JOHN FOGERTY: IMPULSOS CONFLICTIVOS Y GUSTOS CONTRADICTORIOS.-
El llanero solitario .- Miren, cuando grabamos con la Credence en 1968 sólo queríamos tener nuestro trabajo publicado, a la vista y oídos de la gente, que lo pudiera disfrutar tanto como nosotros cuando lo ejecutábamos.
Nadie se dio cuenta del contrato discográfico
que firmábamos siendo apenas unos veinteañeros, aunque algún componente del
grupo tenía un abogado por padre y el cursaba estudios universitarios. ¡Bach…
da igual! El asunto es que la famosa letra pequeña quedó en eso cuando lo que
de verdad deseábamos los 4 era grabar e ir dejando poco a poco los escenarios
universitarios llenos de teenegers, que sí, que está muy bien, pero para un
ratito.
El asunto se complicó cuando cada cual tiró
por su lado y me di de bruces. Si quería seguir publicando cosas a mi nombre,
debía de ceder los derechos de autor de todas las canciones que hasta entonces
tenía, tuve que renunciar a cobrar nuevos royalties en el futuro o mi carrera
se acababa ahí. Yo soy tozudo y cabezón y qué iba a hacer si lo que deseaba era
seguir cantando.
Bien, de acuerdo que llevé al grupo a la banca
rota, pero sin mí no eran casi nadie. También reconozco que ninguno de mis
discos en solitario llega a la perfección de los que grabé con mi hermano Tom y
los muchachos. Está claro. Pero yo quería seguir cabalgando como el llanero
solitario y ¡ joder !. Claro que perdí
dinero a toneladas. Me encabroné tanto que no canté en directo nada de la
Credence en varios años y más cuando encima se puso de moda la remasterización
de los discos a cds. Es evidente que dejé de ingresar “pasta”, o mejor, que no
pude ganarla. ¡ Es lo último que un autor debe de hacer, renunciar a sus
canciones ! Te puede dar de comer el resto de tus días. ¡Ay!; era mi caso.
Como uno ya lleva muchos años en este negocio
y después de pasarme 10 años pleiteando con la discográfica, me quedé pelado.
No era el camino, vale, ganaron pero seguí vivo. Gente buena o de ideas
prometedoras como George Harrison o Bob Dylan, me fueron convenciendo con los
años de que cantase el cancionero de la Credence… y poco a poco me fui
persuadiendo de que ya no tenía razón de ser el no hacerlo, a fin de cuentas
eran temas compuestos por mí en la inmensa mayoría, eran míos, y aunque en los
tribunales y en mi cuenta corriente no figurasen como tales, les debía al
público que asistía a mis conciertos dichos temas.
¿Qué hice con mi carrera ? Bueno, tuve mis
momentos. Pero básicamente, lo que me
dio la gana. Influido por el country y bajando al Mississippi en los 90,
cuestión que me obsesionaba, fui poco a poco sacando a flote mis demonios.
Ahora, en el otoño de mi vida con 69 años, soy feliz, y en este 2014 he estado
de gira, larga y dichosa por Europa, Nueva Zelanda, Australia y de nuevo en
casa, en USA. Muchos conciertos, pero mucha felicidad…
Jambalaya (On The Boyou )
Si
no les gustó Mardi Gras, les doy otra taza .- Para saber de quién estoy escribiendo nada más
hay que echarle un vistazo a su cancionero. Otros llevan la fama de rebelde,
casi nadie mete en este paquete atípico a John Fogerty, ¡ craso error!
Enseguida salen a la palestra los Gram Parsons, Lou Reed, Janis Joplin, Bob
Dylan, Johnny Cash… Ya ya.
Cuando uno hace un disco en solitario al
margen de su banda de origen lo mínimo que espera son algunos cambios,
modificaciones, etc; ¿ sino para qué ? Al iniciar un nuevo territorio en tu
carrera es interesante las metamorfosis de muchos músicos. John Fogerty
aporta.
Y es eso ya es mucho. Si alguien esperaba de un militante activo anti Vietnam
discos en la onda “credent”, va dado. Tuve suerte, por edad digo, cuando llegaron
los Lps a mis oídos de la CCR era adolescente, habían salido casi una década
antes y cuando el amigo empieza su carrera en solitario me pilla metido en los
90. Tiempo suficiente para saber de qué va el californiano. De lo que le da la gana. Al margen de
sus muchos enfados, sus largas travesías del desierto, que aquí habría que
apuntar que son en las brumas pantanosas sureñas americanas. Sus largos y
espaciosos silencios de una década hasta ir poco a poco recuperando el tono de
sus maravillosas creaciones.
No, no tengo todos sus discos en solitario. Me
he hecho con ellos pero apenas conservo algunos, los que creo que dan lustre a
su discografía: escueta, escasa, pero por momentos muy buena. Y
canciones, varias de ellas magnificas.
Workin´On
A Building
THE BLUE RIDGE RANGERS .- Abril de 1973.-
Observación.
El country en Estados Unidos va unido al patriotismo más rancio, gente blanca
de buena salud: prados verdes, el trigo, los maizales, mujeres macizotas y hermosas, qué decir de los “vaqueros”. Algo
parecido al flamenco o la copla en España. Pero claro, a estas alturas del
partido, casi a punto de llegar a la prórroga, ilustres lectores, ustedes saben
que la vida no es blanco/negro, sino llena de colorines, matices, y que para
que el arco iris haga acto de presencia se necesita antes lluvia, o dicho más
castellanamente: hay que romper los huevos para hacer la tortilla.
John Fogerty
recurre en la línea de lo que fue el último Lp con la CCR: Mardi Gras -1972. ¡ No se asusten ! Para empezar no cantan ni Stu
ni Doug, ya es algo. La voz es la inconfundible de nuestro hombre de las
camisas tejanas, los vaqueros ajustados y las botas puntiagudas.
Recurre en su
primer disco en solitario al cancionero más tradicional americano. Versiones y
adaptaciones varias con gente que van desde Jimmie Rodgers, Merle Haggard o
Hank Williams. Predomina el sonido de las praderas, unas veces a
ritmo melancólico : Today I Started
Loving You Again, Somewhere Listening (For My Name ), She Thinks I Still Care;
Lease Help Me, I´m Falling. En otras ocasiones trotamos
a lomos del pequeño pony por la verde pradera, como si se tratase de un domingo
después de la comida familiar : You´re
The Reason, I Ain´t Never; Have Thine Own Way, Lord o Hearts Of Stone. Hay temas excelentes : Jambalaya ( On The Boyou); el banjo de Blue Ridge Mountain Blues ( pero no hay que dejarse atrás el violín
); el torrente de voz de Fogerty en la deliciosa California Blues (Blue Yodel # 4) acompasado con ese
pedal-acústica. Es lo que tiene ser un
gran músico, puede pasar del country más tradicional al bluegrass más rastrero.
El góspel de Workin´On A Building es otra joya.
Todo el trabajo es
una destilación de aguas cristalinas de un hombre de rock & roll, es la
fuente de su fuerza y de lo que se ha criado escuchando. Cada canción expresa
su sensibilidad, va caminando por el blues, el góspel y hasta es capaz de
mezclarlos en un mismo tema aunque la canción no sea suya, la hace suya, que es de lo que se trata cuando se recogen
adaptaciones.
Alguna aclaración. Todos los instrumentos los
toca John Fogerty. Lo de el nombre de la banda es un chiste. La portada es él
difuminado en la imagen con violín ( al que le costó muchas horas de ensayo
sacarle algunas notas), banjo ( es un experto ), contrabajo, guitarras
acústicas, ( no, no se le olvida la eléctrica), y la voz, claro. En más
esclarecedora la contraportada, en un viejo porche, de espaldas, sentado en una
tarima con su sombrero de cowboy, sus sempiternas camisas y su mandolina al lado
de la barca, cantando a las estrellas imaginarias en una noche cálida.
Hearts Of Stone
El manantial sigue fluyendo .- Liberado en parte de Fantasy Records, David Geffen mueve los
hilos para colocarle en Asylum, que no deja de ser una filiar de la Warner y
que John siga escribiendo, componiendo, actuando y cantando que si no es lo
mejor que sabe hacer, al menos para mí, es lo único que me interesa y por lo
que me atrae el personaje en cuestión: su música.
Antes de que desaparezca como el río Guadiana
durante largos periodos, casi una década, al menos podemos escuchar
a un tipo feliz de poder volver a las esencias de rock que tanto nos gustan. Su
siguiente trabajo será una vuelta a las raíces primigenias de su banda, la CCR.
John todavía tiene la cabeza en su profesión y es capaz de demostrar su
sensibilidad del americano medio y firmar un puñado de buenos temas y algún
clásico que perdurará en el tiempo, en lo que será su 2º álbum en solitario.
JOHN
FOGERTY .- Septiembre de 1975 .-
Pese
tener varias canciones firmadas por él, deja algún que otro aroma de sus
influencias más negroides en temas como Lonely
Teardrops ( Jackie Wilson ), You
Rascal You ( Louis Armstrong ) o Sea
Cruise ( Huey Smith ). Algún que otro pelotazo dio con Rockin´All
Over The Wold, popularizado
posteriormente por Status Quo y que incluso, como algunos sabemos y hemos
saboreado, el mismo Bruce Springsteen cierra algunos de sus maratonianos shows.
Años más tarde, Dave Edmunds, grabó una versión de Almost Saturday Night.
Pese a que no alcanzase grandes cifras de
ventas, es un disco muy digno y debe de tenerse en cualquier discoteca que se
precie. Valorado con más tiempo y espacio que en el momento de su publicación,
en medio de la vorágine de música disco, grupos de rock progresivo y rock duro.
El manatial se esconde .- No están los tiempos para crear. Su
motivación principal, que es sacar buenas canciones, queda en entredicho y
durante un larguísimo periodo de tiempo nos veremos privados de su privilegiada
voz y de su talento como músico. No habían hecho nada más que empezar los
problemas legales con un tal Saul Zaentz ,dueño de Fantasy Records. Un nuevo
álbum estaba en camino en 1976, sólo lograremos escuchar 2 canciones de un
proyecto inacabado, Hoodo. La manía,
no sé si buena o no, de destruir todas las cintas de grabación una vez sale del
estudio, al parecer no estaba nada satisfecho de lo que grabó, nos deja fuera
de cualquier opinión al respecto. No desea dejar rastros de aquello que cree no
está a su altura. ¡Y es muy respetable! Su nueva compañía, Asylum, acabaría
rechazando el álbum cuando las primeras copias ya estaban listas. La
verdad que a mí todo esto me aburre. La cuestión es que John Fogerty desapareció
y a veces preguntaba: ¿ pero el líder de la CCR, qué hace ?; respuestas
variopintas y pocas novedades en la prensa escrita que leía por aquellos años.
El Guadiana, ese río que es el 4º más largo de
la península Ibérica, se evapora a su paso por Argamasilla de Alba ( Ciudad
Real ), donde su corriente superficial desaparece por infiltración en el
subsuelo. Aquí John Fogerty es abducido por abogados y su cabezonería, y se
sumerge en las aguas turbulentas del subterráneo y nos lo tienen cogido una
década. Aparece, como el río ibérico, con un excelente disco en la línea “americana”
en 1985. Curiosamente, fue el primer Lp que compré del americano en una tienda
de Granada, allá por los primeros albores de la década de los 90, una fría
mañana sabatina.
The Old ManDown The Road
CENTERFIELD
.- Enero de 1985 .-
Centrado, conciso,
sereno. Así nos encontramos a John Fogerty en su nuevo trabajo, este excelente Centerfield, quizás su disco más
popular. Como si de un adolescente se tratara metido en su madriguera ( la
habitación ), a la antigua usanza de un viejo bateador de béisbol, observamos
en la foto de la contraportada elementos de dicha edad, inspirado en Joe
DiMaggio, como un enfervorecido espectador de dicho deporte siguiendo a su
ídolo. De eso habla el tema I Saw It On T.V.;
haciendo referencia a la llegada al hombre a la Luna, la irrupción del mayor
de los Kennedy y un cierto idealismo perdido en batallas inútiles.
Rock de primera, buenas canciones : The Old Man Down The Road, Rock And Roll Girls
o Big Train (From Memfphis), para
abrir boca. La mencionada I Saw
It On T.V., hoy convertida en himno deportivo cada fin de semana en
estadios de béisbol. No ha olvidado porqué ha estado 10 años en el dique seco,
ni la traición de su hermano Tom aliándose con su antigua discográfica; fiel a
su pluma afilada y a su voz potente, toda la bilis de que es capaz la
desarrolla en Mr. Greed, aunque le
costase 2 demandas por parte de Saul Zaentz. Lindezas del calibre “ un cerdo
que no sabe bailar, pero sí robar “. No fue la única canción de este trabajo
que tuvo que pasar por “los tribunales”. La propia Fanstasy Records le demandó
por plagio de The Old Man Down The Road
era igual que Run Through The Jungle
de la CCR, de la que poseía todos sus derechos. El propio John Fogerty tuvo que
interpretar con guitarra acústica ambos temas ante un jurado, la Corte Suprema
falló a su favor, aludiendo a su estilo
propio y obligó a pagar los costes judiciales a su antiguo jefe discográfico
y al reembolso de 1 millón de dólares en concepto de honorarios de abogados.
Así pues, esta 1ª cara de dicho Lp, tiene su historia subterránea.
La cara B se abre
con un tema que podría estar en cualquiera de los discos de su antiguo grupo.
Me recuerda mucho a ese sonido rancio, sureño, potente: Searchlight, le sigue el que da título al trabajo, un buen rock
como es Centerfield en la línea de
sus mejores composiciones y con ese aura reconocible. Sin descuidar un ápice de
potencia, I Can´t Help Myself, cierra
con la hermosa Zanz Kant Danz, de
nuevo a la carga con su obsesión por el tal Saul Zaent, que también tiene su
“película”, pero que me aburre contarla.
Un Lp que sabe combinar
perfectamente el viejo rock peleón, con canciones efectivas y hasta pequeños
homenajes a esos discos de Sun Records con lo que creció toda una generación de
americanos, escuchado en las emisoras radiofónicas.
Searchlight
Viaje
al Delta del Mississippi.- Tras un número uno en 1985
con Centerfield, parecía que todo iba de nuevo bien encaminado. De
hecho sus 3 trabajos en solitario son altamente recomendables, pero su
trayectoria se resintió por agrios conflictos con la industria y largos
silencios. Su siguiente álbum, Eye Of The
Zombie – 1986 resulta un fiasco. Bien, hay canciones interesantes como Change In The Weather, pero en general
es un Lp oscuro, con letras tétricas centradas algunas de ellas en claras referencias a los abusos de las
casas discográficas o el terrorismo, no tengo muy claro si de Estado o del
otro. Lo cual, indudablemente no ayudó a este trabajo. Independientemente de
que su valor artístico es escaso. Entra en ese periodo de sombras que le vuelve
a sumergir en las aguas subterráneas durante otra década, sin entender muy bien
cómo funcionaba este asunto de la MTV, donde otros muchos coetáneos músicos
también se perdieron en el laberinto mediático.
Un talento como el
suyo, tarde o temprano tendría a resurgir y busca la inspiración en el Delta
del Mississippi donde contacta con numerosos bluesman, auténticos, gente que
aún toca en el porche de su casa a la caída de la tarde por el puro placer de
tocar. Se empapa de sus influencias, de sus numerosas vivencias. Ahora John
Fogerty saborea aquello por lo que soñó desde su infancia cuando escuchaba las
viejas canciones de los progenitores de estos tipos. No repuesto del susto
demanda a sus antiguos colegas de la CCR: Stu Clook y Doug Clifford, porque
ahora resulta que actúan con el nombre de la vieja banda. ¿? Gana a medias, a
finales de los 90 se levanta la prohibición, pero sus relaciones, escasas, se
recrudecieron. Camina solo, como llanero solitario en la estepa, pero con ideas
claras hasta que esas viejas inspiraciones acumuladas estos años en el Sur le
deparan un trabajo excelente, Blue Moon
Swamp – 1997, lo que le vuelve a situar en el candelero de la actualidad.
Grammy al margen por dicho álbum, de nuevo una clara vuelta al rock empapado de
sonidos sureños que le pone en la carretera, que falta le hacía, en una larga
gira donde saldrá, para aquellos que lo desean en formato de plástico, el
directo Premonition – 1998.
Tras diversas pesquisas, será la guerra de Irak a comienzos del nuevo milenio el que le inspirará para sacar un nuevo trabajo. Siempre comprometido socialmente y criado en las protestas sociales de la década de los 60, encuentra en esta 1ª década del siglo XXI nuevas razones para exponer su bilis y trazar un claro paralelismo entre esos años de sublevaciones e indignaciones, con el mandato de los Bush.
Tras diversas pesquisas, será la guerra de Irak a comienzos del nuevo milenio el que le inspirará para sacar un nuevo trabajo. Siempre comprometido socialmente y criado en las protestas sociales de la década de los 60, encuentra en esta 1ª década del siglo XXI nuevas razones para exponer su bilis y trazar un claro paralelismo entre esos años de sublevaciones e indignaciones, con el mandato de los Bush.
Sigue siendo un
tipo de impulsos conflictivos y gustos contradictorios.
Southern Streamline
BLUE MOON SWAMP .- Mayo de 1997 .-
Nos encontramos a un
músico que ha trabajo duro en el uso y mano de la guitarra eléctrica, el dobro
y el saber utilizar el cuello de botella. Y eso se nota en el disco, claro,
limpio, desarrollando un sonido propio y utilizando un buena paleta de colores en
forma de grandes canciones.
Cuenta con
hermosas voces que le ayudan en los coros. La magnífica Southern Streamline con la que abre el Lp, con The Lonesome River
Band, un rock de cuerpo con influencias sureñas y el Steel-Dobro a cargo de
John Fogerty. No hay desperdicio en este trabajo. Los 12 temas firmados por él,
son consecuencia de 5 largos años de trabajo, reflejado en múltiples joyas. Blueboy tira de espaldas en ese swamp-blues;
espirituales : A Hundred And Ten In The
Shane, con la ayuda en las partes vocales de The Fairfaild Four. Todo el
disco es cálido, hecho con leña fresca quemándose a fuego lento en la chimenea
mientras se cuentan historias en el frío otoño que se avecina. De factura
exquisita y evocando las raíces del rock, con el blues, por ejemplo: Rattleskake Highaway, donde interviene
esa máquina que es el gran batería Kenny Aronoff. Más maduro que cualquier otro
disco que John Fogerty haya creado como artista en solitario, es de largo su
mejor disco, a la altura de las 6 joyas de la CCR.
También
encontramos rock apretado : Bring It Down
To Jerry Roll, cuidado y esmerado en las guitarras y el dobro, Fogerty se
esfuerza con resultados brillantes. Walking
In A Hurricane puede entrar en la misma categoría, poderosa canción unida a
continuación con la frescura que desprende la simple, pero efectiva, Swamp River Days, y la caliente Hot Rod Heart
Hay sofisticación,
sonidos profundos del Sur, esas mandolinas, las partes vocales otra vez a cargo de los espléndidos The Lonesome River
Band y de nuevo, como en otros temas, la máquina de Kenny Aronoff. Me refiero
al excelso Rambunctious Boy. Existen
también momentos para la reflexión, Joy
Of My Life; el maravilloso country and western que es Blue Moon Nights y el rockanrolito que se marca para despedirse : Bad Bad Boy.
Ni que decir que
todo el álbum está producido y arreglado por John Fogerty, faltaría… un tipo
con tanta personalidad como para hacerle sugerencias.
Blueboy
Visto por Canal + .- Más o menos era la única forma de observar y deleitarse de un
concierto de John Fogerty, antes de que las redes sociales en forma de
“youtubes-facebook”, hicieran acto de presencia en nuestras vidas. Una
madrugada del estío, a comienzos de julio de 1998, dicho canal emitió el
recital del californiano presentando Premonitión,
y allí se le puede ver con su banda acometiendo temas de sus discos en solitario
con otros legendarios como Suzie Q,
Proud Mary o Bad Moon Rising. El buen sabor de boca que te deja en la
madrugada, en silencio, con los cascos puestos para no alterar el orden
vecinal, no acaba de satisfacerte del todo cuando aquello se acababa y te ibas
a la cama con el sobresalto de la duda eterna de saber si podrías ver alguna
vez en tu vida a semejante grupo.
Bien es verdad que debió de transcurrir una
larga década para que dicho anhelo se pudiera hacer realidad, y bastante tiempo
hasta echarte un nuevo disco que mereciera la pena de Fogerty a tus oídos.
Escaso en producción, en giras, apenas se aventura a grabar algo. Su
perfeccionismo, sus muchas manías, le tienen recogido, hasta que por fin en el
nuevo milenio nos regala algunos Lps decentes, dignos de su trayectoria, apenas
destellos en álbumes como Deja Vu ( All
Over Again ) – 2004, The Long Road Home
– 2006 y Revival – 2007.
Trabajos muy buenos, el 2º
excelso, porque aúna los clásicos temas de Creedence Clearwater Revival,
cosa que hubiese sido imposible sin la reconciliación de John Fogerty con
Fantasy Records, con otros de su carrera en solitario. Eso sí, todo grabado a
partir de 1973, el libreto de The Long Road Home especifica
quién tocó qué en cada grabación para destacar la superior aportación creativa
de Fogerty. Además, éste ha añadido cuatro éxitos de CCR en versiones hechas en
2005, en un nada sutil alarde de que su banda actual es mejor que la original.
Genio, figura... y resentimiento.
Lo que ha publicado después,
poco o nada me interesa. Su reunión, relativa, con la banda secuela de The
Return Of The Blue Ridge Rangers en un intento de sacar un nuevo disco de
country, sobre 2009 hablamos, me deja frío. Su disco de duetos, el más que
discutible, Wrote A Song For Everyone -2014 con figurantes de la talla
de Foo Fighters, Bob Seger… más de lo mismo.
Sin embargo en el camino de este
llanero, hay que apuntar 2 muy buenos tantos, sus discos a mitad de la 1ª
década de este siglo XXI.
I Will Walk With You
Deja
Vu (All Over Again) .- Septiembre
de 2004 .-
Hay de todo,
su música se nutre de lo más esencial, camina por las aguas tranquilas del
country, de las melodías de tempos medios, Deja Vu (All Over Again) que
abre el trabajo. Como amante de las guitarras acústicas picotea acá y allá y
nos coloca canciones para escuchar solo o en compañía, según, mientras sueñas
observando la luna, I Will Walk With You, Rhubard Pie, Sugar-Sugar (In My Life) y la preciosa Honey Do. No se olvida de rockear como
él sabe, varias muestras : In The Garden, Nobody's Here Anymore,
con el sonido de la inconfundible guitarra de Mark Knofler; She´s Got
Baggage, con algunos tintes “ramonianos”; algún desliz, como Radar, no sé si en
busca de sonidos de los 80 para las pistas de baile, más bien de coches
cochones en ferias de pueblo. I Will Walk With You, el mejor tema,
sonidos pantanosos, guitarras eléctricas, dobros y mandolinas para mandarnos
definitivamente al infierno. Buena muestra de lo que es este Lp, picoteo
continuo de todas las influencias de John Fogerty a lo largo de su carrera.
Credence
Song
REVIVAL – Octubre de 2007 .-
Conviene aclarar algunas
cuestiones antes de meterse en harina con dicho disco. Desde la portada, parece
reivindicar su 1º trabajo, al fondo, en relieve, como una silueta rodeado de
maizales y con su guitarra a modo de arma arrojadiza. Su cabreo monumental en
muchas de sus letras, clama contra la administración de los Bush y las guerras
de Irak en sus distintas partes; alcanzó puestos de cabeceros en las listas
americanas y en medio mundo, devolviéndole parte del prestigio diluido en los
últimos años. Incluso el título del álbum, puede sugerir múltiples
interpretaciones. También debió de influir el lanzamiento de su anterior antología,
la inestimable joya que es The Long Road Home – 2006.
Don´t You Wish It Was True abre el
trabajo, una medio balada country que es una delicia. El disco es una maravilla con el
protagonista cantando con el mismo nivel y chorro de voz con el que lo lleva
haciendo desde hace 4 décadas, simplemente espectacular. Sigue la misma línea en
Gunslinger. Puedo administrar el disco en rodajas y dividirlo en
apartados, cosa normal en un trabajo de John Fogerty, donde no hay una línea
argumental única, sino varias. Superior a Deja Vu ( All Over Again ),
también picotea en todo aquello que le gusta y que también sabe hacer, o sea,
música.
Guiños añejos, no hace falta
reseñar más para los entendidos: Credence Song.
Canciones lentas, bien
ejecutadas y cantadas : Broken Down Cowboy y River Is Waiting.
Rockeando con una banda que da
lustre a todo lo que toca : Long Dark Night, con John afilando la “Les
Paul” que da gusto, como cuchillas recién afiladas; sumergirnos en un toque de
los 60 muy Cream: Summer Of Love;
Natural Thing, sumerginos en las aguas cristalinas de lo que fue CCR, nada
mejor que escuchar atentos It Aint Right. A todo pastilla, R&R puro
y destilado para no parar de mover los pies ni la cabeza: I Can´t Take It No
More. Empaque de buen rockero: Someboy Help Me. Para rematar la
faena con un toque stoniano en el magnífico
Longshot.
¡ Discazo !
It Aint Right
La esperanza .- Mantienes una cierta idea de que John Fogerty logre todavía dejarnos una obra maestra. En cualquier otra profesión ( acaba de cumplir 69 años en mayo - 2014 ), estariamos hablando de un tipo que lo ha dicho casi todo. En el rock no, casos como los de Dylan o Neil Young, para ratificar que dan ramalazos de gran categoria. Lo mismo podría decirse de otras artes, literarias o cinematográficas, por ejemplo. Pero la duda razonable persiste cuando es el californiano quien nos asiste. Sus muchas agonías interiores, su perfeccionismo, el no dejar cintas grabadas en cuanto sale del estudio donde ha trabajado muchas horas, nada de rastros al azar, aún al día de hoy le obsesiona. Espero que sea capaz de dejarnos algún disco que llevarnos al oido para deleite del personal.
Si logra transmitir en un estudio de grabación el entusiasmo que le vi en la última gira por Europa, creo que todavía estamos a tiempo de otro trabajo encomiable. Pues eso, la esperanza... que nunca se pierde.
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