PATRICIA HIGHSMITH: LA MUJER QUE NO QUISO SER CLAIRE MORGAN

      La culpa, la mentira y el crimen, vertebran la ora de Mary Patricia Plangman, luego convertido en Highsmith, apellido que tomaría de su padrastro.
 Alejada de cánones simples, nunca siguió un sendero recto. Huraña, metida en su mundo desde los primeros años, pronto descubrió una sociedad y un ambiente familiar, digamos, que curioso. Unido a su homoxesualidad, despierta un interés en su cuerpo, transformando su mente a laberintos pocos normales para la época. Tampoco su carácter ayudaba, criada por su abuela en Texas, pronto marchará a Nueva York, donde se le abrirán nuevo horizontes que quedarán reflejados a lo largo de su longeva trayectoria literaria.
 Graduada en literatura inglesa, latín y griego en 1942, escribe, aunque no llega a publicar, Carol ( El Precio De La Sal), antes de su gran éxito: Extraños En Un Tren, sobre todo porque pocos meses desùés de su publicación, Alfred Hitchcock compra los derechos para hacer un film, que como todos sabemos, la catapulta a la fama.
 Highsmith se estrena en el mundo laboral como dependienta de unos grandes almacenes en la Navidades, en la sección de juguetería, en Nueva York. Parte de ahí para su obra Carol, que firmó como Claire Morgan en 1952. También estuvo una larga temporada en una editorial de cómics, todo esto le resuelve el asunto alimenticio y le deja claro, que ella, social, no es mucho, y que la mente humana le lleva a pensar por derroteros curiosos, que de hecho, la novela que la da a conocer entreteje una relación, cuando menos curiosa.




¡ Yo mato a su esposa y usted se encarga de mi padre !





EXTRAÑOS EN UN TREN .-1950.- 
 La respuesta está en el viento que cantará Dylan años mas tarde, aquí se encuentra en un vagón de tren, donde el joven arquitecto Guy Haines, ambicioso y conservador, pero que desea divorciarse de su mujer, pese a la juventud de los cónyuges, también en parte porque ella no le desea ni le quiere, es un ser vulgar y encima está embarazada de uno de sus amantes, se encuentra con el caprichoso, alcohólico e histérico Anthony Bruno, agravado con el problema de complejo de Edipo de este inútil socialmente, que desea deshacerse de su padre, al que culpa de todos sus males.
 Highsmith entreteje los hilos suficientes para explicar en sus páginas las razones de uno y de otro, hasta que Bruno le propone al estirado Haines liquidar a su esposa y rehacer su cómoda existencia con una nueva mujer de la que, ahora sí, parece estar a su altura social y económicamente, se supone que también porque la desea. A cambio deberá matar al progenitor de Bruno, nadie relacionaría al uno con el otro, y lo mejor, no existe el hilo conductor de los asesinatos, todo podría seer fruto del azar.


     Cualquier persona es capaz de asesinar. Es puramente cuestión de circunstancias.



 Pero uno es desquiciado, acosador, irracional, y el otro es un estirado de lo que les gustan que los demás tiren la piedra y acierte pero que no le salpique. Excelente Highsmith en el desarrollo, la penetración mental de ambos personajes y todos los secundarios que amenazan con romper el delicado equilibrio cuando Bruno asesina a Miriam, y lo que parecía una broma, toma cuerpo y pesadilla en la vida del acomodado Guy Haines, y entonces... empieza otra novela, con cuerpo, profundidad, ya saben, el crimen perfecto existe, pero tambièn " el factor humano ".


 Su relación lésbica.-  Escribió El Precio De La Sal, o sea Carol, y fue rechazada en un mundo conservador. Estamos a finales de la década de los 40 del siglo XX. Vería la luz en 1951 bajo el nombre de Claire Morgan, cuyo final no es de vergüenza, ni de suicidio, ni de culpa, y que entre el género homoxesual tuvo un gran impacto.


 La inspiración para este libro me surgió a finales de 1948, cuando vivía en Nueva York. Había acabado de escribir Extraños en un tren, pero no se publicaría hasta fines de 1949.Se acercaban las Navidades y yo estaba un tanto deprimida y bastante escasa de dinero, así que para ganar algo acepté un trabajo de dependienta en unos grandes almacenes de Manhattan, durante lo que se conoce como las aglomeraciones de Navidad, que duran más  o menos un mes. Creo que aguanté dos semanas y media.

 El éxito llegaría un año después, cuando la edición de bolsillo se publicó. Alcanza el millón de copias y las muchas cartas que llegaban a la editorial que eran entregadas a Highsmith. La gente se preguntaba quien era Claire Morgan, a fin de cuentas en aquellos días los bares gays eran espacios secretos y recónditos de alguna parte de Manhattan, y la gente que quería ir cogía el metro y bajaba en una estación antes o una después, para no aparecer como sospechosa de homosexualidad. Así andaba el tema, varias décadas después, es posible que se haya avanzado algo, pero hasta en esto, Highsmith fue precursora.


EL CUCHILLO .- 1954.-
  Entró y se sentó ante la barra. Pidió un doble whisky y agua. Miró a su alrededor la gente que había en el establecimiento: un par de hombres que parecían conductores de camiones, una mujer de humilde apariencia leyendo el periódico...

 Walter Stackhouse es un hombre apocado, paciente, abogado y bien situado, pero no ha elegido bien a su compañera. Su esposa, Clara es caprichosa, histérica, y lo peor, su humor ha ido desvariando hasta el punto de criticar las amistades de su marido y alejándoles de ellas poco a poco. Y claro, Stackhouse se empieza a cansar.
  
 Estupendo, estupendo - pensó Walker -. Es la clase de pueblo donde puede uno casarse con una mujer rica y buena, vivir con ella en una casita blanca, ir a pescar los sábados y educar a los hijos para que hagan exactamente lo mismo.

 Melchior Kimmel es propietario de una librería espècializada en pornografía. Es selecto con sus clientes y él un experto en la materia. Metódico, el librero ha decidido asesinar a su inoportuna esposa, y salir indemne de semejante atropello. El asunto, en su momento salió en la prensa,y pese a las investigaciones, no se halló al culpable.
 Walter Stackhouse guarda el recorte del periódico dando cuenta del deceso de la mujer de Kimmel, y por extrañas razones, empieza a pensar en cometer él mismo el asesinato de Clara, igual, y claro, sin consecuencias penales para su persona.
 Highsmith muestra un hecho y lo convierte en obsesión, y aparecen las diversas circunstancias de justicia y culpa, esa conciencia con la que todos estamos dotados. De la violencia explícita, pasamos a la mental, y elabora una excelente obra.


 La confirmación.-  La americana es capaz de tejer tramas y personajes cercanos, situaciones cotidianas convertidas en especiales para poco a poco darles una profundidad que está al alcance de muy pocos.
 El Talento De Mr. Ripley - 1955 la deja en la cima, un individuo capaz de superar su escasa capacidad para la que estaba destinado, Highsmith lo convierte en un tipo curioso, hasta el punto de que escribiría varias novelas más con él de personaje central. De paso, su obra se iba magnificando y diversificando en contenidos y hechos, aunque el espanto súbito y la culpabilidad casual, siguen siendo ejes en su narrativa.
 El cine también ayuda al conocimiento de la obra de la Highsmith, sobre todo el turbio, ambiguo y seductor de Ripley. 
 Siempre encontramos "gente normal" que poco a poco se va inoculando de sus propios pensamientos y sentimientos, hasta poder convertirse en asesino, como quien hace una ensalada.


 Vic se gastó 50 dólares y dos horas de tiempo hablándole de su situación a un psiquiatra de Nueva York. La opinión del psiquiatra era que, puesto que Melinda rechazaba aceptar el consejo de un especialista, iba a hacerle desgraciado e incluso llegaría a provocar el divorcio, a menos que se mostrase inflexible con ella.


MAR DE FONDO.- 1957.- 
 Una pequeña población del Este americano es el centro de la novela. Highsmith planta en el centro de operaciones a un rentista acomodado, Vic Van Allen, cuyos ingresos vienen de las ediciones artísticas a las que se dedica y pasa el tiempo cuidando caracoles, paseando, tomando sus copas y elucubrando sobre su bella esposa Melinda. Joven, guapa, a la que le gustan las fiestas, exhibirse y además tener de vez en cuando aventuras amorosas con diversos hombres que aparecen en sus vidas.
   

 Vic no bailaba nunca, pero por las razones que suelen alegar la mayoría de los hombres que no  bailan. No bailaba única y exclusivamente porque a su mujer le gustaba bailar.


 Y de ese mundo contemplativo, Vic, sacaba conclusiones. Hasta que un día, en uno de esos bailes y fiestas de sociedad bien pensante, soltó aquello de que había asesinado al amante de su mujer. Aquello toma cuerpo y pasa de la broma a cierto fastidio, cuando el susodicho no aparece, creando un sosiego perturbador a su alrededor, visos de que podría ser realidad. Eso enoja sobremanera a Melinda que ahora, a las claras, toma un nuevo amante, que Vic se encargará de que aparezca ahogado, de manera accidental, sin que se le pueda achacar, por ahora, nada. Todo parece un accidente, parece...
 La tela de araña maestra de la tejedora Highsmith hace que se convierta en nudos difíciles de desenredar logrando espacios kafkianos. Mar De Fondo explota aquello de me cargaría a... a hacerlo, y todo siendo un hombre normal y socialmente aceptado.
 Lo cotidiano convertido en excepcional.



 Bajo cada pena y cada desmayo, está el hilo de seda que lleva a un hallazgo.


 La banalidad del crimen.- Observadora y simple, si se me permite, va directa a espiar a sus congéneres y para ello no entra en extravagancias. Le resulta más cómodo las situaciones normales, de la vida cotidiana, de hombres y mujeres sujetos a una rutina que se ve malograda por situaciones de desgaste, que lleva, a alguno de ellos, a tomar la cotidianidad por un arrastre que le conducirá a nuevas vías de escape, en el fondo son seres tímidos, timoratos, anodinos incluso en sus trabajos que no ven sentido a muchas de las cuestiones que se les plantean a diario.
 En ocasiones es la mujer, en Highsmith no salen bien paradas casi ningún personaje femenino, quien estorba, molesta o se muestra demasiado resuelta, mandona, histérica incluso, exhibicionista, como en Mar De Fondo, lo que acaba provocando tormentas interiores en su marido, y en quienes les rodean. Objetos de deseo, como el voyerista de El Grito De La Lechuza.
 Se comienza como una simpleza, y luego tiene la habilidad de adentrarnos en una narrativa compleja. Creo que ahí se encuentra parte del encanto de la escritora americana, situaciones normales que se vuelven difusas, como una distopía de la realidad.
 Highsmith publica 3 novelas más: Un Juego Para Los Vivos - 1958, Ese Dulce Mal - 1960 y Las Dos Caras De Enero - 1961, que preceden, a mi entender a la obra maestra que es El Grito De La Lechuza. Algunas de sus obras serán llevadas al cine, con resultados muy desiguales, pero que acrecienta su fama y da a conocer su narrativa. Una cosa por la otra.


EL GRITO DE LA LECHUZA.- 1962.- 
 Robert condujo el coche hacia una pequeña población llamada Humbert Corners, situada a unas nueve millas de Langley, y tomó una carretera secundaria que la atravesaba internçandose en el campo.
 Necesitaba ver de nuevo a la muchacha.


  El ingeniero aeronáutico Robert Forester hace algunas semanas que a abandonado Nueva York y también los conflictos continuos con su mujer. A puesto millas de por medio, a encontrado trabajo en un pueblo pequeño de Pensilvania y espera rehacer su vida.
 Empeñado en ello dedica muchas horas a su trabajo, pero le gusta espiar a la gente, en concreto, y casi por casualidad, en mitad del campo, descubre a una joven, que vive con su novio, y cada tarde al salir de su faena, se adentra en el bosque, deja el coche en un lateral del camino, y mira a la joven que hace su vida. A través de dos rectángulos de las ventanas de la cocina, la mira a hurtadillas, como un colegial, y se imagina su existencia, la de la muchacha, la del joven que le acompaña, la de él... y divaga.


 Si dos personas se quieren, las palabras no les ayudarán a  quererse más..., ni a cambiar la situación.


 Robert tiene tarea que le ocupa mucho tiempo en la Langley Aeronautics, donde elabora accesorios cilíndricos, moldes de piezas que deban encajar perfectamente. Pero todo empieza a complicarse al ser descubierto en sus andanzas campestres, y el novio de la chica resulta ser un tipo duro y siniestro, mientras Jenny, la muchacha, empieza a enamorarse del ingeniero.
 La casualidad se convierte en obsesión, los celos en un thriller de consecuencias imprevisibles. Para mí, una obra maestra de Highsmith.
 


 Las circunstancias.- Una escritora como ella, gozaba de una cierta libertad para escoger los argumentos que deseara en cada momento. Aunque en la década de los 60 (S -XX) empezó a fraguarse un cierto aroma a clásica, sobre todo en Europa donde su narrativa se comprende mejor que en USA, no dejaba de ser cierto que en ocasiones la vida te brinda circunstancias y casualidades que te pueden dar el argumento de tu siguiente obra.
 Algo de eso sucedió con La Celda De Cristal. Los libros de Highsmith se distribuían bien, y no era extraño que en los centros penitenciarios, en las bibliotecas, se hallaran textos de la americana. Un reo, leyó Mar De Fondo e intentó contactar con Highsmith por carta. Lo que parecía difícil se fue consolidando en los 3 años siguientes, hasta el punto que la escritora comenzó a interesarse por el modo de vida penitenciario, de ahí saldría La Celda De Cristal. Ya digo, las circunstancias.


 Al despertarse, Carter se encontró tumbado en una firme cama blanca con la cabeza reclinada en una almohada.Tenía los brazos fuera de las sábanas y sus dedos pulgares eran unas enormes protuberancias de gasa de igual tamaño, cada uno de ellos, que el resto de la mano.


LA CELDA DE CRISTAL.- 1964.- 
 Aquí no hay héroes que salven la patria ni el patrimonio ni siquiera una situación urgente. Ni el concepto de justicia poética que todos deseamos, simplemente la vida fluye por sus afluentes y desemboca en un gran río, o mar, y eres absorbido, o te has secado antes y diluído en la nada, que suele pasar más veces de las que deseamos.
 Profundiza Patricia Highsmith en los tratamientos psicológicos del encarcelamiento, la devastación mental a la que se les somete a los reos y que te va minando poco a poco, más allá de la culpa que trates de redimir entre rejas.
 La Celda De Cristal  rompe ciertos cánones. Es seca, da un retrato crudo y sombrío sobre la vida en penitenciaria. Transforma las mentes, incluso la del pragmático Philip Carter, un respetado ingeniero que trabajaba en una empresa de construcción, demasiados cheques firmados por él en nombre de la firma para la que dedicaba sus horas labores, le han metido en un lío, hasta dar con sus huesos en la cárcel por fraude, allí lleva 4 años. No ha podido pagar la fianza, su casa está hipotecada, su cuenta corriente no da para mucho, y su matrimonio ve como naufraga, sin que pueda remediarlo. Carter, casi tiene más miedo a salir que a estar dentro de la cárcel, según pasa el tiempo. Paga por algo que no merece, y le parece injusto. Un hombre sencillo metido en un callejón oscuro y sin luz para la que albergar una salida. Además, todas las alegaciones legales son desestimadas, esto empieza a dejarle desesperado del sistema en el que se encuentra sumergido.


 Las dos primeras empresas en las que Carter solicitó trabajo en enero lo rechazaron, la segunda admitió que era a causa de sus antecedentes penales, y Carter pensó que en la primera le había rechazado también por los mismo, aunque no dieran esa razón.


 Hasta que Highsmith da un vuelco al texto. La 2ª parte del libro nos muestra a Carter libre, en Nueva York, con claras secuelas de sus años penitenciarios: traumatizado, muy desconfiado y drogodependiente. Ahora es otro ser: celoso, algo histérico, con un doble juego con su familia y a los que le metieron en la cárcel, que acabará convirtiéndole en un asesino perseguido por la policía.


 Europa.- Parte de su narrativa se traslada al viejo continente, exponiendo así sus nuevas vivencias. Abandona Estados Unidos en los 60 para instalarse en Inglaterra, donde ya transcurre Crímenes Imaginarios y posteriormente Francia y la definitiva, Suiza, donde aislada deja posos de gran envergadura en sus textos.
 Con argumentos simples, construye sorpresas, Sus personajes toman decisiones y se mueven, porque evidentemente están hechos de carne y huesos, piel y sentimientos, y lo traslada a sus páginas que el lector vive con ello


 Los gérmenes de una idea pueden ser pequeños o grandes, sencillos o complejos, fragmentados o completos, quietos o móviles. Yo los reconozco gracias a cierta excitación que siento enseguida, la misma que produce una sola línea de un poema. El mundo está lleno de ideas germinales y si no las tienes es por fatiga física o mental. Entonces hay que viajar, pasear, el cerebro exige vacaciones. A veces nos rodean personas que no nos convienen.


 ¿Demasiados crímenes? Los de la televisión están produciendo kilómetros de películas en las que héroes guapísimos atrapan a delincuentes con una mano mientras acarician a sus chicas con la otra.


CRÍMENES IMAGINARIOS.- 1965.-
  En ocasiones lo que llevamos tanto tiempo deseando: se cumple. Lo que la mente de cada homínido transporta en eso que llamamos cerebro, es cuando menos, curioso.
 Un joven matrimonio vive en la campiña inglesa: Sydney y Alicia Bartleby, no están exentos de algún problema sin importancia. Ella pinta, él escribe guiones para la televisión que de vez en cuando vende junto a su socio, y su gran talento, lo dedica a desarrollar tramas de novelas que no logra publicar, lo cual, poco a poco le amarga el carácter y empieza a echarle la culpa a Alicia, que no le deja concentrarse en sus argumentos, pueriles, pero imaginativos y llenos de imaginación, según Sydney.
  

 El terreno que rodeaba la casita de dos pisos de Sydney y Alicia Bartleby era llano, al igual que la mayor parte del condado de Suffolk..


 Vivir aislados, les da un cierto recogimiento para sus quehaceres diarios y creativos, pero les da tiempo a pensar... demasiado. Una vecina octogenaria es lo más cercano que tienen, con el paso de las semanas, Alicia se hará amiga de la señora Lilybanks. La relación entre ambos se va deteriorando y la joven decide, en parte para descargar algo la tensión en el matrimonio, abandonar por una temporada la casa e instalarse en Brighton, se supone  que iba a casa de sus padres, pero lo que parecía momentáneo se va alargando varias semanas y hace pensar que Alicia ha desaparecido definitivamente.
 Sospechas, dudas, algún acontecimiento casual hacen pensar a la señora Lilybanks que Sydney a asesinado a su joven esposa. Él no lo desmiente y los rumores se extiendes hasta que la policía toma cartas en el asunto. Mientras tanto, la anciana fallece aumentado la intriga.
 Aunque el lector sabe lo que va aconteciendo, Crìmenes Imaginarios pasea por lo que sucede, puede ocurrir y lo que de verdad está transcurriendo, quizás es ahí donde Highsmith se muestra más audaz.


 EL JUEGO DEL ESCONDITE.- 1967.-  

 Vagamente, Ray se dio cuenta de que Coleman se metía una mano en el bolsillo y sacaba algo. De pronto Coleman se volvió de cara a él y entre los dos estalló un disparo que proyecto a Ray de espaldas contra un seto.


 Antes a ocurrido una desgracia. Peggy era hija única de Coleman Garret, y pese a llevar poco tiempo casada con Ray, ella se suicida en Mallorca, casi cuando todavía están en la luna de miel.Eso enloquece a su padre, que culpa al muchacho, su yerno.
 El deceso de la joven no es aceptado por su progenitor, las explicaciones le sobran y las circunstancias de su dolor le sobrepasan hasta limites irracionales.
 Roma se convierte en un escenario más de la trama de búsqueda y desapariciones entre Coleman y Ray. Incluso Venecia será testigo de un nuevo encuentro entre ambos en la búsqueda de una solución... ¿razonable?



 Otro intento de matarme por tu parte podría tener éxito.


 Entre la justicia, tomada de una parte y mal solventada, y la venganza simple se mueve todo el texto. Las ciudades son unos personajes más, con sus características, calles, personas, ambientes... Parece simple El Juego Del escondite, no lo es.


 Cosmopolita.- En su nuevo trayecto personal, también literario, hallamos las nuevas fuentes de las que se nutre su narrativa. Las últimas obras recorren países y ciudades europeas, los argumentos siguen en la misma línea. Personajes cotidianos que se complican la existencia, probablemente por el mero hecho de existir.
 Así han ido apareciendo los paisajes y costumbres de Inglaterra, Francia, Italia. En El Temblor De La Falsificación la exuberante Túnez con sus puestas de sol, el calor, el deja vu de una cultura muy particular, la canícula, la religión. Todo ello no hace más que contribuir a dar una imagen cosmopolita de su obra,a enriquecer  sus obras, y de paso al lector que consigue sus libros, claro.
 Recluida en su mundo, Patricia Highsmith no esconde que la gente, así, en general, no le hacen gracia. Más allá de su vida personal y su declarada homoxesualidad, necesidaes básicas al margen, su rostro austero revela interiores y misterio. A fin de cuentas mientras haya a mano una botella de whisky, tabaco y la máquina de escribir, qué más se puede pedir.
 Vive en el campo, su expresión facial es mínima aunque trate de disimularlo, sus gatos son más espontáneos, no me digan que no es un encanto. 
 Su literatura sigue impertérrita: escribe de los distintos estados de ánimo mientras los fantasmas se instalan en el cerebro como nidos de pájaros en las copas de los árboles,¡buen refugio! mientras permanezcan ahí, pero a veces salen, y no a volar necesariamente.
 El tono opresivo y desasosegante siguen.



¿ Está usted seguro de que no hay una carta para mí?



EL TEMBLOR DE LA FALSIFICACIÓN.- 1969,-
 Howard Ingham había salido de Nueva York hacía 5 días, vía París y se encuentra en Túnez. Allí, instalado en el Hotel Tunisia Palace espera en recepción alguna misiva en forma de carta. Nada. Ni su director de cine que le ha mandado a estas tierras para documentarse sobre un futuro guión que se convertirá en película, él es la avanzadilla; ni su prometida Ina se ha dignado mandarle un saludo.
 Ingham espera y desespera, porque esto le carcome por dentro, como si todo aquel que tuviese contacto previo con su persona, hubiese desaparecido. En un país extraño al comienzo, al que cuesta adaptarse en costumbres, comidas, temperatura ambiente, idioma, el escritor reconvertido en guionista, no avanza ni en una obra que desea llevar a cabo y sólo está en su cabeza, ni el desarrollo de lo que le trajo por estos lares.
 Como tiene mucho tiempo libre, Howard Ingham se hace amigo de un compatriota afín al comunismo, y sobre todo, al buen whisky escocés y, como balanza, para equilibrar, un muchacho danés homoxesual, que es de los más coherente, pero que desconfía sobremanera de los árabes, así, en general.
 La noche, las conversaciones, la falta de noticias en semanas, hasta que éstas llegan y no son nada buenas para la mente de Ingham, el atropello de las relaciones internacionales y la famosa Guerra Fría; hasta que una madrugada una máquina de escribir vuela sobre la cabeza de un individuo, que parece un ladrón, y Howard Ingham está seguro de haberle acertado al intentar a robar en su habitación, y sobre todo, convencido de que lo ha matado.El cadáver no aparece, pero las sospechas sí.
 La ambigüedad, la violencia justificada o no, hacen acto de presencia. Y cuando los personajes que tanto ansiaba llegan de manera física a Howard Ingham, éste ya no es el mismo, ni siquiera ve a Túnez con los mismos ojos.


 Cree en el arte, no en el artista.- La frase es de Bruce Springsteen, la leí en un entrevista a cuenta de su doble Lp: The River. Viene a cuento el siempre tan traído carácter huraño de la escritor americana, de su aislamiento, de su lesbianismo, su adicción al whisky escocés y sus sempiternos cigarrillos sobre sus labios. A mí, me importa un bledo todo eso. Lo único que me entusiasma e interesa, es su obra, tanto la narrativa como en sus cuentos, y por supuesto, ese ser curioso que creö con Ripley, lo demás: viento fresco.
 Su, parece, perenne malestar y cambios de humor, las contradicciones ¿ quien no las tiene de manera continuada?; pero es capaz de alentar momentos cotidianos e incluso amenos, en situaciones cuando menos paradojas, y esos deseos suyos se plasman a través de sus páginas. Centrada en su yo, incompatible con sociabilizar, qué sería ahora de Highsmith en este mundo superficial, banal, estúpido en el que nos movemos, en parte las nuevas tecnologías nos han hecho más... ¿ imbeciles? Mentes que apenas piensan por sí solas, a lo mejor tenía razón, y uno debe de salir de la ratonera en según qué circunstancias.
 En las siguientes décadas, pocas obras me atraerán de la americana, al margen del siempre interesante Ripley. No porque no sean buenas en sus estructuras, lo mío es más pueril, los temas que desarrolla no me atraen, pese a todo, si destaco 2 novelas, parecen simples, como muchas cosas en Highsmith, ¡ay, no lo son!




RESCATE POR UN PERRO.- 1972.- 
  Lisa había desaparecido  un miércoles por la noche. A primera hora del jueves Ed volvió a Riverside Drive y al parque e inspeccionó el terreno. Esta vez incluso buscó manchas de sangre. No sabía qué pensar, qué imaginar. No vio ninguna señal rara en el suelo, aunque se daba cuenta de que era absurdo buscar hojas removidas, incluso un arañazo en la tierra, en un parque público como ése.


 El agente uniformado Clarence Pope Duhamell tenía 24 años y un título de la Universidad de Cornell, donde se había especializado en psicología, aunque sin idea clara de lo que pensaba hacer con el título cuando dejase la universidad.


 Edward Reynolds y Greta, el matrimonio, ha recibido un anónimo diciéndoles del secuestro de su perrita Lisa, y además reclamándoles un dinero para su devolución. Esto asusta cuando todo es verdad. El tema se complica cuando la policía tiene conocimiento del asunto, pero estamos en Nueva York; ¿ de verdad a alguien del cuerpo de seguridad les interesa semejante cuestión, con todo lo que deben de lidiar a diario?
 El joven agente Duhamell parece prestar atención, él, que tiene una novia, Marylyn, que no le gusta nada que sea policía, pero así están las cosas, mientras el secuestrador de la perrita Lisa, Kenneth Rowajinski,, aunque el lector ya sabe que ha matado al can, tiene otros planes que acabarán desquiciando, al honrado y tal vez ingenuo agente Duhamell, mientras Edward Reynolds, parece un tipo pragmático y acepta los hechos, incluso pagando otros 1000 dólares, con la intención de recuperar a la pequeña perrita.
 Parece simple, no lo es. Sidney Lumet llevó a la pantalla Sérpico - 1973 con Al Pacino de agente honrado y sencillo. Veo muchos paralelismos en ambos personajes, el de Highsmith y el del director del film, ninguno acepta sobornos que sus compañeros si desean para cumplimentar sus escasos sueldos, eso les convierte en rara avis dentro del uniforme.que llevan cuando están de servicio.
 La sensibilidad con la que dota Highsmith a sus personajes es encomiable, pero todo acaba por desquiciarse entre la búsqueda desesperada de Duhamell por Rowajinski, cazador y presa. Una vez más, el factor humano y la mente de cada cual, nos traiciona, ¿ o no...?




 Creo que el hombre se hace su propio destino, su propio cielo o infierno en la tierra.






 DÉCADAS SIGUIENTES.-  Con el paso del tiempo, Anagrama ha puesto toda su obra en circulación, buen momento para hacerse con aquellas obras que no se pudieron leer en su momento.
 La producción literaria de Highsmith se hace más espaciosa en los años venideros, así los 70/80 la muestran más quieta en cuanto a creación de situaciones ambiguas a las que nos tiene acostumbrados. El Diario de Edith - 1977, Gente Que LLama A La Puerta - 1983 o Smail G: Un Diario De Verano - 1995 ven la luz. Entre medias, para mí la mejor obra de este periodo algo disperso:El Hechizo De Elsie - 1986, donde parte de su narrativa regresa a situaciones en América, concretamente a Nueva York, como sucedió con Rescate Por Un Perro. 




No se trata de lo que parezcas, sino de lo que eres. Lo cual es más importante.






EL HECHIZO DE ELSIE.- 1986.- 
 Sobre 4 personajes girará la novela ambientada en el Greenwich Village neoyorkino. Un aroma estéticamente bohemio lleno de referencias a la literatura, la pintura, y en general el mundo cosmopolita de los artistas.
 Allí llega una bisoña muchacha de extraordinaria belleza, Elsie Tyler, eje central sobre los que se mueven el resto de individuos en forma de protectores, ya sea Jack Sutherland que ejerce las labores de ilustrador y llena la casa de dibujitos. Su mujer, Natalia, que regenta una galería de arte, cuestión nada menor en la obra de Highsmith, raro es la novela que no tenga a alguien vinculado como marchante, pintor, coleccionista.... Amelia, la hija de ambos de apenas 5 años de edad y, sobre todo, Ralph Linderman que se gana la existencia como guarda de un garaje aparcamiento que está situado en al oeste de la calle Cuarenta y Ocho.



Bueno... ahora soy vigilante, hago muchos turno de noche, y yo lo prefiero así.


 Un hecho casual pondrá en contacto a dos seres diferentes en ambientes y culturas como son los mundos de Linderman y Sutherland, ambos viven en el mismo barrio y éste último acaba de perder la cartera, con todo el dinero que lleva encima y la documentación correspondiente, que mira por dónde, acaba en manos del moralista guarda  nocturno, que no duda en devolvérsela en mano y no acepta ninguna pecunia a cambio de su gesto, educado y elegante.
 Pero no todo es lo que parece. Highsmith nos llevará por vericuetos ocultos en las mentes de todos. Elsie Tyler se gana la vida por ahora de camarera, donde el ilustrador Jack Sutherland la halla y se medio se enamora de ella. Otra cuestión diferente es la obsesión de Linderman por la muchacha, a la cual la asedia en un mal entendido ejercicio de protegerla de las muchas "picardías" que se dan una gran metrópoli.
 Elsie es ayudada a conocer nuevas amistades por el matrimonio Sutherland, y poco a poco se sitúa de modelo para diferentes revistas, cambiando de casa, lo cual desquicia en su búsqueda al guarda Linderman.
 Mención al margen merece Louis, amigo íntimo de Natalia, que se gana la vida vendiendo casas y pisos, restaurandolos cuando están desastrosos y espera, tranquilamente, a sacarle rendimiento una vez quedan inmaculados


 Los principios eran los principios. Y un resbalón señalaba el comienzo del fin. Y el vicio era el vicio.


 Un exceso de celo en Ralph Linderman, con respecto a Elsie Tyler, da al traste con la convivencia, en apariencia sana, del resto de los personajes de la novela, hasta el punto de que todo se desparrama en pesadilla, lo cual nos va guiando hacia una inevitable tragedia y una muerte absurda.


BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA





EXTRAÑOS EN UN TREN.- 1950

EL CUCHILLO.- 1954

MAR DE FONDO.- 1957

EL GRITO DE LA LECHUZA.- 1962

LA CELDA DE CRISTAL.- 1964

CRÍMENES IMAGINARIOS.- 1965

EL JUEGO DEL ESCONDITE.- 1967

EL TEMBLOR DE LA FALSIFICACIÓN.- 1969

RESCATE POR UN PERRO.- 1972

EL HECHIZO DE ELSIE.- 1986






 Patricia Highsmith: 19 de Enero de 1921 .- Fort Worth - Texas - USA .- 4 De Febrero de 1995 .- Locarno - Suiza.-
  

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