JOE COCKER: EL HOMBRE QUE ESPANTABA MOSCAS CANTANDO






  John Robert se encuentra sentado en una taberna, típica inglesa, como él, casi más cerca de cualquier personaje de Louis Stevenson en La Isla Del Tesoro. De hecho podría ser un personaje de semejante novela, cualquier truhán , tahúr, marinero, salido de sus páginas.
 Desde su mesa, sentado en una silla, observa el cristal que da a la calle, un pub de Sheffield, una ciudad en medio de todo, entre Manchester, Leeds, Liverpool, alejada de Londres, y de los mares a veces huracanado que circundan la isla. Él, también, espera un tesoro, que lo tiene en su voz, pero ahora sólo trasiega líquido, quizás sea la nueva pinta que se mete entre pecho y espalda lo que de verdad le entretiene en este instante y le reconforta con el mundo.
 No entiende nada, esto sucede a finales de los 70, hordas de punkys con crestas kilométricas, rockers con cazadoras de piloto, gente normal ¿ normal ?, con traje, corbata, faldas plisadas. Si hoy fuese fin de semana a lo mejor se dirigían al estadio de fútbol, quizás jugase el Sheffield United.
 Viejo, parece un tipo desgastado por la vida, que la ha ido gastando como le ha dado la gana. Vino, alcohol, mujeres, blues, tabernas, en fin, la vida. Apenas pasa de la treintena, conserva un voz exquisita, cascada, pero excelente para lo que a él le gusta y se dedica, lo que en ocasiones le reporta un buen fajo de libras esterlinas que gasta en vivir, o sea, observar el paisaje que le vio nacer en esa ciudad británica que se llama Sheffield, cuando él deseaba cantar, al estilo de Ray Charles, mientras trabajaba en una compañía de gas y montaba los primeros combos con lo que dejar sus versos en forma de canciones sobre el escenario.
 Este marinero de agua dulce, tahúr, ya hacía los pinitos con 17 años. ¡Que recuerdos, que tiempos! Y apenas hace unos meses que lanzaba un nuevo disco, pero nada, parecía que a todos aquellos que pasaban por delante del escaparate del pub donde se tomaba una nueva cerveza, les importase... nada.
 Como hace apenas una década, cuando grabó Marjorine y parecía que aquello despegaba. Ya era Joe Cocker, ya nadie le llamaba John Robert como un personaje salido de la pluma de Stevenson. A lo mejor el hada madrina aparecía de nuevo, como le dio por versionar a The Beatles, y sacó aquel artefacto que se llamó With A Little Help From My Friends - 1969 . Pese a sus ojos vidriosos, la mirada perdida y su mente divagando, lo que no iba a hacer nunca sería dejar de cantar aquellas canciones que tanto le gustaban, la mayoría compuestas por otros. No, él no tenía el talento de crear, sí de adaptar a su voz cascada temas ajenos y pese a todo, sabía, intuía, que un día le llegaría de nuevo el éxito, ahora masivo, o no... y degustaría una nueva pinta.
 ¿ Qué ha pasado ? Muestra su disgusto, como si estuviese en un escenario, cantando, ahora saborea la cerveza y da un puñetazo a la madera de la mesa en la que se encuentra, luego manotea, habla consigo mismo como si espantase moscas sobre su rostro. Alguna mirada torva le observa desde la barra, alguien que pasa por la calle se le queda mirando... ¿ será él... ?  Hasta Allen Toussaint le ha producido el último Lp, y nada... se va la década, se escapa la vida, y mientras las calles están llenas de hippies desvariados y fuera de  toda honda, punkys eléctricos, mods con motos feas, personal normal...



Feelin´Alright


WITH A LITTLE HELP FROM MY FRIENDS.- Abril de 1969.- 
 La presentación de Joe Cocker no podría ser mejor. Temas adaptados a su voz de blues, 10 para ser exactos, 5 por cara y variedad a la hora de elegir las canciones de diversos autores. Abre con Feelin´Alright, un excelente tema que remata con un blues hermoso y bien cuidado en los coros: Bye Bye Blackbird , con guitarras portentosas, por ahí andan en el estudio Jimmy Page y Tony Visconti, todo dicho. La temática pausada resume casi todo el Lp, Change In Louise, compuesta a media por Cocker con Chris Station, que repiten en Marjorine. Pero donde Cocker coloca el alma de soulman que lleva dentro, lo saca en el tema de Dylan: Just Like A Woman, repetirá con el bardo en I Shall Be Released.
 Sandpaper Cadillac de Cocker/Station lo encuentro entre lo mejor del disco. La voz aguardentosa del británico es la tónica general, difícil destacar algún tema sobre otro, el nivel siempre permanece alto. Don´t Let Me Be Misunderstood  y la versión del homónimo que da título al álbum, de Lennon/McCartney, dan un buen broche al trabajo.


Delta Lady


¡ Ay, que tiempos aquellos ! John Robert ha dejado unos billetes encima de la mesa, que supone que serán suficientes para lo que ha consumido de varias horas de sentada.
  Tambaleante se dirige a algo parecido a una casa donde deposita sus huesos sobre un sofá que curiosamente da a una Avenida, por donde sigue viendo pasar gente por la acera de enfrente de su ventanal, allí, sin más le pilla un sueño alcohólico y pesado que le dejara " frito " hasta las primeras luces de la mañana. Con el cuello ladeado, el torso dolorido y las piernas dormidas, se estira poco a poco y se dirige a la cocina, de la nevera extrae una botella de agua que bebe con avidez, y descubre sobre una tarima un reloj que marca las 8.30. ¡Pues sí que ha dormido! ¿ Y soñó ? Bueno, le vinieron a la mente su actuación en Woodstock que llegó porque el disco con un poco de ayuda de mis amigos sonaba en todas partes, llega al número en Inglaterra y se convierte en oro y esas cosas, que algunas, según mira a su alrededor en su cocina, por algún sitio de este apartamento estarán.
 En aquella época vivía en Londres ya, actuaba con la Grease Band, había teloneado a The Who y los primeros escarceos le llevan a salir de la isla y actuar en Estados Unidos, poseía una melena asilvestrada, unas patillas que se descolgaban al pómulo. Era el momento de meterse en el estudio y sacar un nuevo proyecto.



Dear Landlord


JOE COCKER.- Noviembre de 1970.-
 Con producción de Leon Russell, además de autor de 2 temas, y personaje influenciable en la carrera del británico en estos años, el Lp se abre con un tema estupendo: Dear Landlord de Bob Dylan, aquí claramente llevado al terreno de Cocker, la brillantez del blues hace gala, el lado oscuro y negroide del asunto toma la esencia del mismo. 
 La sobriedad y cierta elegancia se observa, se escucha, en varios de los cortes, sean Bird On The Wire
 Pero puestos a destacar, me llevaría sin dudar a la tumba varios temas excelsos: Lawdy Miss Clawdy, She Came In Through The Bathroom... atesora el rhythm and blues en los temas de Lloyd Price o Lennon/McCartney. Pero hay más en ese torrente de voz que atesora Cocker: Hitchcock Railway, se muestra cabaretero en el único tema que firma al alimón con su compañero de grupo, Chris Stainton: That´s Your Business, sublime en Something, en la adaptación de la canción de George Harrison y da el golpe definitivo para dejarlo en la liga de los grandes; Delta Lady.
 Joe Cocker es el Lp de confirmación del británico. Excelente.



Cry Me A River


¡Que siga la fiesta!  Tampoco hay que precipitarse, cuando sale de casa, un ligero sol cae sobre la cabeza de John Robert, que busca su pub habitual. A la hora del martini, el se sienta junto a una mesa que da a un amplio ventanal luminoso y observa el trasiego de sus paisanos. Antes de acomodarse y pedir un wodka con naranja y la primera pinta del día, alguien se le acerca y le pide un autógrafo. Tiene suerte piensa Cocker, a esta hora es capaz de firmar con autoridad y bien.

 Espera, como si algún joven Jim Hawkins de la novela de Stevenson, se sentase con él y le diese un mapa de un tesoro. Si acaso le contaría que ahora que tenía dinero y fama se quedó sin banda después de lo de Woodstock, agotado por el tour americano y su entrega en directo. Pero aquello no podía parar, había mucho en juego, entre ellos empleos. Así pues, ¡que siga la fiesta! Que se unan los que quieran en ese atropello que llamaron perros locos e ingleses. Bueno, Leon Russell tenía parte de culpa, ¡bendita culpa por otro lado! También tenía a mi lado a Chris Stainton, sin él yo me perdía, más de lo habitual.
 Sí, ahora lo recuerdo, fue en ese tour cuando empecé a beber de verdad, vamos, hasta caer redondo o como fuese que acabase. La gira de nuevo por Estados Unidos, a la que cada vez se fue sumando más gente, variopinta, la verdad: Rita Coolidge, Jim Keltner, Carl Radle, Bobby Keys... bueno, éste último andaba mucho con los Stones, está todo dicho en cuanto a juergas.
 Aquello era maravilloso y... agotador. 48 conciertos, de un lado para otro, ¿qué quedó de aquello? Ah, sí, creo que un disco doble y se filmaron varias tomas, no sé si salió una película o algo parecido, desde luego cámaras había varias fuéramos donde actuábamos cada noche. ¡Pero que tiempos !
 - Camarero, venga otro wodka y otra pinta...



The Letter


MAD DOGS & ENGLISHMEN.-Agosto de 1970 (Disco doble).-
  Primer Lp grabado en directo, de los cuales caben 16 temas pero sólo 4 constan en los 2 discos anteriores, lo cual no está nada mal. Dentro, un desmadre típico de los 70, al elenco de personal se irán sumando cerca de 40 personas, entre coros, familiares, músicos y demás personal que por ahí andaba.
 A ritmo de soul aparece Honky Tonk Women, Sticks And Stones; el toque r&b, ya sea en Cry Me A River, Feelin´ Alright, Let´s Go Get Stoned., Give Peace A Chance.
 Entre tanto desmadre hay espacio para la melancolía y cierta paz, sea en la adaptación de Leonard Cohen: Bird On The Wire, que en la voz de Cocker adquiere tintes negroides, como no podía ser de otra manera, con coros celestiales adornando el tiesto. Rita Coolidge se esmera en Superstar el tema de Leon Russell.
 Da tiempo a realizar en medley de 3 temas en la cara C, donde caben temas de Isaac Hayes u Otis Redding, para sellar el asunto con un tema de Bob Dylan, esa querencia que tiene Cocker con el bardo americano, aquí de la mano de Girl From The North Country, compartiendo voz con Russell. 
 La buena sintonía no se pierde en ningún momento, así caen rocks contundentes : She Came In Thru The Bathroom Window, The Letter; toques gospel: Space Captain, que como es obvio, en la garganta de Cocker no encogen ni se empañan. Cierra con el inevitable Delta Lady de Russell.



Black-Eyed Blues


Una nueva noche, que precede al día.- Vaya, John Robert despierta a medio día y su mano se posa en un muslo blanco femenino. Allí, en el frío Sheffield, en la cama de 1.80 yace otro cuerpo, a saber cómo llegaron a parar a semejante espacio.
 Desaparecido, como cuando grabó Mad Dog & Englishmen y necesitaba espacio para él mismo. No descarta ni diluye su falta de experiencia a éxito tan masivo, pero el proceso le llevó a drogas duras, alcohol en altas dosis que acabó con su estado emocional triturado. A fin de cuentas John Robert era un muchacho que quería cantar y sacar provecho de una buenas cuerdas vocales, mientras no sabía qué hacer con el resto del cuerpo, menos cuando actuaba. Así pues espantaba moscas, se movía como si recibiese electrosocks. Y parte de la culpa la tenía Leon Russell, que en buena fe era el alma-mater de todo el proyecto. Sí, bueno, discos de oro, dinero, a veces en dólares otras en libras esterlinas, pero como venían se iban. Los viejos camaradas de la Grease Band se refundaron y ahora tenía que salir adelante.
 Cuando se levanta se toma un café cargado, ¡ ya basta de tanto té ! Y piensa, mientras enciende un purito y mira por la ventana. Tiene 28 años y a grabado varios discos, pero su propuesta no cuaja entre las aguas turbias del punk, el nacimiento de la new wave, la fiebre del sábado noche, la nueva dimensión del glam - rock y ostentosos personajes que empiezan a llamarse nuevos románticos. No entiende nada. Las últimas semanas en Londres le han dejado perplejo, no es que ahora, mientras saborea el café, bueno, le pone un chorrito de coñac para que coja cuerpo, su purito y su larga barba que se adjunta a unas greñas que no ocultan los primeros signos de alopecia, le dejen más tranquilo en su piso de Sheffield.
 Pero todo esto no es nuevo. Ya le pasó hace años. Desapareció y regresó con un tour por USA y Australia, donde mira tú por donde, le detuvieron por posesión de estupefacientes. Al lado de Chris Stainton regresa a Europa y de nuevo en Estados Unidos, allí, en el otoño graba otro Lp. Sale del charco.



High Time We Went



JOE COCKER.- Noviembre de 1972.- 
 Parece que renovado, mantiene la esencia blues de siempre y hay novedades. Varios cortes, 6, llevan la autoría de Cocker/Stainton. Coros y vientos se potencian, quizás porque lo deseaban y echarían de menos del anterior disco, y en directo siempre suma.
 A destacar el single High Time We Went lanzado en el verano de 1971 y auténtico buque insignia del álbum. Aunque varios temas están escritos entre 1969 y 1972, dejan huella en el marcado carácter negro que desean plasmar. Blues, bastante, la esencia está en cada uno de los surcos del disco. Así caen: She Don´t Mind, Black- Eyed Blues: pero también hay tiempo para dejar caer grandes temas de R&B, Midnight Rider, en la adaptación de Gregg Allman, alguna cuestión y no menor, como los temas en directo: Do Right Woman y St. James Infirmary. Los coros de los que tanto se hace gala en el trabajo, redondean temas curiosos como Woman To Woman.
 En definitiva, Joe Cocker es un disco hecho como los de antes, con dedicación y esmero, música de verdad, rock teñido de blues en el momento álgido de la carrera del británico.



I Get Mad


Me lo pienso.-  Brumoso, mi mente andaba turbia, como cuando se mete la mano en un charco y no se ven los dedos. Algo así, porque había vendido muy bien mis discos anteriores, pero me dejaron muy tocado. Y además perdía amigos y entraban otros que no sé yo... pero bueno, un poco renqueante me coloqué de nuevo en un estudio de grabación y salió un disco que tardo muchos meses en ver la luz. ¿ Cual era ? Ah, sí, I Can´t Stand A Little Rain - 1974.
 La verdad, no me salió gran cosa, no fue una evolución, y es menor a mis anteriores 3 Lps. Coros, toques gospel, algún arranque roquero, piezas de piano... Y mi voz, claro.
 Ya que estamos en faena, salieron tantas canciones de esas sesiones de grabación, que tiramos adelante coJamaica Say You Will. Colaboraba mucha gente: Randy Newman, echamos mano de algún tema de Jackson Browne. Metimos muchos coros y vientos, salió por la primavera de 1975 y salimos de gira, que es lo que da dinero. Estuvimos de nuevo por Australia, ahora menos accidentados que la otra vez y hasta me dio tiempo a colaborar con el maestro Bo Diddley.
 Pero me empezaba a dar cuanta que las ventas descendían, sobre todo en el mercado que más me interesaba: USA. Los últimos lps no tiraban mucho, se perdían por las listas aunque en directo nunca faltaba gente para escucharme con entusiasmo, claro, que casi siempre iba a tiro hecho, los viejos temas es lo que tienen.
 Así las cosas, ni Stingray - 1976, que aquí ya las cosas empezaron a bajar, se hizo inevitable el Live In L.A. Y mira que tiré de Leon Russell para la composición y algún temita de Dylan, pero nada, aquello no iba como 3 años antes. Así pues bebía, y en la mente turbulenta le daba vueltas al asunto, como ahora, que escurro la última cerveza y hoy sí, antes de que las luces de neón me atrapen sentado frente al ventanal del pub, voy a caminar solo y creo que sereno a casa. Mañana será otro día, espero.



Watching The River Flow


LUXURY YOU CAN AFFORD.- Agosto de 1978.-
  Hay que partir de una base ineludible. Joe Cocker jamás volverá a grabar ningún Lp que esté a la altura de sus 3 primeros, pero hay espacios sabrosos y aprovechables.
 Luxury You Can Afford, quizás, y parafraseando al título del álbum, porque éste era el lujo que podía permitirse. Grandes colaboradores, trabajos cuidados, coros, a veces me recuerda a Bob Seger pero sin la banda del americano detrás, sobre todo en la época en la que graban y publican, el tono de las baladas. 
 Luego a mi me sorprende el toque funk del inicio, tal vez para acaparar un público al que Coker le es totalmente ajeno. Así se puede explicar la composición del productor Allen Toussaint, Fun Time o I Can´t Say No. Claro que el tono se coje enseguida, Waiching The River Flow ( Dylan ) al rescate; baladones: A Whiter Shade Of Pale, Southern Lady o Lady Put The Light Out.
 Todos los planteamientos del Lp van dirigidos a ampliar espacios. De ahí el volumen de canciones con toques funkys, bailables, digeribles para un público poco exigente. Bien cuidados los arreglos, insisto en los coros y el elenco de personal que ayuda a Cocker en la elaboración del trabajo en el estudio: Dr. John, Billy Preston o Toussaint. Estamos ante un nuevo Cocker, deja un disco discreto y lo dicho, jamás volverá a publicar nada mejor que a comienzos de los 70, pero conserva la garra de su garganta y un buen puñado de temas en este álbum.



Look What You´ve Done


 Y así me encuentro.- Tumbado en el sofá de casa. Perdiendo el tiempo que se me da muy bien. Ahora me ha salido una gira por Europa y volver a rememorar el "espíritu" Woodstock, si es que queda algo una década más tarde. Para mí, que no. Nada más tengo que verme cada mañana en el espejo. Y no hablo de que esté más viejo, las células siguen su camino, tengo claro que todos somos abono para la tierra, pero " el toque del festival " se ha perdido. Bueno, estoy convencido de que lo haré, por dinero, para ser claros, y porque hay gente como Arlo Guthrie metido en el asunto, que me da confianza, así de paso promociono el último lp a ver si arranca y le doy un repaso a las viejas canciones. La banda que me apoya está bien, buenos profesionales y creo que luego podemos dar el salto a Estados Unidos, poca cosa, pero oye...
 Pasan los meses y de vuelta en Sheffield me tomo unas buenas cervezas con amigos de barra. Allí rememoramos los meses de gira y la salida de un nuevo Lp, en directo, algo así como Live In Nueva York - 1979. 
 Aquí paso los meses, ¡que digo!, años, aunque dicen que estaba perdido, yo me encuentro cada mañana y hago lo mismo: bebo, como algo, duermo un poco y bebo otra vez, y así. Se que la cosa va sólo tirando, pero ejercito la voz y no pierdo los contactos, aunque a decir verdad, tardo un poco en contestar, pero vaya, lo hago, vía telefónica, alguien me ha vuelto a insistir en volver a grabar, algo hago con The Crusaders. De ahí surgen cosas, Chris Blackwell me insta a recoger canciones e irnos a las Bahamas, mira tú, cambiaría el cielo plomizo por playas, sol, daikiris... ¡ ah!, también acepto realizar un dúo con Jennifer Warnes, cantante y buena compositora americana, y a ratos hace cameos en el cine. O sea, realizar un tema. Lo grabamos, se llama Up Where We Belong y creo que formará parte de una película, se llama Oficial Y Caballero, pero no me hagan mucho caso, lo mismo es otro título.



Shoked

SHEFFIELD STEEL.- Mayo de 1982.-
 Aún somos capaces de rescatar unos cuantos temas de buena calidad. Así, el blues terroso de Look What You´ve Done o Shocked. Si somos generosos casi abarcará toda la cara A, no desentona en Sweet Little Woman y una vez más abordará un tema de Bob Dylan, aquí a ritmo de reggae: Seven Days.
 El elenco de colaboradores es menor, pero más efectivo en cuanto a las canciones a tratar.
 No faltan devaneos de baladas: Marie, de Newman, nada que ver con la estupenda de Jimmy Cliff, alma y piel recubierta de sentimientos para la enorme Many Rivers To Cross. Parece que Cocker se lo toma con calma en esta 2ª cara con abundancia de coros si exceptuamos Talking Back To The Night.
 Sheffield Steel le coloca entre las voces más granadas en la década de los 80, ayudado sin duda por 2 pelotazos de canciones de sendos films, pero los Lps que transcurren durante la década de los 80, son merecedores de tenerlos, en su mayoría.



A Girl Like You


No te digo.- De manera encubierta quise hacer un homenaje a mi ciudad, esa parte industrial de Inglaterra. A fin de cuentas aquí nací y me perdí por sus calles durante mucho tiempo. Y mira que ahora ya no estoy tanto aquí, como si al grabar Sheffield Steel la vida hubiese dado un giro, de esos como remolinos que te pillan desprevenido porque ahora sopla el viento a favor, como si navegásemos a mar abierto.
 Tengo un oscar, ¡ lo que hay que ver y escuchar !, sí hombre, por la canción Up Where We Belong. A raíz de aquello me llamaron para embarcarme en un larga gira con otros músicos británicos, la cosa pintaba bien, cómo renunciar a buenas libras esterlinas al lado de gente de copete como Clapton, Page, Wyman ... 
 Había cambiado de compañía discográfica, ahora publico con Capitol y allí saqué Civilized Man - 1984 . Como había pasta de por medio, me llevaron a grabar una parte a Los Ángeles donde los chavales de Toto me ayudaron a adaptar varias versiones. Lo pasé bien, la verdad, sacamos algún vídeo tan de moda en esta época, ¡ hay que ver, ya estamos en los 80 ! La otra parte fue trabajada en Nashville, que siempre da empaque al asunto. Todo está enfocado hacia una línea pop, poco a poco me alejaba del blues desgarrador que ha sido mi mejor faceta, creo.
 Tengo el pelo recortado a navaja y la barba de un tipo que aparenta seriedad y la edad que llevo a cuestas. Gano más dinero ahora, bueno, también me lo administran mejor, creo que estoy casado o a punto de estarlo, lo cual no deja de ser una novedad para un tipo como yo, pero la verdad, echo de menos las calles y el pub de Sheffield.
 Ahora mis trabajos se escuchan y compran en Europa, una parte de ella claro, Suiza, Países Bajos y así. No, Estados Unidos era complicado e Inglaterra tenía sus momentos, aquello ya pasó.
 Claro que Ray Newman tuvo el acierto de componer You Can Leave Your Hat On que iba en el siguiente disco: Cocker, trabajo que tuve que dedicar a mi madre, que falleció cuando andábamos entre cables, micros, guitarras... o sea, que estábamos en el estudio de grabación. ¡ Ah, la mujer se llama Magde, mi progenitora! Bueno, pero a lo que iba, el tema en cuestión iba a incluirse en una película que buena entrada comercial, 9 Semanas Y Media  y el tema entró en la b.s.o. ¡ Joder, me hicieron de oro !
 Claro que sacar un lp bueno tardé un poquito, creo que Unchain My Heart si merece estar entre lo más logrado de mi carrera.



Satisfied


UNCHAIN MY HEART.- Octubre de 1987.-
 Hay que entender el asunto según la década en la que se vive. Joe Cocker está más cerca del mainstream que del revoltoso cantor de Woodstock. Con dos singles que le lanzaron a la popularidad de quien jamás tiene un disco de él, vía películas que todo el mundo ha visto, se convirtió en un cantante más de buena voz pero que como Rod Stewart se duda de que existiera alguna vez.
 Unchain My Heart es un buen disco, cuidado, excelso en todas las composiciones, ajenas como suele ser habitual en el británico, 10 temas, con profusión de coros y elenco de músicos de estudio al servicio de una garganta poco explotada, pero es lo que toca ahora.
 Termina con el toque roquero de Satisfied, todo dicho, con elenco de coros femeninos y un solo guitarrero a cargo de Phil Grande. 
 Empieza con garra, Unchain My Heart puede y de hecho figura entre lo mejor grabado por Cocker, a mitad de camino entre un R&B y un tema pop con toque rotundo de Beal en la batería y, el sutil lamento al saxo, del enorme Clarence Clemons. Más comercial, pero son los tiempos, y salvable, el bailable, si se me permite, Two Wrongs que prosigue con I Stand In Wonder, tempo medio. Toques funkys: Rivers Rising, la comercial All Our Tomorrows.



 You Can Leave Your Hat On


 Y en esto llegó a Madrid.-   Una fina lluvia se cierne en el horizonte y sobre las cabezas de los asistentes al concierto de Luz Casal y Joe Cocker en la Casa De Campo en Madrid, en mayo de 1988. Saltándonos la buena y breve actuación de la entonces roquera nacional, el británico apabulló con su esmerada y rasgada voz, un banda estupenda. La voz ronca entroncada con el blues se dejó algunos rasgos sobre el escenario, de un público entusiasmado de verle en recinto amplio. A fin de cuentas íbamos a escuchar esos singles que todos conocemos, las canciones que adapta de The Beatles, Traffic... con sentido del espectáculo y depurada técnica desgrana un puñado de temas que congratula al personal.
 Lima asperezas, mata moscas imaginarias sobre su rostro, se retuerce como si la Stasi le estuviese interrogando, reduce la agresividad de antaño y lima el blues con el pop más edulcorado.
 Cocker ya forma parte del establiments, la duda es si quiso llegar ahí o la corriente le trasladó. Parece cómodo, pero cerrando la década de los 80, poco tiene más que aportar al rock, si acaso un pedacito en su siguiente Lp.


Joe Cocker (voz), Philip Francis Grande (guitarra), Jeff Peyar (guitarra), Thomas Stevens (bajo), David Beal (batería), Jeff Levine (teclados), Danny Levis (teclados y trompeta), Martin Kersch (saxo), Maxine Green (voces), Menee Geyer (voces)

Auditorio de la Casa de Campo. Madrid, 10 de mayo.


Bad Bad Sign


ONE NIGHT OF SIN.- Junio de 1989.-
  A estas alturas es difícil que Cocker sorprenda: para la bueno y lo malo. One Night Of Sin viene a corroborar lo expuesto y lo visto un año antes en directo. 
 Recupera a su amigo Chris Stainton, donde aporta su maestría en varios cortes con los teclados, mantiene en general a la banda que le arropa en directo y que aquí está presente, en el vinilo.
 Por los demás, buenos temas bien elaborados, cuidados, siempre esos coros celestiales en momentos puntuales, guitarras que no asustan ni voz que se rompa, pero si rasga las vertientes de este rock más convencional. Aún así, existen ingredientes que degustar, a saber: I Will Live For You, una forma como otra cualquiera de que no te olviden y de que sigues siendo un cantante en activo, sobre todo cuando se pinchaban estas cosas en discotecas. Como Just To Keep From Drowning, son los tiempos, temas para sobrevivir. Pone un poco de garra en el tempo medio que es Another Mind Gone, toquecito curioso al conocido Fever con arreglos bailables. Claro, que puestos a un tema, no a color: Bad Bad Sign, se recupera la garra de antaño, la voz ruge rasgada, los coros se implican y les sale un rock medido y bonito. El cierre con el título homónimo, también es resultón y destacable.



One Night Of Sin


Esto ha sido todo, amigos.- Se lanzarán recopilatorios, discos en directo y otros nuevos. Girará por Europa principalmente, donde a lo largo de la década de los 90 su éxito es permeable, pero Alemania y Suiza parecen tener imán para sus nuevas creaciones.
 Ubicado casi siempre en Estados Unidos como residencia, veía como sus trabajos eran recompensados en forma de discos de oro en centroeuropa y pasaba a ser una reliquia andante en América, donde no se le olvida, pero al no manejar los registros de compositor, está en una 2ª división aceptable.
 Con One Night Of Sin, cierra lo que considero, su último disco digerible, lo demás no aporta nada a lo ya publicado, ni aumenta la nómina de Lps gloriosos al rock o al blues. Está en ese stanbay de viejas glorias.










DISCOGRAFIA SELECCIONADA


WITH A LITTLE HELP FROM MY FRIENDS.- 1969

JOE COCKER.- 1970

MAD DOGS AND ENGLISHMEN ( Disco doble)
1970

 JOE COCKER .- 1972

LUXURY YOU CAN AFFORD.- 1978


SHEFFIELD STEEL .- 1982

UNCHAIN MY HEART- 1987

ONE NIGHT OF SIN .- 1989



John Robert Cocker: 20 de Mayo de 1944 - Sheffield - Inglaterra .- Crawford -  USA - 22 de Diciembre de 2014.-  


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