HENRY MILLER: EL OFICIO DE CALLEJEAR.-
Nací en la calle y me crié en ella, una especie de Aries que confiere un cuerpo fogoso, activo, enérgico y algo inquieto. En ella aprendes lo que realmente son los seres humanos; de otra forma, más tarde uno los inventa, es decir literatura. En mi búsqueda de una salida, me pasan cosas, como observar a las mujeres vestidas con hermosos trapos y cada una equipada con un sonrisa de congelador. Vuelvo a cruzar el punte de Brooklyn y me siento en la nieve, frente a la casa donde nací. Una soledad angustiosa se apodera de mí. En ella soñé que quería ser músico, que pertenecía a una orquesta para la que no se habían compuesto nunca sinfonías. Los muchachos que adoraste cuando pisaste por primera vez la calle, permanecen contigo toda la vida. Son los únicos héroes verdaderos, nada de Napoleón , Lenin , Capote ... Llevamos con nosotros a todas partes nuestra cambiante geografía. La pujante América me deja un relato costumbrista neoyorkino en la sastrería de mi...