STRAY CATS: MAULLIDOS EN EL CALLEJÓN.-








Rock This Town


La noche era cálida.- No era para menos, en pleno agosto, con la canícula permanente, con medio país en la playa y el otro medio envidiando a éstos, a alguien se le ocurrió que Stray Cats, que inauguraban el tour europeo y cerraban su carrera, ahora sí, de verdad, más por razones crematísticas que artísticas, se despedían de su público, ya entrado en años, barrigones cerveceros y doncellas pintadas y aderezadas como ramos de novias.  Pero era estar o no, y mucha confianza debía de tener el promotor que se metió a tamaño esfuerzo y riesgo, por mucho que fueran los Stray Cats, esto es Madrid, agosto y mediados del mismo, pero la jugada salió redonda. Lleno absoluto en La Riviera, con todo el tiket vendido de antemano en semanas anteriores, algunos de los rostros que observé venían caldeados de las playas más mediterráneas, para ver, gozar, a estos gatos callejeros que dejaron atrás unos discos memorables, unas canciones directas, una síntesis del feeling del rockabilly más impulsivo, dando un envite a lo que unos años antes su paisano Robert Gordon puso en marcha y al rescatado sonido de finales de los 70, de algún combo británico, Crazy Cavan o Matchbox, ambos más en la veneración de sonidos de la otra parte del Atlántico que en crear nuevas canciones.
 Stray Cats maullaban en los callejones oscuros, pegaban zapatazos al suelo con el fin de patalear a los potros salvajes que 30 años antes Sun Records colocó en las calles. Los gatos no deseaban una óptica revivalista, ni siquiera el estilismo de Robert Gordon con su portentosa voz y las guitarras de Link Wray o de Chris Spedding; por no ser no eran ni sureños, sus maullidos demoledores, unas veces en busca de amor, otras en claro enfurruñamiento, se escuchaban en Long Island y eran más propensos al infierno auditivo de los Stones que otra cosa, cuestión al margen es que de deambular de un callejón a otro se encontraran con desperdicios saludables en forma de discos de Eddie Cochran, Gene Vincent o el mismísimo rey blanco, Elvis Presley.
 Que los felinos se junten, más allá de la procreación y poco rato, hace todavía más difícil que 3 machos congenien, escaso tiempo, la verdad, y que Brian Setzer, que además de aullar, tocaba la guitarra, debió de emplear dotes de sugestión para asimilar el compadreo callejero de otros 2, Lee Rocker, contrabajo y bajo eléctrico, y un espigado Slim Jim Phanton que siempre tocaba la batería de pie, por si había que salir corriendo del callejón.
 Venían de otras camadas, otros callejones oscuros en los que esconder su pellejo y correr aventuras, The Tomacats eran otra escuadrilla que el ”gato” Setzer tenía con su hermano, pero aquello acabó y se debió de juntar con los arriba reseñados.
 ¿A fin de cuentas quienes eran estos 3 descarriados con sonidos añejos? Tupes grasientos, ruido ensordecedor, música para mecánicos de fin de semana, colores chillones cuando los gatos deben de ser discretos y suaves, introvertidos, unos felinos más en la maraña de Nueva York que además de tatuados sus cuerpos tocaban rock and roll. Aquello no daba para nada más que cervezas y alguna gata esporádica conmocionada con el jaleo y confundida por los vapores etílicos y el ajetreo del momento.
 Eso sí, servían estos menesteres para hacer historia, crear vivencias que se verían plasmadas en futuras canciones. todavía no se llamaban Stray Cats, pero otro gato callejero, un poco mayor y con más inviernos en su piel les convenció que el asunto estaba en Inglaterra, donde las caras pálidas de los chicos de las islas les tratarían mejor que las huestes callejeras neoyorkinas, donde eran “otros más”, sin más picante ni matices que miles de felinos.
 Nada, tampoco en la vieja Europa la cosa cambia, incluso hace tanto frío en el otoño en Londres como en Nueva York. Mejor tocar en tugurios para entrar en calor, así meses y meses, sin apenas libras en los bolsillos, durmiendo donde se podía ¿dónde está el glamour del rock and roll? No desisten, noche tras noche encumbran a la audiencia con sus sonidos frescos y añejos a la vez, poco a poco la hambrienta escena londinense les va haciendo un hueco entre tanto chico pálido, technopop, sintetizadores, ola fría… y de dormir en la oficina de contratación con los bolsillos vacíos y el estómago en stanbay, un gato blanco, con oídos finísimos, Dave Edmunds, conservador oficial de la tradición rocanrolera, les propone producir su primer disco. ¡Vaya! Aquello suena a cubo de basura llena de restos recomendables para su degustación y armonización de jugos gástricos, por qué no probar esas sobras, lo mismo alimentan más que las suelas de los zapatos que veían cada noche al dormir en el suelo.


Runaway Boys



STRAY CATS.- Febrero de 1981.-
 Con poca imaginación a la hora de poner título a su 1º Lp, homologo con su nombre, así empezaron los Stones o Led Zeppelin… pero llenos de energía, frescura, rockabilly elevado a la máxima extensión.
 No fueron recatados a la hora de largar canciones, 12, 6 por cada cara. Con el sonido sucio, grasiento, como si se tratase de que no hay un mañana, para ellos no lo había, fruto de las muchas experiencias vividas pese a su corta edad, estos gatos maulladores y callejeros empiezan con un proyectil en toda la regla de flotación: Runaway Boys, excelente single y carta de presentación. Para que no digamos que no eran muchachos aplicados de Gene Vincent, Fishnet Strockings no desentona y no bajan en pistón con el  ritmo skatalítico de Ubangi Stomp. Con una formación clásico para esto del R&R, trío, con poderío físico de Brian Setzer, en quien recaía la voz principal, bien secundado por el contrabajo y batería que hacen las veces de coros en algunos temas.
 Jeanie, Jeanie, Jeanie, con todo el sabor del añejo Little Richard se descargan este tema, repetido hasta la saciedad por si existía alguna duda. Parece trasladarnos al b/n de la década de los 50, pandillas de fines de semana y coches en los cines de verano al aire libre. Stray Cats sacan lo mejor de sí mismos, directos y a la yugular, como el felino cuando ataca a su presa. También tienen canciones más elaboradas: Storm The Embassy es una de ellas, vocalización más pausada con tratamiento instrumental trabajado dentro de la elementalidad de todo el disco. Rock This Town con quien cierran la cara A y 2º single de este Lp posee toda la energía de canción de sábado a la noche, sonido a garito, humo, baile, imposible quedarse quieto. Me gusta especialmente cómo suenan las cuerdas del contrabajo de Lee Rocker, dan el poderío exacto para un viejo rock and roll.
 El Lp en cuestión transmite una profunda energía, perfecta con el primitivismo del rockabilly que entronca con el punk, ya sus 2 singles extraídos de la cara 1 reflejan su estado de forma y por dónde van estos gatos callejeros. No en vano su imagen debió de impresionar a los chicos pálidos británicos.
 Pocas concesiones a versiones, casi todos los temas son elaboración propia, alejándose de especies revivalistas, Rumble Is Brighton, con punteos certeros de Setzer abre la cara 2. Todavía hubo espacio para un 3º single: Stray Cat Strut dio buena cuenta de ello. A medio camino del R&B, con coros, se alejan del resto de sus hermanas en un intento, excelente, de contrarrestar sonidos todavía más añejos pasados por la batidora de su trepidante R&R.
 No hay tema flojo en este disco, Crawl Up And Die, Double Talkin´Baby. Luego hay canciones que me interesan más, cambian el paso con la magnífica My One Desire, elaborada sin perder un segundo de gusto callejero y arrabalero. A ritmo de indios siuox se despiden con Wild Saxaphone, todas las canciones rayan entre lo bueno y lo siguiente, ni un solo tema que puedas decir flojo, una carta de presentación de 10.



Baby Blue Eyes




El éxito atrae a otros maulladores.- Suele ocurrir que cuando alguien da con la tecla de la máquina y ésta extrae monedas, caras de curiosos se acerquen para ver tu magia, suerte, azar, habilidad. Stray Cats saca 3 singles de un primer Lp impecable y esperas, deseas más bien, que el aparato siga demostrando su benevolencia y te caigan monedas en las posteriores rondas. ¡No te vas a retirar ahora!
 Algunos gatos, éstos no callejeros, vivían en casas confortables, tipo Ian Stewart, el 6º Stone, y echasen una mano a los felinos americanos, también Nick Lowe andaba por allí y Brian McDonald a la armónica. ¡Ya ven, los restos de comida abundaban y abastecían al barrio! El problema era que se juntaba demasiada población sin vacunar. ¿Cómo superar, igualar, equilibrar el 1º Lp? Simplemente se intenta, aunque haya que recalentar la comida.
 Dentro de la maraña que han provocado, consiguen colocar un género, el rockabilly, en alza, y probablemente lo den a conocer a futuras generaciones que se quedaron colgados del añejo sonido de Sun Records, alejado en el tiempo. Unos meses después de publicarse el 1º disco, sale el 2º, amortiguado el efecto y la grata sorpresa inicial, Stray Cats se muestran más comedidos, tirados hacia aspectos del rhythm and blues en un intento, para mi logrado, de revitalizar el rockabilly, y de paso el rock and roll más básico, fundamental para la vida de algunos.



Cryin´Shame



GONNA BALL.- Octubre de 1981.-
 Mezclaran temas propios con ajenos, por si acaso no está mal el inicio con Johnny Burnette: Baby Blue Eyes, como toda adaptación, entiendo que debe de llevarse a su terreno, aportar algo nuevo, hasta quitan el Your del original y le dotan de su sonido callejero.
 Dentro de los cambios de Gonna Ball, hayo el endurecimiento de su r&r básico, aquí convertido en rock poderoso: Little Miss Prissy; habrá más novedades sonoras que harán de este Lp más rico en recursos estilísticos amén de perder efectividad en la línea de flotación. El jump blues es revisitado con vientos incluidos en Wasn´t That Good, interesante para la pista de baile. El R&B del que hice mención aparece en Cryin´Shame, la armónica de Brian MacDonald dota al tema de una acertada revisión de Elmore Jones, riffs poderosos y sonidos húmedos. Mucho más trabajado por el trío, con añadidos de vientos y órgano: (She´ll Stay Just) One More Day, Stray Cats la dota de una sonoridad jazzy envolvente. Se nota que los gatos crecen en experiencias.
 Retoman viejos ardores con You Don´t Belive Me, que albergan las cuevas del tema que da título al Lp: Gonna Ball, sonidos clásicos del trío neoyorkino. Dentro de las novedades del disco, encontramos un instrumental: Wicked Whisky, en un intento, acertado a mi juicio, de valorar sus dotes como músicos. Sencillos y eficaces. En la variedad está el gusto, y Rev It Up & Go con acordes reconocibles del maestro Chuck Berry y el trote remolón de Ian Stewart para este tema. Si seguimos el orden cronológico de las canciones, la siguiente se enmarca en la escuela de las grandes baladas, Lonely Summer Nights, cuando la brisa del mar acaricia tu rostro y claro, echas de menos a tu amada, sonido en b/n arrullador con el saxo de Lee Allen para dar mayor empaque al asunto.
 Para que no existiesen dudas sobre ellos, cerrar el trabajo con Crazy Mixed-Up Kid, guitarras distorsionadas y ritmo trepidante. Colocan Gonna Ball en un estupendo álbum que el tiempo ha dejado en su sitio, imposible competir con el homónimo, pero de calidad tensa, lo dejan a la altura de los clásicos.




Rebels Rule



Los gatos cambian de callejón.- Con el mismo empeño emprendedor que cuando se fueron a Inglaterra, pocos meses después de la publicación de Gonna Ball, se largan a USA, en busca de nuevas sensaciones. Al parecer el recorrido artístico en las Islas Británicas no daba más de sí, al igual que hicieron otros músicos paisanos suyos, caso de Jimi Hendrix o Chrissie Hynde, una vez olidos los callejones ingleses era el momento de renacer discográficamente en el país que les vio nacer. 
 Como su siguiente obra tardará en hacerse, sacan un recopilatorio con material ya conocidos de sus 2 Lps, Bullit For Speed – 1982, lo cual los da a conocer en Estados Unidos y les coloca en las listas. Quiera o no, estos gatos descarriados consiguen lo que durante tanto tiempo andaban buscando, reconocimiento para su rockabilly.
 Ya comenté al comienzo que 3 felinos juntos es muy difícil, más cuando ambos pertenecen al mismo sexo, pero las giras, cierta estabilidad financiera y el reconocimiento público de su obra grabada, les daba cuerda para seguir en activo, o como banda, pues después de la salida de Rant N´Rave Whit The Stray Cats – 1983, dándose la paradoja de que ahora tenían un cierto pedigrí en su país y un enojo por parte de la prensa británica, que obvio su nuevo Lp, al parecer les consideraban de los suyos. Aun así, Stray Cats se mantuvo en los puestos altos de ventas, destaco este hecho porque su música es muy exclusiva, decantada hacia un género de sonidos añejos, claro que el buen hacer no tiene edad, pero les sirvió para hacerse querer por un amplio espectro del rockerio internacional y de paso, poder comer en mejores cubos de basura y en callejones algo más confortables.



Look At That Cadillac



RANT´N RAVE WITH THE STRAY CATS.- Agosto de 1983.-
 Algunas cosas han cambiado lo suficiente, o madurado más bien, que Brian Setzer compone todo el Lp, 10 canciones en total, 5 por cara, y apenas 3 compartida la autoria, bien con Lee Rocker o Slimp Phantom o Brian Robert ( 18 Miles To Memphis ). Otras cuestiones devienen al origen, grabación en Londres bajo la tutela de Dave Edmunds, sin querer, o tal vez sí, cierran el triángulo de grandes obras con este Rant´N Rave Whit The Stray Cats.
 Al asunto. Rebels Rules es un rock and roll apañadito con el que abren el trabajo, con sonido de motor de moto, para aclarar las cosas, y su continuación a ritmo trotón, Too Hip, Gotta Go. Pero es con canciones como Look At That Cadillac donde el ingenio y la elaboración de temas se ponen de manifiesto, con todo el sabor añejo, saxo y piano incluidos sobre el trío rampante, ahí dejan un clásico.
 La cosa aún se supera en la trepidante Something´s Wrong Whith My Radio, esfuerzo vocal importante y punteo excelente de Setzer, de la sección rítmica nada más destacar que están soberbios. Igual que inician el Lp, acaban por la cara A, la trotona y bonita 18 Miles To Memphis.
 (She´s) Sexy + 17, single del disco, es una gloriosa vacilada de tema, llena de energía y buen hacer, la batería machacona de Phantom me parece una gloria por su sencillez. No hay canción floja, una vez más Stray Cats extrae los ingenios para dejar otra obra maestra, Dig Dirty Doggie o Hotrod Gany plenamente reconocibles. Cambio de marcha con todo el sabor de coros de doo – vop que nos lleva a la década de los 50, pero es que estamos en el comienzo de los 80, para la balada I Won´t Stand In Your Way. Rock and roll primigenio hasta el final y más allá… How Long You Wanna Live, Anyway?, Setzer saca humo de su guitarra eléctrica y Rocker y Phantom están perfectos, como siempre.





(She´s) Sexy + 17



No se vayan que ahora vuelvo.- Les debía de mantener la actitud. Aquella fuente inagotable de amor al primigenio sonido que escuchaban de pequeños, pero una cuestión es la teoría y otra la práctica cotidiana. A fin de cuentas todavía son capaces de realizar un largo tour en 1984 por Europa y USA donde añaden 2 gatos nuevos por aquello de dar más pedigrí al directo, un 2º guitarra y armónica.
 Con eso se despidieron por un ratito. Setzer comenzaría una carrera en solitario, larga y productiva, mientras que Rocker y Phantom se unirían al guitarrista Earl Slick, en un vano intento de mantener la formación de trío, y por qué no, el tren de vida que da el circo del rock, al cual es obvio, se acostumbraron.
 Pero al parecer la comida que hallaban no acaba de ser del gusto de los felinos, años de giras y tal, pero ya en 1986 se juntaron para realizar fotos para portadas de revistas de rock. Ambas fracciones, algo más cultivadas, empezaban a superar las fricciones y la acritud que les llevó a su separación como Stray Cats, porque lo que era a nivel creativo estaban en los más alto cuando decidieron acabar el asunto a finales de 1984. La idea de rondar callejones juntos empieza a fraguarse, pero aún tardará algunos años. 1989 les devuelve a los estudios de grabación bajo el mando de Dave Edmunds, una vez más, para sacar un nuevo LP: Blast Off.
 Será el último maullido que merezca la pena. Pese a las controversias con sus trabajos posteriores al trío inicial de Lps, Blas Off es un gran disco que merece la pena. Otra cuestión son las reuniones y sus posteriores tours: 2004 y 2008. A estas alturas, ya en el nuevo milenio, los 3 gatos neoyorkinos tenían sus carreras más o menos asentadas, en solitario, sobre todo Brian Setzer, con sus álbumes, de gran calidad en su mayoría, pero como Stray Cats, merece la pena el intento de su, para mí, último Lp de enjundia.





Rockabilly Rules




BLAST OFF.- Octubre de 1989.-
 Seamos sinceros, si éste disco no viniera precedido por los 3 primeros Lps de Stray Cats, sería un buen disco, pese a ello lo es. Otra cuestión es que anda algo deslavazado, pero el álbum encierra grandes canciones y pocas concesiones, como si su vuelta discográfica fuese un tema mayor, los gatos callejeros firman casi todos los temas, de los 10, salvo Gina y Slip, Slip, Slippinín, ésta última una adaptación, del resto del material bajo la batuta del productor Dave Edmunds, Setzer, Rocker y Phantom se encargan de elaborarlas, demostrando su nivel y estado de forma.
 Blasf Off que da título al Lp sólo lleva la rúbrica del guitarra y del batería, magnÍfico comienzo en un rockabilly endiablado. La única canción que no es suya, Gina, es algo más sosegada, pero el peso lo comienzan a llevar grandes temas, de esos de rock and roll de toda la vida, con voz cantante y coros contestones: Eveybody Needs Rock ´N ´Roll, Bring It Back Again; vacilones con su maestro Gene Vicent en Gene And Eddie y la estupenda, Rockabilly Rules, toda una declaración de principios.
 No son muy elaborados con los títulos de las canciones, eso desde luego, pero no se les puede acusar de no ser directos y claros en cuanto a sus contenidos, Rockabilly World, con un buen trabajo de Setzer a las 6 cuerdas; pero a mí el tema que más me gusta, es el añejo y vintage: Nine Lives, con el que cierran este Blast Off y su discografía como Stray Cats.









Nine Lives



Sembraron caminos.- La gran resurrección que tuvo el rockabilly a comienzos de los 80 se debe en parte a estos gatos descarriados, pese a su corta carrera, poco importa que todavía sacasen algunos discos: Les´t Go Faster – 1990, Choo Choo Hot Fish - 1992  y uno de versiones: Original Cool – 1993, su discurso estaba ya escrito, si es un hecho obvio de que un hombre es una unidad irrompible de actos y de deseos, Stray Cats como trío, había cumplido el expediente para lo que se creó, dando una patada a estadísticas y ventas de un género que poseía multitud de seguidores. De hecho, sus Lps se revalorizan con el paso del tiempo, y aquellos que parecían más flojos con respecto al homónimo del 1º álbum, han cogido la carrerilla justa para colocarlos en su sitio por calidad y buen hacer.
 Surgen cuando en Estados Unidos se da durante la década de los 80 un resurgimiento del rock con raíces, y una desbordante propuesta de grupos y solistas asola el panorama 
musical. Bandas como Los Lobos, The Blasters, Del Fuegos, The Dream Syndicate, Jason & The Scorchers, Long Ryders o Violent Femmes… entre otros, colocan en las listas un nuevo sonido, sin llegar al apabullamiento posterior de las 3 grandes bandas surgidos en los 80 y que comen aparte: REM, U2 y Pearl Jam. Ahí estaban estos gatos, con su sonido anacrónico de Sun Records puesto al día, como potrillos salvajes, 3 jovencitos desvergonzados que elevaron el listón y dejaron un reguero de buenas canciones, con la agresividad y el ritmo de unos seres que vienen al mundo desde la memoria.



DISCOGRAFIA SELECCIONADA








STRAY CATS .- 1981

GONNA BALL .- 1981

RANT N´ RAVE WHIT THE
STRAY CATS .- 1983

BLAST OFF.- 1989





Brian Setzer : 10 de Abril de 1959.- Nueva York (USA).-

Leon Drucker (Lee Rocker) : 3 de Agosto de 1961 .- Nueva York (USA).-

James McDonnell (Slimp Jim Phantom) : 20 de Marzo de 1961.- Nueva York (USA)

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