak, con el que se cierra el maremágnum
de dioses y mitos caídos en desgracia en las últimas décadas, absorbidos por
eso tan común en los mortales como es el embudo del sistema, del que ya a estas
alturas sabemos que es imposible escapar, si acaso, ser fronterizo,
probablemente porque la gente siempre ha tenido motivos para escabullirse por
la puerta trasera de la existencia, haciendo gala de mayor o menor discreción,
bien a solas, bien acompañada.
Repaso tocho en este volumen de varias de las factorías
de los mitos que se desarrollaron en las décadas de los 60/70 principalmente,
especial atención al intento de cambiar el mundo o a ti mismo a través de otras
formas sociales, como las famosas comunas de hippies o el papel de líquido amniótico
permanente de las religiones, ese veneno del pueblo con el que mitigar la
desesperación del existir, y bajo cuyos adormecedores efectos librarse sin
hacer preguntas a la promesa de que todos los problemas mundanos se resolverán
en el más allá, mientras que por aquí sólo queda el sufrimiento.
Gonzalo repasa en un texto amplio el esfuerzo
de la contracultura, riguroso, exigente y torrencial con fechas, añadidos, símbolos,
para dejarnos una descreída mirada a esa humanidad en la que todos formamos
parte y que en alguna oportunidad tuvimos un cierto destino a nuestro alcance
para variarlo, quizás sucumbimos al mismo embuto del sistema aunque por
diferentes rendijas. Todo debe de ser debidamente planificado, rechazar el
sistema y sus estructuras, no implica que el problema necesariamente sea éste,
sino, quienes lo dirigen.
Festivales, comunas, fanzines nacionales e
internacionales, las excursiones a Ibiza en busca de un mundo mejor, la
aglomeración temeraria de las drogas, España en la costa… convierte este III volumen
en una lectura interesante, narrativa expuesta a datos y contradicciones tal
vez con el fin de hacernos pensar si de verdad se puede cambiar algo, para mejor
claro.
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