BLACK SABBATH: LA ENVOLTURA DEL TÚMULO.-
Black Sabbath
A punto de amanecer, apenas unos segundos para que sean las 7.00 de la mañana y las luces del almacén se iluminan y un centenar de cuerpos se desperezan en sus camas. No hace falta que salte el ruido de la corneta, todos, poco a poco se levantan, unos mejor que otros, todos machos o parecidos a dicho género de homínidos. Desde el primer amanecer que ocupaste tu pequeño espacio en el que el cuerpo, y a veces la mente, descansaba, te incorporas y apenas unos metros de tí, el casete gigante de Ardiles, un muchacho vasco, conecta inexorablemente una cinta con Black Sabbath, el tema que inicia el primer Lp del grupo de Birmingham. Así día tras día, pues sólo daba tiempo a una canción envuelta en las telarañas telúricas del amplio espacio que ocupábamos; luego todo son prisas por formar y contar, como un rebaño, a ver si alguien había conseguido escapar de la ratonera. Luego, de vuelta a las camaretas, Ardiles apagaba el artefacto cuando el casete iba por Behind The Wall Os Sleep, más certero no podía ser el asunto, todos íbamos detrás de la pared del sueño como zombies en busca del sustento, acaso desayuno militar que teníamos que compartir. No lo sabías aún, pero en aquel infierno encontraste cosas curiosas, entre ellas a Ardiles, que te metió en el mundo de Black Sabbath.
Desde luego el sitio, no podía ser mejor, pero eso tuvo que esperar varias semanas, hasta que un día el vasco te vio salir de la oficina de Ingenieros, donde habitabas el resto de la jornada, con un ejemplar de la revista Vibraciones que mensualmente comprabas cuando bajabas a Almería desde el cuartel militar. Allí comenzó una cierta amistad, sólo sostenida por el rock de los británicos y las pequeñas discusiones de fútbol, eran los años en que la Real Sociedad ganaba ligas, el resto se diseminaba por caminos opuestos.
Behind The Wall Os Sleep
BLACK SABBATH.- Febrero de 1970.-
Creaciones atmosféricas, telarañas que extienden sus redes con el fin de cazar. Desde la 1ª nota todo es telúrico, hasta opresivo, como si estuvieses encerrado en un sarcofago y poco a poco aparecen las notas de la guitarra eléctrica, la voz inusual muy lejana, una mano que se extiende hasta tus oídos sin saber todavía si será amiga o no.
Black Sabbath confirma su sonido, enrevesado, pero abren con el tema que da título al disco, al grupo y a toda su parafernalia, algo que siempre he creído no buscaban, simplemente hallaron y sobre ese pequeño pedernal edificaron todo su legado.
No hace falta ser un genio, viendo con cierta meticulosidad la carpeta del Lo, uno ya sabe que se halla en medio de un bosque, más bien perdido y no sabe si hallado, al menos el sonido que el grupo desprende no te deja tranquilo en sus intenciones. Blues pesado, enrabietado, campanas lejanas, lluvia, hasta parece que cae sobre tu cabeza, casi ácida, una batería que no cuestiona nada, Black Sabbath hace acto de presencia y un ser que acaba de salir de un túmulo acaricia con su voz creando una atmósfera tétrica, Ozzy Osbourne se presenta y Tony Iommi te aculla con su guitarra; ya han creado toda una imaginería luctuosa, siniestros variados en la corriente satánica. Y el caso es que el tema es francamente bueno.
La armónica de Osbourne en The Wizard inicia un r&b pesado, en la línea ( inevitable una cierta comparación con Led Zeppelin), pero los textos desmienten enseguida lo que aparentan en el inicio. Claro que mí el tema que siempre me ha llegado más es Behind The Wall Of Sleep, pétalos mortales con poderes extraños una pleitesía a Lovecraft.
Geezer Butler coloca al grupo en un intento, y descarado, a Cream, estamos en 1970 y las influencias son claras y evidentes con el Sunshine Of Your Love de Clapton y Cía: pero N.I.B. es un gran tema, con pandereta y todo. 8 temas, 4 por cada cara del disco, siempre escuetos y contundentes, la velocidad pausada pero demoledora de la base rítmica se acrecienta y coge velocidad en el genial Evil Woman. También pueden ser más elaborados en algunas cuestiones, y hasta se trabajan el tema como jam session se tratase, sea Sleeping Village con sus cambios constantes, riffs que se clavan como estacas en el alma. Y para proseguir el trayecto, Iommi insiste en su cabalgada y textos de dobles sentidos en The Warning.
Tony Iommi: guitarra eléctrica
Ozzy Osbourne: voz, armónica
Geezer Butler: bajo
Bill Ward: batería
Paranoid
Paranoid
Un intento de salir de las mazmorras.- Ardiles nunca te habló mucho de Black Sabbath, entre otras cosas porque sabía poco de los orígenes de los británicos, ni de los muchos grupos y diversas formaciones que venían hasta dar con le tecla. Pero su primer Lp es un éxito que les lleva directamente a las listas en Inglaterra y Estados Unidos, y les debió de servir para bastante, porque rápidamente se meterían en el estudio para crear una obra maestra en toda la línea de flotación del rock británico, Paranoid les llevaría al olimpo.
Por donde tu ibas a veces te encontrabas con el parco Ardiles, éste, pasadas unas semanas te dejó la casete con su disco, y esa misma tarde junto a Ramón, pero que tú le pusiste Iñaki Guisasola porque aunque era de León y maestro de escuela sin oposición, pero con título, y residente en Bilbao desde pequeño, y era muy de allí, os fuisteis a vuestras oficinas pasadas las 7 de la tarde, donde a golpe de Black Sabbath y su disco homónimo, os metíais una buena merendola con el fiambre que vuestras respectivas madres os enviaban mensualmente.
A Ramón, Iñaki, lo mismo le daba Black Sabbath que la rumba catalana, una muñeira que la jota maña, el asunto era estar los 2 tranquilos sin nadie más, charlando de vuestras cosas y si aparecía Jesús, el madrileño, fumar hachís, que siempre tenía algunas chinas a mano. Éste era un personaje etéreo, apenas comía y sólo levitaba, había más personajes, pero no entraban en vuestras vidas.
A Ramón, Iñaki, lo mismo le daba Black Sabbath que la rumba catalana, una muñeira que la jota maña, el asunto era estar los 2 tranquilos sin nadie más, charlando de vuestras cosas y si aparecía Jesús, el madrileño, fumar hachís, que siempre tenía algunas chinas a mano. Éste era un personaje etéreo, apenas comía y sólo levitaba, había más personajes, pero no entraban en vuestras vidas.
El asunto se resolvía a golpe de rock y cuando la casete dio unas cuantas vueltas, ya al anochecer, tu le diste la cinta a Ardiles, que sorprendido por la rapidez y debidamente rebobinada, te sonrió. Ya habías puesto las primeras piedras para que te dejara Paranoid en unos días. Lp que llevaba el camino de llamarse War Pigs, una alusión directa a la famosa guerra del Vietnam, pero no acabó saliendo de single y tampoco con colocarse de genérico del álbum en cuestión, desde luego. creo que más acertado con el icono de banda que protagonizaba sus canciones, más cercano a su mundo telúrico, el nombre que al final colocaron.
PARANOID.- Septiembre de 1970.-
Si les tenía que confirmar, el disco les ratifica en todo su esplendor, desde el inicial War Pigs, título ya bastante elocuente, con helicópteros sobrevolando nuestras cabezas y un toque "pesado, duro", pero eficaz.
No sólo de riffs contundentes viven esta gente, más elaborado que el anterior, incluso con momentos sofisticados, estos tipos continúan con el "toque" cafre de las mazmorras. De nuevo 8 temas, 4 por cara. algunos con desarrollos amplios caso del citado tema anteriormente que se va casi a los 8 minutos.
El soberbio rock que da título al disco, Paranoid, encierra, desde mi punto de vista, todo el sonido y parafernalia a la que Black Sabbath rinde pleitesía. Pero son capaces también, en esta versatilidad de la que escribía, de desarrollar pasajes brumosos, telúricos, de un universo otoñal envueltos en nieblas, sean las magnificas Planet Caravan o Hand Of Doom; pero prima el rock con mayúsculas, el trabajo de Tony Iommi es francamente bueno, ejemplos varios: Iron Man, el instrumental Rat Salad y el cierre con Fairies Wear Boots.
Los carceleros explotan el dólar.- Con los 2 Lps publicados en Estados Unidos, y sobre todo con el impulso que supuso Paranoid en dicho país, en apenas un plis plas despacharon 4 millones de copias, Black Sabbath y su entorno comenzó a gastar su vida como quería. es decir: sexo, drogas variadas y variopintas, aunque ellos la verdad no las necesitaban para componer los temas tan excéntricos a los que nos tenían acostumbrados.
Abría que darse cierta prisa, pues metidos en el verano cuando el otoño acecha, Ardiles, el vasco, apenas le quedan unas semanas para licenciarse, es lo que tiene haber llegado medio año antes al cuartel que tú.
Con la poca confianza que nos teníamos, pero al menos poseíamos algo, me dejó de una tacada 2 casetes, por aquello de que tú tenías claro que cuando escuchabas a un grupo debías de hacerlo del principio al final cronológico de sus trabajos. ¡Manías, paranoías! Pero eran tuyas.
Allá por febrero de 1971, los Black Sabbath, con amplio presupuesto y todo tipo de lujos a su alcance, sean de todo tipo de estupefacientes u hembras variadas, que nadie se me ofenda ni acuse de nada, se meten en el estudio para refrenar su asombroso éxito del anterior Lp. Así pues, Master Of Reality - 1971 comienza a gestarse. Y habría que ponerse muy serios, pues nos encontramos con unos incipientes Deep Purple, los omnipresentes Led Zeppelin, claros dominadores de la década; y unos Stones en su mejor momento creativo de su historia, esa época mágica de 1968 - 1972.
En abril tienen listo su disco, y en el verano está en la calle para quien quiera adquirirlo. Ardiles, el vasco, te pasó Master Of Reality y Volumen 4, éste último no exento de polémicas entre ambos, pues estabas convencido de que era un recopilatorio, con portada mala tirando a fea y un título que te echaba de espaldas. Pero el dueño insistió hasta el punto de ir a su taquilla, sacar todas las casetes de Black Sabbath y comprobar, in situ, que era un álbum nuevo, no recopilatorio. Lo que eran las cosas, lo que había cambiado la existencia de vosotros 2, ahora era él en su empeño por ofrecerte el mejor grupo del mundo universal en que debías de escucharles. No muy convencido pese a no ver ningún título repetido, te largaste con las 2 casetes a "tu oficina" para comprobar semejante aquelarre sonoro.
MASTER OF REALITY.- Julio de 1971.-
Atacan de nuevo los de Birmingham con otra obra maestra, 8 temas, para no desentonar, de los cuales nos colocan 2 instrumentales.
Nadie mejor que ellos para hablar en sus canciones de lo que ingerían de manera habitual y diría que ritual. A saber, Sweet Leaf , una clara demostración para consumir hierba bien prieta y extraer sus jugos aromáticos. Tanto Osbourne como Iommi están sublimes, cada cual en lo suyo. Luego parece que descolocan con unos teclados al inicio de After Forever, pero más tarde aparece el sonido metálico, pesado como un avión sobrevolando tu cabeza y los riffs permanecen a lo largo de toda la canción.
De los instrumentales, Embryo, con un prólogo medieval con violín incluido y Orchid, que prosigue la senda del anterior, aromas de folk y campiña británica.
Prima, claro, el rock contundente: Children Of The Grave, con una base rítmica potente. Lord Of This World o Into The Void. Pero la sublimidad entendida por varios gramos de calidad la colocan en la soberbia Solitude, hacen acto de aparición flauta y piano a cargo de Tony Iommi y la aterciopelada voz ( parece mentira ) de Ozzy Osbourne.
Master Of Reality es un álbum muy de su tiempo. Me explico, en sus textos hablan de lo que les da la gana, y en esa gana están presentes las drogas en sus diversas variantes, la guerra, ( siempre hay alguna en nombre de no sabe que dios y derechos humanos); también hay amor en el más amplio aspecto lingüístico.
La música es diabólica o no es música.- Algo por el estilo debías de discutir con Ardiles, el vasco, a cuenta de Black Sabbath. Pero no creías que aquello fuese así, aunque el otro opinase de semejante manera, a fin de cuentas era un personaje curioso en el sentido de que solo escuchaba a lo británicos, nadie más en los meses que le trataste.
Pero la cita que inaugura este apartado, es de la novela de Carlos Zanón: Taxi - 2017-; donde los fanáticos saben esa verdad, como Jerry Lee Lewis, más o menos. Viene a decir el escritor catalán.
Sea como fuere el asunto, en tus manos habían caído las casetes que contenían el Volumen 4 y unos días más tarde Sabbath Bloody Sabbath y Sabotage, cada cual con su portada más horrorosa. Se veía claro que estos muchachos no utilizaban el marketing con autoridad ni pizca de curiosidad.
Seguían jugando con lo esotérico y un sonido muy consolidado entre sus huestes, de hecho todo lo publicado entre el periodo que va de 1970/75 es excelente, diría incluso que son clásicos en el sentido de la enorme calidad que atesoran sus 6 Lps iniciales, refrendados por ventas masivas y giras tumultuosas, sobre todo las acaecidas por estos años en Estados Unidos, donde de verdad estaba el dinero.
Tanto es así, que Volumen 4 su siguiente paso discográfico se lo trabajan en USA. Nuevos estudios y amplitud de posibilidades sonoras, tales como un cierto alejamiento de la base de blues pesado a explorar melodías más psicodélicas. Ya se atreven con piano, cierta orquestación y tratamiento de cuerdas y meten una balada en todo su sentido.
No han cambiado, simplemente van evolucionando como cualquiera. De hecho, Master Of Reality fueron abandonando el toque sucio y violento, aunque espectrales persistían en el empeño y desde luego, sin ser del todo lineales, si que mantienen una homogeneidad palpable.
VOLUMEN 4.- Septiembre de 1972.-
Dentro de los parámetros en los que se encontraban esta gente, no hubiese sido mal título para el Lp que el inicial Wheels Of Confusion, aunque luego Tony Iommi se encargue de llevarlo por un sendero de caballo desbocado y con las crines al viento. Rock persistente y duro, textos llenos de temores y confusiones, el miedo a madurar cuando aun eres un niño que sólo sueña con hacerse mayor.
Varios temas irán en esa línea. Tomorrows Dream, Supernaut. Mención muy especial para Snowblind, con que el iban, al parecer, titular el álbum, pero esa "ceguera de nieve" en la que Black Sabbath estaban inmersos, dejaba fuera de lugar a la discográfica que no consistió en llamar al Lp así, pese a todo, es la canción más emblemática del mismo. Cornucopia y Under The Sun, están en el epicentro de lo que se espera de ellos.
La 1ª gran balada de Black Sabbath, algo muy estilado en eso que llaman "heavy metal" ¿? Bueno, aquí mellotron y piano, acompañan la suavidad de Osbourne en Changes, intuyendo el tétrico final de un amigo, quizás veía en el horizonte su propia imagen... Con un sentido del humor particular, FX es una broma que se gastan en el estudio en forma de corto instrumental. Menos habitual en su concepción del rock, Black Sabbath intuye y construye pasajes oníricos, bucólicos en Laguna Sunrise, algo muy en boga en la década de los 70, sobre todo de bandas británicas. estos 3 cortes se salen de lo habitual, dando un prisma más ecléctico al asunto.
Y ahora qué, ya no está Ardiles.- Dejó su petate y su ropa caqui, recogió sus enseres y en una bolsa de viaje metió su casete y sus cintas que llegaban hasta Sabbath Bloody Sabbath y Sabotage, y se despidió, se marchó por el portalón grande, aún tuvo un último gesto como de brindis torero, él que marchaba contento con "su blanca" en el bolsillo trasero de su pantalón vaquero rumbo a Lasarte, y justo ahí, a unos pasos te encontraste con él. Os distéis un apretón de manos y con Ramón, Iñaki, que andaba a tu lado, unos manotazos cariñosos. Por el camino de arena que daba a la salida, cogería un autobús que le dejaría en Almería y de ahí, a la estación de tren rumbo al norte.
Desapareció Black Sabbath de tu vida cotidiana, de las mañanas frescas cuando la noche se disolvía en la voz de Ozzy Osbourne en el casete de Ardiles, ahora, justo unos días más tarde apareció otro reemplazo, y al lado, junto a la camareta del vasco otro tipo humilde, poquita cosa, también tenía un radiocasete, este más grande, y junto a sus enseres en la taquilla: una guitarra acústica y una armónica. Tardó algunas mañanas, quizás semanas, hasta que con confianza, se arrancaba en las madrugadas a tocar algo, este, llamémosle Vallhonrat, procedente del Valle de Arán, le daba al asunto por Bob Dylan. Ramón, Iñaki, cuando lo escuchó la 1ª vez te miró intuitivo, " otro de los tuyos" te decía con la mirada. Pero el catalán era gato esquivo hasta que le pisaste el rabo y no pudo escapar de tus botas, iba a ser compañero tuyo en la oficina de Ingenieros, sección Estadística, vamos, el que te iba a relevar a tí al frente del asunto en apenas unos meses cuando tú serías el que saldría por el portón grande un 25 de febrero de 1981 cuando un guardia civil 2 tardes antes pensó que esto se podía repetir, digo... lo del 36. Menos mal que el asunto no fue igual, y Black Sabbath, muchos años después volvería a tu vida, pero tenías una duda existencial. Ardiles les seguiría escuchando tras Technical Ectasy y llegaría su consentimiento cuando Ronnie James Dio fuera el frontman del grupo. ¿ ?
SABBATH BLOODY SABBATH.- Diciembre de 1973.-
Ya da que pensar que estamos ante una gran obra nada más iniciar el asunto, el riff de Tony Iommi con el que abre el Lp, título homónimo del álbum. A National Acrobat es otro tema contundente, medio tempo pesado, plenamente instalado el sonido de Black Sabbath en el oyente, identificable enseguida.
Pero la sofisticación del cuarteto llega con el tercer tema, una poesía instrumental, la bella Fluff, parece un cuento en forma de nana para acostar a los niños. ¡Tiernos! El rock con fundamento, bien hecho y ejecutado está en la joya que es Sabbra Cadabra con la colaboración en los teclados de Rick Wakeman. Hasta aquí uno puede deleitarse con un toque que deslumbra, pues el grupo se ha despojado de los tonos lúgubres y algo esquizoides a lo que nos tenían acostumbrados, suenan frescos, vigorosos, como si no arrastrasen secuelas de las largas giras.
Juegan a 3 bandas en su siguiente canción: Killing Yourself To Live, cambios de ritmo constantes, sugerencias y matices variados, no se puede decir que no se lo trabajasen. Osbourne está espléndido... Pero la experimentación con las máquinas llegará en el siguiente tema, casi psicodélicos, Who Are You? es rarita, pero demuestran versatilidad, nada de a tiro hecho. Geezer Butler juega con el mellotron dejándonos un pasaje bucólico, envuelto en nieblas y ahora sí, recuerda anteriores trabajos en el sonido y toque final. Looking For Today con riff constante y pegadizo, se suaviza en tramos con el toque de flauta que le queda algo folkie. Spiral Architect cierra el asunto, las guitarras acústicas son protagonistas, ambiciosa y sugestiva.
En total Black Sabbath concluye con 8 temas, sin desperdicio, quizás en el mejor momento del grupo. Sabbath Bloody Sabbath es otro extraordinario disco de los británicos.
Homogeneidad.- Todavía con la formación clásica y despidiendo discos francamente interesantes, el cuarteto sería capaz de completar otra obra digna de llevar su nombre, su logo, su espécimen repartido entre las hordas de multitud de seguidores que atesoran desde su lanzamiento en febrero de 1970 del Lp Black Sabbath.
Se da el caso curioso que por 1ª vez en su dilatada carrera que el último trabajo, Sabbath Bloody Sabbath no sólo figura entre sus mejores discos y aclamado por sus huestes, sino que la dura crítica que hasta ahora les había tratado mal tirando a peor, se pone de acuerdo en alabar dicho Lp. También tiene que ver su aislamiento a la hora de la composición y creación de dicho artefacto, algo a lo que en los tiempos pretéritos no se daba en su dimensión adecuada, el abandono de Los Ángeles (USA) para dejarse llevar por las fragancias del bosque británico, en plena campiña, donde alquilan un castillo, tal cual, con mazmorras y todo, así se sentían felices, concretamente en Clewell, un enclave ideal para purificar ideas y conceptos y les salió un álbum redondo, magnífico.
Con fuerzas suficientes, era el 5º Lp de la banda en alcanzar cifras kilométricas de ventas, platinos incluidos en Estados Unidos, cosa que está al alcance de muy pocos. Su esperado largo tour de 1974 les encumbra como de uno de los grupos más a tener en cuenta en el panorama del rock.
Pero no todo sería excelso, la vida se encarga de dar y de quitar por sí sola. desprenderse de su mánager hasta entonces, les mantuvo casi 2 años en el dique seco debido a diferencias que acabó en los tribunales, no era nada extraño que Black Sabbath titulase su reaparición, en 1975, como Sabotage, en un nuevo intento claro de evolucionar con su sonido.
Estamos en el último gran trabajo del cuarteto de manera consecutiva, y de hecho ya existe un cierto bajón creativo con respecto a sus predecesores, aunque mantienen el nivel. Lo que vendría en años posteriores poco o nada tiene que ver con el lustro que nos ilumina en este comienzo de los 70,
El siempre socorrido recopilatorio cuando no hay nada que decir serio, aquí en forma de We Sold Our Soul For Rock And Roll - 1976 hasta los ya insulsos a finales de la década dorada, sean Technical Ecstasy - 1976, donde aparecen los primeros signos de desarme del cuarteto de manera evidente; y Never Say Die - 1978, éste ya con las polémicas incluidas de la huida y regreso de Ozzy Osbourne al grupo, algo esperpéntico, hasta su abandono definitivo en 1979.
SABOTAGE.- Julio de 1975.-
Unos tipos peludos, feos, de las portadas ya no insistiré, llenos de problemas hasta acabar judicalizandolos, con su antigua agencia de managers, con algún conflicto interno, sustancias lisérgicas por doquier, y sin embargo, Black Sabbath mantiene una transformación exigente en cuanto se meten en el estudio para dejarnos, lo que a la postre sería el último gran Lp del cuarteto: Sabotage.
Antes de que se convirtieran en un equipo de fútbol por aquello de tanto fichaje en el puesto de cantante, Ozzy seguía al mando y sus 3 compañeros no le iban a la zaga. Rock seco, algunas consideraciones de esas raras que de vez en cuando nos dejan, sean en forma de juegos en el estudio, Don´t Start (Too Late), pero donde no se andan con disimulos y directos a la yugular es en Hole In The Sky, Symptom Of The Universe y sobre todo Megalomanía... Tony Iommi se crea varios riffs interesantes, de esos que crean escuela y secuelas con el transcurrir de los años. Como es norma habitual, 8 temas en total y 4 por cada cara, aquí se cierra la A.
Iommi asiduo mutante de la guitarra eléctrica alardea con precisión de otras habilidades, sean al piano o sintetizador en Thrill Of It All, otro gran tema. Para seguir con las buenas costumbres, un instrumental con coros envolventes de brumas y pasajes siniestros, Supertzar. The Writ otro tema legendario, largo en duración y guadianesco en cuanto a evolución de sonidos. No me olvido de Am I Going Insane (Radio), una broma pop que ellos mismos se encargan en los segundos finales de ponerles un humor británico.
Ahora sin Osbourne.- Hasta aquí había llegado el legado de casetes de Ardiles, no sé si por desconfianza a lo posterior publicado o dejadez, me extraña, pero bueno, el vasco sólo tenía esas 6 cintas de los británicos, y a fé que contenían lo exquisito de Black Sabbath.
Ellos desaparecieron de mi existencia como la mayoría de los que formaron milicias con mi persona. Ajenos a los tiempos y sueños de cada cual, siempre que veía un logo de los de Birmingham mi cerebro se retrotraía a unas camaretas, una oficina, un enorme radiocasete y ¿por qué no?, hasta extraía de mi rostro una sonrisa beatífica.
Con el paso de los años desfilaron por mis yemas de los dedos algunos Lps de Black Sabbath, pero tardé algunos más en hacerme con ellos, sobre todo lo 6 primeros, los esenciales. Luego, parecían un equipo de fútbol con intercambio de cantantes, y en alguna oportunidad escuché clandestinamente que Ronnie James Dio estaba espléndido con los Sabbath y que vaya disco se habían marcado, el Heaven And Hell - 1980, claro que escuchado a las puertas de la sala Canciller en Madrid, en los 80, a un par de melenudos con cazadoras vaqueras de cuello tieso, muñequeras. y toda la parafernalia heavy, pues en fin...Luego cuando supe que hasta Ian Gillan ocupaba el puesto de vocalista y Bill Ward abandonaba el barco, empecé seriamente a desconectar.
Pese a todo me llamó la atención su concierto en Barcelona en los 80, y después de desenterrar algunas madrigueras, recogí el guante y me puse seriamente a escucharlos. Hacerse con los 6 primeros Lps es relativamente sencillo, y cuando imbuido de nuevo por el sonido de Sabbath, engullí el nuevo concepto con Dio en la voz.
Admito tener sentimientos encontrados con los discos posteriores a Ozzy Osbourne. Black Sabbath gana enteros en cuanto al mundo "heavy", cambia las coordenadas, se hace estridente, pierde encanto siniestro, los túmulos son escasos y apenas se ven. Ronnie James Dio gana velocidad, ya lo conocíamos, sobre todo de su paso por Rainbow, el invento de Ritchie Blackmore tras Deep Purple, y no dudo que Heaven And Hell es un disco interesante, con aciertos varios: Neon Knights, Children Of The Sea... y que supera en mucho los últimos trabajos discográficos del combo de finales de los 70, tanto como los metamorfosea en rock ajeno al principio del todo, aquellos aquelarres telúrícos y siniestros, y pese a contar con los teclados de Geoff Nicholls que llevaba tiempo acompañándoles en directo, ahora de forma definitiva, Black Sabbath se me convierte en un grupo de heavy al uso, de lo cual Dio tiene la culpa en cuanto impone su criterio de frontman, nada que objetar, cambio de entrenador, estilo nuevo. Quien quiera que lo coja.
Pero para mí se convierten en una banda vulgar dentro de unos límites muy estrechos como heavy, metal... o como que se quiera denominar, no seré yo quien demonice ningún género musical dentro del tronco común del rock. pero la clase y el estilo se diluye como una reliquia de cartón piedra y en discos de inercia muy ramplona.
En el intervalo de una carrera en solitario de Ozzy Osbourne, los Black Sabbath se reúnen en un elenco televisado a medio mundo en el festival Live Acid allá por 1985. pero la década les superó y desde luego el duende, el genio, las musas, no estaban de su parte, el aporte creativo cayó en desuso. Sólo Tony Iommi siguió en el barco durante los años posteriores a tantos cambios y reencuentros de cantantes, que parecía que la cuestión se dilapidaba en un grupo enorme en el pasado que vivía del logo. Hasta acabar en los tribunales por el derecho comercial del grupo en 2009. Mal asunto.
Resuelto con una reunión en toda regla en 2012, y puestos a colaborar en un nuevo y definitivo disco final, propio de su talento y su " sonido" telúrico: 13 - 2013, con Osbourne, Iommi y Butler como miembros fundadores, dan el do de pecho.
13 .- Junio de 2013.-
Al igual que las olas que vienen y van, las mareas se suceden de manera constante, todas las personas no cantan de la misma forma nio en el tono ni con el ritmo. Black Sabbath sorprende 43 años después de su debut homónimo con talento y el toque que siempre les aguantó para refrendarse como un grupo enorme, aquel que era capaz de aunar espejismos siniestros en medio de la bruma otoñal, y sale con un Lp muy bueno para unos millonarios de vuelta de todo, pero con el rigor necesario de no ensuciar al final de la vianda con estrafalarios artilugios y pechuga embadurnada de crema.
13 es el finiquito final, deben de andar por la casi veintena de discos publicados bajo su logo, pero éste es fiel reflejo de lo que fueron y desean ser recordados. Como si estuviesen acogidos a un sortilegio que desconocemos, andan de nuevo sobre 8 temas, ahora con productor de relumbrón, aquel que parece como un lázaro, despertar y traernos vivos a grupos que están más para allá que presentes, Rick Rubin.
End Of The Beginning abre el tarro de las esencias, y enseguida ya sabemos que es Black Sabbath, " ese sonido..." Monolíticos, densos y longevos, Ozzy Osbourne parece haberse tomado en serio, y Sabbath es esto y así suena, sin desentonar el siempre sobrio y conciso Iommi, sobre versos que hablan si este es el fin o el comienzo del mismo.
Las brumas de los bosques, el aroma noctívago cabalga de nuevo sobre una luna pobre, de pesadilla, misterios ocultos: God Is Dead? ; y pese a todo buscan la iluminación y cierta esperanza en el caos. No hay concesiones, los temas son largos, estamos en los 8 minutos.
Los contundentes riff no se quedan atrás, Loner no desperdicia nada. Cambio de ritmo, el sosiego brumoso de Zeitgeist, donde lo acústico y melódico toman posiciones en un aroma psicodélico y tono vocal distorsionado.
Predomina, claro, el tono lúgubre y poderoso: Age Of Reason, Live Forever. Fieles a sí mismos, despojan con un poderío notable en tonos blues-rock Damaged Soul o Dear Father.
Hand Of Doom
PARANOID.- Septiembre de 1970.-
Si les tenía que confirmar, el disco les ratifica en todo su esplendor, desde el inicial War Pigs, título ya bastante elocuente, con helicópteros sobrevolando nuestras cabezas y un toque "pesado, duro", pero eficaz.
No sólo de riffs contundentes viven esta gente, más elaborado que el anterior, incluso con momentos sofisticados, estos tipos continúan con el "toque" cafre de las mazmorras. De nuevo 8 temas, 4 por cara. algunos con desarrollos amplios caso del citado tema anteriormente que se va casi a los 8 minutos.
El soberbio rock que da título al disco, Paranoid, encierra, desde mi punto de vista, todo el sonido y parafernalia a la que Black Sabbath rinde pleitesía. Pero son capaces también, en esta versatilidad de la que escribía, de desarrollar pasajes brumosos, telúricos, de un universo otoñal envueltos en nieblas, sean las magnificas Planet Caravan o Hand Of Doom; pero prima el rock con mayúsculas, el trabajo de Tony Iommi es francamente bueno, ejemplos varios: Iron Man, el instrumental Rat Salad y el cierre con Fairies Wear Boots.
Children Of The Grave
Los carceleros explotan el dólar.- Con los 2 Lps publicados en Estados Unidos, y sobre todo con el impulso que supuso Paranoid en dicho país, en apenas un plis plas despacharon 4 millones de copias, Black Sabbath y su entorno comenzó a gastar su vida como quería. es decir: sexo, drogas variadas y variopintas, aunque ellos la verdad no las necesitaban para componer los temas tan excéntricos a los que nos tenían acostumbrados.
Abría que darse cierta prisa, pues metidos en el verano cuando el otoño acecha, Ardiles, el vasco, apenas le quedan unas semanas para licenciarse, es lo que tiene haber llegado medio año antes al cuartel que tú.
Con la poca confianza que nos teníamos, pero al menos poseíamos algo, me dejó de una tacada 2 casetes, por aquello de que tú tenías claro que cuando escuchabas a un grupo debías de hacerlo del principio al final cronológico de sus trabajos. ¡Manías, paranoías! Pero eran tuyas.
Allá por febrero de 1971, los Black Sabbath, con amplio presupuesto y todo tipo de lujos a su alcance, sean de todo tipo de estupefacientes u hembras variadas, que nadie se me ofenda ni acuse de nada, se meten en el estudio para refrenar su asombroso éxito del anterior Lp. Así pues, Master Of Reality - 1971 comienza a gestarse. Y habría que ponerse muy serios, pues nos encontramos con unos incipientes Deep Purple, los omnipresentes Led Zeppelin, claros dominadores de la década; y unos Stones en su mejor momento creativo de su historia, esa época mágica de 1968 - 1972.
En abril tienen listo su disco, y en el verano está en la calle para quien quiera adquirirlo. Ardiles, el vasco, te pasó Master Of Reality y Volumen 4, éste último no exento de polémicas entre ambos, pues estabas convencido de que era un recopilatorio, con portada mala tirando a fea y un título que te echaba de espaldas. Pero el dueño insistió hasta el punto de ir a su taquilla, sacar todas las casetes de Black Sabbath y comprobar, in situ, que era un álbum nuevo, no recopilatorio. Lo que eran las cosas, lo que había cambiado la existencia de vosotros 2, ahora era él en su empeño por ofrecerte el mejor grupo del mundo universal en que debías de escucharles. No muy convencido pese a no ver ningún título repetido, te largaste con las 2 casetes a "tu oficina" para comprobar semejante aquelarre sonoro.
Solitude
MASTER OF REALITY.- Julio de 1971.-
Atacan de nuevo los de Birmingham con otra obra maestra, 8 temas, para no desentonar, de los cuales nos colocan 2 instrumentales.
Nadie mejor que ellos para hablar en sus canciones de lo que ingerían de manera habitual y diría que ritual. A saber, Sweet Leaf , una clara demostración para consumir hierba bien prieta y extraer sus jugos aromáticos. Tanto Osbourne como Iommi están sublimes, cada cual en lo suyo. Luego parece que descolocan con unos teclados al inicio de After Forever, pero más tarde aparece el sonido metálico, pesado como un avión sobrevolando tu cabeza y los riffs permanecen a lo largo de toda la canción.
De los instrumentales, Embryo, con un prólogo medieval con violín incluido y Orchid, que prosigue la senda del anterior, aromas de folk y campiña británica.
Prima, claro, el rock contundente: Children Of The Grave, con una base rítmica potente. Lord Of This World o Into The Void. Pero la sublimidad entendida por varios gramos de calidad la colocan en la soberbia Solitude, hacen acto de aparición flauta y piano a cargo de Tony Iommi y la aterciopelada voz ( parece mentira ) de Ozzy Osbourne.
Master Of Reality es un álbum muy de su tiempo. Me explico, en sus textos hablan de lo que les da la gana, y en esa gana están presentes las drogas en sus diversas variantes, la guerra, ( siempre hay alguna en nombre de no sabe que dios y derechos humanos); también hay amor en el más amplio aspecto lingüístico.
Wheels Of Confusion
La música es diabólica o no es música.- Algo por el estilo debías de discutir con Ardiles, el vasco, a cuenta de Black Sabbath. Pero no creías que aquello fuese así, aunque el otro opinase de semejante manera, a fin de cuentas era un personaje curioso en el sentido de que solo escuchaba a lo británicos, nadie más en los meses que le trataste.
Pero la cita que inaugura este apartado, es de la novela de Carlos Zanón: Taxi - 2017-; donde los fanáticos saben esa verdad, como Jerry Lee Lewis, más o menos. Viene a decir el escritor catalán.
Sea como fuere el asunto, en tus manos habían caído las casetes que contenían el Volumen 4 y unos días más tarde Sabbath Bloody Sabbath y Sabotage, cada cual con su portada más horrorosa. Se veía claro que estos muchachos no utilizaban el marketing con autoridad ni pizca de curiosidad.
Seguían jugando con lo esotérico y un sonido muy consolidado entre sus huestes, de hecho todo lo publicado entre el periodo que va de 1970/75 es excelente, diría incluso que son clásicos en el sentido de la enorme calidad que atesoran sus 6 Lps iniciales, refrendados por ventas masivas y giras tumultuosas, sobre todo las acaecidas por estos años en Estados Unidos, donde de verdad estaba el dinero.
Tanto es así, que Volumen 4 su siguiente paso discográfico se lo trabajan en USA. Nuevos estudios y amplitud de posibilidades sonoras, tales como un cierto alejamiento de la base de blues pesado a explorar melodías más psicodélicas. Ya se atreven con piano, cierta orquestación y tratamiento de cuerdas y meten una balada en todo su sentido.
No han cambiado, simplemente van evolucionando como cualquiera. De hecho, Master Of Reality fueron abandonando el toque sucio y violento, aunque espectrales persistían en el empeño y desde luego, sin ser del todo lineales, si que mantienen una homogeneidad palpable.
Snowblind
VOLUMEN 4.- Septiembre de 1972.-
Dentro de los parámetros en los que se encontraban esta gente, no hubiese sido mal título para el Lp que el inicial Wheels Of Confusion, aunque luego Tony Iommi se encargue de llevarlo por un sendero de caballo desbocado y con las crines al viento. Rock persistente y duro, textos llenos de temores y confusiones, el miedo a madurar cuando aun eres un niño que sólo sueña con hacerse mayor.
Varios temas irán en esa línea. Tomorrows Dream, Supernaut. Mención muy especial para Snowblind, con que el iban, al parecer, titular el álbum, pero esa "ceguera de nieve" en la que Black Sabbath estaban inmersos, dejaba fuera de lugar a la discográfica que no consistió en llamar al Lp así, pese a todo, es la canción más emblemática del mismo. Cornucopia y Under The Sun, están en el epicentro de lo que se espera de ellos.
La 1ª gran balada de Black Sabbath, algo muy estilado en eso que llaman "heavy metal" ¿? Bueno, aquí mellotron y piano, acompañan la suavidad de Osbourne en Changes, intuyendo el tétrico final de un amigo, quizás veía en el horizonte su propia imagen... Con un sentido del humor particular, FX es una broma que se gastan en el estudio en forma de corto instrumental. Menos habitual en su concepción del rock, Black Sabbath intuye y construye pasajes oníricos, bucólicos en Laguna Sunrise, algo muy en boga en la década de los 70, sobre todo de bandas británicas. estos 3 cortes se salen de lo habitual, dando un prisma más ecléctico al asunto.
Sabbath Bloody Sabbath
Y ahora qué, ya no está Ardiles.- Dejó su petate y su ropa caqui, recogió sus enseres y en una bolsa de viaje metió su casete y sus cintas que llegaban hasta Sabbath Bloody Sabbath y Sabotage, y se despidió, se marchó por el portalón grande, aún tuvo un último gesto como de brindis torero, él que marchaba contento con "su blanca" en el bolsillo trasero de su pantalón vaquero rumbo a Lasarte, y justo ahí, a unos pasos te encontraste con él. Os distéis un apretón de manos y con Ramón, Iñaki, que andaba a tu lado, unos manotazos cariñosos. Por el camino de arena que daba a la salida, cogería un autobús que le dejaría en Almería y de ahí, a la estación de tren rumbo al norte.
Desapareció Black Sabbath de tu vida cotidiana, de las mañanas frescas cuando la noche se disolvía en la voz de Ozzy Osbourne en el casete de Ardiles, ahora, justo unos días más tarde apareció otro reemplazo, y al lado, junto a la camareta del vasco otro tipo humilde, poquita cosa, también tenía un radiocasete, este más grande, y junto a sus enseres en la taquilla: una guitarra acústica y una armónica. Tardó algunas mañanas, quizás semanas, hasta que con confianza, se arrancaba en las madrugadas a tocar algo, este, llamémosle Vallhonrat, procedente del Valle de Arán, le daba al asunto por Bob Dylan. Ramón, Iñaki, cuando lo escuchó la 1ª vez te miró intuitivo, " otro de los tuyos" te decía con la mirada. Pero el catalán era gato esquivo hasta que le pisaste el rabo y no pudo escapar de tus botas, iba a ser compañero tuyo en la oficina de Ingenieros, sección Estadística, vamos, el que te iba a relevar a tí al frente del asunto en apenas unos meses cuando tú serías el que saldría por el portón grande un 25 de febrero de 1981 cuando un guardia civil 2 tardes antes pensó que esto se podía repetir, digo... lo del 36. Menos mal que el asunto no fue igual, y Black Sabbath, muchos años después volvería a tu vida, pero tenías una duda existencial. Ardiles les seguiría escuchando tras Technical Ectasy y llegaría su consentimiento cuando Ronnie James Dio fuera el frontman del grupo. ¿ ?
Sabbra Cadabra
SABBATH BLOODY SABBATH.- Diciembre de 1973.-
Ya da que pensar que estamos ante una gran obra nada más iniciar el asunto, el riff de Tony Iommi con el que abre el Lp, título homónimo del álbum. A National Acrobat es otro tema contundente, medio tempo pesado, plenamente instalado el sonido de Black Sabbath en el oyente, identificable enseguida.
Pero la sofisticación del cuarteto llega con el tercer tema, una poesía instrumental, la bella Fluff, parece un cuento en forma de nana para acostar a los niños. ¡Tiernos! El rock con fundamento, bien hecho y ejecutado está en la joya que es Sabbra Cadabra con la colaboración en los teclados de Rick Wakeman. Hasta aquí uno puede deleitarse con un toque que deslumbra, pues el grupo se ha despojado de los tonos lúgubres y algo esquizoides a lo que nos tenían acostumbrados, suenan frescos, vigorosos, como si no arrastrasen secuelas de las largas giras.
Juegan a 3 bandas en su siguiente canción: Killing Yourself To Live, cambios de ritmo constantes, sugerencias y matices variados, no se puede decir que no se lo trabajasen. Osbourne está espléndido... Pero la experimentación con las máquinas llegará en el siguiente tema, casi psicodélicos, Who Are You? es rarita, pero demuestran versatilidad, nada de a tiro hecho. Geezer Butler juega con el mellotron dejándonos un pasaje bucólico, envuelto en nieblas y ahora sí, recuerda anteriores trabajos en el sonido y toque final. Looking For Today con riff constante y pegadizo, se suaviza en tramos con el toque de flauta que le queda algo folkie. Spiral Architect cierra el asunto, las guitarras acústicas son protagonistas, ambiciosa y sugestiva.
En total Black Sabbath concluye con 8 temas, sin desperdicio, quizás en el mejor momento del grupo. Sabbath Bloody Sabbath es otro extraordinario disco de los británicos.
Megalomania
Homogeneidad.- Todavía con la formación clásica y despidiendo discos francamente interesantes, el cuarteto sería capaz de completar otra obra digna de llevar su nombre, su logo, su espécimen repartido entre las hordas de multitud de seguidores que atesoran desde su lanzamiento en febrero de 1970 del Lp Black Sabbath.
Se da el caso curioso que por 1ª vez en su dilatada carrera que el último trabajo, Sabbath Bloody Sabbath no sólo figura entre sus mejores discos y aclamado por sus huestes, sino que la dura crítica que hasta ahora les había tratado mal tirando a peor, se pone de acuerdo en alabar dicho Lp. También tiene que ver su aislamiento a la hora de la composición y creación de dicho artefacto, algo a lo que en los tiempos pretéritos no se daba en su dimensión adecuada, el abandono de Los Ángeles (USA) para dejarse llevar por las fragancias del bosque británico, en plena campiña, donde alquilan un castillo, tal cual, con mazmorras y todo, así se sentían felices, concretamente en Clewell, un enclave ideal para purificar ideas y conceptos y les salió un álbum redondo, magnífico.
Con fuerzas suficientes, era el 5º Lp de la banda en alcanzar cifras kilométricas de ventas, platinos incluidos en Estados Unidos, cosa que está al alcance de muy pocos. Su esperado largo tour de 1974 les encumbra como de uno de los grupos más a tener en cuenta en el panorama del rock.
Pero no todo sería excelso, la vida se encarga de dar y de quitar por sí sola. desprenderse de su mánager hasta entonces, les mantuvo casi 2 años en el dique seco debido a diferencias que acabó en los tribunales, no era nada extraño que Black Sabbath titulase su reaparición, en 1975, como Sabotage, en un nuevo intento claro de evolucionar con su sonido.
Estamos en el último gran trabajo del cuarteto de manera consecutiva, y de hecho ya existe un cierto bajón creativo con respecto a sus predecesores, aunque mantienen el nivel. Lo que vendría en años posteriores poco o nada tiene que ver con el lustro que nos ilumina en este comienzo de los 70,
El siempre socorrido recopilatorio cuando no hay nada que decir serio, aquí en forma de We Sold Our Soul For Rock And Roll - 1976 hasta los ya insulsos a finales de la década dorada, sean Technical Ecstasy - 1976, donde aparecen los primeros signos de desarme del cuarteto de manera evidente; y Never Say Die - 1978, éste ya con las polémicas incluidas de la huida y regreso de Ozzy Osbourne al grupo, algo esperpéntico, hasta su abandono definitivo en 1979.
The Writ
SABOTAGE.- Julio de 1975.-
Unos tipos peludos, feos, de las portadas ya no insistiré, llenos de problemas hasta acabar judicalizandolos, con su antigua agencia de managers, con algún conflicto interno, sustancias lisérgicas por doquier, y sin embargo, Black Sabbath mantiene una transformación exigente en cuanto se meten en el estudio para dejarnos, lo que a la postre sería el último gran Lp del cuarteto: Sabotage.
Antes de que se convirtieran en un equipo de fútbol por aquello de tanto fichaje en el puesto de cantante, Ozzy seguía al mando y sus 3 compañeros no le iban a la zaga. Rock seco, algunas consideraciones de esas raras que de vez en cuando nos dejan, sean en forma de juegos en el estudio, Don´t Start (Too Late), pero donde no se andan con disimulos y directos a la yugular es en Hole In The Sky, Symptom Of The Universe y sobre todo Megalomanía... Tony Iommi se crea varios riffs interesantes, de esos que crean escuela y secuelas con el transcurrir de los años. Como es norma habitual, 8 temas en total y 4 por cada cara, aquí se cierra la A.
Iommi asiduo mutante de la guitarra eléctrica alardea con precisión de otras habilidades, sean al piano o sintetizador en Thrill Of It All, otro gran tema. Para seguir con las buenas costumbres, un instrumental con coros envolventes de brumas y pasajes siniestros, Supertzar. The Writ otro tema legendario, largo en duración y guadianesco en cuanto a evolución de sonidos. No me olvido de Am I Going Insane (Radio), una broma pop que ellos mismos se encargan en los segundos finales de ponerles un humor británico.
Hole In The Sky
Ahora sin Osbourne.- Hasta aquí había llegado el legado de casetes de Ardiles, no sé si por desconfianza a lo posterior publicado o dejadez, me extraña, pero bueno, el vasco sólo tenía esas 6 cintas de los británicos, y a fé que contenían lo exquisito de Black Sabbath.
Ellos desaparecieron de mi existencia como la mayoría de los que formaron milicias con mi persona. Ajenos a los tiempos y sueños de cada cual, siempre que veía un logo de los de Birmingham mi cerebro se retrotraía a unas camaretas, una oficina, un enorme radiocasete y ¿por qué no?, hasta extraía de mi rostro una sonrisa beatífica.
Con el paso de los años desfilaron por mis yemas de los dedos algunos Lps de Black Sabbath, pero tardé algunos más en hacerme con ellos, sobre todo lo 6 primeros, los esenciales. Luego, parecían un equipo de fútbol con intercambio de cantantes, y en alguna oportunidad escuché clandestinamente que Ronnie James Dio estaba espléndido con los Sabbath y que vaya disco se habían marcado, el Heaven And Hell - 1980, claro que escuchado a las puertas de la sala Canciller en Madrid, en los 80, a un par de melenudos con cazadoras vaqueras de cuello tieso, muñequeras. y toda la parafernalia heavy, pues en fin...Luego cuando supe que hasta Ian Gillan ocupaba el puesto de vocalista y Bill Ward abandonaba el barco, empecé seriamente a desconectar.
Pese a todo me llamó la atención su concierto en Barcelona en los 80, y después de desenterrar algunas madrigueras, recogí el guante y me puse seriamente a escucharlos. Hacerse con los 6 primeros Lps es relativamente sencillo, y cuando imbuido de nuevo por el sonido de Sabbath, engullí el nuevo concepto con Dio en la voz.
Admito tener sentimientos encontrados con los discos posteriores a Ozzy Osbourne. Black Sabbath gana enteros en cuanto al mundo "heavy", cambia las coordenadas, se hace estridente, pierde encanto siniestro, los túmulos son escasos y apenas se ven. Ronnie James Dio gana velocidad, ya lo conocíamos, sobre todo de su paso por Rainbow, el invento de Ritchie Blackmore tras Deep Purple, y no dudo que Heaven And Hell es un disco interesante, con aciertos varios: Neon Knights, Children Of The Sea... y que supera en mucho los últimos trabajos discográficos del combo de finales de los 70, tanto como los metamorfosea en rock ajeno al principio del todo, aquellos aquelarres telúrícos y siniestros, y pese a contar con los teclados de Geoff Nicholls que llevaba tiempo acompañándoles en directo, ahora de forma definitiva, Black Sabbath se me convierte en un grupo de heavy al uso, de lo cual Dio tiene la culpa en cuanto impone su criterio de frontman, nada que objetar, cambio de entrenador, estilo nuevo. Quien quiera que lo coja.
Pero para mí se convierten en una banda vulgar dentro de unos límites muy estrechos como heavy, metal... o como que se quiera denominar, no seré yo quien demonice ningún género musical dentro del tronco común del rock. pero la clase y el estilo se diluye como una reliquia de cartón piedra y en discos de inercia muy ramplona.
En el intervalo de una carrera en solitario de Ozzy Osbourne, los Black Sabbath se reúnen en un elenco televisado a medio mundo en el festival Live Acid allá por 1985. pero la década les superó y desde luego el duende, el genio, las musas, no estaban de su parte, el aporte creativo cayó en desuso. Sólo Tony Iommi siguió en el barco durante los años posteriores a tantos cambios y reencuentros de cantantes, que parecía que la cuestión se dilapidaba en un grupo enorme en el pasado que vivía del logo. Hasta acabar en los tribunales por el derecho comercial del grupo en 2009. Mal asunto.
Resuelto con una reunión en toda regla en 2012, y puestos a colaborar en un nuevo y definitivo disco final, propio de su talento y su " sonido" telúrico: 13 - 2013, con Osbourne, Iommi y Butler como miembros fundadores, dan el do de pecho.
Live Forever
13 .- Junio de 2013.-
Al igual que las olas que vienen y van, las mareas se suceden de manera constante, todas las personas no cantan de la misma forma nio en el tono ni con el ritmo. Black Sabbath sorprende 43 años después de su debut homónimo con talento y el toque que siempre les aguantó para refrendarse como un grupo enorme, aquel que era capaz de aunar espejismos siniestros en medio de la bruma otoñal, y sale con un Lp muy bueno para unos millonarios de vuelta de todo, pero con el rigor necesario de no ensuciar al final de la vianda con estrafalarios artilugios y pechuga embadurnada de crema.
13 es el finiquito final, deben de andar por la casi veintena de discos publicados bajo su logo, pero éste es fiel reflejo de lo que fueron y desean ser recordados. Como si estuviesen acogidos a un sortilegio que desconocemos, andan de nuevo sobre 8 temas, ahora con productor de relumbrón, aquel que parece como un lázaro, despertar y traernos vivos a grupos que están más para allá que presentes, Rick Rubin.
End Of The Beginning abre el tarro de las esencias, y enseguida ya sabemos que es Black Sabbath, " ese sonido..." Monolíticos, densos y longevos, Ozzy Osbourne parece haberse tomado en serio, y Sabbath es esto y así suena, sin desentonar el siempre sobrio y conciso Iommi, sobre versos que hablan si este es el fin o el comienzo del mismo.
Las brumas de los bosques, el aroma noctívago cabalga de nuevo sobre una luna pobre, de pesadilla, misterios ocultos: God Is Dead? ; y pese a todo buscan la iluminación y cierta esperanza en el caos. No hay concesiones, los temas son largos, estamos en los 8 minutos.
Los contundentes riff no se quedan atrás, Loner no desperdicia nada. Cambio de ritmo, el sosiego brumoso de Zeitgeist, donde lo acústico y melódico toman posiciones en un aroma psicodélico y tono vocal distorsionado.
Predomina, claro, el tono lúgubre y poderoso: Age Of Reason, Live Forever. Fieles a sí mismos, despojan con un poderío notable en tonos blues-rock Damaged Soul o Dear Father.
Ozzy Osbourne : voz - armónica
Tony Iommi: guitarra eléctrica
Geezer Butler: bajo
Brad Wilk: batería
DISCOGRAFIA SELECCIONADA
PARANOID.- 1970
MASTER OF REALITY.- 1971
VOLUMEN 4.- 1972
SABBATH BLOODY SABBATH .- 1973
SABOTAGE.- 1975
13 .- 2013
John Michael Osbourne: 3 de Diciembre de 1948 - Birmingham .- Inglaterra.-
Anthony Frank Iommi: 19 de Febrero de 1948 - Birmingham .- Inglaterra.-
Terence Michael Butler: 17 de Julio de 1949 - Birmingham - Inglaterra.-
Bill Ward: 5 de Mayo de 1948.- Birmingham - Inglaterra.-
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